Valentina no podía contener la ira que sentía, salió de prisa, bajó las escaleras, y encontró a Lucius caminando rumbo al salón —Val, ven al salón, estamos platicando —dijo Lucius con una mirada amistosa, pero en cuanto Valentina lo vio sintió un recelo, una rabia que la inundaba —No, Lucius, tú y yo tenemos que hablar —dijo con gran severidad Lucius la miró con duda, pero tuvo un presentimento de que algo malo ocurría —¿Qué sucede, Val? ¿Está todo bien? —Dije que debemos hablar, ahora. —sentenció con fuerza, y él supo que algo malo estaba ocurriendo, que algo pasaba Él la miró con duda y caminó siguiendo sus pasos, pronto llegaron hasta el granero —¿Qué sucede, Val? Siento como si estuvieras molesta conmigo. Valentina lo miró con ojos severos, mirándolo fijamente, tenía sobre sus manos aquel diario que perteneció a su madre —Sé toda la verdad, Lucius —dijo Valentina, y entonces ella miró sus ojos como si pudiera escudriñar en su interior Él sintió un miedo terrible, tragó s
Valentina podía reflejarse en esas pupilas tan dilatadas y oscuras, sintió un temor de que no podría huir, que podría ser devorada en un solo instante —¿Lucius? —pero esa voz dulce la sacó del trance en que creía encontrarse, cuando alzó la vista y vio a aquella chica tan idéntica a la juventud de su madre, tuvo valor para alejarse, y empujar a Lucius con fuerza —¡No te vuelvas a acercar a mí! —espetó con desdén y lo miró con crueldad, luego salió de ahí, sintiendo la mirada de Love sobre ella, quien no parecía entender nada de nada, de pronto Love sintió las manos de Lucius apretando su barbilla con fuerza descomunal, ella temió, y lo miró con ojos enromes, y llenos de lágrimas —¿Por qué tienes que venir y entrometerte donde nadie te ha llamado? —Yo… ¡Lo siento tanto! —exclamó Love muy asustada al conocer el terrible carácter de Lucius y temer de él Valentina subió muy rápido la escalera, se veía tan furiosa, incluso Scott pudo verla, muy sorprendido de su actitud. Cuando ella l
Scott estaba en la biblioteca de su madre, mirándola con ojos severos, Diana le miraba intrigada, odiaba que su hijo la tratara de forma tan fría, pero no hallaba la forma de que volvieran a ser los mismo de antes —¿Por qué has tenido que darle ese diario a Valentina? ¿Por qué justo ahora? ¿Por qué no antes? —reclamó él enojado —Como siempre, de todo me culparás, ¿Cierto? —Quisiera creer en ti, Diana, creer que eres buena, que lo haces por algo bueno, pero, yo a ti ya no te creo nada, sé bien quién eres, y nada lo haces por bien, si no es el tuyo propio, pero para que lo sepas, me iré con Valentina y mi hijo. Diana abrió ojos enromes, parecía impactada —¿Te irás? ¿A dónde? —A nuestra antigua casa, estaremos mejor solos, lejos de esto, y recuperando nuestro amor, como hasta ahora. —Pero, ¡No es justo! Es ese bastardo quién debe irse, él no tiene ningún valor —exclamó rabiosa —¡Ya basta! Si Lucius es como es, te acuso a ti como responsable, ¡Es toda tu culpa! Porque nunca le dis
Scott y Valentina estaban abrazados, incluso estaban tan a gusto en aquella alfombra acolchada, cubiertos por una manta que Scott trajo, él besó su frente era imposible poder describir la paz, la felicidad o el amor que sentía, todo era tan grande, pleno y perfecto dentro de su alma, Scott supo que esa felicidad nunca la sintió antes, y se sintió como un tonto si recordaba cuando dejó escapar a su esposa de su lado, ella estaba adormilada descansando en su pecho, sintiendo sus besos suaves tiernos en su pelo y en su rostro, mientras solo escuchaba el latido de su corazón, como una dulce melodía que la arrullaba. Scott también cerró los ojos, rendido ante ella, sin poder ver, ni prever que alguien lo miraba desde afuera, por un rincón de la ventana que apuntaba afuera. Lucius tenía las manos en un puño de rabia, mirándolos con sus ojos verdes, casi como si estuvieran envenenados, en su interior era como si ahora, Valentina y Molly se hubiesen unido en una sola persona como si ella hu
