Mientras Joel se coloca a mi lado en la cama yo lucho por no llorar mientras empiezo a contarle lo que sucedió que me hizo pedir el divorcio.
– Bien ¿Recuerdas a su secretaria a la que se refirió como muy humana verdad? Dabria, bueno, pues hace poco menos de un mes, iba saliendo de la oficina cuando vi el auto de Denzel entonces me detuve y ahí estaban, en el coche charlando demasiado juntos. - Se me quiebra la voz en esa última frase y hago un esfuerzo sobrehumano por no llorar.
– Nena, ¿Eso es todo? ¿Los viste charlando muy juntos en un coche? Creo que estas sacando de proporción tus reacciones.- Me sonríe con dulzura y yo no puedo hacer más por no llorar, me hago un ovillo de nuevo y me lanzo sin ánimo para caer recostada en la cama en una posición muy vulnerable emocionalmente.
– No hablas así con cualquier persona Joel, yo sé lo que vi, y conozco a Denzel, estaban a escasos centímetros y el no es de acercarse a las personas, nunca he visto que nadie le dé siquiera un abrazo jamás, no tiene porque acercarse así a Dabria.- No puedo evitarlo, sollozo sin control y Joel se acuesta a mi lado abrazándome con ternura.
– Debe haber una explicación lógica Esme, de verdad, debiste dejar que te explicara. - Me hace girar para estar de frente y evitó mirarlo.
– Esme, mírame, ¿Hay algo más que no quieras decirme?- Y como siempre, dio en el clavo.
– No, es eso, en verdad.- Logró decirle apartando la mirada.
– Bien, entonces mírame, por favor y dímelo, dime que solamente fue eso.
Suspiro profundamente y reúno todo el valor del que soy capaz en ese momento.
¿Cómo le digo que estaba teniendo dudas desde antes que esto pasara? ¿Cómo le digo que Denzel me dio el pretexto perfecto para pedirle el divorcio?
No se como hablarlo sin sonar como una completa e******a niña indecisa y egoísta así que pienso en mantenerme en mi plan original de culpar a Denzel y su posible infidelidad, lo cual me hace aún más una estupida niña, tampoco iba a decirle la tercera razón de porque tomé esta razón que podría parecer precipitada.
– Vamos, quiero que me lo digas viéndome a los ojos.- Me hace levantar la mirada y me sostiene con fuerza, ¿Como pensé que le podía ocultar algo?
– Bien, tu ganas, la verdad es que he tenido dudas desde antes de que esto pasara.- Lo digo con las palabras atropelladas mientras las pronunció en voz alta sin mucha convicción.
– ¿Dudas? ¿Te refieres a que quizá no lo ames?- Abre los ojos como platos, es obvio que está completamente sorprendido.
– No precisamente, lo que pasa es que todo sucedió muy rápido, no tuvimos una relación normal, siento como que un dia lo conoci y al otro ya estábamos casados.- Quizá no sea razón suficiente para divorciarse de alguien, pero cuando empiezas a tener dudas, es una alerta roja, yo sin tanta experiencia en el amor, se eso con certeza.
– Nena, el amor es así, impulsivo, salvaje y apasionado; créeme, si yo hubiera encontrado algo así, y alguien que me tratara como Denzel te trata a ti, jamás le dejaría ir, de verdad.
– Pues ya lo deje ir, además, Joel, mis dudas y lo que sucede son una razón perfecta para el divorcio, no voy a dejar pasar que estaba así de cerca con Dabria.
Rayos, ya quería llorar de nuevo.
– Tienes un poco de razón, si, pero si solo fuera lo de Dabria, habrías esperado una explicación ¿No crees que el sospeche algo equivocado por no haberle pedido una? O sea, puede pensar cualquier cosa porque ustedes siempre han tenido una buena comunicación.
– Que piense lo que quiera pensar, además él me oculta cosas, lo sabemos Joel, lo cual no habla precisamente de una buena comunicación de pareja. - Dije sin inmutarme.
Denzel me conoce bastante bien, pero un hombre herido podría pensar y hacer cualquier cosa, y si de verdad le dolió nuestra separación, debe estar lastimado, me parecía improbable, pero siempre está la posibilidad.
