Hola, si te ha gustado el capítulo regálame tu comentario, dale like, agrega a tu biblioteca, gracias por tu apoyo ♥
Scott fue al hotel para encontrar a Laura, al llegar escuchó su llanto, y se perturbó de verla llorar tanto —¿Qué es lo que sucede, Laura? —exclamó preocupado La mujer entonces le mostró esa bufanda, tomándola con fuerza entre sus manos, Scott bajó la vista con gesto severo —¿Qué es esto, Scott? Esta bufanda no es mía, tampoco soy tan tonta para creer que es tuya, tiene olor a mujer, ¿De quien es? Dime, ¿Hay alguien entre tú y yo? Él alzó la vista y negó de inmediato —No, basta, esa bufanda es de… es de Valentina. —¿Cómo? ¿Así que te quedaste con un recuerdo de tu ex esposa? Y dijiste que nunca la quisiste, y mírate, mentiste. —Yo nunca dije que nunca la quise, por favor, Laura, siempre he querido a Valentina, ha sido amiga de mi sobrina por mucho tiempo, estuve con ella en su peor momento, no soy un desalmado, me duele que sufra, nunca quise lastimarla, la bufanda se quedó en casa, la tengo conmigo, porque tirarla no era justo. —¿Y la piensas guardar como una reliquia del cora
—¡¿Por qué no nos casamos este fin de semana?! Por favor, Scott, no perdamos más tiempo —insistía Laura —Por favor, Laura, ya tenemos todo dicho y hecho. —Bueno, pero, es que yo estoy segura de que en el salón imperial pueden acceder a darme fecha, ayer marqué cuando te fuiste y tienen disponibilidad este sábado, además ya vi mi vestido, me lo entregarían mañana mismo. —¡Ya basta! —exclamó en un grito que la impactó—. Esto no será la gran boda, Laura, solo será por el civil, firmaremos, y punto, no habrá invitados, solo si alguien de mi familia quiere ir, y no insistas, no retrocederé —sentenció con firmeza La mujer se levantó rabiosa —Ah, ¡Claro! Pero, ¿Y con Valentina? Con ella te casaste por la iglesia, echaron la casa por la ventana, se casaron en menos de quince días, Scott, en el jardín de la mansión, ella lució un vestido de sueño, fue hermoso, ¿Por qué con ella no fuiste así de duro? —¡Ya! —exclamo con desespero—. Estoy cansándome de tus quejas, Laura, será como te he dic
Cuando el amanecer llegó y Scott abrió los ojos, no supo a ciencia cierta donde estaba, se irguió repentino, sentía como si su cabeza se partía del dolor intenso, miró alrededor, pero cuando vio a ese cuerpo a su lado, se quedó petrificado, levantó las sábanas para descubrir su desnudez, se levantó de inmediato y al sentir su movimiento, Laura se levantó y lo observó —Cariño, son solo las seis de la mañana, vuelve a la cama. —No, y ahora levántate, ¿Cómo llegaste aquí? —exclamó confuso —Solo quería verte, saber que estabas bien, eso es todo. ¿Qué pasa? —¡No debes estar aquí! ¡Nunca debiste haber venido! —exclamó en un grito que la asustó, parecía tan enojado —¿Por qué me hablas así? —dijo con reproche y frustración, él se vestía, y ella también lo hizo —Porque no tenías nada que hacer aquí, los dos nos iremos ya mismo de aquí. —No, yo quiero que cuando nos casemos, esta sea nuestra casa, nuestro hogar hermoso. —¡Nunca!
