Perla tomó un taxi, cuando este arrancó Jeremith salió del club, pero ya era tarde ella se había marchado.Se quedó pensando, por su mente resonaban sus palabras:«Estoy embarazada»«Te mentí porque no quería abortar, es mi bebé»Reymond salió a buscarlo.—Creí que te había ido.—Aun no, pero lo haré.—No puedes marcharte, Perla tampoco debió hacerlo.—Ni tú ni nadie la aprecia, ella no se siente bien en medio de todos cuando sabe que la menosprecian.—Pues dile a tu esposa que no sea tan dramática, eres testigo de que todos la hemos tratado bien. Vamos adentro, no hagas que él abuelo se enoje, recuerda que Dimitri regresó y está al acecho de tu puesto, aprovechará cualquier error que comentas para mal ponerte delante del abuelo.—Tienes razón, pero…—Te peleaste con Perla.—Antes sí, pero nos reconciliamos.—¿Entonces por qué te ves tan preocupado? —Jeremith se agarró la barbilla y le dijo:—Perla está embarazada.—¡¿Qué?! ¿Pero por qué la embarazaste? Es muy pronto.—Fue la noche de
Jeremith se quedó un rato en el cóctel, conoció a nuevas personas del gremio inmobiliario, algunos provenían de México, Hamilton Inversiones había invertido en nuevos proyectos en Acapulco. Jeremith pretendía retirarse en irse a casa con Perla, pero el abuelo le reprochó delante de Dimitri y de Arturo.—¿Cómo pretendes dejar a todos plantados solo porque tú muejrcita no quiso quedarse un rato más? no es correcto lo que haces, esa no debe ser la actitud de un alto ejecutivo como tú. —Arturo le puso la mano en el hombro a Jeremith y con una voz apasible le dijo:—El abuelo tiene razón, eres un alto ejecutivo, esta noche estás representando a la familia, no puedes márchate sin una buena razón, Perla está bien en tu casa, nada le va a pasar.—Tienes razón, Perla comprenderá.Pasaron varios minutos, Arturo salió al jardín y sacó el celular, marcó el número de teléfono de la casa de Jeremith, Perla se había cambiado de ropa y se puso el pijama, estaba frente a la cómoda soltando el moño de
Jeremith llegó a la casa en la madrugada, entró a la habitación sin hacer ruido, se quitó la chaqueta y la corbata, después se subió a la cama, Perla estaba acostada de medio lado mirando hacia la orilla, él se acercó y en baja preguntó:—¿Estás despierta?—Si, ¿cómo te fue?—Bien.—¿Seguro?—Si. —Perla se volteó y quedó de frente con él, lo miró a los ojos.—¿Qué decidiste?—Si te refieres a tu embarazo estoy feliz, voy a ser papá, ya era hora.—Creí que te ibas a enojar porque falsifiqué la prueba.—Yo fuí el que te puse en ese aprieto, te pido perdón.—No me pidas perdón por favor.—¿Por qué? —Perla pensó dentro de sí:"Porque aún hay muchas cosas que te estoy ocultando."—¿Por qué te quedas callada?—No es necesario que me pidas perdón. —Jeremih beso sus labios con amor, se quedó mirándola fijamente, luego le dijo:—Cuando te miro no sé qué es lo que me produce, cada vez que te veo siento la inmensidad del universo dentro de mí, como si mi corazón se llenará de vida solo al contemp
Al medio día Dimitri llegó al comedor, como siempre con sus hombros erguidos y saludó a los presentes, luego se sentó en la silla de Jeremith, la del lado derecho del abuelo, Altagracia le dijo:—¿Por qué usas la silla de Jeremith? —Él puso una expresión algo burlesca y miró a todas partes, luego miró el reloj.—Ya son las doce y dos minutos, Jeremith no llegó, por lo visto su flamante esposa lo detuvo. —Arturo estaba sentado junto a Ximena, en secreto estaba anhelando que Dimitri soltara la bomba. Él abuelo preguntó:—¿Por qué Jeremith no está? Él sabe que el almuerzo de los sábados en familia es una tradición a la que no puede faltar. —Altagracia ya estaba enterada de que Jeremith se había ido de viaje.—Salió de la ciudad.—¿A dónde se supone qué se marchó sin ni siquiera avisarme?—La verdad no lo sé papá, llamó al mayordomo y me dejó el mensaje avisando que no vendría.—Hay que ver que Jeremith está cambiando demasiado, últimamente hace cosas que me hacen sentirlo como a un extr
