El Alfa Aren miró a su hermano menor comprendiendo de que debía de explicar todo, pues Enril era muy pequeño para tener memorias de lo que sucedió como él. Aunque siente que todavía no tiene toda la sabiduría de los arcontes, y está consciente que no es muy bueno en eso de explicar, aunque hace el intento.—Cuando papá murió, trataron de extraer toda su energía vital y poderes. Pero su Arconte Mayor los envió a mí, lo recuerdo muy bien, porque yo lo dividí con tu Arconte Enril. Que por cierto, no entiendo por qué no ha hablado ni te ha enseñado algo.—Esperen un momento chicos, todo eso que dice el Arconte Mayor es de una manera muy simplificada y creo que Gil, Enril y hasta Leía pueden llevarse una idea equivocada, por ello si&eacut
Éramos muy jóvenes, no teníamos casi experiencia. Vivíamos en la ciudad celestial. Éramos felices, los dioses se llevaban bien con los Arcontes. Nuestra vida transcurría pacíficamente, cumpliendo nuestra misión en la vida.—¿Qué misión?—Hija, como les dije la vez anterior que les hablé de los Arcontes, somos seres pacíficos que solo hacemos el bien, y ayudamos a los humanos. En aquel entonces ya casi dominaba el poder de mi Arconte, pero todavía no era súbdito de nadie. Es decir, no había encontrado un Arconte Mayor que se hiciera responsable de mí.—¿Qué quieres decir con eso? ¿No eras el beta de papá? —pregunta Gil que encuentra la historia fascinante por ser la primera vez que ellos le hablaban en verdad de quiénes eran y de sus vidas.—No Gil, en aquel entonces tu padre era uno de los Arcontes más poderosos y de la alta sociedad, tenía muchos jóvenes beta mejores que yo para escoger, porque eran ellos quienes escogían a sus discípulos que podían ser más de uno.—Entiendo, ¿y cóm
Gil realmente estaba muy interesada en saber todo lo del asunto. Ellos tenían razón, era una situación casi como la suya. Estaba poseída por la quinta hija de la luna y quería liberarse de ella cuanto antes.—Así es, hija, el demonio es una fuerza maligna extremadamente poderosa y astuta y me tenía poseído como a ti la quinta hija de la luna, pero ella era más peligrosa que esa chiquilla malcriada —continúa Serafín. —Su conocimiento y habilidades en el manejo de la energía divina son peligrosos. —¡Que terrible! Pero también nos enseñó una valiosa lección: debemos estar siempre alerta y protegernos contra aquellos que buscan aprovecharse de nuestras conexiones y debilidades. La unión con una entidad oscura puede ser devastadora, y debemos permanecer unidos y fuertes para enfrentar cualquier amenaza que se presente. Y fue lo que sucedió, mi Nara aquí presente me liberó de todo.—¿Qué quieres decir? ¿Cómo mamá te liberó de eso?—Aparecí en ese momento—interviene Nara— porque cuando ell
Nara miró a su esposo nuevamente, y por primera vez en mucho tiempo, vio al hombre que tanto amaba y que siempre había estado a su lado. En ese momento, tomó una decisión: dejaría de lado el rencor y abriría su corazón al perdón y al amor.—Serafín, lo siento mucho por todo el dolor que te causé. Te amo, y quiero que juntos construyamos una vida llena de amor y felicidad —dijo Nara, acercándose a su esposo y tomando sus manos en las suyas.Las lágrimas rodaron por las mejillas de Serafín, pero esta vez eran lágrimas de alivio y esperanza. Finalmente, el muro que había separado a la pareja comenzaba a derrumbarse, y en su lugar, renacía la promesa de un nuevo comienzo.—Me alegra ver que al fin entendiera que su esposo no tenía la culpa de nada, señora Nara. —Intervino el Arconte Mayor. —Así que le sugiero que empiece por limpiar su aura, saque todo el resentimiento que posee en su corazón y deje que Serafín la marque como debe ser.—¿Qué quieres decir? —pregunta sorprendida. — ¡Él me
