—Yo voy a cuidarte, Val —dijo Lucius e intentó tomar su mano, pero ella se alejó, sentía un recelo terrible contra ese hombre
—Quiero estar sola, Lucius.
—¿Desconfías de mí? —preguntó, pero ella ni siquiera lo miró
—Quiero estar sola.
—Lo sé, pero debes recordarlo, Val, solo estoy aquí para cumplir con mi promesa de cuidarte, tu padre me lo pidió, así debe ser.
—¿Y por qué mi padre no te dejó a ti como mi albacea? ¿Por qué me dejó con los Brighton?
Lucius la miró bien, su gesto parecía dulce y tierno, y a la vez siniestro
—Porque no estaba en el país y porque… estuve preso —dijo tomando asiento, ella le miró atormentada, y se sentó frente a él
—¿Preso?
—Sí —&
El tiempo fue avanzando con rapidez, Valentina se esforzó mucho en acoplarse a su nuevo rol, como futura madre, Lucius estaba ahí al pendiente y aunque a ella no le gustaba, a veces, le recordaba al cariño de su padre, en sus gestos y en su forma de hablar, era algo raro, ella intuyó que se debía a que era un buen amigo de su padre y solía creer que, cuando uno convive por largo tiempo con ciertas personas, se vuelven similares, por otro lado le tenía mucho agradecimiento, él había salvado la honra de su madre, había ido a la cárcel por defenderla, y eso solo podía hablar de que a pesar de su oscuridad, también era una buena persona.El doctor Esteban hacía el ultrasonido, en el monitor podían verlo con claridad, faltaba poco para que Valentina cumpliera los nueve meses, sería un niño, y podía verlo reflejado con toda claridad en el ultra
Lucius encontró a Valentina a tiempo y llamó a una ambulancia, pronto fueron al hospital, ella fue llevada a labor de parto, pronto daría a luz a su primer hijo. Esteban se encontró con Lucius y apenas supo que Valentina tendría a su bebé, corrió a verla aprovechando sus contactos en el hospital, quería estar con ella, asegurarse del bienestar de ella y de su bebé. Lucius tomó asiento en la sala de espera, estaba pensativo y ella volvió a su mente «Ahora serías abuela, Molly, pero no verás a tu nieto, y es toda tu culpa, lo sabes bien, no quisiste amarme» El recuerdo se liberó en su mente, sin que pudiera detenerlo «Flashback: Recordó aquella tarde de verano, en medio del bosque Red Flames, un verano caluroso, seco, ella estaba ahí, sentada sobre un tronco, era tan hermosa, como la primera vez que la conoció, Molly fue la única que se preocupó por él, la única que le dio un poco de amor, en su gran soledad, pero él quería más de ella, y se lo negó. Aquel día se encontraron, ella
Lucius llegó al día siguiente, traía consigo comida, y la dejó sobre la mesa —Hola, traje algo para comer, ¿Cómo está el pequeño Henry? —Bien, ahora duerme. Que bueno que viniste, he pensado mucho, pero tomé una decisión. Lucius la miró con intriga —¿Qué decisión? —Volveré a Redville. Lucius la miró con ojos enormes, nunca pensó que decidiera eso de una forma que ahora le parecía tan precipitada —¿Cómo es que tomaste esa decisión? —Sé que tienes razón, alguien mató a mis padres, y existe una gran probabilidad de que quién lo haya hecho sea Diana Brighton, sí ella fue, entonces yo buscaré las pruebas, y también descubriré sus razones, luego la haré que confiese todo —dijo con la mirada profunda, y una rabia oscureciendo sus pupilas Lucius esbozó una sonrisa que pareció grotesca —¡Vaya! Ya era hora de que despertaras, y por fin te atrevieras a vengar la memoria de tus padres, pero, ¿Qué harás con tu hijo? No puedes volver a Massachussets con él, si lo haces, ¿Cuánto tardará Sco
—¿Entonces se casarán? —exclamó Lucius Ella asintió —Cuando haya recibido mi herencia, entonces nos casaremos —dijo Valentina 1Deberian casarse antes de viajar a Massachusetts. —Es una decisión tomada —dijo Valentina —¿Y por qué? ¿Acaso has tomado esa decisión para tener alguna oportunidad con Scott? —¡¿Qué dices?! —exclamó impactada—. ¿Acaso escuchas tus palabras? Scott está con Laura, no tiene nada que ver conmigo, o nuestro está acabado. —Puede ser, pero, cuando sepa que tiene un bebé contigo, no perderá el tiempo, Valentina, te querrá de vuelta en su vida. Ella bajó la mirada —Le diré sobre su hijo, no puedo mentir. —Antes estuviste dispuesta. —¡Estaba furiosa! Mi cabeza estaba mal, pero ahora estoy fría, y no lo haré, Lucius, nunca le negaré a mi hijo la presencia de su padre, y tampoco le negaré a Scott la existencia de su hijo. —¡Él no lo querrá! Solo lo usará en tu contra, pero si quieres ser tan estúpido para admitirlo, es tu problema —sentenció Lucius con mucha fu
