[...]
Después de beber esa costosa botella de vino holandés, él pidió al camarero y pagó su cuenta.
- ¿Vamos? - Preguntó.
- Sí, por supuesto.
Ella tomó su bolso y salieron juntos y tan pronto como Anastasia salió de su coche, le dio un fuerte abrazo seguido de un beso, esta vez más intenso y apasionado.
- Entonces, tal vez así logre estar, aunque sea un poco en tus pensamientos esta noche.
- Que tengas una buena noche. - Respondió él sin mucho entusiasmo.
Anastasia
Y yo, estúpida, pensé que iríamos a su casa. Maciel nunca fue un hombre de frecuentar moteles y nunca dejaría su cómoda cama para acostarse en otro lugar, aunque sea por una aventura sexual. Pensé que tenía un lugar especial en su mente, ya que había dormido aquí en mi casa algunas veces, pero él estaba demasiado distante esta noche.
[...]
Él volvió a casa, se detuvo en la cocina y habló con Amelia como siempre hacía antes de irse a dormir, y luego suspiró profundamente mirando hacia la pared y luego a ella.
- ¿Te acuerdas de la chica de ayer? La de la empresa...
- ¿De la inconsecuente que se tiró delante del coche del señor? Claro, ¿cómo podría olvidarme de tamaña locura? - Ambos sonrieron, pero él pronto recordó la triste historia que había descubierto sobre su pasado y eso lo tenía atascado en la garganta.
Maciel no quiso contarle al ama de llaves que ya estaba pensando en muchas formas de ayudar a esa joven y sería mucho más que darle un simple trabajo, porque si lo hiciera, daría total libertad para que pensaran que podría haber un romance entre ellos.
- Elizabeth necesita mucho mi ayuda y yo quiero cambiar su futuro. Es una pobre chica que ha sufrido demasiado en la vida y ni siquiera tiene dónde vivir. ¿Crees que estoy siendo precipitado al querer esto para alguien que apenas conozco?
Maciel es un hombre educado y no se dejaría llevar por cualquier conversación, pero Amalia era aún más experimentada y siempre le aconsejaba porque era mucho más que una empleada, sino una amiga de la familia.
- Creo que no, e incluso puede ofrecerle un trabajo en alguna de las sucursales de la empresa, ya que hay muchas y siempre surgen nuevas vacantes. Y usted dijo que ella es muy joven, puede crecer profesionalmente y cambiar su propio destino... sin su intervención.
- Pero ella tiene ambición, lo pude sentir en la forma imponente en la que habla conmigo y eso me dejó intrigado. No tuvo ni siquiera miedo de abrirse y contarme cosas secretas de su pasado, incluso sabiendo que podía juzgarla por ello. Está decidido y seré una especie de mentor profesional y transformaré a esta chica en una gran profesional en poco tiempo.
- Ten cuidado, querido Maciel, ¡a veces la serpiente se encanta y pica a su propio encantador!
Él negó con la cabeza.
- Creo que no sabes lo que dices, Elizabeth es un ángel de chica... se ve a leguas que no es más una en medio de la multitud. Nunca había visto unos ojos como los suyos y si algún día ella llega a ser más competente que yo en los negocios, será por mérito propio. Creo que ya de tanto hablar, necesito levantarme temprano mañana y organizar la reunión con los nuevos accionistas. Que tengas buenas noches, Amalia.
- Buenas noches, Maciel, que descanses bien.
Amalia estaba aún más preocupada por el deseo excesivo del patrón de instruir y dar poder a esta joven que apenas conocía. Amalia no era dada a los chismes, pero su posición como protectora de la familia le permitía involucrarse en tales asuntos. Decidió llamar a Angela para contarle sobre lo que el padre pretendía con esa joven tan prometedora y saber qué pensaba al respecto, pero ella no respondió.
Amalia pensó:
La niña Ángela
Aún esa noche...
Elizabeth estaba haciendo una importante llamada telefónica.
- ¿Puedes pasarme con Kyara? O mejor dicho... ¡Con Lucas!
- Sí, señora, un momento, por favor.
- Finalmente, se puso en contacto conmigo, cuéntame las noticias, ¿cómo va tu plan? ¿Te has acercado al poderoso Maciel Castello?
