No bien estuvieron las dos formadas, Jackeline corrió a sus brazos con los ojos llenos de lágrimas.
Alana le correspondió estrechándola con fuerza y, cómo no, empezó a llorar de nuevo, aunque está vez era más bien de alegría.
Sí, a pesar del precio que había pagado le alegraba que su amiga estuviera a salvo, al menos una noche más.
— ¡Te tardaste mucho en apretar el botón, m*****a! Estuve a nada de hacerme en los pantalones cuando quedaban dos segundos y no lo habías presionado todavía.
Le reprochó medio en broma mientras la tomaba del brazo para caminar juntas al comedor.
— Lo siento ¿Vale? Estuve en shock por unos segundos, no me esperaba que fueran a sacarse algo así de la manga, pero lo importante es que pulsé el maldito botón a tiempo y vamos poder a cenar juntas una noche más.
— Hablando de, mueve tus piernitas que estoy famélica ¡Los desgraciados no nos dieron nada de comer anoche!
Una sonrisa casi impercepti
¡Hola! Antes que nada, mil gracias por el tiempo que has invertido en está historia y por haber llegado hasta aquí. Es el mayor cumplido que le puedes hacer a un escritor. Dicho esto, si te ha gustado la historia te agradecería mucho que consideraras darle "me gusta" y seguirme en redes sociales como Reila Gray para estar en contacto y que puedas estar al tanto de mis otros proyectos. Gracias de antemano ;)
Al final el trago que le había prometido a Jackie no se convirtió en una fiesta de toda la noche, pero si en un un par más de los que tenía contemplados, por lo que concluyó que lo mejor para asegurarse de no terminar maldiciendo su suerte al despertar otra vez con resaca era retirarse de una vez. No tenía ganas de quedarse sola en el dormitorio desde tan temprano, así que se le ocurrió vagar por los edificios a los que tenían libre acceso para matar el tiempo y con suerte caminar un rato le ayudaría a conciliar el sueño antes. Tenían permitido vagar por todo el campus, a excepción de los pisos superiores en el edificio que antes había alojado a los profesores del internado y, aunque sentía cierta curiosidad, la verdad era que esos pisos estaban reservados a los vampiros y prefería atenerse a las reglas para evitar un encuentro con esas criaturas, que por alguna razón le producían un rechazo casi a nivel fisiologico. En el segundo piso del edificio dónde esta
Alana se encontró con un dormitorio vacío y recordó que Jackie finalmente se decidió a hablarle al chico de ojos cafés con bonitas pestañas rizadas con el que había estado intercambiado miradas bastante significativas desde hacía algunas noches, por lo que probablemente volvería hasta bien entrado el amanecer, si es que volvía. Estaba bien, la cama vacía significaba algo totalmente distinto cuando sabía que su amiga estaba a salvo divirtiéndose en algún lado y además ella ya tenía en mente una manera de matar el tiempo. “Matar el tiempo” ¡Qué frase tan estúpida! Pensándolo ahora los días, horas y segundos eran el bien más valioso y escaso que poseías, al menos si eras un mortal,por lo que era una estupidez que la gente buscara maneras de despilfarrarlo, o de venderlo por una fracción de su valor a un bastardo abusivo que se enriquecía a costa tuya y no tenía el menor respeto ni por él ni por ti. Y con todo ¡Qué irónico que pudiera recostar
Se había sentido convencida de la respuesta, hasta que estuvo realmente frente al monstruo con rostro de mujer.Miró a Grace a los ojos y soltó las tres palabras con una seguridad que estaba muy lejos de sentir.— Una rosa blanca.La vampiresa le dedicó una enigmática sonrisa de lado y contestó con una sola palabra.— Izquierda.Alana parpadeó un par de veces confundida, antes de entender que debía formarse de ese lado.Maldita. Los iban a hacer esperar hasta que terminara el tiempo para decirles el resultado.Podría parecer que dos minutos no eran nada, pero sólo las personas que se han enfrentado a situaciones de vida o muerte, como ella, entendían lo relativo que podía ser el tiempo.Unos segundos después Darío se reunió con ella, lo habían enviado también a la izquierda. Bueno, al menos pa
