Meredith y Esteban durmieron en el asiento trasero hasta casi la llegada del amanecer, al despertar el condujo de vuelta a casa, pero ella le pidió bajar un poco antes de llegar, Esteban la siguió—¿Qué haces, Meredith? —exclamó y ella se detuvo—¡No puedo con esto, no haré esto! No engañaré a mi amiga —exclamó con el rostro cubierto de llanto, Esteban sintió que verla así era doloroso para él—Meredith…—¿Qué? ¿Serás valiente? ¿O que fue esto? Dímelo, ¿Fue una aventura? ¿Sientes algo?Él se quedó callado y bajó la mirada, ella sintió mucha tristeza y una sonrisa se formo en su rostro trágico—Meredith, escucha…—¡Nada! Ya lo veo, solo querías un poco de diversión, bien, lo co
Frank miró los resultados de los análisis que se había hecho en Boston, debía entregarlos a su medico Kevin, pero no quería hacerlo, sus manos temblaban, no era tonto, no necesitaba más opiniones, lo que tenía era claro, y no tenía remedio, el neurólogo que lo vio en Boston fue muy claro al decirle que el tiempo era limitado, y que no había mucho por hacer, una sonrisa tibia marcó su boca—Las personas se aferran a la vida cuando están muriendo, pero por mucho que lo eviten, ese será nuestro final —dio con voz suave.Guardó los documentos en cuánto vio a Melissa entrar, y observó su desdén por él, se levantó y la miró con algo de simpatía, Melissa se peinaba su cabello oscuro frente al espejo, Frank intentó abrazarla por la cintura, trató de besar su mejilla, pero ella se deslindó de mala gan
—¿Laura? —exclamó Scott al verla—¿Qué demonios haces aquí? —No sabía que ustedes habían vuelto —dijo refiriéndose a Valentina Ella le miró con furia, no podía creer el cinismo de esa mujer ¿Por qué había vuelto? —¿Qué quieres aquí, Laura? Luego de todo lo que hiciste, no tienes vergüenza, de verdad —dijo Valentina —Estoy aquí porque quiero ver a Scott, hay algo importante que debes saber. —¿Qué? ¡Habla, ahora! Yo no tengo secretos para Valentina. Laura miró a Valentina con rabia, lejos había quedado la belleza de Laura ahora era una mujer opaca, gris, su rostro parecía ojeroso como si tuviera una mala vida —Está niña es mi hija Sía, esta niña es tu hija, Scott. Valentina y Scott se quedaron boquiabiertos, solo escuchando las palabras que la mujer decía —¡Eso no es cierto! ¡Es imposible! —exclamó Scott —¿Imposible? ¿Acaso olvidas que hicimos el amor en la misma casa que le compraste a Valentina? V
—¿Qué dices? ¡Enloqueciste! Espera, no puedes decirle a Valentina es que ella… ¡Nos odiará! —exclamó asustada—Ni modo, algún día nos entenderá, por favor, Meredith, no perdamos el tiempo, lo que sentimos es más grande, podemos ser felices.Ella bajó la mirada, sus ojos se volvieron llorosos y Allen apareció antes ellos—Por favor, Esteban, déjame hablar con Meredith a solas —sentencióEsteban miró con rabia a Allen, pero tuvo que aceptarlo y salió de la casa, hacia el jardín.—¡Meredith! ¡¿Qué crees que haces?! ¡No puedes lastimar así a Valentina Dion! ¿Olvidaste que es tu mejor amiga? ¡Casi tu hermana! —exclamó y sus palabras se sintieron como dos piedras sobre la cabeza de Meredith—Yo…