- Sí, pero desafortunadamente no pude conseguir trabajo en esa empresa y todo gracias a esa secretaria estúpida. Tuve que recurrir al plan B y no tuve otra opción...
- ¿De verdad tuviste el coraje de...?
- Sí, lo hice. Me lancé delante del coche del viejo idiota frente al estacionamiento y frente a sus empleados. - Me reí.- Tenías que ver la cara que puso en ese momento. Estoy aquí en una cama de hospital con la pierna rota y muchos raspones. Pero contenta de que el juego haya comenzado.
- Estoy sorprendido por tu valentía, chica, pero como siempre dices, ¡no importa los medios mientras se alcance el objetivo!
- Y le conté todo, casi lloró conmigo y no pierde la oportunidad de tocarme siempre que puede. Está fantaseando sexualmente conmigo y pronto estará en mis manos.
- ¿Y crees que ya te llevará a su casa?
- No creo que aún, no es tan impulsivo como un joven tonto. Y hace años que no tiene una relación seria con nadie, este pez no es tan fácil de pescar y es justamente este desafío lo que me excita de él.
- Deberías haber escogido a su hijo, sería más fácil de manipular. El viejo es un zorro viejo y no cae fácil en la labia de estafadores, ya sean tan guapas como tú o no.
- De ninguna manera, solo apuesto alto, el dueño de la fortuna es Maciel. El joven solo pondrá sus manos en la empresa cuando él muera, y aún tendrá que dividir gran parte con su tonta hermana. ¡Eres la única persona en este mundo que realmente sabe lo que quiero y solo Maciel puede dármelo!
- Sí, y como sé, solo ten cuidado de no ser descubierta antes de conseguir tu objetivo. Saldré de mi escondite en algunos meses y así te ayudaré, pero hasta entonces tendrás que arreglártelas sola, y cuando consigas su protección, nada más podrá ir mal.
- Sí, no te preocupes por mí, ahora podré llamarte con más frecuencia. Te amo, Kyara.
- También te amo, aunque sé que no vales nada.
- ¡Eso es lo que me convierte en una diabla!
Elizabeth
La parte de mí que sentía lástima por golpear a Maciel murió el día que decidí vengarme. En esta vida solo hay dos cosas que no te dejan en paz, el odio y el deseo de venganza, y los tengo en la cantidad justa aquí dentro de mí gritando en mi oído día y noche. Caminé apoyándome en una sola pierna y me quedé completamente desnuda frente al espejo en el baño de esa habitación de hospital, y solo podía tapar la parte de arriba. Alisé mis senos dibujando delicadamente cada una de mis curvas.
- Incluso si intentas, Maciel, nunca podrás resistirte a mí. Tengo todo lo que necesito para eliminar el poco juicio que te queda, y lo voy a usar.
necesita volver pronto, y esta joven no sé por qué... cuando Maciel dice su nombre, siento escalofríos. Seguro que es una mujer ambiciosa y espera mucho más que un puesto en la empresa.
Un tiempo después, Maciel entró en su habitación, desabrochó los botones de las mangas de la camisa y se sentó en un sillón, acariciándose la barbilla mientras recordaba la conversación anterior:
- Entonces dime, ¿por qué me ayudarías? - Suspiró. - Seguramente por lástima.
- No voy a mentir, tu historia me conmovió mucho, pero veo un enorme potencial en ti. Eres joven e inteligente, puedes crecer en la vida y llegar muy lejos... ¡Deberías ser más ambiciosa!
- ¿Realmente crees eso, Maciel?
- ¿Qué puedo hacer para ayudarte, chica, y por dónde debería empezar? ¿Por qué pensar en ti mexe tanto con mi mente?
[...]
