Como me dijo Adrian antes de marcharse de mi casa, el dia que se iba a celebrar esa fiesta, mi prometido me llamó dos horas antes de que viniera a recogerme para que me preparara, ya que no deseaba esperar y yo como enamorada de ese maravilloso hombre, así lo hice. Cuando fui a coger mi bolso en mi dormitorio, escuche como tocaban la puerta despacio, aunque no hacía falta mucho más, ni que preguntara quién era, porque estaba segura de sabia que era Adrian.— Alice ¿estás lista? como no lo estes, te juro que hare que te arrepientas — me dijo Adrian mientras abría la puerta— Ya lo estoy tranquilo, — contesté poniendome enfrente de élAdrian se quedo inmovil cuando me miró, mirandome fijamente desde los pies hasta la cabeza ladeando su cabeza de un lado a otro— Joder Alice, estas….. estas impresionante — me dijo al finalMi vestido era de color negro con un escote de palabra de honor, haciendo resaltar mis hombros, acentuado todas las curvas de mi cuerpo, llevando tambien unos zapatos
Marco me dejó por un momento pensando en que sI era verdad lo que me estaba diciendo, ya que segun me parecio, si era el médico de la familia de Adrian, estaba segura de que lo conocía mejor que yo Adrian era como yo antes de perder a mis padres, rico, mimado y cabezota, pero sabía que en parte era mi cabezota y esa noche no iba a hacer nada que le pudiera molestar a mi prometido. La sala donde estaba era una maravilla, enormes lámparas de cristal, plantas en cada rincón, donde perfectamente las parejas se podían esconder para besarse. El lugar era muy elegante y bastante sofisticado, donde los invitados iban con sus más elegantes vestimentas. Marco y yo,cogimos nuestras copa marchandonos del bar mientras nos mezclamos con la gente, para ir al jardín que había al otro lado de aquella sala, según me dijo Marco. Paseando por aquellos magníficos jardines, sentí como un pequeño escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, me giré el cuerpo para mirar hacia la entrada de aquella sala, cuando de
Adrian junto a dos de las invitadas de la ceremonia, se acercaron a donde estaba aparcado el vehículo para ayudarme a bajar de la limusina, para que yo tuviera algo de agilidad.ya que el vestido de novia, me impedía ciertos movimientos — ¿Nerviosa cielo? — me dijo Adrian— Un poco no te voy a mentir — respondí— Ya ha llegado el dia preciosa, dentro de unos momentos seras mia solamente, serás la nueva señora Wilson — me dijo, sin apartar sus brazos de mi cinturaAdrian estaba guapísimo, había ese día algo en el que no era muy racial ya que tenía algo que me provocaba el pedirle que me siguiera abrazando y allí mismo me hiciera el amor, Tenía un matiz salvaje que lo volvía tremendamente masculino y varonil. Cogida del brazo de Adrian, nos fuimos acercando los dos al altar que habían preparado sus padres para nuestra boda. Una vez que llegamos, los padres se acercaron a nosotros, dándome los dos un fuerte abrazo y dos besos en mis mejillas— Bienvenida a nuestra familia, querida — me
Adrian puso sus manos en mis pechos acariciandolos despacio, dando de vez en cuando algún pellizco que otro a mis pezones, haciendo que moviera mi cuerpo mientras gemía de placer— ¿Preparada? — me preguntó, mientras sentía el calor de sus labios por mi espalda— No, pero pregunta, ya no tengo escapatoria —- le dije mientras las lágrimas caían por mis mejillasAdrian, acaricio mi cuerpo mientras su mano iba bajando hasta mi sexo, rotando mi clitoris con uno de sus dedos, e introducia sus otros dedos dentro de mi. Moví hacia arriba y hacia abajo mi cabeza, buscando apoyarme en su pecho, pero no me lo permitia. — ¿Te has estado acostando con algún hombre estas dos semanas que no nos hemos visto? — me pregunto— No he salido de mi casa — le contesteMe hizo notar como algo pegajoso, que me estaba poniendo en mi virginidad, mientras mi cuerpo temblaba, esperando el dolor que me imaginaba me iba a dar— Mentirosa —- me susurro en mi oído— Hayyyy, por favor no — le grite llorando, cuando
