No se aceptan copias, ni adaptaciones. Esta historia, los personajes y lugares, fueron creados directamente por el autor para los fines de la trama.
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Pensamiento de Abby, Abigail Hudson, Nombre de casada, Abigail Hayes
“Hay días en los que te sientes tan tenso, que lloras, sintiendo que no tienes ningún lugar a donde ir y a nadie con quien hablar. La vida puede parecer tan difícil que todo parece imposible. A veces solo quieres bajar los brazos y darte por vencido. Debes saber que nada ha acabado; dar un respiro no da derecho a rendirse. Sé paciente y muestra coraje. En algún lugar más allá de lo que puedas ver en este instante, te esperan momentos maravillosos”
—Abigail… mi vida… —todo el salón se quedó en silencio cuando Marshal pidió a la orquesta que se detuviera para dar unas palabras.Los invitados se sentaron en sus mesas mientras las sonrisas se gestaban en el rostro de todos los presentes. El lugar de la recepción era impresionante; con manteles en toldos y un jardín a su alrededor haciendo que todo se viera regio y refinado, eso, sumado a la iluminación opaca en algunos lugares y candente en otros.La noche fue el momento perfecto para darle el toque final a la ceremonia espléndida que Abby y Marshal querían para su día especial, así que nada en el mundo podría opacar este momento que tenía el corazón de Abby en un galope. Abigail Hudson, o, mejor dicho, Abigail Hayes.Porque ahora ella estaba oficialmente casada, con el amor de su vida.Los ojos de la chica se iluminaron cu
Con el lapicero en su boca, Abby seguía con la mirada perdida. El día estaba en un tono gris oscuro, y con algunos relámpagos al final de la ciudad.Un suspiro salió de su boca y luego comenzó a golpear su escritorio con el lapicero. Estaba tan aburrida, tan confusa, tan triste.Deslizó la mirada a su pantalla, eran las 10 de la mañana, tenía un montón de trabajo por hacer, pero sus manos no respondían porque su mente solo estaba en la noche de ayer.Se sentía miserable, literalmente eso era lo que su cuerpo insatisfecho le reclamaba ahora mismo, porque no podía dejar de recordar el momento en que Marshal llegó a casa y tuvo sexo con ella, pero como todas las veces, nada daba resultado. Ella solo quiso pensar en una película que había visto, una que despertó algunas sensaciones en su cuerpo dormido dí
Abigail estaba recibiendo las quejas de sus amigas, mientras su silla era retirada por un hombre para darle la bienvenida a la mesa. Soltó un suspiro cansado, porque su chofer había tomado el camino más largo, ya que el tráfico estaba en su pleno apogeo en horas del mediodía.Se quitó las gafas de sol y observó a las chicas reír.Diane, era la mayor de todas, tenía 30 años y unos de los 4 amigos de su marido era su esposo. John Bradley.Samantha, tenía 27 años, también estaba casada, pero su familia no tenía nada que ver con Marshal y Abby, sino con algunos contactos de su padre; sin embargo, entre los encuentros de negocios ellas se volvieron muy unidas y definitivamente Abigail la ingresó en su círculo.Caroline y Charis, eran sus eternas amigas desde la universidad, compañeras de estudi
Después de teclear por más de una hora, Abigail revisó el borrador que había elaborado de su plan inicial. No sabía muy bien por qué una sonrisa se estaba dibujando en su rostro, pero estaba segura estaba quedando satisfecha con el resultado.Imprimió varias hojas y las anexó a una carpeta, y luego, también dio el botón de imprimir al informe que Marshal le había pedido unas horas antes. Sí, era tarde para entregarle, pero no pudo despegar los ojos de la pantalla después de colocar en acción todo lo que su mente generó para poder dar un aporte y salvar su empresa.Tomó el teléfono y marcó a su secretaria, en cuestión de segundos la mujer estuvo en su oficina.—Señora, Hayes…—Si, Lina, por favor lleva este informe a la oficina de Marshal —dijo entregándole una car
Por unos instantes todo desapareció, Abigail quiso retirar su mano, pero su cuerpo no respondía a ninguna indicación que su cerebro ordenaba. Ella simplemente no podía apartar la vista mientras al mismo tiempo, todo su sistema se estremecía de una forma ruda.La chica escuchó como una garganta carraspeaba y parpadeó varias veces dejando caer su mano lentamente, del agarre seguro que el hombre le había proporcionado.Giró hacia su padre y sus mejillas se encendieron por el calor que ni siquiera estaba soportando.—Lo siento… Por favor, siéntese —dijo ella señalando en dirección a una silla. Pero Dominic pudo ver el temblor en sus dedos y volvió a mirarla de nuevo.—Nunca me sentaré si usted no lo hace primero, Abigail…Abby se atragantó con su misma saliva y apretó sus puños en
Aturdida.Esa era la palabra perfecta que destacaba la confusión y el estado de Abby, desde que ese hombre había dejado esa oficina.Esos ojos, ojos intensos y profundos, su rostro, un rostro tallado, firme, expresando que podía soportar toda la presión del mundo en un instante y ni siquiera se inmutaría, esos eran sus pensamientos incesantes que no dejaban que ella pudiese acompasar en nivel de su respiración.¿Cómo lo hacía? Como tenía esa cosa invisible que lo hacía ver inconmovible, firme y tan fuerte.La preocupación la arropó totalmente cuando entendió que ya había pasado algún tiempo y ella no volvía a la normalidad. Su comida estaba intacta, a la vez que su padre movía los cubiertos en silencio mientras también tenía la mente perdida en otros pensamientos.Un sus
Tensión en el aire.Abigail quería quitar su mirada del hombre que hace solo unos segundos había ingresado al salón de reuniones. Pero era imposible.Ella solo estaba allí de pie, congelada sin poder quitar todo de ella de él.Por supuesto el aroma del hombre se había instalado en cada centímetro del salón y sobre todo en cada poro de su cuerpo. Abby pasó un trago duró cuando él posicionó esos ojos negros profundos en ella, y vio como su garganta pasaba un trago forzado. Ella tensó su cuerpo y luego apretó los puños tratando de acoplarse a esta prontitud.Como pudo apretó su mandíbula, mientras que todos fruncían el ceño al verlo llegar con alguien más.Dio gracias en silencio cuando Hunt retiró su mirada penetrante de su lugar, en ese momento pudo parpadear y con m
La mirada perpleja de Abigail se alzó hacia Dominic, su forma de hablar parecía como si pudiese mandar en ella. El ceño de Marshal se intensificó y Jacob no tuvo otra opción que pisar de forma ruda a Dominic por debajo de la mesa.—Yo… ustedes… —¡¿Qué mierdas le estaba pasando?!, Abby se dio varias cachetadas mentales, todo se estaba yendo al traste, y estaba segura de que tendría un problema mayor después de que saliera de esta oficina.¿Cómo iba a explicarle a su esposo su nerviosismo? ¿Cómo defendería la reacción de su cuerpo y la forma de actuar como una adolescente?, ella estaba totalmente perdida, si no era que ese hombre que la taladraba ahora con rabia en su mirada, no la volvía loca antes.—Es imposible que se vaya, usted es el centro de este proyecto, nada se puede hacer si