Se excusó decidida a buscar respuestas, pero a decir verdad no tenía ni idea de como volver a contactar al vampiro siquiera. Lo más lógico sería buscarlo en la zona reservada a los de su especie, pero en primer lugar ir ahí estaba prohibido para los mortales y aunque no se molestaron en explicarles exactamente cuales serían las consecuencias de romper esa regla, podía tratarse incluso de una ejecución y en segundo cada célula de su cuerpo le había advertido que no era una buena idea estar cerca de un inmortal en las dos ocasiones en las que le habían dirigido la palabra, por no hablar de ir a buscarlos a su nido, así que esa opción estaba descartada. No tenía ninguna certeza de que fuera a estar ahí, pero sólo había otro sitio en el que se le ocurrió que podría buscarlo: La biblioteca. Después de todo, no se habían encontrado ahí por simple casualidad la primera vez y, puesto que no la había citado en otro lado, probablemente volvería si que
Grace, como siempre, había ido directo a su despacho en cuanto sus obligaciones como maestra de ceremonias concluyeron.Revisar que cada aspecto de la logística del torneo funcionara como el mecanismo de un reloj suizo ya consumía de por sí demasiado tiempo y energía, pero había muchos otros detalles que no podía dejar pasar, tenía que prestar atención o no se enteraría de las cosas hasta que se hubieran convertido en un problema.Estaba ocupada poniéndose al día respecto a lo que sus huéspedes y los jugadores humanos habían estado haciendo últimamente.Era casi imposible evitar que los miembros más influyentes del consejo se cansaran de ser mera audiencia y quisieran tomar un papel más activo en la competencia, pero a ser posible quería tener eso también bajo control.Pasada ya la media noche, le pareció
Ese día apenas logró dormir un par de horas. Nada malo en sí había pasado, sus amigos estaban a salvo y probablemente había evitado que la ronda anterior se convirtiera en una masacre, con la inesperada ayuda de un vampiro, pero así había sido; Sin embargo, las posibles consecuencias de haber aceptado esa colaboración, incluso sin saberlo, le preocupaban, especialmente porque no parecía tener poder de decisión al respecto. No sólo estaba ahí como un entretenimiento, lo cual visto de esa forma ya era bastante humillante, si no que se había convertido en un juguete de los vampiros que la usaban en sus luchas por el poder sin que pudiera evitarlo, venga que ni siquiera se daba cuenta de en que formas estaban jugando con ella. Cuando los llamaron, diez minutos antes de que tuvieran que salir al pasillo, sus ojos ya estaban abiertos, pero no tenía ganas de salir de la cama, así que Jackie tuvo que llamarla. Se levantó de mala gana, trató de ponerse medio d
Al parecer su gesto no fue suficiente para convencerlo de que no pensaba hacer nada que le valiera una ejecución, así que la tomó de la mano, el único medio que le vino a la mano para ayudarla a contenerse.Sin saber porque, no lo rechazó, en vez de eso apretó la mano que le ofrecían a con todas sus fuerzas mientras seguía tratando de pensar en una manera de salvar a su amiga de la guillotina.Lo primero era calmarse, si empezaba a llorar en voz alta probablemente la ejecutada sería ella.El tiempo seguía pasando, los segundos se arrastraban como si tuvieran que llevar el peso de todo el mundo sobre ellos, pero no se detenían y Jackeline seguía sin presionar ningún botón.¿Estaba dudando?Eso era bueno, al menos no le iba a creer a ciegas a ese bastardo.Cerró a un más su agarre al rededor de los dedos de Dar&iac
— Dice que necesita espacio.Le informó, asumiendo que había ido tras ella para averiguar cómo estaba Jackie.EL chico se limitó a asentir.— Pensaba dar una vuelta para despejarme la cabeza ¿Me acompañas?Le ofreció, sorprendiéndola.— ¿Quieres que vaya contigo?Quiso asegurarse. Le había dado la impresión de que tampoco estaba de buen humor durante la cena, pero no sabía si era del tipo que prefería tener a alguien cerca para distraerlo o de los que necesitaban estar solos cuando algo malo sucedía.— No te hubiera preguntado si no fuera así.Probablemente fuera verdad, no creía que fuera de los que anteponían las convenciones sociales a su propia comodidad.— Pues vale.Salieron del edificio y se decidieron a explorar uno de los patios pequeños que estaba en