Me senté por un momento en el sofá, sintiendo como mi cuerpo me estaba traicionando, ya que estaba creciendo dentro de mí el deseo de volver a besar a Adrian, notando en mi entrepierna como se estaba humedeciendo, sin darme cuenta de que mi amiga Bianca había entrado en el salón, en cuanto salió Adrian
— Alice ¿estás bien? ¿qué ha pasado? ¿y quiénes son esos hombres? — me pregunto mi amiga
— Bianca, ¿que he hecho? acabo de aceptar las condiciones de ese cabrón — le dije
— Es lo mejor por ahora, si no quieres darle un hijo, no dejes de tomarte las pastillas, a lo mejor se cansará o se creerá que no vales y se divorciara de ti — me dijo mi amiga
Estabamos hablando tranquilamente mi amiga Bianca y yo en el salón, cuando de pronto vimos entrar en el a Adrian, con una sonrisa en sus labios, dirigiéndose hacia el sofá donde estabamos las dos sentadas, pero sentándose él a mi lado cogiendo con su mano la mía
— Bueno creo que os dejaré a solas, recogeré mis cosas y Alice cariño sabes que siempre que me necesites estaré aquí para ti — me dijo mi amiga Bianca, marchando seguidamente del salon
Adrian y yo nos quedamos solos, sintiendo sus dedos en mi mano, haciendo que mi cuerpo reaccionara, y lo deseara, cosa que no iba a consentir por ahora.
— Ya se han marchado los hombres, ahora te toca a ti cumplir tu palabra y espero que seas una buena esposa o tendré que enseñarte a serlo ¿de acuerdo? — me dijo llevándose mi mano a sus labios, para darme un beso, que me hizo estremecer
— ¿Qué quieres que haga? tu me pedistes un hijo, pero no me dijistes porque lo deseas tan pronto — respondí
—- Desde que acabé la universidad, he querido siempre hacerme cargo de las empresas Wilson y por cierto ahora mismo soy uno de los directivos, pero no dueño, y tener un hijo ahora, es la condición que mi padre me ha impuesto para ser dueño de las empresas — me dijo
— ¿Por qué no buscaste un vientre de alquiler o una mujer que quisiera dártelo? – le pregunté
— Alice tu eres la única hija de Conor y vi que eras presa fácil para engañarte cuando te vi en las Vegas y así fue, una niña mimada, cuatro copas y te hice mi mujer en un abrir y cerrar de ojos, que quieres que te diga querida, me vistes irresistible y yo asi consegui lo que quería — me dijo,
Levante el brazo para darle un fuerte bofetón, pero me cogió el brazo con su mano, tumbandome en el sofá, poniendo su cuerpo encima de mi cuerpo para que no me moviera
— No se te ocurra nunca, si no quieres saber como te domaré, eres mia y harás todo lo que yo te pida, me estas escuchando Alice, to-do, lo que yo te pida y quiera — me dijo mientras sentía como su mano acariciaba mi entrepierna, haciendo que cerrara los ojos por el placer que me estaba dando
— Ejem – escuchamos a mi amiga Bianca desde la puerta del salon
Adrian se apartó de mi cuerpo levantandose del sofa y asi me pude levantar del sofa y acercarme a mi amiga, viendo como tenía a su lado su maleta preparada
— Alice me marcho, si me necesitas llámame, aunque espero que te haga feliz — dijo mi amiga con sarcasmo mientras miraba a Adrian
— Nosotros nos tenemos que marchar también, mi padre quiere que te lleve a casa a comer, y que conozcas a mi familia — dijo Adrian, quedándome algo extrañada
— Te acompaño a la puerta Bianca, — le dije marchando las dos amigas del salon
Cuando ya llegamos a donde mi amiga tenía su coche aparcado, mi amiga me miró sonriendo
—- Alice no lo dejes escapar, lo que daria yo por tener a mi lado un hombre como él — me dijo haciendome sonreir
—- Calla loca, me ha engañado para que me casara con él y así quedarse su familia con todo lo que realmente me pertenece, lo odio por eso — le conteste
— Lo veo mal, pero Adrian es un hombre muy apuesto y muy guapo — me susurro
Una vez que mi amiga se marcho, cerre la puerta de mi casa y me fui hacia la cocina donde se encontraba mi nana Eloisa, acercándome a ella para reconfortar, ya que estaba sentada en una de las sillas con sus manos en la cabeza
— No te preocupes nana, nadie podrá echarnos de nuestra casa — le dije
— ¿Vas a sacrificarte mi niña? no creo que valga la pena cariño — me dijo ella
— Solo es un trato a cambio de quedarme en mi casa, verás como todo saldrá bien — le dije rodeando sus hombros con mis brazos, besando su frente
Cuando me iba a marchar de la cocina, me di cuenta de que Adrian también se marchaba del salon, extendiendo su mano para ofrecerme, me acerque hacia donde él se encontraba haciendo que lo siguiera al pasillo donde se encontraban los dormitorios, entrando en el que era el mío.
