—¿Lucius? —exclamó y el hombre abrió los ojos mirándola bien, se enderezó y se acercó a ella
—Valentina, ¿Cómo te sientes ahora?
—Estoy mejor.
Él le brindó una dulce sonrisa
—¿Sabes por qué te desmayaste? Estás embarazada.
Ella asintió muy despacio
—Ahora lo sé.
—Ese bebé, ¿Es de Scott Brighton?
Valentina no esperaba tal pregunta, abrió ojos enormes y atormentados, pero la puerta del consultorio se abrió y el doctor entró
—Buenos días, mi nombre es Esteban Cyrus, soy ginecólogo y obstetra, he venido a revisarla.
Lucius salió de la habitación, permitiendo que ella fuera revisada, el doctor primero revisó sus signos vitales y su presión arterial
—¿Es su esposo?
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Valentina tomó asiento frente a Lucius, pero tuvo temor, quizás traer a alguien, que ahora más que nunca sabía era un verdadero desconocido, le inundaba de recelo—¿Vas a hablar?Él la miraba con ojos grandes, y ella se puso nerviosa—Habla ahora, o debes marcharte —aseveróÉl llevaba una mochila, y la abrió, tensando los nervios de Valentina, pero cuando la abrió, sacó de ahí un sobre amarillento, lo abrió con rapidez—Valentina, he dicho que no soy un desconocido para ti, y, además, cuando dije que jamás te lastimaría, ten por seguro que no he mentido.Ella le miró con estupor—¿Qué tratas de decirme?—Fui amigo de tu padre, Valentina —dijo con seguridad, ella abrió ojos enormes y arrugó el gesto, si era así, ¿Por qué e
Valentina encendió de nuevo el móvil, y esta vez decidió llamar al señor Allister, el abogado de la familia, él respondió con rapidez —Hola, señor Allister, habla Valentina Dion. —Hola, señorita Valentina, me da gusto saludarla, dígame, ¿En qué puedo servirla? —Bueno, yo… tengo algunas dudas respecto a mi herencia, por ahora no me encuentro en el país, salí de viaje, no sé si pueda resolverlas por teléfono. —Claro que sí, dígame cuáles son sus dudas —dijo el señor Allister con atención —Quiero saber, es que, bueno, tal vez no se enteró, pero Scott Brighton y yo nos divorciamos, y quería saber si eso cambia en algo la herencia. —En realidad, sí, la herencia que sus padres dejaron ha sido administrada por un fideicomiso suizo, pero la señora Diana Brighton ha tenido acceso a ella, aunque su padre dejó como lineamiento que en cuánto usted se casara podría recibir el total de la herencia, tengo entendido que decidieron posponerlo.
—Yo voy a cuidarte, Val —dijo Lucius e intentó tomar su mano, pero ella se alejó, sentía un recelo terrible contra ese hombre—Quiero estar sola, Lucius.—¿Desconfías de mí? —preguntó, pero ella ni siquiera lo miró—Quiero estar sola.—Lo sé, pero debes recordarlo, Val, solo estoy aquí para cumplir con mi promesa de cuidarte, tu padre me lo pidió, así debe ser.—¿Y por qué mi padre no te dejó a ti como mi albacea? ¿Por qué me dejó con los Brighton?Lucius la miró bien, su gesto parecía dulce y tierno, y a la vez siniestro—Porque no estaba en el país y porque… estuve preso —dijo tomando asiento, ella le miró atormentada, y se sentó frente a él—¿Preso?—Sí —&
El tiempo fue avanzando con rapidez, Valentina se esforzó mucho en acoplarse a su nuevo rol, como futura madre, Lucius estaba ahí al pendiente y aunque a ella no le gustaba, a veces, le recordaba al cariño de su padre, en sus gestos y en su forma de hablar, era algo raro, ella intuyó que se debía a que era un buen amigo de su padre y solía creer que, cuando uno convive por largo tiempo con ciertas personas, se vuelven similares, por otro lado le tenía mucho agradecimiento, él había salvado la honra de su madre, había ido a la cárcel por defenderla, y eso solo podía hablar de que a pesar de su oscuridad, también era una buena persona.El doctor Esteban hacía el ultrasonido, en el monitor podían verlo con claridad, faltaba poco para que Valentina cumpliera los nueve meses, sería un niño, y podía verlo reflejado con toda claridad en el ultra
