37.  MITADES

Cuando los Arcontes fueron acusados y condenados porque habían desafiado a las fuerzas divinas, su insolencia fue castigada por mandato superior. La diosa Luna, quien ejercía su influencia sobre la naturaleza y la transformación de los Licántropos, recibió la tarea de confinar a los rebeldes en una forma de existencia que les recordara constantemente su desobediencia.

Sin embargo, la tarea asignada a la diosa Luna era compleja y desafiante. Los Arcontes eran seres superiores, cuya esencia estaba arraigada en la dualidad de lo divino y lo humano. Su naturaleza trascendía las limitaciones de las criaturas que habitaban el mundo. Por lo tanto, simplemente alojarlos en los seres creados existentes no sería suficiente.

La diosa Luna se esforzó por cumplir con el mandato, pero pronto se dio cuenta de que no podía separar completamente el alma del lobo del alma humana e introducir en su lugar a los Arcontes. En vez de anular una de las esencias, se produjo una fusión única y misteriosa cua
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