– Que mujer tan difícil, por eso salgo mas con hombres, es más sencillo para mi.- Dice Joel levantándose de la cama.
– Puedes quedarte todo el tiempo que quieras, lo sabes, pero si te sigues sintiendo mal será mejor que vayamos al médico.
– Solo es la anemia Joel, se controlara con un mes de buena alimentación y las píldoras de hierro.- Lo dije mientras me levantaba despacio, me mareo con facilidad así que es mejor tomarlo con calma, ya casi era fin de semana y debía desocupar el pent-house de Denzel.
– No lo sé, me parece extraño, tenías años estable.- Se quedó helado por un momento, noté que su mirada se perdió y contuvo el aliento.
– Nena, no estarás embarazada ¿O si?
– ¿Qué? No, claro que no, tuve mi periodo el mes pasado y aún quedan unos días para que me venga este mes.- Me quede helada también, justo el último día de mi periodo tuve relaciones con Denzel, pero no era posible, nos cuidamos, no, no hay posibilidad.
– Entiendo, yo pensé en la posibilidad en cuanto te desmayaste, por eso no deje a Denzel revisarte más allá, e impedi que te llevara al hospital argumentando que no cenaste anoche, así que igual deberíamos ir al medico ¿Es verdad que cambiaste de médico?- Me lanzó una mirada acusadora y yo grité para mis adentros.
– ¿Pensaste que estaba embarazada solo por un desmayo? Sabes los problemas de salud que siempre he cargado, no se porqué “Embarazo” fue la única palabra en la que pensaste, Denzel y yo nos cuidamos cada vez que tenemos… Teníamos intimidad.- Corrijo incómoda.
– ¿Teníamos intimidad? Que formal, y cuando fue la última vez que “Tuvieron intimidad”- Con la forma en que lo dice, se que se está burlando de mi.
– No te burles, no quiero llamarlo de otra forma ahora mismo, pero… -Hago una pausa incómoda y continuó con dificultad porque se que esto hará que reafirme sus sospechas, además de que no me gusta hablar de mi intimidad ni siquiera con Joel.- Fue el último día de mi regla pasada, y nos cuidamos así que, la regla junto al método anticonceptivo, es suficiente para saber que no estoy embarazada.
– Vaya, educación sexual salió del chat, nena si eres súper fértil, vienes de familia con gran descendencia, ¿No crees que es razón suficiente para saber que todo anticonceptivo puede fallar? Tu hermana nació con el dispositivo en su mano, no se que mas decirte.- Se ríe y se que se sigue burlando, maldición.
– No estoy embarazada Joel, creeme.- Ruedo los ojos y me bajo de la cama, necesito hacer algo, la ansiedad se está acumulando.
– Eres tan obstinada, ¿Que solía decirte tu madre para insinuar que te cuidaras muchísimo?
– Que me cuidara hasta de los vientos fuertes.- Suelto una risita, es una forma sutil de decir que no quiere ser abuela aún.
– Exacto, vístete o dúchate no sé, pero iremos al médico ahora mismo, no respondiste si cambiaste de médico de verdad.- Me dice acusatoriamente de nuevo.
– No, no lo cambie oficialmente, pero Ricardo estará feliz de volver a ser mi médico.- Le sonrío y camino hacia el baño, desde que me casé con Denzel no veo a Ric, es el médico de cabecera de mis padres y hermanos.
– Claro, estará feliz de poder revisarte. - No necesito girarme para saber que Joel se está burlando de nuevo, pero esta vez de una manera diferente, no es un secreto que Ric le parece un bombón, no lo culpo de verdad.
Mientras me duchaba pensé muchísimas cosas, todo estaba sucediendo muy rápido, pero lo que no salía de mi cabeza era la posibilidad de estar embarazada, no lo creía probable pero aun así, las palabras de mi madre resonaban en mi cabeza, ella se había sacado la matriz después de que mi hermano menor naciera, ya que ni siquiera el dispositivo funcionó, claro, el unico metodo efectivo para nuestra familia, era la abstinencia.
