Amelia se mordió el labio y luego comenzo a justar el vendaje en su dedo.Con su actitud queria que el continuara, no pensaba ceder ni decirle nada mas... Pero se equivoco Amelia le miro, mientras señalaba una de las hojas -Sí, creo que esas medidas que han calculado no son correctas. Es muy fino, demasiado fino. El riezgo que estariamos asumiendo es demasiado grande, al final del dia es su empresa..-Mmm -murmuró él.- Entiendo lo que quieres decir incrementar el grosor de la inversion inicial de ambas partes, significaría elevar los costes y no estoy seguro de que los Adamos quieran eso.-Como te he dicho -continuó mientras seguía dándole vueltas a la venda- al principio ahorrarían dinero si mantenemos la propuesta del metal para el embalaje pero luego lo perderían por el incremento del porcentaje en el número de contenedores. Esas latas se van a abollar en cuanto las llenen en las fábricas, y van a perder más de las que van a conseguir llenar.Ryan puso una mano sobre la de ella.-
Ryan sabia que Amelia lo estaba despidiendo, al parecer el hecho de saber que tambien tenia una carrera de artista grafico aparte de su profesion como abogada. Saber susecreto habia hecho que ella trazara una linea entre ellos. El no era una persona chismosa y si ella queria mantener el secreto, el no diria nada, pero no era el moento de decirle eso. Mejor esparar a que se calmara un poco.Abigail se movio un poco para recoger las carpetas que ambos habian dejado en la mesa y Ryan prefirio cambiar el tema y darle un respiro a la caprichosa mujersita.-Abigail podrias hacernos un favor.-Diga para que soy buena Señor Ryan.-Informale al señor Calderon que el proyecto esta en marcha, con algunas variantes que se le informara en su oportuno momento.Ya estaba. Había ganado. El proyecto estaba en marcha y ni siquiera necesitaba quedarse a trabajar hasta más tarde. Sin embargo, ¿por qué se sentía defraudado?Dos dias despuesAmelia agarró las carpetas y le mostró a Aby el camino hasta la s
Aby se acercó a él, haciendoque una mueca de disgusto se instalara en sus rostro. Pero se dio la vuelta para que Ryan no viera cuanto le afectaba el acecamiento que su secretaria queria tener con el.-Estábamos preparando la sala. ¿Has visto la versión final que te dejamos ayer en la mesa de tu despacho? Amelia la termino el diseño para las latas justo a tiempo.-Sí, gracias, es fantástica -contestó mirando los papeles que tenía en la mano-. Oh, Aby ¿Sabes qué? Me la he dejado encima de mi mesa. ¿Serías tan amable de ir a buscarla por favor? Amelia y yo tenemos que hablar de algunas cosas antes de que lleguen los Adamos-Toma otra copia -dijo Amelia señalando con la cabeza las carpetas sobre la mesa, cualquiera con dos dedos de frente sabia que Ryan pretendia quedarse a solas con ella, algo que si etsaba en sus manos iba ha evitar. Lllevaba dos dias que no dormia bien a causa del estres por terminar la presentacion y los sueños recurrentes que tenia con el, hacinedole anelar una vida
-Aquí estamos -anunció John.- entras hacia las presentaciones de rigorHarriet Adamos se apresuró a estrechar la mano de Amelia, mientras le dedicaba una sonrisa-Hola, soy Harriet -dijo sin esperar a que John las presentara-. Y éste es Arthuro, ambos estamos deseosos de escuchar la presentacion.-Encantada de conocerlos. Yo soy Amelia De Lucas, mi compañero esta pronto a llegar, por favor tomen asiento. Ajustaremos la pantalla y estaremos listos.Harriet tendría unos cincuenta y pocos años y era una mujer fuerte, con una cara redonda y una sonrisa afectuosa, por los informes que Ryan le entrego Amleua sabia que ella era el verdadero cerebro de la empresa, asi que se concentro en tratar de impresionara la mujer de manera discreta. Arthuro Adamos era sólo un poco más alto que su mujer y su sonrisa, si no tan amplia, sí era igual de afectuosa. Estaba mas nerviosa, consulto su reloj y contrajo el ceño Ryan llevaba mas de quince minutos fuera, no podia retrazar mas la presentacion asi q
