**Capítulo 43: Paralítica** Medio minuto más tarde se escuchó un sonido sordo. La enfermera, que había estado en la sombra expectante de los acontecimientos, corrió escaleras abajo gritando. Yudith retrocedió y se detuvo frente al barandal solo para presenciar la horrible escena: todo indicaba que Cecilia había rodado por las escaleras y ahora yacía al fondo, tirada sobre un charco de sangre. Al ver que la enfermera se apresuraba a llamar a emergencias, Yudith regresó a su habitación. Estaba confundida; no sabía si Cecilia se había tropezado y caído accidentalmente o si simplemente estaba fingiendo. Lo que sí era un hecho es que Yudith no quería involucrarse en nada relacionado con esa mujer, pues seguramente le traería muchos problemas. Por eso, decidió hacer como si no hubiera visto nada. Mientras tanto, Max seguía en su oficina trabajando cuando recibió un mensaje en su teléfono. Lo que vio en el mensaje lo sorprendió: "Te gustó mi regalo, ten paciencia y espera, aún hay más." P
—Estoy bien, seguro es algo que comí —murmuró Yudith, sosteniéndose en el lavabo mientras su rostro reflejaba mucha palidez y gotas de sudor. —No parece solo eso —insistió Max, acercándose para sostenerla—. ¿Estás segura de que no necesitas ver a un médico? —De verdad, estoy bien —respondió Yudith, forzando una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos—. Solo necesito descansar un poco. Max la ayudó a levantarse y la llevó en brazos de regreso a la cama. El hombre la observó mientras ella se acomodaba bajo las sábanas. Inicialmente, iba a reclamarle por su encuentro con Víctor, pero al encontrarla en este estado, se tragó las palabras que tenía en la punta de la lengua. Yudith se sentía terriblemente mareada y débil, pero esto se debía al nuevo tratamiento que empezó a tomar. Víctor le advirtió que al principio de tomar la pastilla sentiría mareos, ganas de vomitar y debilidad. Ella parpadeó mientras miraba el rostro del hombre que la observaba intensamente. Pensó que en ese momento con
Después de unos minutos, Max bajó al primer piso. Al descender la escalera, una niña chocó contra él y cayó sentada en el piso. Naturalmente, se golpeó muy fuerte y sus ojos se llenaron de lágrimas, rompiendo en llanto de inmediato. Max frunció el ceño, preguntándose de dónde había salido esta niña.Luego hizo memoria y recordó la petición de Yudith de albergar a una niña. ¿Entonces? Esta debe ser de la que habló Yudith.Max se puso un poco nervioso; jamás había tratado con niños, por lo que frente al llanto de esta no sabía cómo reaccionar. Pero al verla sollozar y estrujarse los ojos, se agachó y la levantó del suelo con suavidad.—¿Estás bien?La niña lo miró; sus ojos eran brillantes e inocentes.—Perdón, tío —dijo Samantha.—¿Tío? —Max sintió una sensación extraña. ¿Por qué la niña lo llamó tío?Max la ayudó a secarse las lágrimas.—Solo fue un accidente.Samantha lo miró con los ojos llorosos y rojos. Max sintió una punzada de incomodidad.—Vamos, ¿te duele algo? —preguntó mient
---—Por cierto, señora, ¿sabe qué fue lo que pasó?—Escuché el ruido de la ambulancia frente a la casa y salí corriendo. Alcancé a ver cómo se llevaron a la señorita esa en la camilla —Nani hizo una mueca de desdén antes de continuar—. Al parecer, se golpeó y derramó mucha sangre. No se veía muy bien.Yudith recordó la imagen de Cecilia tirada al final de la escalera, bañada en sangre, y se encogió de hombros. Luego de pensarlo, se sintió un poco preocupada de que se haya lastimado mucho; después de todo, también era un ser humano. Al momento de ver a Max en su cuarto, pensó que quizás él iba a mencionar el tema, pero inesperadamente no dijo absolutamente nada.Eso la hizo respirar un poco aliviada, ya que el regreso de Max significaba que la cosa no era tan grave.—Yo tampoco sé nada sobre lo que sucedió —respondió Yudith y procedió a comer la sopa que le trajo Nani.Yudith aún estaba un poco pálida y Nani lo notó y preguntó:—Señora Deverda, ¿está bien? ¿No quiere ir al hospital o