Laura tomó el brazo de Scott, y pronto llegaron hasta el salón principal, ahí estaba la familia de Scott, Diana no tenía un rostro feliz, en realidad nadie lo tenía.—No parece una boda, sino un funeral —dijo Frank, Melissa evitó reír ante sus ocurrencias—Calla, nos pueden oír —dijo siseando con lentitudEl juez ya estaba ahí, comenzó a dar todos los pormenores de la boda, Scott tenía la peor cara, estaba tan agotado, y en su interior yacían unas ganas de salir huyendo, mientras Laura parecía ajena a todo eso.—Scott Brighton, ¿Acepta como esposa a Laura Bailey? —Scott tardó unos segundos en reaccionar y aquel silencio se volvió incómodoLaura tuvo que tirar de su brazo con suavidad para hacerlo reaccionar, mientras sonreía1Eh… sí, acepto —dijo con voz apagada,
Cuando Valentina volvió a abrir los ojos observó a ese hombre, Lucius estaba recostado sobre un sillón, en una posición bastante incómoda dormido, tal cual estaba vestido, y con ese gesto le hizo recordar al semblante de su propio padre, pero, ¿Qué cosas absurdas pensaba? La idea le causó hasta gracia, frotó sus ojos, y recordó de lo que hablaban antes del desmayo, ¿Por qué Lucius habló sobre la muerte de sus padres? El miedo anterior volvió a ella con gran rapidez, y sintió que algo en ese hombre estaba mal. Sin embargo, en su mente más ideas estaban enloqueciéndola, por ejemplo, que estaba embarazada, sí, esperaba un hijo de Scott Brighton, ahora ella era solo su ex esposa, y él iba a casarse con Laura Bailey, la misma mujer que amó toda su vida, una lágrima cayó por su rostro«Si ahora mismo volviera con Scott,
—¿Lucius? —exclamó y el hombre abrió los ojos mirándola bien, se enderezó y se acercó a ella—Valentina, ¿Cómo te sientes ahora?—Estoy mejor.Él le brindó una dulce sonrisa—¿Sabes por qué te desmayaste? Estás embarazada.Ella asintió muy despacio—Ahora lo sé.—Ese bebé, ¿Es de Scott Brighton?Valentina no esperaba tal pregunta, abrió ojos enormes y atormentados, pero la puerta del consultorio se abrió y el doctor entró—Buenos días, mi nombre es Esteban Cyrus, soy ginecólogo y obstetra, he venido a revisarla.Lucius salió de la habitación, permitiendo que ella fuera revisada, el doctor primero revisó sus signos vitales y su presión arterial—¿Es su esposo?&m
Valentina tomó asiento frente a Lucius, pero tuvo temor, quizás traer a alguien, que ahora más que nunca sabía era un verdadero desconocido, le inundaba de recelo—¿Vas a hablar?Él la miraba con ojos grandes, y ella se puso nerviosa—Habla ahora, o debes marcharte —aseveróÉl llevaba una mochila, y la abrió, tensando los nervios de Valentina, pero cuando la abrió, sacó de ahí un sobre amarillento, lo abrió con rapidez—Valentina, he dicho que no soy un desconocido para ti, y, además, cuando dije que jamás te lastimaría, ten por seguro que no he mentido.Ella le miró con estupor—¿Qué tratas de decirme?—Fui amigo de tu padre, Valentina —dijo con seguridad, ella abrió ojos enormes y arrugó el gesto, si era así, ¿Por qué e
Valentina encendió de nuevo el móvil, y esta vez decidió llamar al señor Allister, el abogado de la familia, él respondió con rapidez —Hola, señor Allister, habla Valentina Dion. —Hola, señorita Valentina, me da gusto saludarla, dígame, ¿En qué puedo servirla? —Bueno, yo… tengo algunas dudas respecto a mi herencia, por ahora no me encuentro en el país, salí de viaje, no sé si pueda resolverlas por teléfono. —Claro que sí, dígame cuáles son sus dudas —dijo el señor Allister con atención —Quiero saber, es que, bueno, tal vez no se enteró, pero Scott Brighton y yo nos divorciamos, y quería saber si eso cambia en algo la herencia. —En realidad, sí, la herencia que sus padres dejaron ha sido administrada por un fideicomiso suizo, pero la señora Diana Brighton ha tenido acceso a ella, aunque su padre dejó como lineamiento que en cuánto usted se casara podría recibir el total de la herencia, tengo entendido que decidieron posponerlo.