Laura tomó el brazo de Scott, y pronto llegaron hasta el salón principal, ahí estaba la familia de Scott, Diana no tenía un rostro feliz, en realidad nadie lo tenía.
—No parece una boda, sino un funeral —dijo Frank, Melissa evitó reír ante sus ocurrencias
—Calla, nos pueden oír —dijo siseando con lentitud
El juez ya estaba ahí, comenzó a dar todos los pormenores de la boda, Scott tenía la peor cara, estaba tan agotado, y en su interior yacían unas ganas de salir huyendo, mientras Laura parecía ajena a todo eso.
—Scott Brighton, ¿Acepta como esposa a Laura Bailey? —Scott tardó unos segundos en reaccionar y aquel silencio se volvió incómodo
Laura tuvo que tirar de su brazo con suavidad para hacerlo reaccionar, mientras sonreía
1Eh… sí, acepto —dijo con voz apagada,
Cuando Valentina volvió a abrir los ojos observó a ese hombre, Lucius estaba recostado sobre un sillón, en una posición bastante incómoda dormido, tal cual estaba vestido, y con ese gesto le hizo recordar al semblante de su propio padre, pero, ¿Qué cosas absurdas pensaba? La idea le causó hasta gracia, frotó sus ojos, y recordó de lo que hablaban antes del desmayo, ¿Por qué Lucius habló sobre la muerte de sus padres? El miedo anterior volvió a ella con gran rapidez, y sintió que algo en ese hombre estaba mal. Sin embargo, en su mente más ideas estaban enloqueciéndola, por ejemplo, que estaba embarazada, sí, esperaba un hijo de Scott Brighton, ahora ella era solo su ex esposa, y él iba a casarse con Laura Bailey, la misma mujer que amó toda su vida, una lágrima cayó por su rostro«Si ahora mismo volviera con Scott,
—¿Lucius? —exclamó y el hombre abrió los ojos mirándola bien, se enderezó y se acercó a ella—Valentina, ¿Cómo te sientes ahora?—Estoy mejor.Él le brindó una dulce sonrisa—¿Sabes por qué te desmayaste? Estás embarazada.Ella asintió muy despacio—Ahora lo sé.—Ese bebé, ¿Es de Scott Brighton?Valentina no esperaba tal pregunta, abrió ojos enormes y atormentados, pero la puerta del consultorio se abrió y el doctor entró—Buenos días, mi nombre es Esteban Cyrus, soy ginecólogo y obstetra, he venido a revisarla.Lucius salió de la habitación, permitiendo que ella fuera revisada, el doctor primero revisó sus signos vitales y su presión arterial—¿Es su esposo?&m
Valentina tomó asiento frente a Lucius, pero tuvo temor, quizás traer a alguien, que ahora más que nunca sabía era un verdadero desconocido, le inundaba de recelo—¿Vas a hablar?Él la miraba con ojos grandes, y ella se puso nerviosa—Habla ahora, o debes marcharte —aseveróÉl llevaba una mochila, y la abrió, tensando los nervios de Valentina, pero cuando la abrió, sacó de ahí un sobre amarillento, lo abrió con rapidez—Valentina, he dicho que no soy un desconocido para ti, y, además, cuando dije que jamás te lastimaría, ten por seguro que no he mentido.Ella le miró con estupor—¿Qué tratas de decirme?—Fui amigo de tu padre, Valentina —dijo con seguridad, ella abrió ojos enormes y arrugó el gesto, si era así, ¿Por qué e
Valentina encendió de nuevo el móvil, y esta vez decidió llamar al señor Allister, el abogado de la familia, él respondió con rapidez —Hola, señor Allister, habla Valentina Dion. —Hola, señorita Valentina, me da gusto saludarla, dígame, ¿En qué puedo servirla? —Bueno, yo… tengo algunas dudas respecto a mi herencia, por ahora no me encuentro en el país, salí de viaje, no sé si pueda resolverlas por teléfono. —Claro que sí, dígame cuáles son sus dudas —dijo el señor Allister con atención —Quiero saber, es que, bueno, tal vez no se enteró, pero Scott Brighton y yo nos divorciamos, y quería saber si eso cambia en algo la herencia. —En realidad, sí, la herencia que sus padres dejaron ha sido administrada por un fideicomiso suizo, pero la señora Diana Brighton ha tenido acceso a ella, aunque su padre dejó como lineamiento que en cuánto usted se casara podría recibir el total de la herencia, tengo entendido que decidieron posponerlo.
