Lucila se sintió muy avergonzada de que Nico le hiciera esa pregunta tan íntima, aquello era algo que le concernía solo a ella ¿Cómo podía atreverse a preguntarle algo tan personal?, no pudo evitar que su rostro se tiñera carmesí, al mismo tiempo que su indignación crecía —. Realmente Nico, no creo que sea de tu incumbencia si he tenido intimidad o no, ¿A caso te he preguntado yo si has tenido relaciones con mujeres?
—Ya que lo mencionas y por si te interesa saber; sí, por supuesto que me he acostado con mujeres. Pero yo soy hombre, de modo que no está mal que lo haga, en tu caso me interesa saber la respuesta a lo que te estoy preguntando, porque de ella dependen muchas cosas —. Declaró con ansiedad de conocer lo que le diría la chica.
—Acércate —Pidió Lucila, Nico la miró extraña
Nico se quedó observando las diversas expresiones que reflejaba la chica en su rostro, pasó en segundos de la preocupación al enojo para luego cubrirse de vergüenza, hasta darse cuenta de que las lágrimas pugnaban por escapar de sus ojos.Entretanto Lucila no podía creer como vino a entregarse fácilmente a Nico, aún después de todo lo que él opinaba de las gorger, y ahora ella con su comportamiento no había hecho más que demostrarle que sus apreciaciones eran ciertas.No pudo evitar que las lágrimas comenzaran a brotar de sus ojos y cubriéndose el rostro le dio rienda suelta a su dolor. —Fui una estúpida, lo siento —susurró en un lamento—, me comporté como no debía hacerlo, ya sé que estarás pensando lo peor de mí y que no te interesa tener una relación con una mujer liberti
Lucila se quedó sin palabras ante la reprimenda de su hermano, pensando en una buena explicación para darle, pero pronto recordó sus palabras, que la había descubierto porque fue a cenar y a bailar con Shawna, allí se percató de que su mejor defensa era el ataque, así que se giró y lo encaró.—¿Estabas con Shawna? No entiendo. Si hace apenas un par de días se odiaban y se estaban matando como locos y ahora comen juntos y bailan ¿Qué cambió con ustedes? —Interrogó de manera audaz.Su hermano se puso pálido al darse cuenta de que por su impulso de querer demostrarle a Lucila que sabía que estaba mintiendo, terminó revelando su secreto.Shawna y Jereth, se habían encontrado por casualidad en un centro comercial, ambos estaban caminando de prisa cuando colisionaron, luego de meditar
El hombre se quedó pensativo y no respondía a la pregunta que le había hecho Lucila, ella frunció el ceño contrariada, no entendía que le pasaba últimamente, lo sentía demasiado distraído, estaban compartiendo y divirtiéndose felices y de pronto él se abstraía, eso le irritaba, porque quería que le diera la debida atención que merecía, por eso molesta le dio un manotazo en el brazo.—¡Nico! ¿Qué te sucede? —Exclamó dejando notar en su tono de voz la molestia que sentía. Inmediatamente él salió de la especie de letargo en la cual se encontraba y la abrazó.—Te amo Lucila —. Luego la tomó por las mejillas y comenzó a cubrir su rostro de besos con ternura, hasta llegar a sus labios y fundirse nuevamente en un gran &oacu
Lucila escuchó la voz dura de Nico y su cuerpo comenzó a temblar descontroladamente, apretó sus ojos con más fuerza, sin tener la más mínima intención de abrirlos, tenía miedo de lo que se encontraría, y no porque ella fuese impura si no por el tono de voz con el que le había hablado Nico.Cuando el hombre se dio cuenta de lo nerviosa que estaba, tomó una toalla y se acercó a ella —. Abre tus ojos. ¿No era esto lo que querías hacer? —Interrogó junto a ella apenas en un susurro, pero aún la joven se negaba a abrirlos—. Lucila, por favor, necesito que abras los ojos —. Pidió nuevamente, sin embargo, la mujer se negaba a hacerlo y Nico continuó insistiendo.« No te tenía como una cobarde, pensé que eras la chica más valiente de Richmond —. La joven movió neg
Al llegar a casa Lucila bajó inmediatamente del auto cerrando con fuerza la puerta, estaba muy molesta, no quería seguir escuchándolos, sabía que su padre tenía un fuerte desagrado por los gitanos, lo que no sabía eran las razones que originaron esa animadversión por ellos y su madre simplemente no era objetiva, siempre estaba apoyando a su padre aun cuando ella declaraba que era independiente, pero la verdad es que no movía ni un dedo sin antes tener su aval.—¡Lucila! Por favor no seas grosera y escucha. ¿Por qué te es tan difícil entender que ese maldito gitano no te conviene? —. Exclamó su padre totalmente rojo de la rabia. Sin embargo, cuando vio girarse a Lucila, con sus ojos chispeantes del enojo, se dio cuenta de que había cometido un error porque con su hija las cosas no se daban a la fuerza, con ella solo valía el razonamiento, no le gust
Nico escuchó sorprendido las palabras de la mujer, su actitud causó desconcierto en él, frunció el ceño sin lograr entender su actitud altanera, “¿Qué pretende ella? ¿A caso ahora me va a salir con que quiere casarse conmigo? Cuando fui claro desde un principio en que no la amaba y que solo pretendía vengar a mi hermana”, pensó, sin embargo, poco le importaba lo que ella quisiera, no estaba dispuesto a retractarse de la decisión que había tomado luego del rito gitano que hizo Lucila, no podía permitirse hacer nada que la humillara, no estaba dispuesto a perderla, por ello sin responder a las palabras intrigantes de su prometida, tomó su teléfono y marcó primero a la familia de ella y luego a la suya, citándolos para una reunión en su casa en una hora.A medida que ella lo escuchaba conversar la rabia iba erosionando en su inte
Nico al escuchar la voz de Lucila, giró la vista y su rostro se puso pálido. Inmediatamente corrió hacia ella para explicarle lo que sucedía mientras trataba de calmarla con sus palabras porque las lágrimas habían comenzado a surcar su rostro.—Mi amor, escúchame, te juro que esto no es lo que oíste. Por favor permíteme explicarte —suplicó el hombre.Lucila lo empujó alejándolo de ella, observó a cada uno de los presentes e inmediatamente reconoció a la señora y al hombre que acompañaron a Jovanka a su casa.—¿Cómo vas a explicar lo que está muy claro? No tienes que seguir fingiendo un sentimiento que nunca sentiste ni sentirás por mí…—expresó apretando la boca en un gesto de decepción —. Ya entendí que solo te movi&oac
Lucila salió del edificio a toda la velocidad que sus piernas le permitían, para su tranquilidad en ese justo momento pasaba un taxi y lo detuvo.Se subió sin saber que camino tomaría, regresar a su casa no era una opción después del altercado que había tenido con su familia. Pese a que ellos le habían advertido, ella puso en duda sus palabras y los acusó de mentirosos porque realmente confiaba en Nico. Ahora todo se había desvanecido como la niebla.—Señorita ¿a dónde vamos? —Preguntó el chófer, en ese momento por su mente solo pasó Jovanka, era la única amiga que le quedaba y quien podía ayudarla. Aprovecharía a quedarse con ella y acompañarla hasta que su sobrino naciera, pues ya Jovanka tenía seis meses de embarazo. Además, sabía que su amiga se emocionarí