Ya estaba la mesa preparada para sentarnos a comer, cuando empezamos a escuchar las risas y las voces de mi hermana Carlota y de Cintya, la hermana de Giuseppe en la entrada de la casa, y entrando las dos al salón seguidamente, echandose mi hermana a mis brazos cuando me vio, besando mis mejillas— Hermanita qué alegría, ¿has venido para quedarte por fin en casa? — me pregunto haciéndome reír— Hola Cintya cariño y no Carlota, he venido para pasar unos días con mi familia — respondí— Oh no Arianna, no lo hagas, sabes que en cuanto tú desaparezcas de tu casa, mi hermano irá a buscar a esa puta de Andrea y no la soporto — me dijo Cintya— Niña esa boca, y por la parte de tu hermano, deja que haga lo que desee, ya se cansara de ella — respondí— No lo creo, se conocen los dos hace muchos años y ella no dejará que la deje por ti — me dijo mi cuñada— Bueno creo que tenéis planeado unas vacaciones y os tengo que decir, que me voy con vosotras, será una semana de chicas ¿que os parece? –
Cuando encendí la luz de la lámpara del dormitorio, vi a un Giuseppe que no conocía, su rostro estaba rojo y muy enfurecido dándome algo de temor por lo que pudiera hacerme. Sin apartar nuestras miradas, mi esposo se deshizo de su chaqueta y de su camisa tirándolo al suelo, dejándome ver sus perfectos pectorales, dejó el arma que llevaba encima del sofa que habia en el dormitorio, se quitó el cinturón de su pantalón enrollándose parte de él en su mano como si de un látigo se tratara.— ¿Qué crees que vas a hacer? además ¿tienes que seguirme donde yo vaya? — le pregunté, notando en fina piel el primero de los latigazos de su cinturón haciendo que gritara— No admito que mi esposa vaya haciendo la puta por ahi y esta noche has colmado el vaso de mi paciencia — me dijo dándome otro azote con su cinturón, dejándome la piel marcada, haciéndome gritar de nuevo por el dolorCuando volvió a levantar su brazo mi esposo, lo esquive cogiendo el arma que dejó encima del sofá apuntando con ella al
Maximo y yo nos quedamos mirándonos en silencio, estire mi brazo cogiendo mi mano Maximo sentandose a mi lado en la cama— No quiero que te pase —---- le callé la boca, juntando mis labios con los suyos— Hazme tuya esta noche,y cállate — le susurreSin dejar de mirarnos, nos pusimos los dos de rodillas en la cama, Maximo empezó a besar y lamer mis pechos haciendo que me excitara cada vez más. Cerré mis ojos y le puse mis manos en sus cabellos, acariciandolo y enredando mis dedos en su pelo, sentí como una de sus manos dejaban de tocar uno de mis pechos siendo sus dedos los que empezaron a subir por mi muslo, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera anticipándose a lo que estaba por llegar y que tanto deseábamos los dos. Rozo con sus dedos mi sexo por encima de la tela de mis bragas, mientras mordisqueaba uno de mis pezones sin dejar de mirarnos los dos a los ojos, haciendo que soltara un pequeño jadeo, Dejo mis pechos poniendo su mano en mi nuca, para besarme con pasion y lujuria
En toda la semana que estuvimos en aquella preciosa mansión, vi a mi querido esposo Giuseppe, sabiendo que la patada que le di en sus partes no le habían sentado nada bien, pero no fue mi culpa, se lo merecía por ser tan cabrón como lo era conmigo. Cuando el avión privado de Giuliano aterrizó en Sicilia, ya nos esperaba la limusina a pie de pista, viendo bajar de ella a Maximo y a Bianca, corriendo Cintia a los brazos de su madre con alegría.— ¿Qué tal estás después del incidente que tuvistes con mi hijo? — me pregunto Bianca— Estoy muy bien, gracias y después de unos días de tranquilidad sin mi esposo, vengo con mas ganas de trabajar — respondí— Ya me dijo Maximo lo que paso, no se que voy a hacer con mi hijo — me dijo Bianca, en forma de disculpa— Mamá, si hubieras visto a mi hermano como trataba a Arianna, daba miedo el rostro y los ojos que puso cuando la miraba .--- dijo Cintia— Tendré que hablar con mi esposo y ponerle a mi hijo las cartas boca a arriba, no quiero que te ha
