Me despierto a causa de los gritos y brincos que Eyra está dando a mi lado
- ¡Ya es de día florecilla, arriba, de pie! Cuéntame ya lo que pasó. Ayer te libraste, pero hoy no.
Mucho fue lo que me costó poder disuadir a esta loca ayer para no tener que contarle en ese mismo momento, no podía, mi cerebro todavía estaba procesando todo aquello, era demasiado y a él, no pude sacarlo de mi cabeza, ese pelo rubio alborotado pero a la vez acomodado en su sitio para hacerlo parecer un poco despreocupado, sus ojos, pudiera estar horas mirándolos, esa forma de hablar tan pasiva pero masculina, su manía de acariciar mi mejilla y sobre todo, el acto que tuvo conmigo al salir a mi defensa como si fuese sacado de un caballero de la historia de Excalibur.
Todo en él era tan perfecto, tenía curiosidad por saber qué otros trucos se traería entre las mangas. Le conté todo
El restaurant estaba cerca de mi cuarto, solo tardé diez minutos en llegar. El chofer me abrió la puerta y vi parado a la entrada a Apolo. Estaba radiante, había elegido un esmoquin azul oscuro que le aportaba más aspecto (si es que eso es posible, este hombre de por sí ya luce extremadamente elegante, su estatura lo ayuda mucho) Tenía una sonrisa radiante y un brillo particular en los ojos, era extraño, podía ver en ellos una mezcla de alegría y travesura. Cuando estuve lo suficientemente cerca de él pasó su brazo por mi cintura y me dijo:-Estás perfecta Freya y de rojo, ¿sabes bien lo que estás haciendo?-Muchas gracias, tú también te ves excelente y sí, sé bien lo que estoy haciendo –me señaló el camino con su mano dejándome ir delante, sabía que me observaba, sentía el peso de su mirada detrás de mí, así que, procuré caminar lo más derecha posible, arqueando bien mi espalda para que pudiera apreciar mis atributos.El mesero nos condujo hasta un reservado que s
Desperté temprano a la mañana siguiente, tenía muchas ganas de asistir a mi nuevo trabajo, no solo por reencontrarme con Apolo (que ya eso de por sí era una motivación estupenda) sino también por saber cómo funcionaban las cosas dentro de la empresa, ver mi oficina, comenzar a trabajar, estaba demasiado emocionada, ese era el trabajo de mis sueños, bueno, en realidad creo que un trabajo así era el sueño de cualquiera.Fui directo a la ducha, necesitaba un baño de agua caliente. Ahí dentro mi cabeza empezó a reflexionar sobre lo que había sucedido la noche anterior. Cuando me encontraba con Víctor me sentía muy nerviosa, todo lo pensaba, lo analizaba, me reprimía y en ocasiones me sentí mal conmigo misma por permitirme las cosas que hacía, pero con Apolo no fue así, ni siquiera tuve tiempo para pensar en eso, todo mi ser estaba concentrado en recepcionar las sensaciones que estaba recibiendo, cada indicación que me brindaba mi cuerpo. No sentí temor o vergüenza en ningún moment
Lo estoy viendo y todavía no me lo creo, ¡tengo una oficina para mí sola! Y qué oficina. Ya mirando detalladamente, me percaté que en el escritorio había enmarcada una foto mía, seguramente Apolo la había sacado de mis redes sociales, es que piensa en todo, no se le va ni un solo detalle. A los pocos minutos tocaron a la puerta-Adelante –dije, no sin dejar de sentirme extraña-Buenos días señorita Greyson, soy Araya, su secretaria, ¿desea algún café, té, agua, cualquier cosa?-Buenos días Araya, llámame Freya y no te preocupes, no tienes que traerme nada si no vas a buscar para ti misma, no hay problemas con eso-Muy bien señor… Freya –rectificó- pero cuando esté el señor Stewart si voy a tener que llamarla por su apellido, es algo que él les exige a sus trabajadores para fomentar el respeto.-Está bien, será nuestro secreto –le respondí con una sonrisa, no quería que mis trabajadores me temieran. Mis trabajadores, qué loco me suena eso, creo que
No sé por qué se me había ocurrido decirle que nunca había hecho nada ¿en qué estaba pensando? Definitivamente si mi madre me viera ahora estaría muy decepcionada de mí, ella con tanta experiencia y yo sin un básico de conocimiento siquiera, al final tenía que haber conversado más con mi madre, por lo menos de esto sí me pudo haber enseñado algo.Levantó su mano y acarició mi mejilla-Perdóname Freya«Ya está, hasta aquí llegamos» pensé yo enseguida-He sido un brusco nuevamente contigo, si lo hubiese sabido, hubiera hecho mejor las cosas, debes haber pasado estos días asustada sin saber qué planes tenía yo en mente para ti, para nosotros - ¿en serio me está pidiendo disculpas por eso? – tenía que haberte preguntado antes, haber investigado mejor antes de haber hecho nada, te falta un par de meses para cumplir 19, yo tengo 26, era normal, haber sido un poco más responsable y educado contigo, pero es que tú me consumes, cuando estoy a tu lado solo quiero