Lucius encontró a Valentina a tiempo y llamó a una ambulancia, pronto fueron al hospital, ella fue llevada a labor de parto, pronto daría a luz a su primer hijo. Esteban se encontró con Lucius y apenas supo que Valentina tendría a su bebé, corrió a verla aprovechando sus contactos en el hospital, quería estar con ella, asegurarse del bienestar de ella y de su bebé. Lucius tomó asiento en la sala de espera, estaba pensativo y ella volvió a su mente «Ahora serías abuela, Molly, pero no verás a tu nieto, y es toda tu culpa, lo sabes bien, no quisiste amarme» El recuerdo se liberó en su mente, sin que pudiera detenerlo «Flashback: Recordó aquella tarde de verano, en medio del bosque Red Flames, un verano caluroso, seco, ella estaba ahí, sentada sobre un tronco, era tan hermosa, como la primera vez que la conoció, Molly fue la única que se preocupó por él, la única que le dio un poco de amor, en su gran soledad, pero él quería más de ella, y se lo negó. Aquel día se encontraron, ella
Lucius llegó al día siguiente, traía consigo comida, y la dejó sobre la mesa —Hola, traje algo para comer, ¿Cómo está el pequeño Henry? —Bien, ahora duerme. Que bueno que viniste, he pensado mucho, pero tomé una decisión. Lucius la miró con intriga —¿Qué decisión? —Volveré a Redville. Lucius la miró con ojos enormes, nunca pensó que decidiera eso de una forma que ahora le parecía tan precipitada —¿Cómo es que tomaste esa decisión? —Sé que tienes razón, alguien mató a mis padres, y existe una gran probabilidad de que quién lo haya hecho sea Diana Brighton, sí ella fue, entonces yo buscaré las pruebas, y también descubriré sus razones, luego la haré que confiese todo —dijo con la mirada profunda, y una rabia oscureciendo sus pupilas Lucius esbozó una sonrisa que pareció grotesca —¡Vaya! Ya era hora de que despertaras, y por fin te atrevieras a vengar la memoria de tus padres, pero, ¿Qué harás con tu hijo? No puedes volver a Massachussets con él, si lo haces, ¿Cuánto tardará Sco
—¿Entonces se casarán? —exclamó Lucius Ella asintió —Cuando haya recibido mi herencia, entonces nos casaremos —dijo Valentina 1Deberian casarse antes de viajar a Massachusetts. —Es una decisión tomada —dijo Valentina —¿Y por qué? ¿Acaso has tomado esa decisión para tener alguna oportunidad con Scott? —¡¿Qué dices?! —exclamó impactada—. ¿Acaso escuchas tus palabras? Scott está con Laura, no tiene nada que ver conmigo, o nuestro está acabado. —Puede ser, pero, cuando sepa que tiene un bebé contigo, no perderá el tiempo, Valentina, te querrá de vuelta en su vida. Ella bajó la mirada —Le diré sobre su hijo, no puedo mentir. —Antes estuviste dispuesta. —¡Estaba furiosa! Mi cabeza estaba mal, pero ahora estoy fría, y no lo haré, Lucius, nunca le negaré a mi hijo la presencia de su padre, y tampoco le negaré a Scott la existencia de su hijo. —¡Él no lo querrá! Solo lo usará en tu contra, pero si quieres ser tan estúpido para admitirlo, es tu problema —sentenció Lucius con mucha fu
Cuando los ojos de Scott Brighton se posaron al fin en la mano de Valentina enlazada a la de ese hombre sintió que algo ardía en su interior, un mal presentimiento de que todo estaba a punto de ser peor que en sus pesadillas. Meredith fue la primera en reaccionar y acercarse a ella, y abrazarla con fuerza, de verdad la extrañaba mucho, Valentina disfrutó aquel abrazo, parecía que ese tiempo no había hecho mella alguna entre las amigas, Valentina sentía como si la hubiese visto ayer, pero cuando se miraron a los ojos, supieron que tenía muchas cosas que contarse, cuando Meredith miró al acompañante de Valentina, no pudo evitar recordarlo, era aquel grosero sujeto con el que había chocado ese misma tarde, bajó la mirada, esperando no ser reconocida, pero supo por su gesto que él lo había hecho. Scott caminó hacia ellos, miró a Valentina, incluso aunque no se habían visto en un tiempo, sentía que su rostro lo reconocería en cualquier parte —Hola, Valentina, bienvenida a casa, de nuevo