4/ TRAMPA PELIGROSA

— Todo lo que tu padre tenía, le pertenece a mi familia, a los Wilson,  pero tu eres mia y no podrás hacer nada contra mí, así que será mejor que empieces a hacerte a la idea de que eres de mi pertenencia.-- me dijo rodeando mi cuerpo con sus brazos, pegandome a su cuerpo

— Creo que todo lo tenías planeado junto a tu padre ¿verdad?, emborrachas a la mimada, te casas con ella y ya lo tienes todo ¿no es eso lo que ha sucedido Adrian? pobre niña tonta — le dije llorando

—!! SI ¡¡ Alice, pobre niña mimada, pero eres mía y me perteneces ahora, así que hazte a la idea de que harás todo lo que yo te ordene — me dijo

— ¿Qué quieres de mí?¿Mi cuerpo? pues bien cógelo, pero nunca, me escuchas, nunca mi corazón y mi amor nunca será tuyo — le dije recibiendo de Adrian un fuerte bofetón en la mejilla

— Mañana traeré mis cosas y mas te vale que me recibas como una buena esposa o lo lamentarás Alice, — me dijo

— Eres un cobarde, ¿te corres cuando le pegas a una mujer? eh Adrian, el niño de papá, que fuerte es porque le da un bofetón a una mujer— le grite

— Alice mañana nos veremos y tomaré posesión de mi casa y de mi esposa, recuerdalo – me dijo antes de marcharse del salón

Cuando mi amiga Bianca volvió a mi casa, me encontró tumbada en la cama de mis padres llorando, se acercó a la cama sentándose a mi lado, mirándome con cierta tristeza.

— Alice ¿estás despierta? — me susurro

— Adrian Wilson ha venido, me ha dicho que mañana tomará posesión de mi casa — le dije

— Entonces vamos a recoger tus cosas y nos marchamos hoy mismo a mi casa, no quiero que te quedes en la calle, que sinverguenza es, te podria dejar aquí aunque te cobre un alquiler, Alice es tu casa – me dijo

— Ya lo se, pero lo malo es que yo tambien le pertenezco, nos casamos en las vegas, soy su esposa Bianca, no se que hacer amiga — le comente

— ¿Qué dices Alice? ¿os casasteis en Las Vegas? ¿Qué tan borracha estabas? — me pregunto

— Eso parece Bianca y ahora quiere que me quede a su lado y le de un heredero — respondí

— ¿Para qué? lo tiene todo ¿para qué quiere un hijo? — me dijo

— No me lo dijo, solo me comento que me daría todo lo que yo le pidiera si se lo daba — le dije

— Pues ya esta amiga, pidele que te devuelva parte de las acciones de tu padre y tu casa — me dijo eufórica

— ¿A cambio de quedar embarazada de él?, no, no puedo hacerlo, lo odio y no creo que pueda volver a acostarme con él otra vez, es una locura Bianca — le respondí

Al día siguiente y como Adrian me dijo, escuche desde mi cama, ya que aun seguía acostada el sonido de un motor, me levanté enseguida de la cama asomándome a la ventana de mi dormitorio dándome cuenta de que un gran camión estaba aparcando en la misma puerta de mi casa. Me puse por encima una de mis batas marchándome de mi dormitorio hacia la entrada, abriendo en ese mismo momento Eloisa mi nana, la puerta de la calle para que entraran unos hombres que no conocía, mirandonos todos.

— ¿Quiénes son ustedes?¿ Y qué hacen en mi casa? — pregunte

— El señor Wilson nos ha mandado, tenemos orden de vaciar la casa de muebles ¿quien es usted? – me pregunto el hombre

— Soy la dueña de la casa, creo que ha habido una equivocación, por favor márchense si no quieren que llame a la policía y los acuse por intrusión — le dije

— Lo siento señorita, pero es el señor Wilson quien me tiene que decir que me retiré — me contestó

— Alice cariño ¿qué pasa? – pregunto Eloisa demasiado asustada

— No te preocupes, voy a llamar al sinvergüenza de Wilson, esto ya es el colmo — le dije a mi nana mientras me dirige hacia el salón para coger mi teléfono

— No hace falta que me llames querida esposa, ya estoy aquí y estos hombres se quedan, la casa ya esta vendida y necesito que se lleven los muebles — escuche la voz de Adrian

— ¿Estás loco? nunca me marcharé de mi casa, es lo único que me queda de mis padres asi que dile a tus lacayos que se marchen ahora mismo — le dije gritando

— No puedo hacerlo, chicos adelante — les dijo Adrian, levantando la mano para dejarles entrar

— Ven conmigo al salon, tu y yo tenemos que hablar — le dije a Adrián cogiéndole del brazo con mi mano para ir al salon

Cuando entramos en el salon, cerre la puerta del mismo para que mi nana no escuchara lo que iba a decirle a mi querido esposo

— Esta bien, acepto todas las condiciones que quieras poner, pero no abandonaré mi casa, ni ahora ni nunca — le dije dándome cuenta de la media sonrisa que Adrian tenia en su boca

— ¿No te echaras para atrás si les digo a esos hombres que se marchen? – me pregunto él

— Ya te lo estoy diciendo, acepto tu proposición si dejas que me quede en mi casa — le repeti

— Está bien querida esposa, demuéstrame que eres mi mujer, dame un beso apasionado — me dijo mientras sonreía

Me acerque a donde estaba Adrian, dándole un beso en su mejilla, pero el me rodeo el cuerpo con sus brazos, apretando su boca a mi boca en un apasionado beso, tal y como él me había pedido

— Asi me gusta, obediente y sumisa, está bien les diré a esos hombres que se marchen, después me podrás enseñar nuestra casa y sobre todo nuestro dormitorio — me dijo mientras abría la puerta del salon

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