Después de que me presentara mi padre a sus socios y con su ayuda, me hice cargo de la empresa. Seguí viviendo con mi esposo en nuestra preciosa casa, pero cada uno dormíamos en habitaciones distintas, un sábado por la tarde recibi en mi casa la visita de mis amigas Paola y Stefania que me animaron a ponerme un vestido demasiado sexi para una mujer casada, marchandonos las tres en el coche de una de mis amigas. Después de cenar en una pizzería, nos fuimos a un club para tomarnos una copa. Entramos en el club acercandonos hasta la barra para pedirnos las bebidas antes de buscar un asiento y sentarnos. Con nuestras bebidas en nuestras manos, nos mezclamos entre la gente que alli dentro habia, consiguiendo sentarnos en unos comodos sillones, que aunque nos parecio muy raros que estuvieran libres, nos quedamos mirando a la gente, viendo las tres amigas a un grupo de hombres que habia de pie fijandonos en uno de ellos que tenia el pelo negro corto y unos preciosos ojos oscuros. Ese hombre
Una mañana que estaba trabajando en mi despacho en la empresa de mi padre intentando sacar la empresa adelante hablando con socios, conocidos y personas que yo deseaba que me ayudaran a levantar la empresa ya que le faltaba poco para estar en quiebra, la asistente abrió la puerta de mi despacho de pronto, entrando dentro dirigiéndose hacia donde yo me encontraba.— Arianna cariño, tu suegro y tu esposo están en la sala, dicen que quieren hablar contigo urgente — me dijo— ¿No te han dicho que desean de mí? — pregunte— No cielo, solamente que necesitan hablar urgentemente contigo — me dijo— Está bien, hazles pasar y así saldremos de dudas — respondíMe levanté de mi sillón, para recibir a mi suegro y a mi esposo de pie, viendo como entraban los dos en mi despacho muy serios, nos saludamos los tres con dos besos en las mejillas cada uno, sentandose Giuliano y mi marido en los sillones que habian enfrente de mi mesa, sentándome seguidamente en mi sillon detras de mi mesa— Bueno decidm
Cuando me marché de la empresa, pare un taxi que pasaba por ese momento, subí a él diciéndole al conductor dónde quería que me llevara. Una vez que llegamos a la casa de mis suegros y le pagué al hombre, baje del taxi, toque el timbre de la puerta abriendo su sirvienta la puerta, nos saludamos y entre directamente hacia el jardín donde se encontraban mis suegros Bianca y Giuliano.— Buenas tardes — les dije, viendo el semblante de Giuliano muy serio— Hola mi amor ¿cómo estás? — me pregunto Bianca, como siempre tan cariñosa— Muy bien gracias ¿dónde está Giuseppe? — pregunte, dándole dos besos a mi suegra— El vendra ahora, ¿estás dispuesta a quitarte ya el implante? — me pregunto Giuliano— Giuliano querido ¿a qué viene esa pregunta? — preguntó su esposa— Esta mañana hemos ido tu hijo y yo a hablar con Arianna y a accedido a quitarse el implante que lleva en el brazo, ya que nuestro hijo y ella desean tener un hijo — dijo Giuliano— ¿Cariño, llevas un anticonceptivo? — me pregunto B
La misma tarde que el médico me quitó el implante, nos quedamos mi esposo y yo a cenar en la casa de mis suegros, ya que el tatuador llamó a Giuliano para decirle que iba a tardar un poco en llegar. Estaba sentada al lado de Bianca cuando escuche la melodía de mi móvil, lo saque de mi bolso viendo en la pequeña pantalla que se trataba de mi amiga Paola, me disculpé con mis suegros y con mi esposo, me levanté de la silla donde estaba sentada y entre en la casa para poder hablar tranquilamente con mi amiga.— Dime Paola ¿qué te pasa? — pregunte— Gracias a Dios que has contestado mi llamada, Arianna necesito que me hagas esta noche un favor muy grande — me dijo— Claro, ¿que necesitas que haga por ti? — pregunte— Necesito que vayas esta noche a un evento que tenía, pero estoy con vomitos y no podré asistir y si no mando a alguien en mi lugar mi jefe me despedirá y sabes cuanto necesito el empleo ¿me puedes sustituir tu, por favor? — me dijo— No lo sé Paola, estoy en la casa de mis sue