Si estaba embarazada ¿Por qué precisamente ahora? Recién divorciada y con mi vida hecha un caos, económicamente estaba bien, pero anímicamente no podría decir lo mismo.
¡Basta!
No haré esto, me estoy adelantando, lo más probable es que mis malestares se deban a la anemia y a lo poco que he comido últimamente, tengo que dejar de sobrepensar todo.
Al salir de la ducha, Joel ya estaba listo y con un jugo de naranja recién preparado, riquísimo, nos dirigimos al consultorio de Ric sin contratiempos y casi no hablamos en el trayecto, había hecho una cita antes de meterme a la ducha, por suerte tenía espacio para hoy mismo.
Al bajar del coche casi me da un infarto, el Bentley de Denzel estaba estacionado afuera, m*****a sea.
– Joel, maldito bastardo, le dijiste a Denzel.- Lo dije con más rabia de la que había previsto, si, estoy enojada pero no esperaba que mi voz sonara tan dura.
– ¿Qué? Claro que no, si hubiera hecho eso ¿Por qué razón hubiera evitado que te revisara cuando te desmayaste? Alguno de sus simios debió decirle.
– Maldición; lo siento, estoy muy emocional, esto me está volviendo loca.- Camine a paso apresurado, quería echar a Denzel de aquí, él no podía hacer nada si yo no quería que estuviera, acuerdo médico-paciente.
Estaba sentado en el recibidor se veía increíblemente apuesto y su aroma me llenó las fosas nasales en cuanto me acerque lo suficiente, se había duchado y rasurado, el olor a cítricos casi me hace retractarme y pedir que se quedara conmigo para siempre, que estupida soy, logre guardar mi compostura y me acerque a el, se percato de que ya estaba aquí y se apresuró a levantarse y acercarse.
– Hola Esme, pensé en venir a acompañarte.- Hablaba de lo más normal, como si no estuviera acosandome o como si no hubiera enviado a alguien a vigilarme, o quizá hasta había intervenido mi teléfono, si no ¿Cómo lo supo con tanta precisión?
– ¿Cómo supiste que vendría?- Le solté sin siquiera saludarlo.
– Oh, Ricardo es un viejo amigo.- Se limitó a decir, no le sacaría más información que eso así que decidí dejarlo pasar y simplemente pedirle que se fuera.
– No quiero que estés aquí, solo vengo a una revisión de rutina.
– Es un país libre nena, no vas a echarme.- Me lanzó una sonrisa y estuve a punto de sonreír olvidando que estaba a punto de odiarlo.
– No puedes entrar, confidencialidad médico-paciente. - Le sonreí y fui a recepción.
La recepcionista me informó que Ricardo había tenido que salir de emergencia y que había tenido que suspender sus citas, pero que me sacaría una muestra de sangre para enviarlas al laboratorio, acepte y me paso al consultorio.
Al salir Denzel seguía sentado en recepción con Joel, platicaban como grandes amigos, bueno, eso eran después de todo; cuando los presente no creí que iban a llevarse tan bien, fue en mi cumpleaños 19 en la fiesta que organizó Denzel para mi, Joel acababa de llegar así que lo invite para que se conocieran, no sé de qué hablan cuando yo no estoy presente, no tienen absolutamente nada en común.
Me acerqué a ellos con cautela con la esperanza de alcanzar a escuchar un poco de su charla, pero ambos se levantaron en cuanto me vieron.
– ¿Qué pasó, porque saliste tan rápido? ¿Algo anda mal?- La voz de Denzel se escuchaba tensa, sin embargo lo vi por un segundo y me dirigí a Joel.
– Todo bien, solo me sacaron una muestra de sangre, debo venir mañana por los resultados.
– De acuerdo, vamos por un helado ¿Si? .- Se despidió de Denzel me tomó del brazo, alcance a escuchar como Denzel me decía adiós y susurraba una maldición por como me fui.
