Reymond le dijo a Jeremith la razón de por qué Perla no había llegado al funeral.—Tan poco le importo. —Dijo con amargura.—¿No te parece extraño? Al menos debió disimular y asistir.—Quizás no quiso darle la cara a mi familia, Perla es cobarde, traicionera.—Me parece que por lógica debió venir, si matas a alguien haces todo para no levantar sospechas.***Perla se recostó en la cama a descansar un poco, aunque era imposible hacerlo, tenía muchas cosas en su mente por las que preocuparse, además la tristeza que sentía por la partida de Jeremith.Fabiola llegó con una vasija con hielo y un paño pequeño. Perla agarró un cubo de hielo y lo puso sobre el área del rostro que se había tornado en color púrpura. Además del moretón, Perla se notaba muy triste, con sus ojos apagados e hinchados, las últimas horas había llorado en reiteradas ocasiones.Fabiola se sentó a un lado de la cama. —¿Qué va a ser de nuestras vidas? Arturo nos tiene en sus manos.—Convenceré a Arturo de que te deje r
Perla salió a la terraza y no se percató de que al al fondo al lado izquierdo había un hombre de cabello rojizo, estaba abatida y desesperada, deseaba desaparecer de aquel lugar, si su madre y su hermano no estuvieran en las manos de Arturo, ella no lo pensaría dos veces para huir y desaparecer para siempre.Jeremith estaba ensimismado en sus pensamientos de dolor y rencor, de pronto volteó para regresar adentro y vio a Perla, el corazón se le aceleró, volvió a voltearse dándole la espalda, tomó una bocanada de aire y pensó:"Daría lo que fuera por acercarme a ella, no entiendo por qué está aquí, debería estar adentro fingiendo ser la viuda doliente." De pronto Arturo llegó a la terraza, Jeremith corrió a esconderse detrás de una columna junto a la pared, deseaba poder escuchar lo que hablaban, pero estaba como a veinte metros de distancia, era difícil desde allí escuchar con claridad lo que decían, sin embargo afinó el oído para intentarlo.Perla cerró los ojos y suspiró en silencio
Arturo llegó a la habitación de Perla, entró sin antes tocar la puerta, por dentro estaba lleno de dudas, le daba la impresión de que Perla intentaba engañarlo, pero esa misma tarde la pondría a prueba. Se sentó en la cama a esperar que ella terminara de ducharse.Minutos más tarde ella salió del baño secando su cabello con una toalla pequeña, su cuerpo lo tenía cubierto con una bata de baño. Ella ya presentía lo que Arturo iba a hacer, por lo que asumió una actitud serena y caminó hacia la cómoda, dejó la toalla a un lado y agarró el peine, comenzó a pasarlo por su cabello. Arturo la observó por un rato sin mover sus ojos a otra parte, luego se puso de pie y se acercó a ella por detrás y le agarró los hombros, Perla sintió el rechazo en cada músculo de su cuerpo, respiró hondo pero en silencio, aunque su pecho subía y bajaba con cada respiración. Arturo olió su cabello y muy cerca de su oído le dijo:—Me encanta tu aroma —inhaló por la nariz atrapando su aroma—. Es auténtico, podrás
Perla fue trasladada a la clínica en estado de gravedad, Fabiola se encontraba desesperada y se quedó llorando en la sala de espera, Arturo se quedó de pie recostado contra la pared del pasillo mientras recibía noticias de Perla. De pronto su celular sonó, era Reymond.—¿Dónde estás? El abuelo preguntó por ti.—Estoy en una clínica.—¿Y eso?—La madre de Perla me llamó, parecer que ella tuvo un infarto.—¡¿Perla?! —Si, al parecer tenía una deficiencia cardíaca y no lo sabía.—¿Y cómo está ella en este momento?—Aun no tengo noticias nuevas, desde que la ingresaron no nos han informado nada.—Dime en cuál clínica está, iré para allá.Después de hablar con Arturo Raymond le marcó a Jeremith.No me vas a creer la noticia que te voy a dar.—¿De qué se trata?—a Perla le dio un infarto, Arturo la llevó a una clínica.—¡¿Qué?! —Acabo de hablar con él, es que no se presentó más en la oficina y lo llamé para saber qué la había pasado y me contó todo.—¿Pero cuándo sucedió y en cuál clínica
