Salí de la ducha bastante relajada ya el agua estaba algo mas caliente que fría, notando como se relajaba todo mi cuerpo, aunque de vez en cuando me venían a la mente lo que le vi a mi esposo en su espalda, arañazos, marca de dientes y moratones, sabia que tenia que olvidarme de lo que le vi si no quería meterme en problemas, ya que sabia que tenia prohibido preguntarle nada, aunque de verdad me dolía ya que estaba enamorada de Adrian. Decidida, cuando volví al dormitorio cogí mi móvil y tranquilamente me senté en la cama, encendí mi teléfono y marque el numero de mi amiga Bianca, contestando ella a mi llamada a los pocos segundos— Dígame, ¿eres tú Alice? — pregunto — Hola Bianca, si soy yo, oye me gustaría que nos viéramos, hoy Adrian no creo que vuelva a casa hasta la noche ¿qué te parece?¿nos vemos? — pregunte— Claro que sí, tengo un montón de cosas que contarte, Alice, no sabes cuanto te echaba de menos, pero de eso luego hablamos ¿te recojo en tu casa? — me pregunto— ¿En vei
Marco tardo unos minutos en terminar con lo que estaba haciendo, no me importo ya que me pude fijar en sus rasgos, su menton, en sus perfilados labios, el bronceado que le hacia resaltar sus pomulos, en lo suave que tendrias sus manos, y sobre todo, cuando levanto la mirada de su ordenador, en sus preciosos y rasgados ojos de color azul.—- Bueno ya estoy con vosotras, ¿en que os puedo ayudar? decidme — nos dijo Marco— Me da un poco de vergüenza Marco, ya que solo te conozco de aquella fiesta, pero tampoco pudimos hablar mucho — le dije, notando el calor en mis mejillas—- Alice, ya te comente que si necesitabas algo, no tenias mas que decirmelo ¿que sucede?¿Es tu esposo? ¿te ha hecho algo que no sea apropiado? — me pregunto— Algo así, me deje mis pastillas anticonceptivas olvidadas y necesito una receta y la pastilla del dia despues, si puedes — le dije con la voz entrecortada— ¿Te ha obligado?, eso puedes denunciarlo ¿lo sabes? — pregunto— No, no me violó ni me obligo a nada, so
Aunque intentamos que no nos hicieran fotografías aquellos paparazzi, era imposible ya que nos seguían como el lobo que persigue a su presa. Como pudimos entramos en una de las tiendas que había de ropa, para intentar escondernos entre aquellas prendas— Creo que no habéis buscado un buen escondite, esos buitres no se moverán hasta que consigan lo que quieren — escuche la voz de Gabrielle— ¿Y tú quién eres? buscaremos otra salida si no se van, asi que dejanos en paz — le dijo mi amiga— Solo quería ayudaros verdad Alice, ¿Ya te ha dejado tu amo Adrian salir de la cueva? — me preguntó Gabrielle— Yo no tengo amo ni soy sumisa de nadie, además estoy segura que a esos paparazzi, los has llamado tú ¿o me equivoco? — le pregunté, dándome cuenta de la sonrisa picaresca que tenía en sus labios— Vamos Alice, lo único que intento es ser tu amiga y ayudarte, se que como tu querido esposo se entere de que has salido de su casa sin su permiso, se perfectamente que te va a hacer — me dijo— ¿Y t
Adrian se coloco enfrente de mi, me quito los zapatos, colocandose después entre mis piernas, cogiendo las cintas de mis bragas bajandolas muy despacio, mientras besaba y mordisqueaba mis muslos— Por favor Adrian, no lo hagas — le suplique, sintiendo un escalofrio que recorrio toda mi espalda, al sentir sus calientes manos en mi pielMe quito el vestido, tumbandome seguidamente en su cama, poniendo mis brazos encima de mi cabeza, mientras me quitaba el sujetador, inclinó su cabeza y empezó a besarme con suavidad, mordisqueando mis labios pasando su lengua para provocar e incitar hasta que enterró su lengua en mi boca. Mi marido llevo una de sus manos a mi muslo, acariciando suavemente hasta que llego a mi sexo, momento que abri mi boca por un gemido y el apreto sus labios a los mios, De pronto note como pasaba el pulgar por mi clitoris, haciendo que me estremeciera por completo con ese simple roce. Adrian no dejaba de besarme, mientras me estaba tocando, caricias que poco a poco se t