Cuando Lucia se marcho y me quede sola en mi dormitorio, me dispuse a vaciar las maletas y guardar la ropa en los armarios, dándome cuenta enseguida de que me había dejado en mi casa las pastillas anticonceptivas, — Dios no, tengo que intentar que Adrian no me toque hasta que tenga las pastillas, — pense, pero sab ia que eso seria completamente imposible si Adrian queria sexo conmigoSin más preocupaciones, seguí guardando la ropa que me lleve de mi casa, hasta que de pronto escuche como tocaban a la puerta de mi dormitorio, sobresaltandome al pensar si sería mi esposo que me estaba buscando para el sexo— Adelante — grité, viendo abrir la puerta a Lucia— Señora, la cena ya está servida, el señor Wilson la está esperando para cenar juntos en el comedor — me dijo— Gracias, digale que ya voy — le dije con educaciónDespués de cenar, me despedí de Adrian marchándome a mi dormitorio ya que él me dejó muy claro que esa noche la quería pasar solo, cosa que agradecí por haberme olvidado d
Después de no poder dormir en casi toda la noche, ya que los gemidos pasaron a gritos, los besos a según pude escuchar pasaron a golpes, las palabras de amor, a insultos que jamás repetiría yo por mi educación. Así que aunque los calientes rayos de sol me daban en la cara, preferí quedarme un rato más en mi cama o pensar que iba a hacer si me levantaba y los veia a mi esposo y a Lucia, mirarse delante de mí como si fueran dos desconocidos—- Señora ¿puedo entrar? — escuche la voz de Lucía al otro lado de la puerta— Si, entra — le dije, aunque deseaba lo contrario— Señora, el señor la está esperando para desayunar en el comedor — me dijo, dándome cuenta en las marcas de su cuello y de sus muñecas— Dile al señor que me quedaré un rato más en la cama, estoy cansada y ahora mismo no me encuentro muy bien gracias, por cierto Lucia ¿te has caído? esas marcas que tienes es porque te has hecho bastante daño ¿no? – pregunté con picardía—- Lo siento señora ya le dije ayer, que solo le puedo
Salí de la ducha bastante relajada ya el agua estaba algo mas caliente que fría, notando como se relajaba todo mi cuerpo, aunque de vez en cuando me venían a la mente lo que le vi a mi esposo en su espalda, arañazos, marca de dientes y moratones, sabia que tenia que olvidarme de lo que le vi si no quería meterme en problemas, ya que sabia que tenia prohibido preguntarle nada, aunque de verdad me dolía ya que estaba enamorada de Adrian. Decidida, cuando volví al dormitorio cogí mi móvil y tranquilamente me senté en la cama, encendí mi teléfono y marque el numero de mi amiga Bianca, contestando ella a mi llamada a los pocos segundos— Dígame, ¿eres tú Alice? — pregunto — Hola Bianca, si soy yo, oye me gustaría que nos viéramos, hoy Adrian no creo que vuelva a casa hasta la noche ¿qué te parece?¿nos vemos? — pregunte— Claro que sí, tengo un montón de cosas que contarte, Alice, no sabes cuanto te echaba de menos, pero de eso luego hablamos ¿te recojo en tu casa? — me pregunto— ¿En vei
Marco tardo unos minutos en terminar con lo que estaba haciendo, no me importo ya que me pude fijar en sus rasgos, su menton, en sus perfilados labios, el bronceado que le hacia resaltar sus pomulos, en lo suave que tendrias sus manos, y sobre todo, cuando levanto la mirada de su ordenador, en sus preciosos y rasgados ojos de color azul.—- Bueno ya estoy con vosotras, ¿en que os puedo ayudar? decidme — nos dijo Marco— Me da un poco de vergüenza Marco, ya que solo te conozco de aquella fiesta, pero tampoco pudimos hablar mucho — le dije, notando el calor en mis mejillas—- Alice, ya te comente que si necesitabas algo, no tenias mas que decirmelo ¿que sucede?¿Es tu esposo? ¿te ha hecho algo que no sea apropiado? — me pregunto— Algo así, me deje mis pastillas anticonceptivas olvidadas y necesito una receta y la pastilla del dia despues, si puedes — le dije con la voz entrecortada— ¿Te ha obligado?, eso puedes denunciarlo ¿lo sabes? — pregunto— No, no me violó ni me obligo a nada, so