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Maciel subió, se quitó la ropa y se fue a la ducha, pensando en Elizabeth mientras el agua recorría todo su cuerpo cansado de ese día agotador y lleno de contratiempos, se puso su pijama y se fue a la cama sin ni siquiera cenar porque no tenía hambre a pesar de todo.
Recibió una llamada de video y era su hija Ángela, que estaba de viaje.- ¿Cómo va todo? ¡Papá, te extraño mucho!- Dime tú, Ángela, ¿cómo va el viaje? ¿El Caribe es tan hermoso como en las fotos y videos?Él sonrió y ella también...- ¿Sí, y usted ni siquiera puede imaginarlo, debería haber venido también... tal vez con Anastasia? Sé que están saliendo y ya es hora de que encuentre una buena compañera de viajes y de vida. Me preocupa cuánto tiempo ha perdido dedicándose solo a los negocios, ¡tienes que disfrutar!Él bajó la mirada y respiró profundamente como si quisiera evitar el tema, siempre era doloroso para él hablar sobre su vida amorosa y tener que explicar por qué seguía solo.- Todos sabemos que amabas demasiado a mi madre, Kayo y yo lo sabemos y nunca hemos cuestionado eso. Pero ya ha pasado tanto tiempo y ¡tienes que seguir adelante! ¿No estás cansado de vivir solo para el trabajo, inclinado sobre esa mesa, revisando contratos continuamente?
- Ya basta de hablar de mí. ¿Y tu marido se ha comportado bien? Me dijo que, una vez que regresen de ese viaje, comenzará a trabajar conmigo en la empresa. Necesita dejar de ser tan dependiente y vivir a tus expensas. Cuando se casaron, realmente pensé que podría tomar un rumbo en la vida, pero parece haber tomado gusto a la vida que le das.- Papá, por favor, ya te dije que dejemos ese asunto para mí. Estamos aquí para que pueda quedar embarazada. No voy a llenarle la cabeza con esto, al menos no aquí y necesitas tener un poco más de paciencia.- De acuerdo, solo lo hago por ti, pero en cuanto regresen, lo quiero a las siete de la mañana y con traje en la empresa. Los días de holgazán están contados.
- Solo quiero que sepas que te amo, aunque seas un viejo gruñón.- Yo también te amo mucho, mi princesa.Los dos apagan sus celulares...MacielAlgunas jóvenes nacen con tanto y otras con tan poco, si Elizabeth hubiera tenido la misma suerte que Ángela, tal vez no habría deseado morir. Necesito descubrir qué puedo hacer para ayudarla.Recordó lo que Elizabeth había dicho, ¿qué dificultades podría estar enfrentando para intentar quitarse la vida? Este es el límite del sufrimiento que una persona puede cargar...Recibió una notificación de mensaje de W******p de Anastácia:Como nuestra cena fue pospuesta, ¿podemos vernos mañana? A veces siento que te agobio, pero es que casi nunca tienes tiempo para ti y eso me preocupa.
Él respondió:Sí, claro, tienes razón y pasaré a buscarte mañana a las ocho de la noche.ElizabethSí, Maciel, necesito conquistarte por completo y entrar en tu mente, robar tus pensamientos de una vez por todas. No importan los medios... voy a tener mi venganza, incluso si tengo que pisotear a muchos, nada me detendrá.Desafortunadamente, pasé toda la noche despierta en esa cama de hospital y el olor a alcohol y medicamentos me deprimió. Ese lugar era sofocante y todo lo que quiero es salir.Amaneció...
Y solo me quedaba clamando en mi interior, para que Maciel me saque de aquí pronto y me dé todo lo que me merezco. Le pedí a una de las enfermeras un lápiz labial delicado, porque quería que él me viera siempre hermosa. Apenas terminé de arreglarme un poco, sorprendentemente llegó temprano para visitarme y eso me hace imaginar que pensó en mí durante esa noche, al igual que yo.
- Buenos días, Elizabeth, ¿cómo se siente hoy? Espero que mucho mejor.Sus miradas eran perceptibles para mis labios, desde el primer momento supe que había imaginado muchas cosas conmigo. Esa es la debilidad de los hombres.- Todavía me siento un poco dolorida... ¿Y estas flores, tan bonitas?- Las traje para ti y también para hacer que esta habitación sea más alegre y mejorar tu ánimo. - Me senté en la cama, él puso las flores en la mesita al lado y se sentó en la silla justo en frente de mí. Estaba como siempre bien perfumado y elegante, sabía que esa mirada insidiosa no era solo simple y benigna compasión fraternal.- ¿Y por qué me estás mirando así? - Pregunté tímidamente.