Toda la tarde transcurrió sin novedades, Denzel no me llamó ni yo, no había ido a la oficina así que mañana tendré que pasar antes de ir por los resultados. No dormí gran parte de la noche, estaba pensando en todo así que cuando me levanté y vi que Joel ya no estaba decidí saltarme el desayuno y arreglarme para ir directo a la oficina, me urgía ir al laboratorio. En la oficina todo estaba en orden asi que me dirigí al laboratorio, en el camino me llamo Joel y nos quedamos de ver ahí, al llegar vi que ya estaba estacionado, me baje de mi coche y camine hacia el suyo, estaba con alguien, rayos que inoportuna soy, se dio cuenta de mi presencia y bajó de prisa. – Hola preciosa.- Me abrazó y me condujo dentro del laboratorio. – ¿No vas a presentarme a tu amigo? .- Mi voz cargada de picardía, no sabia que tenia un novio, jamás lo veo con nadie en su coche, así que debe ser serio. – No es tan importante, nos conocimos hace poco.- Nunca fueron importantes, nada serio.– Bueno, lo subiste
El sol comenzó a entrar por la ventana, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, la habitación daba a una terraza con ventanales de cristal, estaba ligeramente abierto así que el aire se coló por la abertura, el frío y la luz que entraba me obligaron a abrir los ojos, al hacerlo, la realidad me golpeó de pronto, en mi adormilada mente no habían llegado los recuerdos de la noche anterior, hasta abrir los ojos, gire la vista y vi a Denzel recargado sobre sus brazos viendo el cielo gris del exterior, sentí una mezcla de emociones. Sentía muchas cosas, lo vi con atención, tenía puesto solo el pantalón del pijama y estaba fumando, no se si fue la visión de él o el hecho de que prácticamente con lo sucedido por la noche me había retractado de todo lo que dije durante las últimas 48 horas, sentí enojo, una ira incontrolable, furiosa me levanté de la cama y empecé a vestirme rápidamente. Denzel se giró y entró a la habitación cerrando el ventanal tras de sí y colocando el puro en el cen
Empecé a sentir como mi corazón latía de prisa, Denzel dijo eso en voz alta ¿O fue mi imaginación? Yo se que tiene dudas, pero no tiene porque hablarlo frente a Charlie, a el no le incumben nuestros problemas. – Hablemos esto fuera ¿Quieres, Denzel?- Lo fulmine con la mirada y el solo me regreso una mirada llena de desagrado. – Claro, ya que termine la consulta, aunque no hagamos la prueba, podemos revisar que esté todo bien, Joel ¿Podrías esperar en recepción por favor? - Le dirigió una mirada de determinación a la cual Joel solo pudo responder con un asentimiento de cabeza y en silencio salió del consultorio. – No es que quiera entrometerme Denzel, pero si es posible que el sea el padre, quizá también debería estar en la ecografía. – No lo es, Charlie, ¿Podemos proseguir?– Claro.- Nos dirigió a una camilla con una pantalla al frente. – Que nervios, ¿Podremos escuchar su corazón?- Al fin pude hablar, la emoción me estaba invadiendo, sería la primera vez que vería a mi bebé y al
Después de pasar la tarde en su despacho, Denzel sale a saludar de mucho mejor humor, con mi comentario lo había hecho sentir terriblemente mal, me disculpe por ello a lo cual el solo sonrió, besó mi mejilla y se fue a su despacho argumentando que tenía mucho trabajo, no sin antes preguntar unas 100 veces si necesitaba algo, parecía que había pasado una eternidad desde que vivía aquí, pero tan solo habían pasado un par de semanas, como cambian las cosas en tan poco tiempo, al firmar el divorcio creí que iniciara una nueva etapa, tan solo mi pequeña casita con verja blanca de madera, mis florecillas violetas y yo, siempre había querido vivir a las afueras, solo que no imaginaba que sería con alguien, al casarme con Denzel, él me había prometido que en unos años nos iríamos a vivir al bosque, iríamos de vacaciones a la playa y todo sería hermoso, bueno, eso ya no será posible, quizá las vacaciones con los niños si. Mis pensamientos se habían ido tan lejos que no me di cuenta de que Den
