Desperté con una fuerte migraña, el olor a gasolina y orina era nauseabundo, abrí los ojos como pude, todo estaba demasiado oscuro, observe todo a mi alrededor y conforme mi vista se iba adaptando a la oscuridad la realidad me dio un golpe, oh no, Denzel, Joel, ¿Donde estaban? y ¿Por qué ese hombre me había dicho que Denzel era un mafioso? Lo llamo amigo, y Denzel lo amenazó, jamás había escuchado que le hablara a alguien de esa manera. La puerta se abrió y entró una luz cegadora, era el mismo hombre, pero esta vez venía solo, se había cambiado y afeitado, era bastante alto y no parecía tener más de 40 años. – Muy bien, lindura, al parecer estas llena de sorpresas, después de que te desmayaras tuvimos un pequeño percance con tu amado esposo, me dio una pequeña paliza y bueno, yo necesitaba algo de acción por eso mis hombres no intervinieron, él no salió del todo limpio dejame decirte.- Sonreía y pude notar que tenía el labio inferior roto, y un ojo magullado. – ¿Dónde están Denzel
Apenas recordaba lo que había pasado, hacía semanas del altercado en lo que ahora se, era la mansión Leopardi; sucedieron tantas cosas en tan poco tiempo que mi cabeza no podía procesarlo, después de darme cuenta de que Denzel estaba herido de bala, había gritado con desesperación a Zait para que nos auxiliara, él estaba a unos cuantos metros de nosotros asegurándose de que ningún hombre de Leopardi quedará con vida; pero en cuanto escuchó la desesperación de mis gritos llegó hasta nosotros de un par de zancadas, había conducido a toda velocidad con un Denzel intentando no perder el conocimiento, sonriéndome como si lo que tuviera fuera un resfriado, al llegar al hospital le habían inducido un coma, así que me encontraba en la cafetería del Hospital Virginia con Joel, quién había salido tan solo con un brazo roto. – Un dólar por tus pensamientos, peque.- Me sonrió con dulzura y yo quise llorar en ese momento, toda esta situación me sobrepasaba. – No lo necesitas, sabes muy bien lo q
Tarde unos minutos en terminar de procesar de lo que estaba hablando, al principio creí que bromeaba como siempre lo hace, esperaba que en cualquier momento soltara una risa estridente y ambos nos pusiéramos a reír, pero pasaron los minutos, quizá horas, y eso no sucedió.No podía articular palabra alguna, solo estaba totalmente quieta con lo que imaginaba sería la peor expresión de idiota que haya tenido jamás, el esperaba una respuesta, por supuesto que la esperaba, pero yo no sabía que decir, ¿Por que me confesaba esto precisamente ahora? Quizá el miedo que tuvo habló por él, tenía que decirle algo, pero no fui la primera en hablar, su mirada había bajado hasta sus manos de nuevo después de su confesión y en ese momento la levantó ligera y lentamente para hablar con la voz menos audible que escuche de el jamás.– ¿No vas a decirme nada? Yo se que te acabo de arrojar una bomba, pero no es tan malo, no estoy intentando nada, solo que tenía que decirlo en algún momento.Parecía genui
Cuando escuche el primer tono del celular mi corazón se aceleró en automático, sabía que era Zait pues se había quedado con el celular de Denzel y sonó con su tono determinado, con mis manos temblando respondi el celular, quise pronunciar un hola pero mi voz salió apenas audible, estaba segura de que Zait no había escuchado así que me obligue a hablar de nuevo. – Zait, lo siento ¿Qué pasa? ¿Está Denzel bien?– Será mejor que vengan cuanto antes señora. – Si, vamos para allá, pero dime si está bien, por favor. - Mis manos comenzaban a sudar y mi corazón no podía ir más fuerte. – No del todo, pero estará bien, usted sabe lo fuerte que es. – Estamos saliendo en este momento.Me levanté de un salto y empecé a ponerme el abrigo para bajar corriendo las escaleras, Joel quien se había incorporado poco después de que respondí el teléfono, se levantó del futón y empezó a seguirme por toda la habitación lo cuál me ponía más nerviosa. – Pequeña, espera, tranquilízate un poco, te puede hacer