— Vístete que tenemos que marcharnos, mis padres me acaban de llamar porque nos están esperando — me dijo
Ya que me había levantado demasiado temprano de lo que suelo levantarme, entre en el cuarto de baño dispuesta a ducharme pero pensando, que me importaba un carajo si llegabamos tarde a la comida que los padres de Adrian nos habia invitado, Asi que dentro del baño me fui quitando la ropa muy pausadamente, hasta que me quedé completamente desnuda. Abrí los grifos, dejando que el agua estuviera como a mi me gustaba, entrando en la ducha seguidamente, me enjabone casi todo el cuerpo, cuando de pronto sentí la dura erección de mi supuesto marido en mis glúteos, girandome enseguida para enfrentarlo, quedando los dos de frente.
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Adrian me miraba el cuerpo de arriba abajo, haciéndome sentir que me estaba comiendo viva con sus ojos, haciendo que por un momento deseara que realmente me comiera viva y no solo con su mirada, pero pudo sus manos en mi cintura girando así mi cuerpo para quedar de espalda a él— Pronto me darás mi heredero, no tengo ninguna duda — me susurro en el oído— No seas tan creído, con mi cuerpo mando yo – le dije riéndome por lo que acababa de decirmeDespués de un intento de follar por parte de Adrian conmigo dentro de la ducha, nos marchamos los dos al dormitorio para vestirnos ya que según él, sus padres que yo no conocía todavía nos esperaban para comer. Una vez que ya estabamos vestidos aunque él no dejaba de mirarme por el rabillo de sus preciosos ojos, nos marchamos los dos del dormitorio hacia la entrada de la casa cruzandonos con Eloisa, mi nana en el corto pasillo que había hacia la puerta de entrada.— Señor Wilson el chofer ya les espera en la limusina — comento mi nana— Gracia
Estabamos los cinco sentados en los comodos sillones de aquel moderno despacho, cuando de pronto uno de los abogados empezó a hablarme como si me conociera de siempre— Alice permítame presentarme, me llamo Alexandre y en principio vamos a firmar un contrato de confidencialidad, ya que todo lo que se hable en este despacho, será absolutamente secreto, así como toda la información que vamos a leer hoy y aquí como cualquier conversación que en el futuro se tenga relacionada con este asunto, está usted de acuerdo supongo — me dijo el abogado cruzando los dedos de sus manos sobre aquella gran mesaEl hombre no era muy mayor ya que yo le contaba con unos sesenta años, tenía pocas canas que estaban enredadas en su pelo oscuro que le daba un aspecto muy serio y bastante formal, Su forma de mirarme era de cordialidad, estaba bien afeitado, aunque tenía algunos puntos de acné en su rostro, sin embargo la voz que tenía daba calma ya que era muy suave, dandome la sensacion de que podía contar co
Sabía que debía ser educada si no quería pasar parte de mi vida en la cárcel, aunque todavía no entendía el porque, asi que decidi no ofender a los Wilson, y escucharles sus cláusulas con algo de calma e intentar hacerles entender que yo no era esa clase de mujer con las que suponía solían tratar esa familia— ¿Seguimos entonces querida esposa? — me pregunto Adrian sin separar sus labios ni un centímetro de los míos— Está bien, sigamos con esta locura – les respondí algo más tranquila— Cuando firmé este contrato, aceptas las responsabilidades y las condiciones que ello implica, señorita Conor esta es la parte del contrato más delicada y le ruego que tenga paciencia antes de contestar –me dijo Alexandre– Como ya le ha dicho el señor Wilson, el matrimonio se celebrará dentro de dos semanas siendo el matrimonio con Adrian Wilson, mi cliente, totalmente legal obligandola a vivir con su entonces marido, bajo el mismo techo que él, ejerciendo de esposa, amante o sumisa, segun su esposo le
Aunque también tenia la opcion de no firmar aquel contrato, la verdad es que no me apetecía pasar ni un solo dia en la cárcel, aun estaba confundida ya que nadie me quiso explicar el verdadero motivo que tenían para amenazarme con esa historia, ya que mis padres fueron unos simples trabajadores con fortuna y yo era la niña mimada de mi padre y lo que no podía entender, era el porque y que es lo que hizo mi padre para que yo me viera en ese momento, en esas circunstancias, ¿porque nadie me quería decir nada?¿o era un simple capricho de niño rico y por eso me habían elegido para ser una sumisa esposa hasta que le diera un hijo y después dejarme arruinada y sola en la calle.? No dejaba de preguntarme y la verdad es que no entendía muy bien qué es lo que estaba sucediendo.Después de firmar ese contrato, los hombres se levantaron de sus sillones en cuanto yo me levanté dispuesta a irme de aquel despacho, Los abogados así como el padre de Arian me ofrecieron sus mano como despedida, march