Sin que Arturo lo notara, Reymond le envió un mensaje de texto a Jeremith.«Voy saliendo para la cafetería con Arturo, la madre de Perla está en la sala de espera con otros familiares, en alguna parte debe estar Savannah, la amiga de Perla, ten cuidado, que no te vea»Jeremith se encontraba en un auto en el estacionamiento de la clínica, en cuanto leyó el mensaje de texto, se puso una chaqueta de estudiante de medicina que un doctor le consiguió para que él pudiera entrar al área donde tenían ingresada a Perla como un estudiante, también se había puesto una peluca y un par de gafas de fórmula, en verdad adquirió la apariencia un joven estudiante de medicina.Subió por las escaleras para evitar toparse el ascensor con Arturo o tal vez con Savannah, sabía que ella era astuta y podía reconocerlo. Cuando llegó al piso donde tenía la Perla, miró hacia donde estaba la familia Brown, Fabiola se veía muy quebrantada y triste, Jeremith respiro hondo, se preguntó si esa mujer era cómplice de su
Jeremith y Reymond se reunieron con el abuelo en el hotel donde él se estaba hospedando desde que fue dado de alta, le dijeron todo lo que estaba sucediendo.—Así que esa mujer se está muriendo. —Jeremith respondió.—No digas eso.—¿Acaso ya se te olvidó lo que te hizo? El hecho de que esté tan enferma no justifica sus acciones y la infamia que te hizo con Arturo. —Jeremith agachó la mirada, a él en verdad le había afectado y Perla estuviera en esa situación, su corazón estaba enamorado de ella simplemente no podía desearle la muerte.—No lo he olvidado, simplemente no puedo desearle el mal a nadie de esa manera, una cosa es querer hacer justicia y enviar a la cárcel a esos criminales, otra muy distinta es desear que muera.—No he deseado que muera, pero tampoco me agrada verte sufrir por una mujer que no lo merece, mejor concéntrate en tu vida en tu futuro, deberías reconciliarte con Silvana, durante meses esa mujer ha demostrado cuánto te quiere.—No me hables de Silvana, no la amo
—Perla no recordaba del todo muchas cosas, menos sabía que Arturo la tenía secuestrada a ella y a su familia, aunque sentía hacia él el mismo rechazo y presentía cosas peores.—¿Qué haces aquí Arturo? —¿Qué esperabas? ¿Que no viniera a ver a mi mujer?—Yo no soy tu mujer, y no quiero verte. —Pero qué agresiva regresaste del más allá.—No quiero verte duro bebé prefiero estar sola que mal acompañada. —Arturo se carcajeó y le dijo:—Lamento no poder complacerte Ahora eres mi mujer y tengo derecho a estar aquí contigo.—¿De dónde sacas que soy tu mujer? Lo nuestro se acabó desde la vez que decidiste defraudarme.—Esa estupidez ya me lo has dicho muchas veces, sé que tienes problemas en la memoria, pero te voy a recordar que aquí mando yo no tú, soy tu marido y ser el padre ese mocoso que te hace en el vientre. —Perla crujió los dientes y agregó:—El padre de mi hijo es Jeremith.—Jeremith ya no pintan esta historia, olvídate de eso, Eres mía Perla, ni la muerte logró arrebatármela —Él
Como Perla está evolucionando muy bien y ya se encontraba fuera de peligro, Jeremith y Reymond llegaron a la conclusión de que era muy posible que ella y Arturo continuarían con el plan de reclamar la fortuna de Jeremith, ya que Arturo la frecuentaba en la clínica, entoces nuevamente sintió deseos de venganza, quería castigar a la mujer que amaba, también a Arturo quien toda la vida había visto cómo su hermano. Ese día se quedó mirando a Reymond, los dos encontraban sentados en la sala de la suite donde él se estaba hospedando, Jeremith encendió un cigarrillo y comenzó a fumar, reflexionó por un momento, luego le dijo:—Te has convertido en ese hermano que nunca tuve, eso debió ser así desde siempre. —Reymond pensó en lo que sucedió con Silvana, no o había manera de que pudiera justificarse consigo mismo, cargaba con la culpa, aunque rezaba al cielo para que eso jamás saliera a la luz, pues no quería herir a Jeremith, menos ahora que entre Perla y Arturo le habían causado tanto daño,