Me marché de la casa de mi amiga, viendo el coche que me esperaba en la calle, del cual salió un hombre vestido con traje y corbata para abrirme la puerta del vehículo para que entrara dentro saludandonos los dos. Entre dentro del vehiculo y me sente en el asiento de cuero negro, dejando que el conductor me llevara hasta el hotel donde se celebraba la recepcion. Cuando el chofer paró el vehículo en la entrada del hotel, bajó para abrir mi puerta, ofreciendo su mano para ayudarme a bajar. Entre en el hotel viendo como se acercaba hasta donde yo estaba uno de los botones que trabajaban en el hotel— Señora por favor sígame — me dijo el botonesNos acercamos a donde se encontraban los ascensores, subimos a uno de ellos, bajando en la última planta donde se encontraba la suite nupcial, cuando nos acercamos a la puerta me quede inmovil en la misma puerta mirándonos el botones y yo— Perdon, pero creo que se ha equivocado de planta y de habitación — le dije extrañada— No señora, me han dic
Me desperté por la mañana, con la luz que entraba de la ventana que tenía aquella habitación sintiendo el brazo desnudo de mi esposo rodeando mi cintura, me intente incorporar muy despacio para no despertarlo pero al ir a levantarme, Giuseppe me atrajo a su cuerpo, quedando mis pechos desnudos encima de su abdomen duro y musculoso.— ¿A dónde crees que va, mi preciosa esposa? — me pregunto, besando mi cuello con sus ardientes labios— Voy al cuarto de baño, necesito una buena ducha — le respondí acariciando su mejilla con mis dedos— No, aun no he acabado contigo, eres mía, mi esposa y necesito vaciar este deseo que tengo, dentro de ti — respondió— Pues tendrá que ser después de ducharnos, anoche sudamos mucho y necesito refrescarme Giuseppe se puso encima de mí haciéndome notar lo duro que ya tenía su miembro en mi vientre, mientras se deleitaba su boca con mis pechos, mordisqueando mis pezones haciendo que gimiera y mis manos se enredaran en su pelo. De pronto empezó sonar mi móvi
Después de hablar con el sargento, quise que Giuseppe me llevará al depósito para ver por última vez a mis padres y a mi hermana, pero no quiso llevarme al ver lo triste que yo estaba ya que no dejaba de llorar, Cuando nos marchamos de la comisaria,mi esposo cogio el camino que nos llevaba a la dirección de la casa de mis suegros Bianca y Giuliano. Cuando mi esposo abrió la puerta del vehículo, para ayudarme a bajar, me dio como una especie de ataque de ansiedad tan fuerte que caí sin conocimiento al suelo.Me desperte viendo que tenía un gotero conectado a mi brazo, notando como alguien me tenía la mano cogida, gire mi cabeza viendo a mi suegra Bianca, sentada en una silla a mi lado— ¿Qué hago aquí? — le pregunté a Bianca— Cariño, te desmayaste en la puerta de mi casa y mi hijo te trajo a la clínica en su coche a toda prisa, está muy asustado y preocupado por ti — me dijo— ¿Dónde se encuentra ahora Giuseppe? ¿porque no está aquí conmigo? — pregunte— Se ha marchado a tu casa para
Maximo se acerco a mi esposo y sin que ni él ni yo lo esperamos, le dio un fuerte puñetazo en su rostro rompiéndole el labio, dándome cuenta de cuanto le sangraba a mi marido su labio, quedandose los dos hombres mirándose — Lo que Arianna necesita es un hombre que la ame como solo ella se merece, espero que cuando te des cuenta de lo que te acabo de decir, no sea tarde para que la puedas recuperar — le dijo Maximo marchandose seguidamente del dormitorio Cuando Maximo se marchó, me quedé mirando a Giuseppe y aunque mi ánimo no era de reír, no pude evitar sonreír al ver como mi esposo se quedó quieto en la puerta limpiándose su labio mientras nos mirábamos los dos a los ojos. El entierro de mi familia fue al día siguiente, donde asistieron mis suegros, mi esposo, conocidos de mis padres, mis amigas Paola y Stefany y como no, también fue Maximo, para darme el pésame, aunque no le gustó nada a mi marido cuando él me abrazó y me dio un beso en mi mejilla, pero Giuseppe no dijo absolutame
