Jazmín y Leandro llegaron al hotel donde se encontraba Julieta. La tensión se podía cortar con un cuchillo mientras subían en el ascensor, ambos conscientes de la confrontación que se avecinaba. Sin llamar, ingresaron a la habitación. Julieta, vestida de manera provocativa y con un maquillaje exagerado, los recibió con una sonrisa que intentaba ser seductora.Leandro no pudo evitar reírse ante la escena.— Definitivamente no es tu madre, belleza — dijo con un toque de humor en su voz.Julieta miró a Leandro con una sonrisa forzada.— Hola, Leandro... Tanto tiempo, cariño — dijo, intentando sonar coqueta.— ¡Ay, por favor! — exclamó Leandro con asco —. No hagas eso. Te ves ridícula. Estoy seguro que mi suegra es más decente.Los ojos de Julieta se llenaron de vergüenza, volviéndose rojos, pero no se atrevió a demostrarlo. Se puso de pie y se acercó a ellos con una mirada desafiante.— ¿Qué quieren? — preguntó, intentando mantener la compostura.Jazmín la miró fríamente, con una determi
Cuando todo terminó, Julieta volvió a respirar con dificultad, sintiendo una opresión en el pecho que nunca había experimentado antes. Miró a Jazmín con miedo, un miedo profundo que se reflejaba en sus ojos. Se acercó a ella, tomando su mano con fuerza.— No vuelvas a pedirme algo así, Jazmín. Te suplico. No vuelvas a hacerlo — rogó la mujer, poniéndose de pie y saliendo de la habitación con pasos tambaleantes.Lo que Julieta había visto era negro, un lugar oscuro y sin vida. ¿Sería la muerte? ¿Será que cuando todo termine, ella no volverá? ¿Y si realmente muere? Estos pensamientos la atormentaban mientras se alejaba de la habitación. La experiencia había sido más aterradora de lo que podía expresar, un recordatorio constante de su mortalidad y de la incertidumbre que la rodeaba.La voz de Jazmín la trajo de vuelta al mundo de los vivos, una vez más.— Tengo una idea de dónde puede estar ese artefacto — dijo Jazmín, su voz firme y decidida.Julieta se detuvo en seco, girándose lentame
Jazmín tomó la mano de Julieta con fuerza, y al instante, todo se volvió negro a su alrededor. Era como si el mundo se hubiera desvanecido, dejándolas suspendidas en un vacío insondable. Sentían una sensación de vértigo, como si estuvieran cayendo por un túnel interminable. Luego, de repente, la oscuridad cedió y se encontraron en un paisaje completamente diferente.Estaban en una gran casa, con decoraciones antiguas y un aire de elegancia que recordaba a épocas pasadas. Jazmín miró a su alrededor, tratando de comprender dónde estaban. Entonces vio a dos mujeres, una de ellas sosteniendo a una niña pequeña en brazos. La niña tenía el cabello rojo y rizos que enmarcaban su cara angelical.— Esa soy yo... — dijo Julieta, mirando a la niña en brazos de la mujer —, con tu madre.La mujer que sostenía a la niña, la madre de Jazmín, era una hermosa pelirroja, y a su lado había otra niña, más pequeña.— Y esa soy yo... no te recuerdo — dijo Jazmín, observando a la pequeña niña que jugaba a l
Mientras Jazmín, Leandro y Julieta estaban inmersos en la revelación del medallón y la oscura historia de sus familias, el celular de Leandro comenzó a sonar. La vibración y el tono familiar rompieron el tenso silencio de la mansión. Leandro miró la pantalla y vio que era Daniel, su mejor amigo y abogado. Contestó la llamada, tratando de mantener su voz firme y calmada.— ¡Daniel! ¿Cómo estás? — preguntó Leandro, esforzándose por sonar normal.— Leandro, amigo. Estoy a punto de tomar un vuelo. Viajaré fuera del país para ver a mi familia — respondió Daniel, su voz animada —. Luna y yo vamos a pasar unas semanas allí. Quería informarte antes de irme.Leandro escuchaba a su amigo, tratando de mantener la compostura. Daniel no tenía idea de lo que estaba pasando con la familia Belmont. A sus ojos, todos seguían su camino, ajenos a la maldición y los conflictos internos que los azotaban.— Me alegra escuchar eso, Daniel. Disfruta del viaje y cuida mucho de Luna — respondió Leandro, sus oj