Por otro lado, Conrad llegó en un auto negro y se desmontó frente a la vieja casa de Federico Song. Su enfermedad estaba avanzada y se sentía débil, por lo que ahora tenía que usar bastón. Después de tocar ligeramente la puerta por segunda vez, una mujer le abrió.—¿En qué lo puedo ayudar? —preguntó la mujer.—Hola, mi nombre es Conrad Hamilton. ¿Se encuentra el señor Federico?Al escuchar el apellido del hombre, lo invitó a pasar de inmediato, ya que ella era una cuidadora pagada por Max.La mujer lo guió en dirección a la terraza detrás de la casa. Conrad se detuvo en la puerta, desde donde pudo ver al anciano sentado en una mecedora antigua. El hombre estaba distraído, mirando hacia el vacío, perdido en sus pensamientos.Cuando la mujer le habló, dijo:—Señor Song, alguien lo busca.Federico escuchó a la mujer y miró en dirección a la puerta, encontrándose con una figura desconocida y, a la vez, familiar. Conrad se acercó apoyándose sobre su bastón. Federico inmediatamente se levan
—Señora“” Hamilton lamento darle esta noticia, tiene cáncer de ovarios, hay qué hacerle una operación lo más pronto posible para evitar qué se expanda a otros lugares a pesar de que todavía está en etapa, uno ahí muchos riesgos y abra poca posibilidad de un embarazo en el futuro. Si no se trata a tiempo. Yudith se quedó tiesa y pálida ante esta noticia tan horrible nunca avía considerando tener un hijo porque aunque lleva tres años casada Su esposo Max nunca la a tocado. Por más que se ha esforzado por ser una buena esposa, él jamás la a’’ notado es como si ella no existiera para él. Jamás imaginó que su vida terminaría tan joven. Señora Hamilton tiene qué infórmale Asus familiares necesitará qué alguien cuide de usted Después del procesoQuirúrgico. Yudith no emitió ni una sola palabra, tenía la mente tan aturdida y una angustia penetrante En el pecho. Sin poder asimilar bien está noticia solo tomo los resultados qué le dio el doctor y salió del hospital en silencio. Luego tomó un tax
— No sabía mucho sobre su madre porque era muy pequeña cuando ella murió, pero sus abuelos siempre le contaron cosas muy buenas de ella. Le contaron que fue una muy talentosa diseñadora de joyas. Max. Se acercó más asía yudith y le apunto con el dedo con una expresión sombría ¿sabes quién es tu padre? Yudith no tenía respuesta esta pregunta… —¡vamos dime! ¡Responde!— Gritó— Max Con sangre inyectada en los ojos, Yudith temblaba de miedo sin parar. No conoció a su padre y sus abuelos nunca le hablaron de él, así que no lo sabía… ¡Lo Entiendes ahora!— Agrego Max“ —De solo pensar que eres el maldito engendro nacido de la relación entre mi padre y la m*****a sorra de tu madre me repugna hasta los huesos… Mi madre sé” suicidio “”a —causa —de eso El solo ver tu cara meda asco y repulsión Y no pienses en ir a ninguna parte porque té en encontrar y te arrastraré de nuevo hasta aquí y te encerraré por el resto de tu vida de esta casa solo saldrás muerta ¡¿me escuchaste!? A. Yudith le sumaban lo
—¡señora! No sé ve nada bien debería ir al hospital dijo la criada no es necesario, señora Nani tomaré las pastillas para el resfriado y me sentiré mejor susurro con la voz ronca ¿El señor Max está en casa? “”Pregunto Yudith —No“” Señora—está bien, puedes retirarte la criada salió serrando la puerta Yudith tomó el vaso de leche y la pastilla le picaba un poco la garganta se acostó de nuevo y volvió a dormir Pasaron varios días como no comía nada, solo tomaba la Pastilla para el resfriado y un vaso de leche le aumentó la fiebre y el cuerpo se le puso muy débil. Aparentemente, Max no avía regresado a la casa casa desde la discusión de la última vez a ella no le pareció extraño seguramente estaba en los brazos de su amada Cecilia cómo otras tantas veces. Al día siguiente la señora Nani tocó la puerta y entro Señora. Le traje su plato favorito por favor cóma aunque sea un poco está muy débil, necesita alimentarse. Yudith no le respondió, la señora Nani pensó que quizás —Estaba dormida, p