Mi padre lo miró desconcertado; Gerald se veía atractivo, rozagante, me tomaba de la mano y tenía una hermosa sonrisa como si hubiera vivido el sueño más hermoso. Luego se vuelve hacia mí, inspeccionándome de arriba a abajo como si hubiera visto una diosa o una reina.—Te ves hermosa hija mía… ¿y ese cambio de apariencia? —Pregunto sorprendido sin quitarme los ojos de encima.—Gerald me llevó de compras, entre los dos elegimos mi ropa y lo admito. —Me encogí de hombros—. Tiene mejor gusto que yo.Tanto él como Gerald se rieron de mi comentario, pero la atención de mi padre estaba enfocada solo en un objeto cuando levanté la mano tratando de evitar que se rieran aún más de mí.El anillo en mi dedo brillaba sin parar, llamando por completo la atención de mi padre, quien mejor miró fijamente por un momento hasta que se puso serio y finalmente hizo la pregunta que tanto temía.—¿Ese anillo es falso o realmente te pidió que fueras su esposa? —Dijo en un tono más serio que de costumbre
—¡Me encanta cómo te ha ido la propuesta de matrimonio Mili! ¡Era mejor, mucho mejor que el mío de verdad! —Dijo mi madre muy emocionada, llevándose una mano a la mejilla.Mi padre la vio con los ojos entrecerrados refunfuñando.—¡Mujer, lo hice lo mejor que pude! Cada vez que te preguntaba cómo sería tu propuesta de matrimonio perfecta, ¡me decías que no tenías idea! ¡Me lo pusiste muy difícil!Mi madre se puso completamente roja de ira y arrugó la nariz como a mi padre le gusta tanto cuando se enfada.—¡Esas son puras mentiras tuyas! ¡Mira Geraldcito si logró hacerle una espectacular propuesta de matrimonio a Mili!Lo único que se escuchaba en la habitación era el chasquido de la lengua que venía de mi padre.—¡Entonces dile a Gerald que te pida que te cases con él! —Escupio de mala gana y sin pensar.Gerald solo pudo pasar un trago de whisky y mirarme con una advertencia de peligro en sus ojos.—¡Ya no puede ser! ¡Ya me pediste que me casara contigo!Gerald inmediatamente
Gerald me miró con completo desconcierto. No entendió lo que quise decir y no pareció querer entenderlo; Estaba sumergido en la idea de que todavía tenía a Erika en mi cabeza, cuando ni siquiera se acercaba a lo que flotaba todos los días y realmente me cabreaba.—Mili… te aseguro que no quiero jugar contigo —dijo alejándose de mí, llevándose una mano a la cabeza para alborotar su cabello con frustración—. Solo quería recordar esa vez que te levanté del suelo y te agarraste a mí… Amé ese momento —confeso poniéndome completamente roja.De repente mis ojos se abrieron sin dejar un solo espacio que no fuera visible para él. Así que realmente no estaba buscando aprovecharse de algo mío. Todo había sido un momento incómodo que no entendí bien y se hizo presente el temor de que Gerald fuera a cambiar poco a poco.Gerald se estaba convirtiendo en mi mayor debilidad y eso ya era un problema.—Lo siento, pero aun así, pensé que estaba mal hacer algo aquí… en esa ocasión sucedió por un error, p
A lo largo de la cena nos fueron haciendo un sinfín de preguntas que algunas queríamos responder y otras muchas no demasiado. Esperábamos que el tiempo pasara lo más rápido posible para poder ir a descansar, a lo largo de la semana teníamos muchas cosas por hacer y había poco tiempo para solucionarlo todo.Después de escuchar todo lo que mis padres tenían que decir durante otra hora, estaba lista para intervenir o nunca podríamos irnos de allí, parecían estar más entusiasmados con mi matrimonio que yo misma.—¡Muy bien, muy bien, ya es suficiente! Debemos irnos, hemos tenido una semana muy fuerte y realmente necesitamos descansar.—Bueno hija, fue una cena espectacular y me alegra que se estén llevando las cosas bien entre ustedes dos —fueron las palabras de mi padre.Y fue así como pocos minutos después de recoger los platos servidos de la mesa, nos fuimos a casa, ellos se despidieron de nosotros y nosotros de ellos. Aunque Gerald parecía emocionado en ese instante, durante el resto
