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Cuando los ojos de Scott Brighton se posaron al fin en la mano de Valentina enlazada a la de ese hombre sintió que algo ardía en su interior, un mal presentimiento de que todo estaba a punto de ser peor que en sus pesadillas. Meredith fue la primera en reaccionar y acercarse a ella, y abrazarla con fuerza, de verdad la extrañaba mucho, Valentina disfrutó aquel abrazo, parecía que ese tiempo no había hecho mella alguna entre las amigas, Valentina sentía como si la hubiese visto ayer, pero cuando se miraron a los ojos, supieron que tenía muchas cosas que contarse, cuando Meredith miró al acompañante de Valentina, no pudo evitar recordarlo, era aquel grosero sujeto con el que había chocado ese misma tarde, bajó la mirada, esperando no ser reconocida, pero supo por su gesto que él lo había hecho. Scott caminó hacia ellos, miró a Valentina, incluso aunque no se habían visto en un tiempo, sentía que su rostro lo reconocería en cualquier parte —Hola, Valentina, bienvenida a casa, de nuevo
—¡Cállate, Scott! ¿Quién te crees que eres para ofenderme de esta manera? ¡No eres nadie! —exclamó rabiosa, mientras los ojos de Scott la miraban aturdidos—. ¿Hablas de engaños o traiciones? Eres tú quien volvió con Laura, incluso antes de nuestro divorcio, la mantenías oculta, como un secreto, y luego vienes ante mí a hablar de traiciones y dignidad —Valentina, yo… —¿Acaso lo olvidaste? Me dejaste por esa mujer, ¿Qué hiciste después? Te apuesto que tú te revolcaste con ella en nuestra casa, en nuestra cama —Scott bajó la mirada, sintió que era descubierto por ella, y Valentina pudo deducirlo en su rostro, sintió dolor y sintió más rabia —Valentina, sé que… —No sabes nada, yo pude seguir adelante, ¿Esperabas que guardara tu recuerdo como un altar? Que fuera fiel a tu falso amor, te equivocaste, Scott, yo reparé mi corazón de tu daño, ¿Dónde está Laura, ahora? Ah, sí, te dejo, es cierto, me dejaste por una mujerzuela, y me alegro por eso, me alegro de que ahora solo seas un hombre h
—¡Imposible! Si fuera mi hijo, la misma Valentina me lo hubiese dicho, si tuviéramos un hijo, cuando todo aquello pasó, lo del divorcio, ella lo hubiese usado para no divorciarnos, peor en cambio se fue, huyó de mi lado, así que está claro que ese niño es de su nuevo amor, el tal Esteban. —Ella no huyó de tu lado, no cuando tu la echaste, tío, te haces muchas películas en la cabeza, pero olvidas la verdad. Al día siguiente, Valentina se levantó temprano, alimentó a su pequeño hijo, y luego lo dejó al cuidado de Alicia, Valentina sentía como un fuego en su interior, una lava de rabia que la estaba dominando, al llegar a la mansión Brighton, pidió encontrarse con Diana, y ella la recibió en su despacho —Querida hija, bienvenida, ayer te fuiste sin despedirte —dijo Diana, besando su mejilla —Tuve cosas que hacer, lo siento, he venido muy temprano, pero es porque te diré, el abogado me dijo que, aunque no pudiera reclamar mi herencia hasta que me case, sin emba4go dijo que puedo vender
Scott entró al lago para salvar a Valentina, pero ella lo empujó antes de intentar salir—Lo siento —dijo arrepentido—. Fue mi culpa.—¡Claro que sí! Todo es tu culpa —dijo ella y su mirada fue fría y recriminadoraScott jamás la vio tan furiosa con él y salió de prisa, mientras le dio la mano, pero Valentina no alcanzó a tomarla cuando Esteban llegó a ayudarla—¡Mi amor! ¿Qué fue lo que pasó? —exclamó perplejo al verla empapada aún dentro del lago—Resbalé.—¿Resbalaste, cariño? Bien, vamos, debes secarte o enfermarás —dijo Esteban quitándose su saco y poniéndoselo encima.Scott no les quitó la mirada de encima hasta que estuvieron lo suficientemente lejos y cruzaron el puente, pero sintió muchos celos, ella había sido suya, lo amaba a muerte, y ahora simplemente lo odiaba y estaba junto a otro tipo que ni siquiera sabía de donde había salido.Inés llegó en una vieja camioneta Ford, y bajó mirando a Scott—¿Quién es esa mujercita engreída? Vi lo altanera que se te puso desde lejos.—