—Yo voy a cuidarte, Val —dijo Lucius e intentó tomar su mano, pero ella se alejó, sentía un recelo terrible contra ese hombre—Quiero estar sola, Lucius.—¿Desconfías de mí? —preguntó, pero ella ni siquiera lo miró—Quiero estar sola.—Lo sé, pero debes recordarlo, Val, solo estoy aquí para cumplir con mi promesa de cuidarte, tu padre me lo pidió, así debe ser.—¿Y por qué mi padre no te dejó a ti como mi albacea? ¿Por qué me dejó con los Brighton?Lucius la miró bien, su gesto parecía dulce y tierno, y a la vez siniestro—Porque no estaba en el país y porque… estuve preso —dijo tomando asiento, ella le miró atormentada, y se sentó frente a él—¿Preso?—Sí —&
El tiempo fue avanzando con rapidez, Valentina se esforzó mucho en acoplarse a su nuevo rol, como futura madre, Lucius estaba ahí al pendiente y aunque a ella no le gustaba, a veces, le recordaba al cariño de su padre, en sus gestos y en su forma de hablar, era algo raro, ella intuyó que se debía a que era un buen amigo de su padre y solía creer que, cuando uno convive por largo tiempo con ciertas personas, se vuelven similares, por otro lado le tenía mucho agradecimiento, él había salvado la honra de su madre, había ido a la cárcel por defenderla, y eso solo podía hablar de que a pesar de su oscuridad, también era una buena persona.El doctor Esteban hacía el ultrasonido, en el monitor podían verlo con claridad, faltaba poco para que Valentina cumpliera los nueve meses, sería un niño, y podía verlo reflejado con toda claridad en el ultra
Lucius encontró a Valentina a tiempo y llamó a una ambulancia, pronto fueron al hospital, ella fue llevada a labor de parto, pronto daría a luz a su primer hijo. Esteban se encontró con Lucius y apenas supo que Valentina tendría a su bebé, corrió a verla aprovechando sus contactos en el hospital, quería estar con ella, asegurarse del bienestar de ella y de su bebé. Lucius tomó asiento en la sala de espera, estaba pensativo y ella volvió a su mente «Ahora serías abuela, Molly, pero no verás a tu nieto, y es toda tu culpa, lo sabes bien, no quisiste amarme» El recuerdo se liberó en su mente, sin que pudiera detenerlo «Flashback: Recordó aquella tarde de verano, en medio del bosque Red Flames, un verano caluroso, seco, ella estaba ahí, sentada sobre un tronco, era tan hermosa, como la primera vez que la conoció, Molly fue la única que se preocupó por él, la única que le dio un poco de amor, en su gran soledad, pero él quería más de ella, y se lo negó. Aquel día se encontraron, ella
Lucius llegó al día siguiente, traía consigo comida, y la dejó sobre la mesa —Hola, traje algo para comer, ¿Cómo está el pequeño Henry? —Bien, ahora duerme. Que bueno que viniste, he pensado mucho, pero tomé una decisión. Lucius la miró con intriga —¿Qué decisión? —Volveré a Redville. Lucius la miró con ojos enormes, nunca pensó que decidiera eso de una forma que ahora le parecía tan precipitada —¿Cómo es que tomaste esa decisión? —Sé que tienes razón, alguien mató a mis padres, y existe una gran probabilidad de que quién lo haya hecho sea Diana Brighton, sí ella fue, entonces yo buscaré las pruebas, y también descubriré sus razones, luego la haré que confiese todo —dijo con la mirada profunda, y una rabia oscureciendo sus pupilas Lucius esbozó una sonrisa que pareció grotesca —¡Vaya! Ya era hora de que despertaras, y por fin te atrevieras a vengar la memoria de tus padres, pero, ¿Qué harás con tu hijo? No puedes volver a Massachussets con él, si lo haces, ¿Cuánto tardará Sco