Valentina aún sollozaba, de pronto los recuerdos del pasado volvieron a su mente como una ráfaga incontenible, que no podía calmar y pudo recordarlo todo con gran claridad «Flashback: Podía recordar cuando hace más de cinco años volvía de clases, iba junto a Meredith, y platicaban sobre los planes adolescentes, los exámenes, las fiestas, todo era felicidad, paz, tranquilidad, ella no debía preocuparse de nada, solo de ser una buena estudiante, una buena amiga, y una buena hija, pero cuando alzó la vista pudo ver aquel humo cegador, también estaba la policía y los bomberos, cuando los vio en su casa entró en pánico, corrieron hasta ahí y cada pasó que daba su corazón latía con más fuerza, con más zozobra, entonces pudo ver a sus padrinos, Frank y Melissa, también a Diana Brighton, pero sus padres no estaban ahí, cuando divisó esas llamas que consumían su casa por fin entró en terror total, corrió tan rápido y entonces lo supo, algo en su interior lo supo, que todo estaba mal, que una
—¡¿Qué dices?! ¡Yo soy inocente! —exclamó Lucius—. Siempre piensas lo peor de mí, pero habla con el administrador, incluso estuve con él recorriendo las tierras de siembra, todo este tiempo, lo único que pienso es en como volverme útil para la familia, ¡¿Y es así como me tratas?! —exclamó Lucius como si de verdad sufriera —¡Hipócrita! —exclamó Diana —¡¿Qué pasa aquí?! ¿Por qué pelean? —exclamó Scott al entrar de la mano de Valentina, de pronto cuando Lucius los vio, corrió a abrazar a su hermano —¡Hermano, estás bien! Tuve un gran susto al saber que algo malo les sucedió, acabo de enterarme del incendio —Lucius lo soltó, y cuando intentó abrazar a Valentina, ella dio un paso atrás, en una reacción de desprecio que no pasó desapercibida por Frank. —¡Hijo mío! ¿Qué fue lo que pasó? Dime, ¿Estás bien? —exclamó Diana tocando el rostro de Scott —Estoy bien, madre, no te preocupes más —dijo con algo de desdén, luego Diana fue con Valentina, intentó abrazarla, pero ella también se alejó
—¡Lucius! Tranquilo… Por favor… —exclamaba Valentina, mientras lo miraba asustada, sollozando, cuando se abrió la puerta de la cocina, Frank fue el primero en entrar seguido por Scott—¡Hermano! ¡¿Qué te pasa?! —gritó Scott—¡No lo sé! Se sintió mal… de pronto… —dijo Valentina, mientras Diana estaba inmóvil, solo mirándolos con ojos tan horrorizadosFrank se apuró a enderezar la postura de Lucius, que estaba enrojecido, tenso, se veía muy mal, la puerta volvió a abrirse, Melissa entró y salió llamando a una ambulancia, apenas entró Meredith miró la escena con horror, y salió de prisa—¡Lo han envenenado! —exclamó Meredith con voz tan fuerte, Esteban iba bajando la escalera—¡¿Quién?!—&iex
Love comenzó a guardar cosas en una mochila, mientras Lisa imitaba su actuar, ambas sentían la adrenalina, pero sabían que era su última oportunidad de alejarse del monstruo de Lucius y no podían desperdiciarla, estaban seguras de que lo único que querían eran ser libres de ese verdugo. Scott pidió al doctor poder ver a Lucius, necesitaba ver a su hermano. —Quiero ver a mi hermano, por favor. —Pude verlo, pero solo diez minutos, él ahora necesita mucho descanso. Scott asintió y le pidió a Valentina que lo esperara, ella aceptó Cuando Scott entró en la habitación, llevaba puesta ropa médica, que debía usar para poder visitar a Lucius, lo encontró tendido en aquella camilla de hospital, se veía tan débil, que sintió tristeza de verlo en ese estado, la sola idea de que su madre fuera la culpable de algo tan cruel, estrujaba su corazón, se acercó un poco, lo observó, su mirada era muy compasiva, de pronto, Lucius abrió sus ojos verdes, y sus miradas se encontraron —¡Hermano! —exclamó