Dos días estuvo mi esposo sin dejar que yo saliera de nuestro dormitorio, forzandome, cuando le venía en la gana, follandome entre cuatro y cinco veces por día. Al tercer dia, me encontraba en la cama sin fuerzas para poder moverme cuando vi como la puerta del dormitorio se abrió de pronto, viendo entrar a mi suegra Bianca, con el semblante de su cara muy serio y sus ojos rojos, suponiendo que había llorado por mí.— Arianna cariño, mi hijo ya se ha marchado con su padre, levántate que te voy a ayudar a marcharte de aquí, lo que ha hecho mi hijo contigo nunca se lo perdonaré — me dijo— ¿Por qué no me has ayudado?, estoy destrozada por dentro Bianca — respondí— Giuliano no me dejo y cuando quise venir para sacar a mi hijo del dormitorio, mi esposo me obligo con el cinturón de su pantalón en su mano para que me marchara, poniendo dos sicarios suyos en tu puerta, de verdad que lo siento mi niña, pero por favor levántate de la cama, te voy a sacar de mi casa aunque me duele mucho, pero
Cuando salimos los tres de la clínica donde Maximo me pidió una cita con una ginecóloga, nos fuimos los tres hacia dónde aparco Máximo su coche, teniendo en mis manos la preciosa fotografía de mi bebe que la doctora me dio, entramos los tres en el vehículo, poniendo Máximo su brazo en el cabezal de mi asiento mirándome fijamente— ¿Has decidido lo que vas a hacer con Giuseppe? ¿le vas a decir que va a ser padre?— pregunto Maximo— No le voy a decir absolutamente nada, por esa parte puedes estar tranquilo, pero su hermana Cintia sí creo que debería saberlo, ya que mi cuñada me llama de vez en cuando y me gustaría decirle que va a ser tía — respondí— “”Estas loca Arianna”” ¿y si se le escapa algo cuando está con sus padres? Giuseppe no va a esperar a que vuelvas a su lado, te buscara hasta encontrarte, si no es lo que está haciendo ya — me dijo mi amiga Paola— Arianna cariño, Paola tiene razon, sera mejor que por ahora nadie se entere — me dijo MaximoDespués de la conversación que ma
No fueron dos dias si no tres lo que tardamos en viajar desde Tenerife hasta Marruecos, en el aeropuerto cuando bajamos del avion privado que era de la empresa de mi suegra, y con el que nos trasladamos nos acercamos Maximo, Paola y yo hasta una limusina que nos estaba esperando a pie de pista, viendo a un hombre vestido con un traje negro y gorra, al lado del vehiculo con una de las puertas abiertas— Bienvenidos, me llamo Alfonso y seré su chofer — nos dijo en forma de saludoSubimos los tres al vehículo, arrancando enseguida el chofer, cuando la limusina paró una hora después y bajamos los tres de aquel coche, mi amiga Paola y yo nos quedamos muy sorprendidas y entusiasmadas al ver la casa que teniamos delante. Maximo abrió la puerta de la casa para que entraramos mirándonos mi amiga yo sin saber que decir ninguna de las dos, ya que era preciosa con unos grandes ventanales de cristal, dos sofás tan grandes que ocupaban casi todo el salon, chimenea de piedra caliza, abrimos enseguid
Apoye mi cabeza en su hombro mirando los dos el cielo, ya que estaba despejado y se podían ver como brillaban las estrellas, dimos dos sorbos de aquel delicioso vino, y nos quedamos mirándonos a los ojos, viendo como acercaba Máximo sus carnosos labios a los míos, besándome con suavidad, pero sin prisas, apartandome de el a los pocos segundos— Creo que es hora de irme a la cama, estoy cansada, el viaje ha sido muy cansado para mi, buenas noches — le dije respondiendome MaximoCuando llegue al dormitorio, saque de mi maleta un camison de seda negro con transparencias, me quite la ropa, me cepille los dientes y me acoste en la cama, pensando en lo que mi cuñada Cintia me habia dicho en la llamada del restaurante.No se que hora era, pero al ver que no podia dormir, decidi tomarme un vaso de leche caliente, me levante de la cama, me marche del dormitorio, baje las escaleras dirigiendome hacia la cocina, abri el frigorifico para ponerme en un vaso un poco de leche calentandolo en el micro