Eran ya las 10 de la mañana, estoy en esta reunión tan importante con estos proveedores con quienes estuve tratando de establecer un negocio desde hace 9 meses y no tengo la menor idea sobre qué se ha hablado en toda la mañana. Llevamos una hora y media de reunión y si no llega a ser por mi secretaria y mis trabajadores, no creo que la haya podido sacar adelante. Los veo firmar el contrato muy complacidos y todo en lo que puedo pensar es si ella lo firmará o no, o si ya lo hizo, necesito saber qué ha decidido.Estrechamos manos con los nuevos proveedores y en cuanto salen de la sala de conferencias salgo hacia mi oficina y tomo el móvil dispuesto ya a llamarla. Estoy marcando los números cuando me doy cuenta de que no han pasado ni 24 horas desde que la vi, tengo que darle su espacio, ella lo necesita para pensar con claridad qué decisión va a tomar, al fin y al cabo, es muy difícil resistirse a una propuesta así, yo mismo me encargué de todos los detalles, hasta del más mínim
Desperté y ya era de noche, estaba sola en la burbuja blanca, así había llamado a esta cama. Toda la habitación estaba a oscuras, así que me costó un poco de trabajo levantarme de la cama y encontrar algo que ponerme hasta que vi en un tocador que estaba frente a la cama una bata roja, esto lo había calculado Apolo a la perfección, le encantaba que vistiera ese color, tenía que preguntarle el por qué luego. me puse la bata y salí a explorar los pasillos, la casa era enorme, entré en dos habitaciones antes de encontrar las escaleras que daban a la planta baja, un olor sabroso fue el que me guió hasta la cocina y ahí estaba él.Estaba frente al fogón y por tanto, de espaldas a mí, solo tenía puesto su bóxer y con su cabello rubio despeinado daba una sensación de despreocupación, se veía relajado y contento porque estaba cantando la canción que se escuchaba de fondo en toda la cocina. Su espalda ancha era un monumento artístico digno de apreciar, cada uno de los músculos le sobre
La tensión era más que evidente en ese momento, ni Apolo ni Araya pronunciaban una palabra y yo en el medio de los dos no me podía sentir más incómoda, tenía que romper este silencio de alguna manera-Hola Araya, ¿cómo estás?-Muy bien, no te voy a preguntar porque veo que no has desperdiciado oportunidad aluna, tú el tiempo lo aprovechas muy bien –estaba molesta, bastante molesta, si ya lo sabía yo, cuando el personal se enterara yo no iba a ser bien vista, es lógico-Araya, estamos fuera de tu horario laboral, pero siempre puedo recordarte tu lugar, trabajas para mí-Sí, pero no estamos en la empresa ahora mismo, así que no te debo nadaEsta mujer se había vuelto loca, cómo iba a tratar así a su jefe, yo no entendía nada, no daba crédito a lo que estaba presenciando-No, ahora mismo no, pero eso no tiene problema, mañana mismo puedo despedirte en cuanto llegue –ella rio descaradamente y se dirigió a mí- ¿Estás viendo? A eso acostumbra él, a acostarse con las
Pasé una semana espectacular en el trabajo, me bebía los borradores enseguida, me encantaba leer, era una manera de aislarme de la realidad y poder vivir diferentes historias sin abandonar la mía propia. Algunos libros no acababan de convencerme, pero otros eran geniales, con tramas genuinas y narraciones increíbles, definitivamente este era el trabajo de mis sueños, me encantaba, todos los días iba con una sonrisa y con las mejores ganas, solo que, entre Apolo, el trabajo y los estudios no había tenido tiempo para ver a Eyra, la última vez que nos vimos habíamos discutido y llevaba todos estos días durmiendo en casa de Apolo, bueno, dormir lo que se dice dormir, no mucho.Él era estupendo, ya no me quedaban dudas, me cocinaba, me daba mi espacio y tiempo necesarios para poder realizar las evaluaciones que tenía pendientes de la universidad, si quería trabajar no podía dejar de lado los estudios, él me lo había advertido bien, hasta me cocinaba cuando estaba demasiado complica