Mientras Denzel me sostenía del brazo y me jalaba bruscamente hacia la sala yo solo podía pensar en mi bebé, ni siquiera sabía cuantas semanas tenía, Denzel jamás había sido violento conmigo ni me había dado razones para temerle, pero lo último que le dijo Joel, de verdad lo había hecho enojar. Joel tenía esa increíble facilidad para hacer enojar a las personas, y le encantaba, especialmente hacer enojar a Denzel, porque sabía que no se enojaba gravemente, hasta ahora. Una vez Joel le había dicho que nos besamos, en ese momento Denzel palideció y se levantó de donde estaba, estaba apunto de golpearlo o eso me pareció, pero Joel empezó a reírse; era solo una broma que Denzel creyó por un momento. Seguramente ahora estaba pensando en esa broma y esta vez creía que era verdad. Siguió arrastrandome y cuando llegamos al sofá me arrojo con algo más de la fuerza necesaria, estábamos en un último piso, Joel tardaría en regresar por mí, no tenía otra que defenderme, él no me golpearía ¿O si
Me quite la toalla del cabello y conecté el secador, empecé a moldearlo poniendo la velocidad al máximo con la esperanza de que el estruendoso ruido sofocara mis pensamientos que parecían gritar a través de cualquier cosa, la ducha no ayudó mucho, dudaba que la secadora lograra algo. ¿Por qué estaba tan nerviosa?Recuerdo haber estado así de inquieta la mañana de la boda, pero es normal, se supone que sería el día más feliz de mi vida y, también se supone que solo te casas una vez en la vida, ¿Porque estoy pensando en esto? No es que quiera casarme de nuevo, ni siquiera lo he firmado, no debería estar pensando en una segunda boda. Comencé a sumergirme en mis pensamientos cuando escucho sonar el teléfono, casi tropiezo al correr para contestar. – ¿Hola? Es mi mejor amigo Joel, seguro llama para intentar acompañarme, pero ya le dije cientos de veces que estoy bien. – Pequeña, esto debe ser muy difícil para ti, por favor déjame ir contigo, prometo que no lo voy a cachetear frente a
Pase la tarde con Joel en el mall, comimos algo y compramos un vestido de infarto para la cena de esta noche mientras Joel recitaba de memoria el discurso que le da el mayordomo a la mamá en juego de gemelas; ese de las piernas y el arma mortal. Termine decidiendome por un vestido de satin cobalto con un escote pronunciado en la espalda y una abertura en la pierna, en cuanto a Joel, su traje estaba divino, por supuesto, si vivió la mitad de su vida dentro de un closet tenía que aprender a vestirse exquisitamente, y así era, a donde iba siempre robaba suspiros, con su 1.80 de estatura, cabello rizado y oscuro y esos ojos cafés tan expresivos, definitivamente tenía a personas muy diversas totalmente a sus pies. Después de terminar las compras nos dirigimos a su departamento que estaba por supuesto en el penthouse de Coranta, situada nada más y nada menos que en el corazón de la ciudad, excelente ubicación, éramos casi vecinos cuando, claro, estaba casada con Denzel, lo cual fue hac
Mientras Joel se coloca a mi lado en la cama yo lucho por no llorar mientras empiezo a contarle lo que sucedió que me hizo pedir el divorcio. – Bien ¿Recuerdas a su secretaria a la que se refirió como muy humana verdad? Dabria, bueno, pues hace poco menos de un mes, iba saliendo de la oficina cuando vi el auto de Denzel entonces me detuve y ahí estaban, en el coche charlando demasiado juntos. - Se me quiebra la voz en esa última frase y hago un esfuerzo sobrehumano por no llorar. – Nena, ¿Eso es todo? ¿Los viste charlando muy juntos en un coche? Creo que estas sacando de proporción tus reacciones.- Me sonríe con dulzura y yo no puedo hacer más por no llorar, me hago un ovillo de nuevo y me lanzo sin ánimo para caer recostada en la cama en una posición muy vulnerable emocionalmente. – No hablas así con cualquier persona Joel, yo sé lo que vi, y conozco a Denzel, estaban a escasos centímetros y el no es de acercarse a las personas, nunca he visto que nadie le dé siquiera un abrazo ja