Al otro día, camino a clases, no iba tan distraída con los colores que me rodeaban como de costumbre, iba mirando a todas partes esperando divisar a Víctor en algún lado o a la expectativa de que me encontrara en el campus, pero no fue así, no lo vi en ningún lado. Eyra, que iba a mi lado se percató de mis pensamientos.
-¿En qué andas florecita? Lo estás buscando, lo sé- dijo haciéndome un poco de cosquillas en mis costillas
-Es que pensé encontrármelo por aquí igual que ayer, tengo que hablar con él, anoche en la fiesta… -me quedé callada unos segundos pensando qué le iba a decir porque no le iba a contar en qué estado me había dejado Víctor ayer, me daba vergüenza- nos fuimos y nos quedó pendiente una conversación.
-Ya hablará contigo muchacha. Ahora cuéntame, ¿qué pasó anoche?
-Nada, no te voy a contar mis intimidades al detalle loca –le dije y salí corriendo riéndome, por supuesto que ella me cayó atrás
-Dale, cuéntame chica, ¿hubo sexo? –negué con
En cuanto entré al cuarto di riendas sueltas a mi llanto, seguía sin poder creérmelo. No entendía por qué esto me estaba pasando a mí, yo nunca había hecho mal a alguien, no me merezco estas cosas. Sentía un hueco en medio del pecho, como si un camión estuviera encima de mí y yo no pudiera moverme ni un milímetro. No puedo decir que estaba locamente enamorada de Víctor, solo habían pasado dos días desde que lo conozco, lo que me dolía era toda la situación, sentirme engañada, humillada, como un juguetito de algún niño, así era como él me había tratado.Pasé lo que restaba del día en modo letargo sobre la cama, no atinaba a más nada. Sentí que abrían la puerta, era Eyra que entró muy preocupada, claro, era de esperarse, falté al resto de los seminarios y yo nunca había faltado siquiera a uno. En su rostro solo había preocupación, se sentó en el borde de mi cama y comenzó a hablarme-Pero florecilla ¿qué te pasó? No fuiste a clases, me quedé preocupada por ti todo el día y
No daba crédito a lo que mis ojos estaban viendo, el mundo de tan grande que es, al final acaba siendo un pañuelo minúsculo. Cuáles eran las probabilidades de que casi tres años después me encuentre con mi crush de la adolescencia, un chico del cual lo único que conozco es su nombre. Es verdad que cuando menos planifica uno las cosas, mejor se dan. Lo tengo aquí frente a mis ojos y todavía no lo creo. Está más guapo de lo que yo recordaba, más fuerte, se dejó la barba, eso lo hace ver más masculino y su pelo rubio lo tenía alborotado y le caían algunos mechones en la frente.Él tenía la mano puesta frente a su cara protegiendo sus ojos del foco de la luz hasta que lo apagaron.-Uffff, estaba fuerte –dijo sonriendo refiriéndose a la intensidad del reflector¡Dios! Su voz, ronca, pero a la vez suave, algo impresionante. No me había visto, supongo que sus ojos estaban encandilados todavía, como todo un profesional no permitió que eso lo frenara, comenzó su seminario c
No tengo la menor idea de cómo puedo estar hablando tan calmadamente con él, no sé si es que aprendí una lección con Víctor o es este hombre que en realidad me transmite tranquilidad, habla tan pausado, eligiendo cuidadosamente sus palabras. Al fin puedo verle sus ojos de cerca, eran tal y como los recordaba, me devoraban, podía quedarme horas mirándolos, eran para mí como una espiral en medio de un proceso de hipnosis.-¿Cómo que desde esa noche me has estado buscando?-Sí, no descansé hasta dar contigo aquí. Este curso que estoy ofreciendo no es casualidad. Mis hombres estuvieron todos estos años tratando de dar con alguna pista que me llevara a ti, tus apellidos, tu dirección, algún trabajo temporal, tu escuela, pero nada aparecía, era como si te hubieses esfumado, casi me había dado por vencido hasta que las solicitudes de admisión de pasantía llegaron a mis manos para firmarlas y vi tu foto en esa bendita planilla. Inmediatamente supe que algo tenía que hacer para v