- Lo siento, tengo que admitir que me has impresionado y además, toda esta situación...- ¡Por favor, basta! Agradezco todo lo que ha hecho por mí, sé que este hospital es caro y estoy siendo tratada aquí como nunca antes, pero todavía tengo un poco de orgullo. Prefiero que se vaya ahora mismo, probablemente me darán de alta en pocos días y no quiero que venga a mirarme así, como si fuera digna de lástima.Maciel se levantó y puso las manos en la cintura, luego se pasó las manos por el mentón visiblemente irritado con lo que dije.- ¡Qué amargura hay en tu corazón joven, vine a traerte flores y así como ayer, me echas! Tu plan de acabar con tu propia vida falló y, para tu tristeza, te arrojaste delante del auto equivocado. Eso significa, que aunque me eches mil veces de aquí, no me convencerás de dejarte a tu propia suerte.- Y... - Él no me dejaba decir nada más.
- Quiero ayudarte, pero primero tienes que decirme la verdad y por qué estás tan deprimida y resentida, con todo y todos.- ¡No puedo decirte nada!- Claro que puedes y me lo vas a contar todo. ¿Vas a decirlo o prefieres que hable con un profesional? Alguien que atenta contra su propia vida necesita al menos ser acompañado por un buen psiquiatraMaciel se sentó de nuevo en esa silla y me miró a los ojos, no podía posponer más, tendría que contarle todo de una vez.- Por favor, no me hagas esto, no me internes. Además de todo lo que he pasado, estoy cansada Maciel, me siento sola y débil.- Supe en la recepción que no pediste que contacten a nadie. ¿Por casualidad no tienes familia o amigos que puedan cuidar de ti? - Maciel preguntó y yo aproveché la oportunidad.- Tenía, pero...- Vamos Elizabeth, confía en mí y habla de lo que te aflige tanto como para cometer una locura.
Hice una profunda respiración y lo miré...- Éramos una familia común y mi padre me amaba demasiado, yo era su princesa. Hasta que mi madre murió y él se casó de nuevo, afortunadamente mi madrastra era una buena persona y tenía un hijo que era mayor que yo, tenía 19 años cuando se mudaron con nosotros. Pero mi padre fue asesinado y unos años más tarde mi madrastra murió de cáncer, se enfermó de tanta tristeza. Solo tenía doce años y no había nadie más que pudiera hacerse responsable de mí...En ese momento, lloré de verdad y dolía mucho tener que revisitar tantas cosas horribles del pasado. Pero era necesario, Maciel sacó un pañuelo del bolsillo y me lo dio.- Por favor, no llores más, cálmate y sigue contándome.- Entonces me llevaron a un hogar de menores y estuve allí durante algunos meses, hasta que mi hermano vino a buscarme. Había conseguido un trabajo y la casa quedó toda para él en herencia, hasta que yo fuera mayor y pudiera reclamar mi parte, recuerdo como si fuera hoy... respiré aliviada porque finalmente iba a casa. Aunque no encontrara a mi madrastra o a mi padre, todavía era mi hogar.
- Y luego... - Maciel estaba muy interesado en saber todo.- Yo cocinaba y él pagaba las cuentas, porque obviamente, yo todavía no podía trabajar. Los días pasaron y él comenzó a acercarse a mí de manera extraña, con cariños excesivos y mucho más allá de lo que debería. Yo era una niña pequeña, pero sabía que eso no debería suceder.- Por Dios, solo eras una niña tan indefensa.- Sí, él me tocaba y como siempre fui muy bonita, las cosas empeoraban a medida que pasaban los años. Y yo, como todavía era inocente, no entendía lo que él quería lograr, así pasaron algunos años hasta que cumplí quince años, él y yo... - Me ahogué con las lágrimas y no pude terminar de hablar.- ¡Apenas una niña y todavía lo eres!