Elizabeth Temprano en la mañana recibí al médico, que fue a mi habitación para darme una buena noticia, es decir, pensó que sería una buena noticia para mí... – Buenos días, Elizabeth, te daré de alta mañana mismo, ya estás bien y en unos meses te haremos una radiografía antes de quitarte el yeso. Ten cuidado y trata de no apoyarte demasiado en esa pierna. Fue inútil tratar de ocultar lo malo que era para lo que tenía en mente. - Está bien doctor, gracias. - Parece que no estabas muy feliz con la noticia, ¿verdad? - cuestionó. - Relájese doctor, no se preocupe por mí, estaré bien. Recibir el alta tan rápido no estaba en mis planes, Maciel aún necesitaría unos días más para que todo lo que le había dicho surtiera el efecto que yo deseaba. O quizás no, estoy en la oscuridad, pero espero que ya haya entrado en su mente. Lejos de allí... En la empresa, la recepcionista atendía a una llamada de Ángela, que ya estaba ansiosa por hablar con el padre, pero en el momento él estaba den
Elizabeth Estaba yo en el cuarto, aburrida y sin encontrar posición en aquella cama, cuando el médico llamó a la puerta y entró con el prontuario en la mano. Mi corazón fue de 8 a 80 en segundos, no puedo ser liberada ahora sin que el viejo lo sepa. - Claro, puede entrar doctor. - ¡Está libre Elizabeth, ya puede irse a casa! Tan pronto como salió la enfermera me ayudó y me puse la ropa del día del accidente, trajeron una silla de ruedas y salimos hacia la entrada del hospital. Yo parecía estar saliendo de una película de terror donde yo era la finalgirl, afortunadamente era un hospital privado y había sido tratada demasiado bien. - ¿Puede llamar a un taxi, por favor? Enferm. - Creo que no necesitará... Maciel me estaba esperando apoyado en su hermoso auto, y él ya estaba hasta arreglado de las abolladuras del choque. Ni siquiera pude disimular la alegría y el alivio de saber que estaba allí para llevarme, aunque fuera a algún hotel. Seguramente pasó la noche pensando en todo
Algún tiempo después, Maciel llegó a casa y su hija, Ángela, corrió para abrazarlo. - ¿Has vuelto tan pronto? - preguntó sonriendo y abrazándola. - ¿Me parece que a usted no le gustó la sorpresa, mi suegro? - Mauricio trató de burlarse de la expresión del suegro en cuanto lo vio. – ¡Para ya con eso, amor... decidimos volver antes, porque te extrañé papá! - Ángela intentó deshacer aquel ingrato reencuentro entre su marido y su padre, los dos nunca tuvieron una relación amistosa, a pesar de nunca haber faltado con el respeto el uno con el otro. – Pero, por supuesto, estoy feliz de tenerte de vuelta, hija mía, y por supuesto que tengo a mi yerno mañana a las siete de la mañana para trabajar conmigo en la empresa. Yo no renuncio a tener esa felicidad. - Maciel sonrió irónicamente al yerno, que no le gustó andar de tener aquel compromiso. Desde soltero, Mauricio no podía oír hablar de la palabra trabajo, se había casado con una mujer millonaria, justamente para tener una vida tranquil
[...]Anastasia llega a la empresa, elegante y con un tacón altísimo pisando firme.- Hola, ¿puede anunciarme para Maciel, por favor?La secretaria responde avergonzada.- Lo siento, señora Anastasia, pero el señor Maciel salió mucho antes de lo habitual hoy.– ¡Está bien, quería llevarte a almorzar, pero lo llamaré después! - Anastasia salió decepcionada y avergonzada de aquella situación, aunque no tenían nada serio, ella se sentía dueña de él.Ella se subió al auto y sacó el celular de su bolso, nunca quiso parecer agobiante con Maciel o celosa, pero su instinto pedía respuestas urgentemente. El teléfono sonó varias veces, hasta que se cortó...– Siento que te está pasando algo malo Maciel y voy a averiguar quién es esta mujer, que está robando tus pensamientos de mí. ¡Sí, claro que hay otra!Anastasia tira su teléfono al asiento del coche y acelera irritada.ElizabethVestí algo mucho más revelador, un vestido siempre surte el efecto esperado en cualquier hombre, aún más así bien