Meredith manejaba el auto y a su lado iba Esteban, el trayecto era silencioso —Parece un pueblo lindo —dijo el hombre a modo de hacer plática —Lo es. Encontró en ella una barrera difícil de superar. —¿Estudiarás medicina? —Puede ser, aún debo pensarlo —La medicina es una carrera difícil y sacrificada, es bueno tomarlo con calma. —¿Acaso crees que yo no tengo ninguna vocación? —dijo llegando a la clínica, sus ojos eran severos y Esteban se quedó perpleja —No ha dicho nada como eso, ¿Siempre estás a la defensiva? Ella bajó del auto y entraron a la clínica, se sorprendieron de no ver a la recepcionista —Quizás es hora del almuerzo. Meredith abrió la puerta sin siquiera tocar, pero la imagen que vio a continuación la dejó helada —¡Madre! —exclamó con estupor Melissa estaba besándose con pasión con el doctor Kevin y se alejaron al verla —Hija, no es lo que parece. Los ojos de Meredith estaban tan decepcionados y salió de prisa con Melissa tras ella, mientras Esteban se quedó
Scott caminaba admirando las tierras fértiles, pensaba en ella, pensaba en Valentina, ¿Hace cuánto que no se veían? No lo recordaba, ¿Cómo había cambiado tanto? No quedaba nada de la dulce y buena chica, de la amorosa y tierna esposa que recordaba, ahora ella lo odiaba, era hiel, era una herida en su corazón«Ella ya no me ama, creí tantas cosas en la vida, pero nunca creí que llegará el día en que Valentina Dion dejaría de amarme, creo que era usual para mí sentirme amado por ella, creo que era mi zona segura, mi puente de descanso, ahora no tengo nada, nada en lo absoluto.Ella ama a otro, incluso tienen un hijo juntos, soy el único que me quedé sin nada» pensó, sintió que se echaría a llorar, que su cielo era tan gris, como un infierno.Scott no era consciente que alguien lo apuntaba con una escopeta no muy lejos de ahí, la muerte rondaba su figura, pero él no parecía siquiera notarlo—¡Scott! —exclamó Inés volviéndolo a la realidad, y esa simple voz, hizo que su atacante perdiera
—¿Qué le pasó a Frank? —exclamó Scott—No lo sabemos, comenzó a convulsionar —dijo Melissa, Scott la abrazó porque se veía muy preocupada.Pasó una media hora en lo que Kevin pudo verlos—Frank está consciente, ahora desconocemos porque razón tuvo la convulsión, deberá hacerse unos estudios para que podamos saber qué es lo que sucede en su cerebro que provocó esto. Hoy permanecerá aquí, pero mañana podrá ir a casa a descansar.Melissa asintió—Quiero ver a mi padre.Melissa se acercó a Meredith—Yo iré contigo.—¡Tú no vendrás! —sentenció Meredith llamando la atención de todosMelissa la tomó del brazo y susurró en su oído—Si te atreves a decirle algo, vivirás con la conciencia de que tu padre ha enfermado por tu culpa.Meredith se liberó de su agarre con furia, y miró sus ojos, estaba incrédula de su frialdad, pero luego entró a ver a su padreScott se acercó a Melissa—¿Qué fue todo eso?—¿De qué hablas?—Hablo de que mi sobrina está furiosa contigo, ¿Qué está pasando?—No pasa nad
Meredith conducía con preocupación, la tormenta se había vuelto intensa, no podía ver nada, y tenía miedo, tenía la opción de detenerse y esperar, o seguir el camino, era imprudente y joven para entender que era lo más cabal. Intentó ir más rápido, acelerar para llegar pronto, hasta que notó que el río se desbordó y la fuerte corriente la arrastraba, cuando su auto se apagó, gritó de miedo, tuvo un terror de muerte, el auto se inundó, ella abrió las ventanas y logró subir al techo del auto, pero la corriente seguía arrastrando y hundiendo el auto, tenía mucho miedo, creí que iba a morir, hasta que escuchó que alguien gritaba su nombre —¡Meredith! Ella vio a lo lejos a Esteban, gritó con fuerza, el llevaba una cuerda, la empujó para que ella pudiera sostenerla, fue difícil conseguirlo, pero al final ella lo hizo, la tomó y nadó hacía él, pero la fuerte corriente quería llevarla consigo, Meredith se aferró y pronto, Esteban luchando la atrajo a él, ella lloraba cuando llegó a la oril