La noche llegó rápidamente y Gerald llegó junto a ella con una mujer dentro del auto. Uno que Carlos no dejó pisar la casa y aguantó mil y un regaños de Gerald por él. Nana estaba de pie en medio de la cocina sin poder entrar ni decir nada más que tratar de calmar la situación y ahí estaba yo, bajando las escaleras para conseguir un poco de agua.Agotada y desanimada de volver a llevar una vida así con el hombre que amaba, todo era tan tóxico, ¿cuándo se había vuelto así? Quería huir de allí, dejarlo todo, pero tenía bastante claro que solo podría hacerlo cuando expirara ese contrato.Solo así podría descansar yo de todo este sufrimiento y Carlos también.—¡Solo porque tengo a esta mujer en mi cama y bajo el techo de mi casa no me puedo follar a otra! ¿Es eso lo que estás tratando de decirme? —Esas palabras salieron de la boca de Gerald mientras me señalaba—. ¡Puedo follar con quien quiera, cuando quiera y como quiera!Y eso… fue la gota que colmó el vaso, por supuesto que podría, per
Me subí al auto y fui a la escuela donde el Sr. Brown estaba esperando para hablar conmigo. Aparentemente estaba muy preocupado por mi llamada sorpresa.Después de un rato estacioné el carro y caminé hacia la oficina dando abrazos a ex alumnos que ya me conocían y entre esos buenos ratos llenos de risas momentáneas llegué a la puerta del director, toqué 3 veces y cuando abrió lo vi parado en frente a mí sorprendentemente diferente.Llevaba pantalones de gabardina gris con camisa amarilla y zapatos negros lustrados, parecía estar en alguna reunión casual o descanso y corrió a la oficina en cuanto lo llamé.—S-señor... ¿cómo está? Disculpa si te interrumpí en un descanso o algo así.—¡Mili! No te preocupes por eso. Gracias a su llamada recordé que tenía algunos documentos para ordenar. Por favor, pase, Matilde estará aquí en breve con un delicioso café.Caminé con todo el pelo de mi cuerpo completamente erizado, me había estado mirando desde que llegué hasta que me senté en ese sofá de
La mirada penetrante heredada de mi padre estaba fija en Brown, quien solo podía verme con un poco de incertidumbre a saber porque razón.—Llame a Londonderry School y les pedí el traslado de un maestro. Vas a trabajar allí como maestra, ya que no tienes nada con él, supongo que está perfectamente bien que vuelvas a enseñar.—P-pero no entiendo… ¿Cómo es eso posible? Yo ya no trabajo aquí.—Sí, pero ellos no saben. —Brown me guiñó un ojo junto con una sonrisa que me tranquilizó, pero aun así, no podía confiar completamente en él.—Supongo que debería empezar de inmediato.Él asintió y me dejó ir, no sin antes darme una advertencia de Gerald.—Sal con cuidado de las instalaciones y comprueba si su coche está allí o si puede estar deambulando por los pasillos buscándote. Si algo tiene Gerald es ser muy perseverante, por eso tiene tanto dinero, no sabe cuándo decir "basta" y contigo menos. —Soltó una risita y tomó un papel del escritorio que había estado buscando durante unos segundos mi
El sonido infernal que emitía el celular hace unos 10 minutos tenía la cabeza hinchada. Ni siquiera tenía la paz para poder disfrutar de esa hermosa vista de la que tanto anhelaba ser parte solo un poco más.—¿Qué quieres Gerald? —Respondí de mala gana tomando la llamada en la que escuché un resoplido de molestia del otro lado.—¿Mili? ¿Dónde diablos estás? ¡Te he estado buscando por un tiempo!—¿Qué diferencia hace? El contrato ha terminado, tú y yo no tenemos nada que nos ate.Se hizo un silencio al otro lado del altavoz, uno que ambos conocíamos muy bien y que se producía solo cuando Gerald se sentía dolido, sin saber qué responder. Aprendí a interpretar cada uno de sus comportamientos desde que comenzamos una relación más comprometida entre nosotros.—Mili... realmente no quería comportarme así.—Pero lo hiciste y lo que es peor, volverías con otras mujeres otra vez. Pensé que eso ya era parte del pasado, Gerald... y resulta que estaba equivocada...—No quería acostarme con