Ambos arcontes de Serafín y Nara se inclinan reverentemente ante el Arconte Mayor de Aren, cuya presencia irradia un poder antiguo y misterioso. Con un gesto majestuoso, el Arconte Mayor inclina la cabeza, aceptando el respeto de sus súbditos. Luego, en un asombroso acto de magia, extiende sus manos y libera un resplandor brillante que se convierte en un reluciente rayo de luz azul. El rayo golpea a Enril, envolviéndolo en una espiral de energía resplandeciente. El joven arconte se eleva en el aire, sus ropas brillando con los tonos más vívidos del azul celeste, mientras el poder del despertar lo transforma en su forma más gloriosa. Ahora, Enril es el hermoso Arconte azul, cuyas alas parecen hechas de zafiros y cuyos ojos brillan con la sabiduría de los tiempos antiguos. El Arconte azul, recién despertado, dirige su mirada hacia el Arconte Mayor. Se une al lado de Serafín y Nara, quienes permanecen humildemente inclinados ante su presencia imponente. La energía mágica que los envuel
Todos presentes rodeaban expectantes al Arconte Mayor, Aren, quien yacía inmóvil con los ojos cerrados. El miedo y el desconocimiento sobre lo que estaba sucediendo les llenaba de temor, y sus corazones latían aceleradamente. Serafín, colocó una mano temblorosa en la frente de Aren, y en un instante, algo extraño comenzó a ocurrir. Aren se transformó en su lobo, Oto, pero algo no estaba bien. Una brillante luz roja lo envolvió, y sus ojos ahora también eran de ese tono carmesí. Los miró fijamente, pero parecía no reconocerlos les gruñó amenazante, todos por inercia se conviertieron en lobos. El ambiente se llenó de tensión y angustia, mientras los presentes retrocedían con cautela ante la amenazante mirada del lobo Oto.Gil, paralizada por el miedo, observó con horror cómo Oto se giraba hacia ella, lanzándole un poderoso rayo de energía roja. El impacto la hizo caer al suelo, y un grito desgarrador escapó de sus labios. Sus ojos se abrieron, y dos intensos rayos de luz roja salieron
La confusión y el asombro se reflejaban en los rostros de los Arcontes mientras recobraban la conciencia y miraban a su alrededor, intentando comprender lo que había sucedido. Aren, el Arconte Mayor, tomó la mano de Gil, quien también había recuperado su forma de Arconte Mayor. Ambos se miraron con incertidumbre, tratando de recordar lo que había ocurrido.—¿Qué pasó? —pregunta el Arconte Mayor de Aren, con el Arconte Mayor de Gil de la mano.—No aquí chicos —dice el Arconte de Serafín, al que todos miran asombrados, porque le ha crecido una gran barba blanca y su cabello también se ha convertido en blanco y lo lleva amarrado en una cola —debemos regresar. Cierren los ojos y conviértanse en humanos. Yo los llevaré. Es la única forma de que la estela de energía que tiene Lúa, la hija de la luna conectada con el Desuellamentes, no nos siga. Y él no nos encuentre, vamos rápido, que se acerca. Siguiendo las instrucciones de Serafín, todos cerraron los ojos y recuperaron su forma humana.
Enril se ha encargado de decir a todos que el joven Luc, murió congelado. Gil se la ha pasado sin salir todo el tiempo. Leía se esconde de su papá porque todavía tiene los ojos azules, le dice que está acompañando a Gil por mandato del Alfa. Serafín lucha para comprender su verdadero yo, se ha convertido en un anciano y sabio Arconte primordial. Tiene que dominar todo, pero todavía no lo hace. Aunque no estuvo de acuerdo con lo que idearon Enril y Aren de matar a Luc, no pudo hacer nada. Se dedica a vigilar a los Antiguos de forma invisible. Ahora se encuentra en la casa del Antiguo Honoré. —Papá, no estoy de acuerdo que hagas compatible a Gil con el Alfa, ¿por qué no la haces conmigo? Me gusta mucho, es muy hermosa— le pide Jan a su padre que lo mira sin responder. —Jan tienes que entender algo, la única manera de obtener todo el poder de los Arcontes del Alfa y el beta es buscándoles parejas. Es muy raro encontrar un alma pura como la de esa chica. No puedo dártela a ti, tienes