Nico, llegó a la fiesta de celebración del pueblo gitano, solo había ido con una sola intención, encontrarse con la hermana del hombre que se burló de la suya, no podía olvidar la vergüenza a la cual habían sido expuestos todos en su familia y como principal jefe de su familia, después de la muerte de su padre, tenía que hacer algo para hacerles pagar.
Entró al salón observando hacia todos los lados, sabía que la joven iba a ir acompañada de Shawna o era lo que le habían dicho, sin embargo, su búsqueda fue interrumpida cuando vio a la chica que había auxiliado cuando su auto se averió en pleno torrencial de agua, la muchacha bailaba con una soltura que le atraía de manera irremediable, tenía un ritmo hipnotizante, no podía evadir la mirada de ella, tenía una lucha interna entre alejarse y no volver a fijar su vista hacia ella
Lucila no estaba acostumbrada al gran escándalo que se había formado, sin embargo, como pudo se defendió de los ataques, pero al verse criado como una princesita a quien nadie dañaba sino por el contrario todos protegían fue inevitable que saliera lastimada.Shawna intervino en defensa de su amiga, tratando de aplacar el enojo y ataque de su madre, pero esto solo logró resultados contrarios a lo que esperaba, porque la señora se exacerbó y abofeteó también a la muchacha sin ninguna contemplación por tratarse de su hija.—¡Apártate de mi camino Shawna! Porque si no lo haces también haré que conozcas la fuerza de mi ira —espetó amenazante la mujer.—Mamá ya, no sigas lastimando a Lucila, —la enfrentó la joven, aparentemente sin miedo —¿Ve cómo la has dejado
Lucila se debatía entre aceptar su proposición o seguir caminando y ubicar un taxi, pero esta última opción no le parecía tan segura, además se moría de ganas por estar a solas con él, conocerlo, hablar, observarlo, fueron meses que pasó soñando con ese hombre tanto dormida como despierta, hasta contrató un detective privado para localizarlo y volverlo a ver, y ahora cuando había renunciado a encontrarlo porque creyó no lo hallaría nunca, la vida se lo volvía a poner al frente. Inmediatamente pensó que eso no era más que una señal de que sus destinos estaban entrelazados y esta vez no perdería la oportunidad, concluyó la joven y aceptó ir con él.—Si claro, acepto ir contigo, para que por favor me lleves a mi casa. Muchas gracias, eres muy atento —expresó Lucila nerviosa, sentía
Lucila luchaba por liberarse —¡Suéltame! Pasado, abusivo —. Gritaba la chica golpeando su espalda. El hombre la subió en el auto y pasó seguro, sin embargo, mientras daba la vuelta ella volvió a abrir la puerta para escapar, pero Nico se percató de lo que iba a hacer y la atrapó antes de que volviera a escaparse y esta vez la aprisionó contra el auto.Ella sentía que su corazón se iba a escapar de su pecho, golpeaba con fuerza mientras una corriente fría la recorría, sintió sus piernas temblar y su boca seca.El hombre acercó su boca al rostro de la joven y con una voz cargada de deseo pronunció.—Ya, no huyas. Quédate quieta. Siento mucho que mis palabras te hayan ofendido, no fue mi intención hacerte sentir mal. Yo...—Y sin seguir pronunciando palabra la tomó por el mentón y unió
Lucila se despidió de Nico con un frío adiós que fue respondido de la misma manera, y caminó a su casa sin mirar atrás, solo al entrar escuchó el sonido del auto alejarse. Cuando entró a la sala de estar estaba su madre sentada en unos de los sofás, con la mirada pérdida.—Buenas noches madre, o mejor dicho buenas madrugadas —. Saludó Lucila.Solo allí su madre se percató de su presencia, la miró frunciendo el ceño para después hacer un gesto de molestia mezclado con preocupación al mirarla a la cara —¿Qué te ha pasado Lucila? ¿Por qué tienes el rostro así? ¿te has estado peleando? ¿Quién te ha rasguñado y golpeado?La chica hizo un gesto despreocupado —No pasa nada mamá todo está bien— respondi&oacu
Lucila se sorprendió al verlo, porque después de como había terminado su encuentro la noche anterior, pensó que le costaría mucho llegar nuevamente hasta ese hombre y demostrarle que no todas las mujeres gorger eran quienes él creía, y ahora lo veía frente a su casa con una espléndida sonrisa, como si la persona de ayer y esta que tenía frente a sí fueran totalmente distintas.— Nico, Qué sorpresa, ¿Qué haces acá? —. Indicó frunciendo el ceño.—Hola, Lucila, vine a verte...—. Titubeó un momento y continúo —. Te debo una disculpa por lo que sucedió ayer, no fue mi intención ofenderte. Hay cosas que para ti tal vez son normales y que ocurren en tu entorno día a día, pero para un gitano es diferente, con esto no pretendo en ningún momento cuestionart
Aunque Lucila permaneció por un momento sorprendida y desconcertada por sus palabras, segundos después se repuso y reaccionó —¿Perdón? ¿Escuché mal o dijiste tu novia?— Sin esperar respuesta, se dirigió a los caballeros con una sonrisa, extendió su mano y les dijo: — Mi nombre es Lucila, mucho gusto. Y este señor les mintió porque yo no soy su...—Y antes de que pudiera concluir sus palabras, Nico la haló hacia él, cubrió su boca con la suya y comenzó a besarla profundamente ante la mirada sorprendida y atenta de aquel par de hombres, quienes al ver la escena decidieron alejarse. Por un momento Lucila se concentró en esa agradable sensación que le producía el roce de sus lenguas jugueteando, sentía como si una especie de energía eléctrica le recorría a trav&ea
Lucila se sintió muy avergonzada de que Nico le hiciera esa pregunta tan íntima, aquello era algo que le concernía solo a ella ¿Cómo podía atreverse a preguntarle algo tan personal?, no pudo evitar que su rostro se tiñera carmesí, al mismo tiempo que su indignación crecía —. Realmente Nico, no creo que sea de tu incumbencia si he tenido intimidad o no, ¿A caso te he preguntado yo si has tenido relaciones con mujeres?—Ya que lo mencionas y por si te interesa saber; sí, por supuesto que me he acostado con mujeres. Pero yo soy hombre, de modo que no está mal que lo haga, en tu caso me interesa saber la respuesta a lo que te estoy preguntando, porque de ella dependen muchas cosas —. Declaró con ansiedad de conocer lo que le diría la chica.—Acércate —Pidió Lucila, Nico la miró extraña
Nico se quedó observando las diversas expresiones que reflejaba la chica en su rostro, pasó en segundos de la preocupación al enojo para luego cubrirse de vergüenza, hasta darse cuenta de que las lágrimas pugnaban por escapar de sus ojos.Entretanto Lucila no podía creer como vino a entregarse fácilmente a Nico, aún después de todo lo que él opinaba de las gorger, y ahora ella con su comportamiento no había hecho más que demostrarle que sus apreciaciones eran ciertas.No pudo evitar que las lágrimas comenzaran a brotar de sus ojos y cubriéndose el rostro le dio rienda suelta a su dolor. —Fui una estúpida, lo siento —susurró en un lamento—, me comporté como no debía hacerlo, ya sé que estarás pensando lo peor de mí y que no te interesa tener una relación con una mujer liberti