Estuve toda la noche despierta, Denzel no me había llamado para nada, y se que me dijo que no lo esperara despierta, pero mi ansiedad estaba cobrando factura, claro que no esperaba que me llamara, después de todo, ya no era mi esposo y yo ni siquiera debería estar durmiendo en su cuarto de huéspedes, sin embargo, la preocupación invadía cada parte de mi ser. Me levante por enésima vez al baño, cuando iba de regreso a la habitación decidí salir al balcón a tomar un poco de aire fresco, en ese instante me asome hacía abajo y sostuve mi vientre en un acto reflejo recién adquirido, como un sistema de protección hacía mis bebés, justo cuando iba a irme a la cama, pude ver como se estacionaba un Bentley a lo lejos, pues al estar en un Pent-House, todo se veía desde muy arriba, de pronto algo llamó mi atención, no era el coche de Denzel pero algo en él me causo intriga así que corrí hacía el cuarto de seguridad donde se encontraban todas las pantallas que daban a la calle. Denzel había insi
Después del incómodo momento en Madalena, la tarde había pasado bastante tranquila, charlamos como si de verdad las últimas semanas no hubieran ocurrido, fue como siempre había sido, risas y bromas, Joel con sus ocurrencias y terminamos en un ataque de risa, no podía negar que la había pasado demasiado bien, a Joel le había parecido una maravillosa idea que yo siguiera viviendo con Denzel lo que queda del embarazo, si bien solo tenia algunas semanas, pronto se empezaría a notar ya que se trataba de un embarazo gemelar. Después de comer Denzel mencionó que tenía unos asuntos que resolver y que pasaría la noche fuera, como no quería quedarme sola le pedí a Joel que hiciéramos una pijamada en su departamento, así que nos encontrábamos con mascarillas en nuestros rostros y con unas margaritas en nuestras manos, las mías eran vírgenes por supuesto.– Así que…- Joel me veía con una sonrisa de picardía en su rostro y yo por mi parte no podía dejar de sonrojarme.- Cuéntamelo todo por favor,
Desperté con una fuerte migraña, el olor a gasolina y orina era nauseabundo, abrí los ojos como pude, todo estaba demasiado oscuro, observe todo a mi alrededor y conforme mi vista se iba adaptando a la oscuridad la realidad me dio un golpe, oh no, Denzel, Joel, ¿Donde estaban? y ¿Por qué ese hombre me había dicho que Denzel era un mafioso? Lo llamo amigo, y Denzel lo amenazó, jamás había escuchado que le hablara a alguien de esa manera. La puerta se abrió y entró una luz cegadora, era el mismo hombre, pero esta vez venía solo, se había cambiado y afeitado, era bastante alto y no parecía tener más de 40 años. – Muy bien, lindura, al parecer estas llena de sorpresas, después de que te desmayaras tuvimos un pequeño percance con tu amado esposo, me dio una pequeña paliza y bueno, yo necesitaba algo de acción por eso mis hombres no intervinieron, él no salió del todo limpio dejame decirte.- Sonreía y pude notar que tenía el labio inferior roto, y un ojo magullado. – ¿Dónde están Denzel
Apenas recordaba lo que había pasado, hacía semanas del altercado en lo que ahora se, era la mansión Leopardi; sucedieron tantas cosas en tan poco tiempo que mi cabeza no podía procesarlo, después de darme cuenta de que Denzel estaba herido de bala, había gritado con desesperación a Zait para que nos auxiliara, él estaba a unos cuantos metros de nosotros asegurándose de que ningún hombre de Leopardi quedará con vida; pero en cuanto escuchó la desesperación de mis gritos llegó hasta nosotros de un par de zancadas, había conducido a toda velocidad con un Denzel intentando no perder el conocimiento, sonriéndome como si lo que tuviera fuera un resfriado, al llegar al hospital le habían inducido un coma, así que me encontraba en la cafetería del Hospital Virginia con Joel, quién había salido tan solo con un brazo roto. – Un dólar por tus pensamientos, peque.- Me sonrió con dulzura y yo quise llorar en ese momento, toda esta situación me sobrepasaba. – No lo necesitas, sabes muy bien lo q