- Lo que me duele es que yo sabía, Maciel, lo que estábamos haciendo estaba mal y era sucio, pero lo dejé suceder hasta que no pude soportarlo más. Lo denuncié y todavía está en prisión, escapé de esa casa para no ser enviada de vuelta al hogar, pasé hambre en las calles hasta encontrar a un ángel guardián, Kyara.- ¿Kyara, y quién es ella? - Preguntó Maciel.- En realidad, es él, o mejor dicho... ¿Me entiendes, verdad?- Creo que entiendo.- Y me encontró en una noche en la que acababa de recibir una paliza de las otras niñas de la calle, peleábamos por todo, sea por un trozo de cartón para dormir encima, una sábana vieja y rota. Yo estaba toda morada en un rincón de la calle y él me vio, me miró así como tú aquí en esta cama de hospital y me llevó a su casa. Me cuidó, me dio cariño y lo poco que tenía lo compartía conmigo, incluso pagó para que pudiera estudiar al menos hasta la escuela secundaria y todo lo que soy se lo debo a él.- Noté que hablas muy bien, pareces bien instruida e inteligente... gracias a Kyara que fue tu ángel guardián.Me sentí avergonzada y sonreí tímidamente, Maciel tenía una voz especialmente sensual y marcante, aunque a veces parecía autoritaria. Ya conocía su rostro por las revistas, pero poder escuchar su voz así de cerca era fascinante. Siempre creí que estaría más cerca de él, pero no tan rápidamente y los buenos vientos soplaron a mi favor.- Claro que sí, y gracias a él, aprendí a arreglármelas en esta vida, pero el destino me jugó una triste trampa de nuevo, lo acusaron de un crimen que no cometió y tuvo que huir para evitar ser arrestado, pero no funcionó. Estoy viviendo en su apartamento, pero pronto tendré que irme porque no somos parientes y descubrirán que estoy viviendo allí sin él. Imagina el embarazo de ser desalojada.Maciel acarició sus propias manos demostrando preocupación y ansiedad, yo quería penetrar en su mente y no escatimé esfuerzos, estudié un poco de lenguaje corporal y la suya era fácil de entender.- Realmente estás en una situación muy complicada, pero para todo hay
[...]Después de beber esa costosa botella de vino holandés, él pidió al camarero y pagó su cuenta.- ¿Vamos? - Preguntó.- Sí, por supuesto.Ella tomó su bolso y salieron juntos y tan pronto como Anastasia salió de su coche, le dio un fuerte abrazo seguido de un beso, esta vez más intenso y apasionado.- Entonces, tal vez así logre estar, aunque sea un poco en tus pensamientos esta noche.- Que tengas una buena noche. - Respondió él sin mucho entusiasmo.AnastasiaY yo, estúpida, pensé que iríamos a su casa. Maciel nunca fue un hombre de frecuentar moteles y nunca dejaría su cómoda cama para acostarse en otro lugar, aunque sea por una aventura sexual. Pensé que tenía un lugar especial en su mente, ya que había dormido aquí en mi casa algunas veces, pero él estaba demasiado distante esta noche.[...]Él volvió a casa, se detuvo en la cocina y habló con Amelia como siempre hacía antes de irse a dormir, y luego suspiró profundamente mirando hacia la pared y luego a ella.- ¿Te acuerdas
Elizabeth Temprano en la mañana recibí al médico, que fue a mi habitación para darme una buena noticia, es decir, pensó que sería una buena noticia para mí... – Buenos días, Elizabeth, te daré de alta mañana mismo, ya estás bien y en unos meses te haremos una radiografía antes de quitarte el yeso. Ten cuidado y trata de no apoyarte demasiado en esa pierna. Fue inútil tratar de ocultar lo malo que era para lo que tenía en mente. - Está bien doctor, gracias. - Parece que no estabas muy feliz con la noticia, ¿verdad? - cuestionó. - Relájese doctor, no se preocupe por mí, estaré bien. Recibir el alta tan rápido no estaba en mis planes, Maciel aún necesitaría unos días más para que todo lo que le había dicho surtiera el efecto que yo deseaba. O quizás no, estoy en la oscuridad, pero espero que ya haya entrado en su mente. Lejos de allí... En la empresa, la recepcionista atendía a una llamada de Ángela, que ya estaba ansiosa por hablar con el padre, pero en el momento él estaba den
Elizabeth Estaba yo en el cuarto, aburrida y sin encontrar posición en aquella cama, cuando el médico llamó a la puerta y entró con el prontuario en la mano. Mi corazón fue de 8 a 80 en segundos, no puedo ser liberada ahora sin que el viejo lo sepa. - Claro, puede entrar doctor. - ¡Está libre Elizabeth, ya puede irse a casa! Tan pronto como salió la enfermera me ayudó y me puse la ropa del día del accidente, trajeron una silla de ruedas y salimos hacia la entrada del hospital. Yo parecía estar saliendo de una película de terror donde yo era la finalgirl, afortunadamente era un hospital privado y había sido tratada demasiado bien. - ¿Puede llamar a un taxi, por favor? Enferm. - Creo que no necesitará... Maciel me estaba esperando apoyado en su hermoso auto, y él ya estaba hasta arreglado de las abolladuras del choque. Ni siquiera pude disimular la alegría y el alivio de saber que estaba allí para llevarme, aunque fuera a algún hotel. Seguramente pasó la noche pensando en todo
Algún tiempo después, Maciel llegó a casa y su hija, Ángela, corrió para abrazarlo. - ¿Has vuelto tan pronto? - preguntó sonriendo y abrazándola. - ¿Me parece que a usted no le gustó la sorpresa, mi suegro? - Mauricio trató de burlarse de la expresión del suegro en cuanto lo vio. – ¡Para ya con eso, amor... decidimos volver antes, porque te extrañé papá! - Ángela intentó deshacer aquel ingrato reencuentro entre su marido y su padre, los dos nunca tuvieron una relación amistosa, a pesar de nunca haber faltado con el respeto el uno con el otro. – Pero, por supuesto, estoy feliz de tenerte de vuelta, hija mía, y por supuesto que tengo a mi yerno mañana a las siete de la mañana para trabajar conmigo en la empresa. Yo no renuncio a tener esa felicidad. - Maciel sonrió irónicamente al yerno, que no le gustó andar de tener aquel compromiso. Desde soltero, Mauricio no podía oír hablar de la palabra trabajo, se había casado con una mujer millonaria, justamente para tener una vida tranquil
[...]Anastasia llega a la empresa, elegante y con un tacón altísimo pisando firme.- Hola, ¿puede anunciarme para Maciel, por favor?La secretaria responde avergonzada.- Lo siento, señora Anastasia, pero el señor Maciel salió mucho antes de lo habitual hoy.– ¡Está bien, quería llevarte a almorzar, pero lo llamaré después! - Anastasia salió decepcionada y avergonzada de aquella situación, aunque no tenían nada serio, ella se sentía dueña de él.Ella se subió al auto y sacó el celular de su bolso, nunca quiso parecer agobiante con Maciel o celosa, pero su instinto pedía respuestas urgentemente. El teléfono sonó varias veces, hasta que se cortó...– Siento que te está pasando algo malo Maciel y voy a averiguar quién es esta mujer, que está robando tus pensamientos de mí. ¡Sí, claro que hay otra!Anastasia tira su teléfono al asiento del coche y acelera irritada.ElizabethVestí algo mucho más revelador, un vestido siempre surte el efecto esperado en cualquier hombre, aún más así bien
ElizabethTocaron el timbre, pensé que podría ser Maciel una vez más para verme y fui abriendo la puerta emocionada, mientras desamazaba mi vestido con las manos para verme más presentable.- Maciel te volviste...- Mi sonrisa se desvaneció al ver a aquella mujer en la puerta del apartamento.- No, no es mi padre! - ella respondió altiva.Reconocí la serpiente venenosa de su hija.- Buenas tardes. - Respondí sosteniendo la sonrisa irónica.- ¿Puedo entrar yo?Ella ya fue entrando y casi me atropella, aquella mujer me miraba con una expresión de asco que me daba ganas de agarrar en su cuello.- Claro, pase, por favor.Ella se sentó y puso el bolso de al lado, era una mujer elegante y fina, como siempre soñé ser, a pesar de la arrogancia y la arrogancia demasiado. Pero no tan bella ni tan astuta como yo.- ¿Sabes quién soy?- Lo sé, hija de Maciel, vi tu foto hoy en su celular. - Mi respuesta la dejó aún más irritada.- Me parece que ustedes dos son muy íntimos.- Depende de lo que quier
Elizabeth Él no podía alejarse de mí, así que decidí hacerme recordar, tenía que estar en sus pensamientos todo el tiempo y me atreví a llamar a la empresa. - Hola. Me gustaría hablar con Maciel. - ¿Quién quiere hablar con él? - Dile que es Elizabeth. - ¿Puede adelantar el asunto? Es que él acaba de llegar y ya está bien ocupado... - Puede estar seguro de que a mí me va a atender, anda, hace su trabajo bien y pasa bien rápido la llamada. [...] La secretaria cubrió el teléfono con una mano. - Qué maldita sea... - ¡Buenos días a ti también! - Mauricio la saludó sonriendo por el modo no tan educado que ella había tratado a alguien en el teléfono. - Buenos días, señor, solo un instante. ¿Señor Maciel, tiene una muchacha queriendo hablar, dice que es Elizabeth... debo pasar la llamada? - Claro, puedes pasar. Maciel respondió con entusiasmo. Ella pasa la llamada y Mauricio queda intrigado por aquel nombre y el hecho de ser una chica que tanto desea hablar con su suegro. - ¿Sa