Jeremith y Perla llegaron a una casa que él tenía en Punta Cana, esta quedaba en un complejo turístico cerca de la playa, en un hermoso lugar apartado del bullicio de la ciudad. Era una casa muy hermosa, de dos niveles y con muchos ventanales, en su mayoría con vista al mar. Una mucama tenía todo preparado, había arreglado la habitación principal para recibir al joven heredero con su esposa, ella se llamaba Rosa. También había llevado a un chef el cual les preparó un delicioso almuerzo.Los dos fueron a la habitación, Jeremith le dijo:—¿Te gusta la casa?—Es muy hermosa. Él le tocó la mejilla y sonrió mientras la miraba a los ojos.—No sé por qué siento que este viaje es tan especial, aún no logro entender cómo has logrado hacer que mi vida tenga sentido, hasta un corto viaje como este ahora es especial gracias a ti. —Perla sonrío cándidamente y agachó la mirada por un momento, luego le dijo:—Yo tampoco logro entender nada de lo que sucede entre los dos, es que todo ha sucedido dem
En la noche Jeremith estaba en la sala esperando a Perla para marcharse juntos al yate. Se deslumbró al verla llegar a donde él estaba. Ella llevaba puesto un vestido largo de seda color azul celeste, este tenía un aspecto delicado, con volados que caían como cascadas a lo largo de su cuerpo, el color resaltaba sobre su piel blanca y tersa. Su cabello ondulado atrajo a Jeremith como un imán, una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro, dio algunos pasos y se acercó a Perla, levantó la mano y tocó su cabello.—¡Estás tan hermosa!—Gracias. —Respondió Perla con una sonrisa como de candidata de belleza. Jeremith observó su cuello, allí colgaba una fina cadena de oro que Perla siempre usaba, de inmediato pensó en comprarle un collar, ya era hora de que su esposa poseyera lindas y costosas joyas dignas de la esposa de un millonario. No se aguantó las ganas y le dio un beso en los labios, en sus adentros se dijo:"Qué extraño que antes no la haya atrapado otro hombre, es tan hermosa,
Llegaron al puerto y subieron al yate, este era inmenso y Perla estaba sorprendida.—Es mucho más grande de lo que pensé.—Si, mi papá tenía gustos extravagantes, lo mandó a hacer a su gusto, lo hizo pensando en la familia y en mi mamá. Perla puso una cándida sonrisa, pensó en la familia de Jeremith, sabía que jamás la aprobarían como su esposa. Él la llevó a la cubierta y le enseñó todo lo que había, se acercaron al área donde estaba la piscina, también le mostró el área donde se alojaban dos lanchas y las motos de agua que el yate tenía como accesorios. Perla aún no podía imaginar tanto lujo, no comprendía el nivel de riqueza que algunos poseían, mientras que otros a duras penas podían pagar el alquiler ya cada y hacer las compras del mes, sintió que había un gran desequilibrio en el mundo; irónicamente ahora llevaba en su vientre un niño que quizás nunca iba a conocer la escasez, tal como su padre, que se le hacía tan fácil concebir tales lujos. —¿Qué te parece?—Muy bonito, su pa
El domingo regresaron a la casa al atardecer, Jeremith alzó a Perla en la entrada, estaban felices, como los recién casados.La mucama salió a atenderlos y dijo:—Esta mañana llegó una encomienda de la joyería P&O lo dejé en la caja fuerte del pasillo.—Gracias Rosa, por favor entregaselo a mi esposa.Perla subió a la habitación, se cambió de ropa y se puso una bata cómoda, después comenzó a empacar la ropa porque iban a regresar a Chicago en la madrugada, entonces quería tener todo listo para dedicar el resto de la noche a pasarla con Jeremith. Rosa le llevó la caja que llevaron de la joyería, esta estaba envuelta en una seda color gris amarrada con lazo que tenía un lindo moño en el centro.—Aquí está la encomienda de la joyería señora.—Está bien, déjala sobre la cómoda.Cuando quedó sola Perla agarró la caja, tiró del moño y desbarató el nudo, luego retiró la seda. Era una caja de madera dorada, la abrió, dentro había varios compartimentos, allí estaban las joyas que eligieron, a e