Adrian corrió detrás de mí hacia el cuarto de baño que era el lugar donde yo me dirigia, cogiendo con sus brazos mi cuerpo para que no me cayera al suelo, quedándose a mi lado, fijandome en su rostro de preocupación— Lo siento, ahora limpiaré esto — le dije— Tranquila, tu no hagas nada, ahora lo limpiaré yo, deja que te ayude a tumbarte en la cama — me dijo con un tono autoritarioMe pude dar cuenta en Adrian que estaba más asustado que yo al verme vomitar, mientras me preguntaba— Alice ¿qué te pasa? tienes muy mala cara — me dijo— No lo sé, serán los nervios supongo – respondí sintiendo que me fallaban las fuerzas— ¿Te puedo ayudar de alguna manera? ¿Puedo hacer algo por ti? — me pregunto— No gracias,creo que necesito darme un baño solamente para calmarme, ya que estoy muy nerviosa y no me encuentro muy bien— le dije—- Pero si no estas bien amor, ¿como vas a bañarte sola?de todas formas me quedaré contigo hasta que se te pase ya que no te mantienes de pie — me dijoAdrian me
Adrian se levantó seguidamente de la cama, dándome antes un suave beso en mis labios, una vez de pie cogió su ropa y empezó a vestirse mientras yo lo miraba algo atónita. Le había visto dos veces desnudo, pero su cuerpo era lo más parecido a un Dios Griego teniendo que preguntarme ¿cómo un hombre como él, está tan bueno? y ¿cómo podía ser tan perfecto? la verdad que la unica explicacion que tenía era, que me estaba enamorando de él, por muy malos modales que tenía cuando me acababa de hacer el amor, aunque no me importaba en ese momento, ya que tenía la esperanza de poder dominar sus impulsos y que también se enamorara de mi.— Estaré de viaje mañana, ya te llamaré, espero que te portes bien o tendré que darte un castigo que no te gustara, te lo advierto querida —- me dijo mientras se vestía, marchándose de mi dormitorio después sin decirme ni adiósEstaba tranquilamente sentada en el sofá de mi salón, cuando de pronto escuche como tocaban el timbre de mi casa, viendo pocos minutos de
Como me dijo Adrian antes de marcharse de mi casa, el dia que se iba a celebrar esa fiesta, mi prometido me llamó dos horas antes de que viniera a recogerme para que me preparara, ya que no deseaba esperar y yo como enamorada de ese maravilloso hombre, así lo hice. Cuando fui a coger mi bolso en mi dormitorio, escuche como tocaban la puerta despacio, aunque no hacía falta mucho más, ni que preguntara quién era, porque estaba segura de sabia que era Adrian.— Alice ¿estás lista? como no lo estes, te juro que hare que te arrepientas — me dijo Adrian mientras abría la puerta— Ya lo estoy tranquilo, — contesté poniendome enfrente de élAdrian se quedo inmovil cuando me miró, mirandome fijamente desde los pies hasta la cabeza ladeando su cabeza de un lado a otro— Joder Alice, estas….. estas impresionante — me dijo al finalMi vestido era de color negro con un escote de palabra de honor, haciendo resaltar mis hombros, acentuado todas las curvas de mi cuerpo, llevando tambien unos zapatos
Marco me dejó por un momento pensando en que sI era verdad lo que me estaba diciendo, ya que segun me parecio, si era el médico de la familia de Adrian, estaba segura de que lo conocía mejor que yo Adrian era como yo antes de perder a mis padres, rico, mimado y cabezota, pero sabía que en parte era mi cabezota y esa noche no iba a hacer nada que le pudiera molestar a mi prometido. La sala donde estaba era una maravilla, enormes lámparas de cristal, plantas en cada rincón, donde perfectamente las parejas se podían esconder para besarse. El lugar era muy elegante y bastante sofisticado, donde los invitados iban con sus más elegantes vestimentas. Marco y yo,cogimos nuestras copa marchandonos del bar mientras nos mezclamos con la gente, para ir al jardín que había al otro lado de aquella sala, según me dijo Marco. Paseando por aquellos magníficos jardines, sentí como un pequeño escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, me giré el cuerpo para mirar hacia la entrada de aquella sala, cuando de