***Rayan movía su pie impaciente dentro del elevador preocupado por Leticia. Siempre se ponía muy nervioso cuando alguien estaba enfermo a su alrededor, aun cuando no lo mostraba visiblemente. Y más ahora que Leticia estaba actuando muy extraño. No podía quitarle ojo de encima.Entró a la casa con la bolsa de medicinas, una caja con gelatinas y dos vasos de té de manzanilla con crema suave. Lo dejó sobre la mesa y fue al baño a ver si Leticia había salido y la puerta estaba abierta. Estornudó apenas se acercó pues algo le picó dentro de la nariz y no supo que fue.-Babyyyy- la llamó al darse cuenta que no estaba allí y caminó en dirección a su habitación.No la encontró allí, ni en la cama, ni en el baño de esta.-¿Leti?- la volvió a llamar frunciendo ligeramente el ceño porque no creía que Leticia se hubiera ido así simplemente, sintiéndose enferma y sin avisarle. A menos que fuera una llamada de su prima con lo que no pensaba y solo actuaba, o de su padre que ni siquiera quería pen
Gavel dejó la bolsa de cosas de Cassandra en el sofá de la casa de ella mientras la mujer se dejaba caer con una leve sonrisa en los labios y se acomodaba los anteojos.-No hay nada mejor que estar en casa. Otro día más metida en aquel cuarto y yo misma me hubiera fugado.-Y en tu condición estoy seguro que mi padre te hubiera ido a buscar- Gavel se sentó a su lado- ¿Estás cansada? ¿Quieres dormir un poco?Cassandra abrió los ojos.-Llevó días en una maldita cama, acaso crees que este cuerpo lo que quiere es cama- su tono era tranquilo- Más bien, me daré el baño de mi vida, me siento asquerosa.-No estás asquerosa- Gavel agarró su mano y le besó los nudillos sin ser brusco o aumentar demasiado el contacto. Al menos ya sabía que podía hacer aquello sin que ella se estremeciese o lo rechazara.Cassandra alzó una ceja.-Eso sonó cursi incluso para ti- se levantó estirando su cuerpo haciendo sonar su espalda tensa.-Puedes revisar la casa como quieras solo no dejes muchas feromonas como a
Cassandra intentó no pensar en el hecho que dada su situación y al ser un alfa le sería complicado aceptarlo. Imagínate, una mujer beta que había sido tocada por otro alfa. No era como en el caso de un omega donde sería marcado de por vida. Lo de ella sería temporal, pero en su cuello de seguro quedarían marcas y en el recuerdo lo que había ocurrido.Se retiró las gafas y se apretó el puente de la nariz.Como que ella estaba bastante grandecita para estarse revolviendo el cerebro con este tipo de preocupaciones e inseguridades. Solo que la idea de ser botada, dejada de lado hizo que su pecho palpitara. Gavel podría estar ahora a su lado, pero con su historial de dejar a sus parejas con facilidad, no sería problema en dejar de lado a alguien que no satisfacía ni sus deseos ni expectativas.Y es que ella qué tenía además de lo que los demás llamaban un hermoso rostro y cuerpo.No mucho la verdad. Dinero, porque se mataba trabajando por lo que apenas tenía tiempo, problemas familiares,
Leticia apretó los ojos con fuerza al sentir el látigo golpear justo al lado de ella astillando el suelo. Al menos se había movido los milímetros necesarios para que no la golpeara. Uffff, al menos un alivio. A pesar de tener los ojos cerrados sus oídos seguían igual de afilados. Pero podía jurar a los cuatro infiernos que a esa altura tenía al menos una costilla rota. Un puño pasó rozando su mejilla no impidiendo que su labio inferior se rompiera y por consiguiente la sangre corriera por su la barbilla. Lo último que le faltaba. Ahora como justificaría eso. Tenía una imagen que mantener. Tuvo un impulso de gruñir y demostrarle a los que la tenían allí que ella no era una cachorra indefensa y que podía dejarlos noqueados en solo segundos. Mas se contuvo, más bien, todo ese tiempo no gritó ni una sola vez a pesar de estar de rodillas, con las manos atadas en la espalda y siendo golpeado una que otra vez si podían asentarle. Había sido prácticamente arrastr
Una hora antesLeticia ajustó los audífonos de cascos mirando por la ventana del metro. La música estaba alta, tanto que podía darle dolor de cabeza a cualquiera pero para ella era la única forma de desconectarse del mundo donde vivía. Pues a pesar de residir en una inmensa mansión, que su padre estuviera forrado de dinero, ella no era precisamente feliz.Ocultaba su verdadera naturaleza bajo la fachada de una loba alfa.Ridículo ¿verdad? Pues no para los tiempos actuales.Y ejemplo de ello eran los miles de carteles por todas partes del metro donde promocionaban miles de pastillas para ocultar tu olor y otro millón de sprays con olor que te permitía hacerte pasar por lo que desearas. Porque ya no eran los tiempos de antes, donde un lobo era el alfa de la manada, el resto la simple manada y por último los omegas renegados.No.La sociedad había cambiado tanto, prácticamente habían mutado y los conceptos alterados. Ahora tenías una categoría
Salió corriendo por donde había cogido el grupo guiada por rastro nauseabundo hasta que los divisó debajo del puente. Se habían movido rápido y habían rodeado al chico. Y ya lo habían golpeado en la cabeza provocándole una buena contusión. Leticia se retiró los cascos y los colgó en el cuello mientras bajaba las escaleras de dos en dos en dirección a ellos.-Oye- les gritó para llamar su atención- No creen que son muchos para tratar con un simple beta- se paró detrás de ellos con una posición despreocupada con las manos en los bolsillos- Eso es de cobardes-Aquellos tipos se giraron. Entre ellos había uno que olía a alfa, ese debía ser el líder, un hombre de gran tamaño pero con aspecto desaliñado y consumido por la droga. Su olor era tan nauseabundo que Leticia arrugó la nariz otra vez.-&i
Rayan salió de la ducha con solo una toalla en su estrecha cintura. Como todo alfa había desarrollado los músculos adecuados sin casi ningún esfuerzo, brazos duros, espalda ancha, pectoral formado, abdomen definido, piernas torneadas y trabajadas. Y algunos de sus compañeros betas le reclamaban constantemente, más él no les prestaba atención. Necesitaba ese cuerpo y fuerza para su trabajo. Había elegido esa vida y le gustaba. Los trabajos convencionales no eran para él.Llegó a la sala y sintió un olor característico. Tenía visita.-Llegaste rápido pa- miró al hombre atractivo y masculino, muy parecido a él en el sofá y se sentó delante de él sin preocuparse de vestirse.El alfa ni siquiera se inmutó por el comportamiento despreocupado de su hijo. Ya era un adulto de 27 años y bastante independiente. Incluso ha
Rayan caminaba por la calle con un objetivo específico a plena luz de la tarde. Hacía media hora había recibido la llamada de uno de sus compañeros de pandilla diciéndole que tenían el objetivo en la mira, lo habían localizado bastante rápido, su manada era eficiente. Y ahora avanzaba confiado por la acera. Allí, sentada en una de las mesas de la cafetería, sin estar consciente de su alrededor ni del depredador que en este caso era él, estaba su presa.Ajena a su entorno Leticia repasaba las notas que había tomado para el examen que pronto se acercaba. Debía sacar la mayor nota posible y sabía que en su casa no se podría concentrar, y ahora menos cuando sintió que alguien se tiraba en la silla delante de ella. Al alzar la cabeza se encontró con un par de orbes verde que la miraba de forma burlona. El cuerpo de la omega se tensó en respuesta. El reci&ea