Amelia DeLucas paso su mano por la ventanilla del taxi, llevaba más de diez horas de vuelo. No sabia que se le habia metido en la cabeza a su mejor amiga cuado decidio fugarse y casarse con su novio aquí en Las Vegas. Dios, Rosa solo había salido con Jefferson por menos de seis meses. Aun recordaba la llamada que le hizo para decirle que se casaba en unas horas y que esperaba que pudiera asistir y ser su dama de honor, el dolor de cabeza que había tenido desde ese momento comenzaba a tomar fuerza. Consulto la hora en su móvil, la medicación comenzaba a dejar de surtir efecto. Busco en su bolso de mano y tomo una tableta de comprimido y el pomo de agua. Le faltaba como veinte minutos para llegar a su destino tiempo suficiente para que el medicamento apaciguara el insipiente dolor que estaba comenzando a sentir. Ella solo podía rogar por llegar a tiempo y poder poner algo de sentido común en la cabeza de Rosa antes de que dijera el si quiero. Una boda así no era buena idea, si Rosa q
No tenía intención de discutir sobre Ryan. Ella y Rosa nunca se habían sentido atraídas por los mismos hombres. Y no estaba dispuesta a tener una discusión sobre cual de los dos hombres era más atractivo el futuro esposo de su amiga o el sexy padrino. Además tenía algo más importante de qué hablar. Se preguntaba cómo iba a lograr convencerla para que abandonara una idea tan precipitada. -¿Qué es esto? -preguntó sacando el ramillete. -Se supone que es para mí, pero déjalo, tenemos que hablar. Esto no está bien, y tú lo sabes. -Por supuesto que no, sólo mi abuela llevar las flores en la cintura. - mientras le lenzaba estas palabras con una mirada picara en los ojos A Rosa y le gustaba malinterpretarla a propósito, sabiendo que esto la sacaba a ella de sus casillas. -Rosa, cambies el tema sabes bien de lo que estoy hablando, la boda. Rosa continuó mirando las flores sin hacerle caso. Por fin alzó la vista y sonrió. -Ya lo tengo. Te lo sujetaré al pelo. Acércate al tocador
Amelia camino hacia el pequeño cuarto de baño que su amiga le habia indicado, para salir unos minutos mas tardes ajustandose los tirantes del vestido. Se quedo parada y miró a Rosa a los ojos. -Probablemente nos queremos más de lo que se quieren las hermanas se pueda querer, no deseo otra cosa más que tu felicidad. Pero también quiero a tu madre y eso tu lo sabes de sobra. Sé que piensas que ella haría lo que tú le pidieras, pero no tenía por qué recogerme cuando mi madre murió. No tenía por qué cuidarme y quererme, pero aun asi lo hizo porque es una bellísima persona y no puedo soportar pensar el daño que esto le va a causar. Por favor, no te cases hoy. Espera sólo un par de meses. ¿Qué pueden importarte un mes o dos más? -¿Por qué sigues intentando hacerme cambiar de opinión? Esto es lo que quiero. Es lo que quiere Jeff. Va a ser para siempre, pero quiero que ese siempre comience hoy. Por favor, Amy, deséame felicidad y sé mi madrina de boda como habíamos planeado desde niñas. T
Era comprensible, se dijo Ryan. Rosa estaba guapísima: alta, rubia. Hacían una buena pareja. Sin embargo, pensó, parecía cansada al lado de Amelia Justo en ese momento Amelia lo miró. Con el ceiío algo fruncido y el mentón desafiante, parecía que le echaba a él la culpa de algo. Se acercó a ella, mejor era firmar una treugua o tratar sus mejores amigos se casaban y ellos no debian de arruinarles su gran momento. -¿Qué? -preguntó -Eso era lo que iba a preguntar yo. -Estabas ahí contra la pared como si fueras un semáforo, pero no sé qué tratas de decir. -Sólo me preguntaba si todo estaba en orden. -Todo perfecto, no podría ser mejor. Estoy a punto de ver cómo mi mejor amiga se casa sin que estén sus padres presentes, que ni siquiera lo saben. No sabemos como reccionaran cuando se enteren, sali corriendo de mi casa, llame a una de mis colegas para que se hicieran cargo de mi trabajo y solicitaran un permiso para mi, tome un vuelo, luego tuve que esperar en la terminal por otro, ll