Capítulo 2: ¡Hasta Aquí!

Capítulo 2: ¡Hasta Aquí!

Se sentía tan miserable… por lo que  busco acomodarse en el suelo y abrazarse a sí misma mientras miles de preguntas se formularon en su cabeza tratando de dar una explicación a su situacion actual.

¿Por qué?

¿Qué hizo mal?

Acaso ¿esto era una especie de castigo por haberse peleado con su abuelo?

Jamás sabría con exactitud las respuestas de esas preguntas y eso era lo que más le dolía.

En cierto momento su soledad fue interrumpida por el sonido de alguien llamando a la puerta.

- Alexa... ¿estás? – se escuchó que le hablaban mientras seguían tocando.

Ella dejó escapar un suspiro mientras se colocaba de pie y secaba sus lágrimas antes de abrir la puerta.

- Voy – dijo al escuchar que nuevamente tocaba la puerta.

 - Hola Alexa querida, quería preguntarte si puedes… - empezó a decir al ver que se abría la puerta, pero se quedó muda al ver el aspecto que tenía la castaña - oh dios mío… Alexa ¿qué te pasó? – preguntó asustada mientras su mirada empezaba a analizar todo el cuerpo de la joven.

- Am… yo… - Alexa notó su error y rápidamente busco peinar su cabello con sus manos para tratar de tapar su rostro y cubrir el moretón de la bofetada, porque ahora empezarían a correr rumores y…

En eso se detuvo en seco por un momento.

¿Por qué se estaba tapando?

Ella había tomado la decisión de divorciarse, así que no tenía sentido seguir preocupándose por esas cosas como rumores y el honor de la familia Monroy… ¿por qué debía preocuparse? si ellos jamás se preocuparon por ella.

- Alexa ¿te encuentras bien? – en eso fue sacada de sus pensamientos al sentir como la mayor le tocaba el hombro y al mirarla a los ojos, noto que la mirada de esa mujer reflejaba una preocupación sincera por su persona.

- … - ver eso hizo que algo en el interior de ella se rompiera y comenzara a llorar.

Se sentía tan cansada de aparentar e igual sabía que ella no la juzgaría, porque esa amable mujer le recordaba tanto a su abuela, que le era imposible no abrirse con ella.

- Oh dios… tranquila hija, ven vamos adentro – indicó la mayor ingresando al hogar y notando que esos moretones no era lo único que estaba mal en ese momento, ya que la sala era un desastre y hasta noto las manchas de sangre en la alfombra.

- Señora Cárdenas, yo…

- Sh… no tienes que decirme nada, es obvio.

- Yo…

- Llora si lo necesitas hija – habló empleando un tono maternal en su voz – dime ¿quieres que te ayude para que lo denuncies?

- De nada servirá… ellos se creen intocables – declaró Alexa haciendo una mueca.

- Tonterías, hasta los más grandes deben aprender una que otra lección de humildad – indicó molesta esa mujer sacando su celular para enviar un mensaje de texto.

- Pero yo…

- Tranquila hija, esta anciana tiene más amigos que la familia de tu marido e igual se dónde golpear a ese tipo de personas - dijo guiñándole el ojo y guardando su celular - ahora olvida eso y vamos a curarte.

- Hm… - Alexa sonrió y se dejó curar por la mayor.

Una vez que la mayor terminó de curarla, recordó porque había ido a buscar a la castaña.

- Listo ya quedaste preciosa.

- Muchas gracias – mencionó tocando con cuidado el vendaje de su mejilla – am… con todo lo que pasó ya no me dijo ¿qué necesitaba?

- Oh, es verdad… quería perderte de favor que revises a mi nieto, ya que lleva rato tosiendo y ya sabes que no confió en estos medicuchos de ahora… ash… estos chamacos que solo te recetan paracetamol para todo en vez de examinar de forma seria a su paciente.

- Jeje bueno es que ese medicamento es muy versátil.

- Hija, no les des por su lado.

- Está bien, solo voy por mi botiquín especial – mencionó ella mientras pasaba a su habitación para tomar su caja especial.

Con eso dicho fue a ver al nieto de la señora y tras revisar sus síntomas le mando un jarabe para que dejara de toser en poco tiempo.

- Lo bueno es que este jarabe es de uso común, así que no necesita una receta como tal – dijo Alexa entregándole una hoja con el nombre de la medicina.

- Aw… gracias Ale, tu si eres un amor – mencionó ella tomando el papel – y que lo de hoy te haga abrir los ojos para que ya dejes a ese hombre inútil, en vez de sufrir en cada busca un empleo en algún hospital.

- Eh…

- Vamos hija, no engañas a esta vieja… tú no eres una don nadie como dice tu suegra, porque se nota que tienes formación médica.

- Bueno yo… - ella se sonrojo ante ese comentario.

- Lo sé, por amor todas hacemos cosas estúpidas, pero creo que ya debes retomar tu camino ¿no lo crees?

- Si… tiene mucha razón y de hecho eso es lo que voy a hacer – declaró de forma segura.

- En ese caso me avisas en que hospital vas a estar trabajan para ir a consulta contigo – mencionó la mayor guiñándole el ojo – e igual yo me encargo que esto que te hicieron no quede impune.

Después de eso, Alexa se despidió de la señora y regreso a su departamento.

Sinceramente estaba muy agradecida con ella, porque las palabras que le dijo hace unos momentos era justo lo que deseaba escuchar para reafirmar que estaba haciendo lo correcto al divorciarse.

En eso recordó que el hijo de esa mujer era un reportero de renombre, lo que significaba que la ayuda podría ser en forma de un escándalo social.

Ciertamente deseaba que eso pasara para hacerlos sufrir un poco, ya que con la golpiza de esa tarde, el poco amor que quedaba había muerto, por lo que ya no había ninguna razón para seguir en ese lugar.

Con eso en mente, su plan ahora era alejarse de Carlos y obtener su divorcio.

Ahora que ya no tenía dudas, fue directamente al armario de su habitación para sacar un cofre de madera que estaba escondido entre sus ropas viejas.

En este había varias carpetas con documentos y un celular viejo.

Ella sacó el teléfono y busco prenderlo para buscar un número en la lista de contactos y llamar a esa persona.

En lo que esperaba que le contestaran empezó a revisar esos papeles encontrando ese extraño acuerdo prenupcial que sus suegros le habían obligado a firmar.

- Luego leo esto… - se dijo a sí misma y en eso escucho que contestaban su llamada.

- Bueno – se escuchó la voz de una mujer al otro lado de la línea.

- Soy yo…

- ¿Alexa?

- Si.

- Oh dios… al fin te comunicas, dime ¿dónde carajos habías estado?

- Escondida en un departamento.

- ¿Qué? ¿a qué te refieres?

- Recuerdas la pelea con el abuelo.

- Aja, pero… ah… espera ¿si te casaste con ese patético CEO?

- Si… y ahora me arrepiento de haber sido una estúpida.

- Que… - la persona al otro lado de la línea sonaba preocupada - ¿qué te hizo?

- No me ama y jamás me aceptaron en su familia.

- Eso no es todo, ¿verdad?

- Puedes venir a recogerme, ya no quiero estar aquí.

- Dame la dirección – mencionó empleando un tono serio en su voz.

- Estoy en el edificio departamental Platinium, piso 9, apartamento 5.

- Okey, estoy cerca, llegaré en 10 minutos.

- Gracias, aquí te espero – mencionó ella terminando la llamada.

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