Despues de esa frenetica noche, Adrian y yo no tuvimos mas sexo, peticion de él porque era el que mandaba y el que decidida lo que queria o lo que no queria asi como cuando y donde. A mi no me importo ya que pude empezar con mis pastillas y ya estaba más o menos tranquila, a que por ahora no había embarazo, ( pensé ).— Alice cielo, — escuche a mi marido llamarme desde el salon, ya que yo estaba en la cocina— Dime mi amor, estaba en la cocina ayudando a Georgina — le comente cuando entre en el salon— Ven siéntate conmigo tengo que decirte una cosa — me dijo cogiendo mi mano, sentándome encima de sus rodillas en el sofa– Mañana cenamos con mis padres y con un importante socio, si quieres podemos ir ahora a comprarte un vestido bonito, aunque tu hasta desnuda estas preciosa — me dijo, dándome besos en mi cuello— De acuerdo, cuando mi señor esposo desee, sabes que lo eres todo para mi — le dije sin tocarlo ni acariciarlo, ya que sabía las normas que tenia — Asi me gusta que seas, du
Nada más entrar en la casa, mi marido se fue al salon para tomarse una copa, mientras yo subía a mi dormitorio, cuando entré, cerre la puerta apoyando mi espalda mientras las lágrimas no paraban de caer por mis mejillas Al dia siguiente cuando me desperté, entre en el cuarto de baño para asearme, sintiendo todavía el dolor y el escozor del cinturón de Adrian en mis gluteos. Después de asearme, volví al dormitorio para ponerme un vestido cómodo ya que mi esposo, dobló a sus guardaespaldas y ahora si que me era imposible salir de mi propia casa sin el permiso de mi marido.Me marche del dormitorio, bagaje las escaleras y fui a la cocina, necesitaba tomarme una taza de café para despejarme. Cuando entre me quede por un momento inmovil en la puerta, ya que con Georgina, mi marido, y el chofer también había un niño muy parecido a mi esposo sentado en una silla.desayunando mientras hablaba con mi esposo— Buenos días — salude cuando entre, girando Adrian la cabeza para mirarmeMe di cuenta d
Al día siguiente me desperté algo tarde, ya que la noche anterior mi esposo me hizo el amor como un hombre enamorado de verdad, con suavidad, llenándome de besos y caricias que ni yo misma me lo podía creer. por la pasión y el cariño que me estaba demostrando cada segundo que pasaba. Al abrir los ojos, sonreí mientras acariciaba la parte donde creía que Adrian estaría, pero encontré esa parte vacía, aunque por otra parte no me importó mucho, ya que sabía que era algo tarde y él se habría ido a trabajar. Me levanté de la cama y entre en el cuarto de baño para ducharme, ya que después de hacer el amor, acabamos los dos muy cansados, durmiendonos enseguida. Me duche y regrese al dormitorio para vestirme y bajar a la cocina, necesitaba desayunar y comer algo, ya que estaba hambrienta. Me marché del dormitorio para acercarme a la cocina escuchando las risas del pequeño Aaron. Al entrar salude a Georgina y al pequeño, mirándome los dos algo extrañados por verme en la cocina— Buenos días —
Por la tarde me fui a la piscina ya que hacía esa tarde muchísimo calor y era insoportable estar dentro de la casa, me puse el bikini y después de darme un baño, me senté en una hamaca a la sombra. Escuché el motor del coche de mi esposo cuando volvió a casa, pero yo no me moví de donde estaba tumbada, preferí esperar a que mi esposo viniera a donde yo me encontraba. Cuando apareció por el jardín y se acercó a donde yo me encontraba, se sentó a mi lado, poniendo su mano en mi cuello, apretando sus labios a los míos, mientras notaba como su dedo se introducía en la tela de mi bikini, rozando mi clítoris, haciendo que jadeara— Lucia se ha llevado al pequeño al centro comercial, estamos solos — le dije sonriendo, pero sin tocarlo, ya que las cláusulas que me impuso me las sabia muy bienAdrian se quitó la ropa quedandose desnudo ante mi mirada de asombro, ya que sabía que nunca me acostumbraría al perfecto cuerpo que mi esposo tenía. Tiro de mi poniendome de pie, quitando mi bikini, de