Cuando los ojos de Scott Brighton se posaron al fin en la mano de Valentina enlazada a la de ese hombre sintió que algo ardía en su interior, un mal presentimiento de que todo estaba a punto de ser peor que en sus pesadillas. Meredith fue la primera en reaccionar y acercarse a ella, y abrazarla con fuerza, de verdad la extrañaba mucho, Valentina disfrutó aquel abrazo, parecía que ese tiempo no había hecho mella alguna entre las amigas, Valentina sentía como si la hubiese visto ayer, pero cuando se miraron a los ojos, supieron que tenía muchas cosas que contarse, cuando Meredith miró al acompañante de Valentina, no pudo evitar recordarlo, era aquel grosero sujeto con el que había chocado ese misma tarde, bajó la mirada, esperando no ser reconocida, pero supo por su gesto que él lo había hecho. Scott caminó hacia ellos, miró a Valentina, incluso aunque no se habían visto en un tiempo, sentía que su rostro lo reconocería en cualquier parte —Hola, Valentina, bienvenida a casa, de nuevo
—¡Cállate, Scott! ¿Quién te crees que eres para ofenderme de esta manera? ¡No eres nadie! —exclamó rabiosa, mientras los ojos de Scott la miraban aturdidos—. ¿Hablas de engaños o traiciones? Eres tú quien volvió con Laura, incluso antes de nuestro divorcio, la mantenías oculta, como un secreto, y luego vienes ante mí a hablar de traiciones y dignidad —Valentina, yo… —¿Acaso lo olvidaste? Me dejaste por esa mujer, ¿Qué hiciste después? Te apuesto que tú te revolcaste con ella en nuestra casa, en nuestra cama —Scott bajó la mirada, sintió que era descubierto por ella, y Valentina pudo deducirlo en su rostro, sintió dolor y sintió más rabia —Valentina, sé que… —No sabes nada, yo pude seguir adelante, ¿Esperabas que guardara tu recuerdo como un altar? Que fuera fiel a tu falso amor, te equivocaste, Scott, yo reparé mi corazón de tu daño, ¿Dónde está Laura, ahora? Ah, sí, te dejo, es cierto, me dejaste por una mujerzuela, y me alegro por eso, me alegro de que ahora solo seas un hombre h
—¡Imposible! Si fuera mi hijo, la misma Valentina me lo hubiese dicho, si tuviéramos un hijo, cuando todo aquello pasó, lo del divorcio, ella lo hubiese usado para no divorciarnos, peor en cambio se fue, huyó de mi lado, así que está claro que ese niño es de su nuevo amor, el tal Esteban. —Ella no huyó de tu lado, no cuando tu la echaste, tío, te haces muchas películas en la cabeza, pero olvidas la verdad. Al día siguiente, Valentina se levantó temprano, alimentó a su pequeño hijo, y luego lo dejó al cuidado de Alicia, Valentina sentía como un fuego en su interior, una lava de rabia que la estaba dominando, al llegar a la mansión Brighton, pidió encontrarse con Diana, y ella la recibió en su despacho —Querida hija, bienvenida, ayer te fuiste sin despedirte —dijo Diana, besando su mejilla —Tuve cosas que hacer, lo siento, he venido muy temprano, pero es porque te diré, el abogado me dijo que, aunque no pudiera reclamar mi herencia hasta que me case, sin emba4go dijo que puedo vender
Scott entró al lago para salvar a Valentina, pero ella lo empujó antes de intentar salir—Lo siento —dijo arrepentido—. Fue mi culpa.—¡Claro que sí! Todo es tu culpa —dijo ella y su mirada fue fría y recriminadoraScott jamás la vio tan furiosa con él y salió de prisa, mientras le dio la mano, pero Valentina no alcanzó a tomarla cuando Esteban llegó a ayudarla—¡Mi amor! ¿Qué fue lo que pasó? —exclamó perplejo al verla empapada aún dentro del lago—Resbalé.—¿Resbalaste, cariño? Bien, vamos, debes secarte o enfermarás —dijo Esteban quitándose su saco y poniéndoselo encima.Scott no les quitó la mirada de encima hasta que estuvieron lo suficientemente lejos y cruzaron el puente, pero sintió muchos celos, ella había sido suya, lo amaba a muerte, y ahora simplemente lo odiaba y estaba junto a otro tipo que ni siquiera sabía de donde había salido.Inés llegó en una vieja camioneta Ford, y bajó mirando a Scott—¿Quién es esa mujercita engreída? Vi lo altanera que se te puso desde lejos.—