Ya han pasado dos años y medios desde aquel encuentro con Freya y aún nada, no tengo ni una mínima pista que me pueda indicar dónde se encuentra, qué está haciendo, dónde vive. Mis hombres llevan investigando desde el día siguiente a esa noche, pero todo intento ha sido en vano, es como si se hubiera esfumado de la ciudad. Yo mismo en persona fui en varias ocasiones al parque donde siempre estaba y a los chavales que les preguntaba solo sabían decirme que ella no había ido más por ahí y sus amigas tampoco, esto es de locos.Mi mamá sigue presionándome para que establezca una relación con Valquiria, solo de pensarlo me estremezco, jamás estaría con una persona como ella. Recuerdo la conversación con mi madre como si fuera hoy.-Apolo cariño, ya tienes 24 años, es tiempo de que vayas asentando cabeza y busques una buena chica para ti, con la que puedas establecerte, detrás de un buen hombre siempre hay una gran mujer, te hace falta alguien que esté siempre a tu lado para a
Me despierto a causa de los gritos y brincos que Eyra está dando a mi lado- ¡Ya es de día florecilla, arriba, de pie! Cuéntame ya lo que pasó. Ayer te libraste, pero hoy no.Mucho fue lo que me costó poder disuadir a esta loca ayer para no tener que contarle en ese mismo momento, no podía, mi cerebro todavía estaba procesando todo aquello, era demasiado y a él, no pude sacarlo de mi cabeza, ese pelo rubio alborotado pero a la vez acomodado en su sitio para hacerlo parecer un poco despreocupado, sus ojos, pudiera estar horas mirándolos, esa forma de hablar tan pasiva pero masculina, su manía de acariciar mi mejilla y sobre todo, el acto que tuvo conmigo al salir a mi defensa como si fuese sacado de un caballero de la historia de Excalibur.Todo en él era tan perfecto, tenía curiosidad por saber qué otros trucos se traería entre las mangas. Le conté todo
El restaurant estaba cerca de mi cuarto, solo tardé diez minutos en llegar. El chofer me abrió la puerta y vi parado a la entrada a Apolo. Estaba radiante, había elegido un esmoquin azul oscuro que le aportaba más aspecto (si es que eso es posible, este hombre de por sí ya luce extremadamente elegante, su estatura lo ayuda mucho) Tenía una sonrisa radiante y un brillo particular en los ojos, era extraño, podía ver en ellos una mezcla de alegría y travesura. Cuando estuve lo suficientemente cerca de él pasó su brazo por mi cintura y me dijo:-Estás perfecta Freya y de rojo, ¿sabes bien lo que estás haciendo?-Muchas gracias, tú también te ves excelente y sí, sé bien lo que estoy haciendo –me señaló el camino con su mano dejándome ir delante, sabía que me observaba, sentía el peso de su mirada detrás de mí, así que, procuré caminar lo más derecha posible, arqueando bien mi espalda para que pudiera apreciar mis atributos.El mesero nos condujo hasta un reservado que s
Desperté temprano a la mañana siguiente, tenía muchas ganas de asistir a mi nuevo trabajo, no solo por reencontrarme con Apolo (que ya eso de por sí era una motivación estupenda) sino también por saber cómo funcionaban las cosas dentro de la empresa, ver mi oficina, comenzar a trabajar, estaba demasiado emocionada, ese era el trabajo de mis sueños, bueno, en realidad creo que un trabajo así era el sueño de cualquiera.Fui directo a la ducha, necesitaba un baño de agua caliente. Ahí dentro mi cabeza empezó a reflexionar sobre lo que había sucedido la noche anterior. Cuando me encontraba con Víctor me sentía muy nerviosa, todo lo pensaba, lo analizaba, me reprimía y en ocasiones me sentí mal conmigo misma por permitirme las cosas que hacía, pero con Apolo no fue así, ni siquiera tuve tiempo para pensar en eso, todo mi ser estaba concentrado en recepcionar las sensaciones que estaba recibiendo, cada indicación que me brindaba mi cuerpo. No sentí temor o vergüenza en ningún moment
Lo estoy viendo y todavía no me lo creo, ¡tengo una oficina para mí sola! Y qué oficina. Ya mirando detalladamente, me percaté que en el escritorio había enmarcada una foto mía, seguramente Apolo la había sacado de mis redes sociales, es que piensa en todo, no se le va ni un solo detalle. A los pocos minutos tocaron a la puerta-Adelante –dije, no sin dejar de sentirme extraña-Buenos días señorita Greyson, soy Araya, su secretaria, ¿desea algún café, té, agua, cualquier cosa?-Buenos días Araya, llámame Freya y no te preocupes, no tienes que traerme nada si no vas a buscar para ti misma, no hay problemas con eso-Muy bien señor… Freya –rectificó- pero cuando esté el señor Stewart si voy a tener que llamarla por su apellido, es algo que él les exige a sus trabajadores para fomentar el respeto.-Está bien, será nuestro secreto –le respondí con una sonrisa, no quería que mis trabajadores me temieran. Mis trabajadores, qué loco me suena eso, creo que