LA CASA SIN VENTANAS

Siento que la cabeza me da mil vueltas. No consigo entrar en razón ni logro acomodarme los pensamientos.

¿En dónde estoy?

La sequedad en la garganta acaba con lo gélido de mi espalda que está pegada al piso, y mi mirada va ciega pues estoy metido en una bolsa.

—Creo que ya despertó —dice alguien a lo lejos.

Su voz me perturba porque es idéntica a la mía.

—¿Nassar? —pregunta una mujer en tono amable. No sé si responderle o hacerme el desentendido para averiguar en dónde estoy antes de enfrentar a mis posibles enemigos—. Sigue dormido —concluye.

—¿No crees que nos pasamos con la dosis?

La pregunta proviene de otra chica, auditivamente mayor.

La sangre me sube y

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP