Con toda la fuerza que pudo, lanzó los golpes, estrellando su propio puño contra la cara de Marshal. Cada vez que daba uno nuevo sentía que la adrenalina se recargaba dentro de él.
Hunt escuchó los gritos de Abby, escuchó como Jacob le pedía que se detuviera, percibía varias voces al mismo tiempo, pero ahora mismo estaba cegado por la furia.
En algún momento, una bocanada de sangre salió de la boca del hombre manchando su propia camisa. Ni siquiera sabía si la sangre en sus nudillos era suya o la del maldito, pero ahora mismo no sentía su cuerpo, solo estaba dominado por ira pura, y estaba seguro de que quería matarlo con sus propias manos en este mismo instante.
Sus golpes eran duros, secos y rápidos, uno detrás de otro, hasta que su respiración se hizo cansada.
Sintió más de un par de brazos en su cuerpo. Y por m&aa
—Sus ojos se abrieron mesuradamente. Pudimos ver su yaga latiendo al saber la cantidad de dinero que estábamos invirtiendo aquí. Nos aseguró que la carga parte mañana a las cuatro de la mañana, y nuestros hombres ya pusieron los dispositivos. Iremos tras ellos.Dominic asintió mirando al vacío mientras su corazón latía. Parecía que Connor tenía todo resuelto, y que en pocas horas esta pesadilla acabaría.Pero ahora se preguntaba, ¿estaba terminando, o apenas comenzaba para Abigail?El ansia de su cuerpo era extenuante, y a pesar de que había conseguido el número de esa mujer, Lina, la asistente de Abby, y que le aseguró de que ella estaba en casa de su madre, la sensación que tenía en su pecho era suficiente para mantenerle preocupado.La presión de no decirle todo a Abby lo estaba agota
Los ojos de Abby se abrieron en algún momento de la mañana, cuando vio a su madre de forma borrosa diciéndole algo que no pudo entender. Como pudo ante su cansancio, o su estado inestable de salud, dijo que no iría al trabajo y volvió a cerrar los ojos, entrando en sueños o pesadillas. Lo único que sabía es que parecía que estaba delirando mientras su cuerpo sudaba mucho.No estaba segura si era producto de su sueño, pero escuchó la puerta abrirse varias veces y su móvil sonar también. Nunca se sintió tan extenuada, pero cuando volvió a abrir los ojos con dificultad, su habitación estaba en completo silencio y con las cortinas de la ventana abajo.Con un poco de desánimo se sentó en la cama, mientras sintió todos los músculos de su cuerpo adoloridos. Llevó la mano a su cuello y lo apretó y pronto se exal
Dominic pensó que por más de que Abby fuera la firma legal nunca estaría involucrada, y eso se lo juró Connor más de mil veces antes de irse. No supo cómo hicieron para llegar a esas bodegas, ni como hicieron un procedimiento tan rápido, pero todo lo que estaba ocurriendo junto con las pruebas que Abby había entregado eran más que suficientes para que Ezra y Cedric, se pudrieran en la cárcel por el resto de sus vidas.Eso, sumado a toda la red de mafia que iría tras de ellos. Ni siquiera sabía si la vida de su padre estaría segura en la cárcel, pero si era sincero con él mismo, no le importaba.A ese hombre no le importo joderse en su propia familia, en su propia hija, aun arrojándola a un malnacido que defendió hasta última instancia.No sentía lástima por ese hombre, pero no podía evitar sufrir por su
Por un momento su actitud la amedrentó, en el instante en que bajó la mirada a sus manos, vio que estas se movían abiertas como si no tuviera buenas intenciones.—¿Podemos hablar? —el hombre preguntó bajo inspeccionando hacia dentro de la casa.—Mamá no quiere que vengas a esta casa, Marshal. Y yo no quiero volver a verte tampoco. El abogado…La palma del hombre se alzó en señal de que se callara y lo vio bajar la cabeza.—Un abogado me visitó, sí. Tengo una demanda de divorcio que es casi imposible no firmar por sus cláusulas, tan buenas para mí. No vengo a declinar dicha acción tuya, porque parece que estudiaste muy bien el plan.—Por favor, Marshal. Vete…—Quiero firmar el divorcio Abby… no me negaré a lo inevitable.Abigail lo miró con evidente extr
La mujer desvió la mirada hacia los chicos y luego hacia Jacob que estaba de pie junto a Dominic. Limpiándose el rostro varias veces, le indicó a Ansel que se fuera con Ivy a la cafetería y que comprar algunas cosas para comer.La niña se fue oculta en el brazo de su hermano, mientras Dominic la perseguía con la mirada. Ella era la versión pequeña de Abby, y ver sus ojos vidriosos y su nariz congestionada solo le hacían recordar los momentos en que ella misma la miró así.—Yo subí cuando ustedes se estaban despidiendo… —las palabras de Helena lo hicieron girar—. Me senté con Ivy y Ansel para explicarles un poco la situación de Ezra. Debo prepararlos a todo lo que se nos viene, y en algún momento de la conversación, escuché que la puerta era cerrada, por lo que concluí que te habías ido.Domini
Cuando Dominic llegó nuevamente al hospital, vio que Helena y sus dos hijos estaban sentados en unas sillas, con los ojos cerrados. Comprobó la hora de su reloj, eran las dos de la madrugada, y sabía que todos estaban cansados por la agitación del momento. Llegando hasta el lugar le tocó el hombro suave a la mujer, por lo que ella parpadeó.—Deberías ir con ellos a dormir. Yo me quedaré aquí…La mujer negó, y zafándose de ambos pudo levantarse.—La vi por un momento, pero ella no estaba consciente aun… —dijo Helena con un tono de esperanza.—Tal vez ella no despierte hasta mañana, está muy débil, y tú también, déjame que llame a alguien que los lleve y te prometo que no despegaré de aquí. No hacemos nada dejando a los chicos pasar la noche en esas sillas incómodas.
—Camina lento, te ayudará a estirar la piel.Abby vio que su madre terminó de colocar algunas vendas en la cama y se retiró de la habitación cerrando la puerta.Presionando su vientre, caminó a pasos lentos hasta llegar al balcón del lugar, y allí asomó el rostro a un rayo de luz que iluminaba ese pedazo de la casa.Su cuerpo se estremeció entero por el calor, había necesitado de esto en todo este tiempo que estuvo en ese cuarto frío de hospital, y extrañaba estar en casa.Aunque esta no era precisamente suya.Ni siquiera sabía ahora como Dominic había convencido a su madre para instalarla en la casa de Minneapolis, que había comprado un tiempo atrás. Ya había pasado una semana desde que salió de ese hospital, y desde el día en que el médico le informó, que la dejaba ir solo con estri
Abby.—¿Azul o blanco? —le escuché preguntar mientras estaba colocando el alta voz a mi teléfono, ya que estaba manejando por la ciudad.—Espera un segundo… —respondí haciéndome a un lado de la carretera, para conectar el cable de mi celular directo al auto—. ¿De qué hablas?—No me regañes… —Dominic sonó más bien gracioso, pero no podía entender a qué se refería—. Estás en alta voz, y como te tomaste el día libre, no sé si elegir el azul o el blanco para las nuevas etiquetas, no quiero después ver esa mirada de desaprobación tuya…No pude evitar llevar mi mano a la boca ante la risa que me provocó su niñería. Pero si no fuese por cosas como estas, mi vida no fuese tan divertida y tan feliz, como lo estab