Jazmín y Leandro despertaron desorientados cuando alguien tocó la puerta de su habitación. Leandro fue el primero en ponerse de pie, con el rostro confuso y el corazón acelerado. Se precipitó a abrir la puerta, creyendo que podría haber alguna acción de Julieta en contra de su hijo. Al abrir, vio a Oliver— Perdón por la hora, señor. Encontramos a la señora Ju… madre de la señora intentando huir de la mansión — dijo Oliver, con la voz grisJazmín se sorprendió y salió de la habitación rápidamente, bajando las escaleras a toda prisa. Al llegar al vestíbulo, vio a su madre — o más bien, a Julieta en el cuerpo de su madre — sujeta por dos hombres de seguridad.— ¡Suéltenla! — gruñó Jazmín con autoridad, sorprendiendo a los guardias e incluso a Julieta. A pesar de la sorpresa, Jazmín descartó cualquier posibilidad de mostrar cariño después de todo lo que habían pasado.Julieta, sintiéndose humillada y derrotada, miró a Jazmín con resentimiento. La tensión en el aire era palpable, pero alg
Jazmín despertó con un suspiro profundo, como si emergiera de una densa niebla. La familiaridad del cuarto la rodeó: el papel tapiz floral, las cortinas traslúcidas y el antiguo ropero de su tía. Sentía una mezcla de desorientación y consuelo. Era como si hubiera viajado en el tiempo, a un lugar seguro y conocido. Pero había algo distinto, una sensación de vacío en su memoria.Unos suaves golpes en la puerta rompieron el silencio. Su madre entró con una sonrisa cálida, husmeando en el ropero.— Cariño, debes despertar. El abuelo Belmont vino a la casa a visitarnos — dijo mientras sacaba un vestido azul. La sorpresa paralizó a Jazmín, sus ojos se llenaron de lágrimas. No recordaba cuándo había visto a su madre por última vez, pero allí estaba, viva y presente —. El abuelo me estuvo hablando de tus calificaciones en la escuela, y le gustaría que seas entrenada para ser una emprendedora. Te dará una...Antes de que pudiera terminar, Jazmín respondió: — Sí... sí acepto.Las palabras salie
El día del cumpleaños de Jazmín llegó con una atmósfera de alegría y celebración que llenaba la casa. Los preparativos habían sido meticulosos, y la casa estaba decorada con globos, guirnaldas y flores, todo en tonos pastel que reflejaban la esencia delicada y luminosa de Jazmín. La música y las risas resonaban, mientras los amigos y familiares se reunían para celebrar este día tan especial.Roberto, con una sonrisa radiante, presentaba a su nueva novia a todos. Ella era una joven encantadora, y se notaba que Roberto estaba profundamente enamorado. La madre de Roberto, que había causado tantos problemas en el pasado, ahora estaba en un centro psiquiátrico, donde recibía el tratamiento que necesitaba. Su ausencia había traído una calma renovada a la vida de Roberto y su familia. El padre de Roberto, quien todos habían creído muerto, estaba vivo y pronto llegaría con alguien más.Jazmín estaba en el centro de todo, rodeada de sus seres queridos. Su madre y su padre la observaban con org
Habían pasado tres años desde aquel memorable cumpleaños en el que Jazmín y Leandro se reencontraron. Ahora, la casa estaba llena de vida y risas mientras celebraban el baby shower de su primer bebé. La felicidad irradiaba de todos los rincones, y Jazmín, con su vientre abultado, no podía contener la alegría que sentía al estar rodeada de tanta gente que la amaba. En su vida anterior, nunca había experimentado un amor tan abundante.La fiesta estaba en pleno apogeo. Amigos y familiares se movían por la sala, disfrutando de la música, los juegos y la deliciosa comida. Leandro estaba a su lado, su mano apoyada protectora sobre su vientre. Ambos compartían miradas llenas de amor y complicidad, soñando con el futuro que les aguardaba como padres.En ese momento, Oliver, se acercó con una caja de regalo envuelta en un papel dorado.Leandro miró la caja con cierta desconfianza y, con un gesto protector, pidió a Oliver que la abriera. Oliver asintió y, con cuidado, desató el lazo y levantó l