ElizabethTocaron el timbre, pensé que podría ser Maciel una vez más para verme y fui abriendo la puerta emocionada, mientras desamazaba mi vestido con las manos para verme más presentable.- Maciel te volviste...- Mi sonrisa se desvaneció al ver a aquella mujer en la puerta del apartamento.- No, no es mi padre! - ella respondió altiva.Reconocí la serpiente venenosa de su hija.- Buenas tardes. - Respondí sosteniendo la sonrisa irónica.- ¿Puedo entrar yo?Ella ya fue entrando y casi me atropella, aquella mujer me miraba con una expresión de asco que me daba ganas de agarrar en su cuello.- Claro, pase, por favor.Ella se sentó y puso el bolso de al lado, era una mujer elegante y fina, como siempre soñé ser, a pesar de la arrogancia y la arrogancia demasiado. Pero no tan bella ni tan astuta como yo.- ¿Sabes quién soy?- Lo sé, hija de Maciel, vi tu foto hoy en su celular. - Mi respuesta la dejó aún más irritada.- Me parece que ustedes dos son muy íntimos.- Depende de lo que quier
Elizabeth Él no podía alejarse de mí, así que decidí hacerme recordar, tenía que estar en sus pensamientos todo el tiempo y me atreví a llamar a la empresa. - Hola. Me gustaría hablar con Maciel. - ¿Quién quiere hablar con él? - Dile que es Elizabeth. - ¿Puede adelantar el asunto? Es que él acaba de llegar y ya está bien ocupado... - Puede estar seguro de que a mí me va a atender, anda, hace su trabajo bien y pasa bien rápido la llamada. [...] La secretaria cubrió el teléfono con una mano. - Qué maldita sea... - ¡Buenos días a ti también! - Mauricio la saludó sonriendo por el modo no tan educado que ella había tratado a alguien en el teléfono. - Buenos días, señor, solo un instante. ¿Señor Maciel, tiene una muchacha queriendo hablar, dice que es Elizabeth... debo pasar la llamada? - Claro, puedes pasar. Maciel respondió con entusiasmo. Ella pasa la llamada y Mauricio queda intrigado por aquel nombre y el hecho de ser una chica que tanto desea hablar con su suegro. - ¿Sa
ElizabethLo abracé, sentía su barba rozando mi cuello y me daba escalofríos. Nos besamos tanto que perdí la noción del tiempo y del espacio, ya estaba oscuro y él ni siquiera recordaba volver a casa también, hice unas palomitas y vimos una película y nos vimos como una pareja en un viernes lluvioso. Su teléfono ha sonado...Miró sin avergonzarse ni tratar de ocultarme el nombre del contacto que llamaba por él: Anastasia, tal vez quería ponerme celoso.- Puede contestar, debe ser algo importante. - Le avisé.- No es nada. ¡Prefiero quedarme aquí besándote hasta tarde!Maciel tiró el móvil lejos, nos besamos de nuevo desde donde habíamos parado y él se fue acostando sobre mí...- ¿Maciel? - Toqué su pecho alejándonos lentamente.- Puedes decir que...- ¿Qué sientes por mí?- Cariño, deseo... ¿Y tú? - Él respondió oliendo mi cuello y pasando la piel de su rostro por el mío.- Me siento protegida cuando estás aquí conmigo, pero cuando se va el mismo miedo y vacío de antes regresan.– Ya
[...]Maciel estaba en la empresa, miraba una foto de él con Elizabeth en su celular. Hace mucho tiempo no pensaba ni buscaba a Anastasia, pero el rechazo de la muchacha cuando el asunto era sexo lo dejaba incompleto. Aún buscaba su antiguo caso para aliviar la tensión sexual, eran encuentros casuales con ella, pero aun así, eso daba esperanza de que algún día la relación con Elizabeth pudiera avanzar, al menos Maciel aún creía en eso.- ¿Señor Maciel, su hijo llegó... puedo dejarlo entrar? - la secretaria le avisó.- ¡Claro Antonia, por favor dile que suba!Minutos después de eso...- Papá, ¿cómo estás?Los dos se abrazan.- Mejor ahora con la familia en casa! - Él sonrió y alisó el hombro derecho del hijo.- Se ve muy animado...Maciel rompió ligeramente la sonrisa.- Apuesto a que Ángela dijo más de lo que debía.- Quiero conocerla papá, si es parte de tu vida quiero saber quién es.- Lo sabrás pronto, Kayo, le daré un trabajo aquí, tan pronto como se recupere del accidente. ¿Crees