—Esteban, yo… —dijo Scott al verlo —Iré a la mansión, necesito ocuparme de un tema urgente, ¿Podrías cuidarla? Scott le miró confuso —Claro que sí. —Bien, volveré más tarde. Esteban se detuvo y miró a Valentina en aquella cama, lucía tan débil, y su corazón se empedeció, luego salió, Scott se mostró consternado y tuvo el presentimiento de que, en realidad, Esteban no quería tanto a Valentina, y Scott sintió que eso podría ser algo bueno. Se sentó al lado de ella, y llamó a Alicia, quería saber como estaba Henry, y pedirle que lo cuidara, mientras ellos volvían a la casa. Meredith llegó a casa y escuchó a Allen llamándola —Pareces demasiado estresada, Meredith, no puedes vivir tanta tensión o enfermarás —dijo y ella se sentó en una silla, él aprovechó para masajear sus hombros con intensidad, pero incluso aquel toque, no le agradó a ella, e intentó alejarse, era como si las manos de Allen dolieran en su piel, y solo pudiera extrañar el toque de Esteban —Estaré bien. —¿Cómo está
—¡Por favor! ¡Suéltalo, Scott! —exclamó Valentina y su herida dolió, haciendo que se quejara, al escucharlo, Scott dejó a Esteban —¿Estás bien? —exclamó Scott acercándose a ella y al instante, Esteban lo empujó para alejarlo —¿Acaso no entiendes que es mi prometida? No te metas entre nosotros. —¡Basta, Esteban! ¿Qué es lo que te sucede? —exclamó Valentina al verlo actuar de una forma tan irracional y salvaje. —¡Yo soy tu prometido, Valentina! ¿Acaso lo olvidaste? Tú eres mía, y este desgraciado que te engañó, no tiene porque seguir tratando de reconquistarte. Scott le miró con rabia, pero la enfermera entró y detectó lo que sucedía —Deben salir ahora mismo, solo están alterando a la paciente, salgan o llamaré a seguridad —dijo amenazante, y ambos tuvieron que hacer caso Al salir se enfrentaron en el pasillo, sus miradas eran rabiosas y crueles —Tú lastimaste a Valentina, rompiste su corazón y yo tuve que repararlo, nunca más dejaré que vuelvas a herirla. —¿Tú, repararlo? Deja
Valentina tocó la puerta de la biblioteca de Diana Brighton, y la mujer la dejó entrar —Hija, me alegro tanto de ver que estás bien, nunca más volverá a molestarnos esa mujer, Laura fue llevada presa, y seguro la condenarán a muchos años de prisión. Valentina se limitó a asentir, y se sentó en una silla —No he venido a hablar sobre eso, ese tema me tiene un poco cansada —dijo Valentina —Bien, dime, ¿Qué pasa, hija? —Quiero casarme en dos semanas, y quiero que un día después me entregues la herencia que me dejaron mis padres, por eso, quiero que hagamos una auditoria el día después de la boda, para verificar que todo esté en orden y en ese momento me sea entregado lo que me pertenece. Diana se levantó y le dio la espalda, la mujer sentía unos nervios inconcebibles, al mismo tiempo tragaba saliva, como queriendo recobrar la compostura que estaba perdiendo, para Valentina fue evidente que algo había detrás —Hija, ¿Por qué casarte con ese hombre? Tú no lo amas, ¿Qué clase de ejempl
El sonido de los golpes secos en la puerta los hizo volver a la realidad, aunque Scott no quería liberar a Valentina de su dulce beso, ella se liberó, abrió la puerta y Meredith se sorprendió de ver a Scott ahí —Venía a… ¿Quería evitarte a platicar conmigo un rato? —dijo y su mirada aún era recelosa —Ve, yo me quedaré a cuidar a nuestro hijo. Valentina asintió y salió junto a Meredith al jardín, Meredith llevaba una botella de Jack Daniels, y dos vasos, se sentaron en una banca desde donde podrían ver todas las tierras fértiles —¿Sabes algo? Quisiera volver a la infancia —dijo Meredith mientras bebía de su whisky—. No soy feliz, y tú tampoco lo serás, no cuando estarás con alguien que no amas. Valentina bajó la mirada, deseaba no escuchar nada de lo que ella decía —Por favor, Meredith, no empecemos. —¿Por qué lo haces, Valentina? ¿Solo es tu orgullo, tu gran ego hablando? Porque tú no amas a Esteban y solo lo harás sufrir, ¿Es eso lo que quieres? ¿O no te importa absolutamente l