Como era de esperarse, Anne Fave regresó a su oficina para despedirse y se hizo la ciega ante tanta flor colorida que embellecía el blanquecino despacho; le pidió a Lexy que les escribiera a algunos proveedores y editoriales y que se encargara de ingresar toda la documentación pendiente en el sistema, pues las puertas de Open Global estarían cerradas hasta el miércoles.La jovencita se olvidó de las emociones que la embargaban en ese momento, dejó de lado el romanticismo que Joseph encendía en ella y también el melodrama que la conectaba con la celebración de final de año para centrarse en todos los pendientes que esperaban a ser ejecutados.Antes de que el resto de los trabajadores abandonara sus oficinas y despachos, Lexy escribió y envió al menos siete correos electrónicos, donde se detallaban al pie de la letra los requerimientos de la exigente Anne Fave.En cuestión de minutos organizó su escritorio y su entorno; continuó por revisar toda la documentación que debía ingresar, divi
Cuando despertó otra vez, se encontró con Emma dormida en un rincón de una pequeña sala de urgencias, lugar que Lexy había visitado en repetidas oportunidades en su pasado.Las voces de los doctores se oían a su alrededor, también llantos de niños y cuchicheos de otros pacientes presentes.Estaba recostada boca abajo, con los brazos acomodados a cada lado de su cuerpo y con un intenso frío que dominaba toda su parte baja del cuerpo. Intentó incorporarse para averiguar qué había ocurrido, pero la voz de su padre la obligó a mantenerse quieta.—Tranquila, mi amor, ya vendrá el doctor a revisar las heridas —siseó su padre, sorbiéndose los mocos y limpiándose la cara para quitarse las lágrimas que humedecía
Joseph Storni repitió la misma mecánica acción por algunas horas y cuando creyó que tenía suficiente dinero como para comprar a unos cuantos delincuentes callejeros, regresó hasta el hospital en donde Lexy estaba siendo atendida y resguardada por sus padres, todo para entender mejor el porqué de sus decisiones y acciones.Ingresó al lugar sin preguntar nada y se sentó a su lado sin decir palabra. La joven aún dormía por el poderoso efecto de los sedantes y los antibióticos que de seguro ya trabajaban en su magullado cuerpo y le dio gusto verla con las mejillas sonrosadas y sin surcos negros bajo los ojos. Se le escapó una sonrisita cuando le tocó la piel de la mejilla con el dorso de la mano y sintió ese escalofrío característico que sus cuerpos creaban metiéndose bajo su piel, llevándol
Tras llegar a la comisaria en que Esteban se encontraba detenido, la pareja de hombres consiguió la información que les urgía escuchar, charlaron con algunos policías, encontrando un poco de consejo y orientación en todo el proceso que Lexy debía enfrentar tras salir del hospital.Joseph intentó mantener la cabeza fría, pero mientras los policías se referían a la información brindada por los testigos, ese sentimiento que reconocía bien fue creciendo en su interior lánguidamente, para convertirse en un fuego ardiente que lo mantuvo estático en su posición, con los ojos clavados en el policía que leía la declaración de los estudiantes y la declaración de Esteban, quien había revelado buscar a Lexy para regresarle el dinero que alguna vez sus padres le habían prestado.
Tras pagar por su venganza, Joseph les habló a los delincuentes callejeros con naturalidad, incluso se le escaparon algunas palabas en su propia jerga callejera y les mostró algunas fotografías de Esteban, las cuales había rescatado de su Facebook personal mientras esperaba el avión en el aeropuerto internacional La Araucanía, mientras cavilaba el oscuro plan en su contra.Joseph tuvo que regresar al hospital en un taxi, con la mente fría y evitando entrar en etapa de arrepintiendo y se tomó algunos minutos para ingresar a la sala de urgencias, donde pudo comer algo y procesar muy bien lo que había ocurrido y lo que había hecho.Casi seis horas bastaron para que Lexy pudiera despertar otra vez y, si bien, los padres de la muchacha se habían retirado para descansar un poco en su hogar, Joseph se quedó
Desde allí, la mañana fue amena y durante el resto del día la habitación de Lexy se colmó de flores, globos y personas que fueron a visitarla cuando se enteraron de su desgracia. Entre ellas se dibujó la figura de Anne Fave, quien demostró que estaba de su lado y le brindó a Joseph información relevante sobre el ataque, pues sus contactos más cercanos trabajaban en el departamento de seguridad de la ciudad y durante la semana le podrían prometer copias de las grabaciones de las cámaras municipales que se hallaban instaladas por la zona, las cuales cumplían el fin de controlar el tráfico, pero que también serían útiles en este caso.Lexy estuvo perpleja durante su visita y es que, en su mundo, no existía tanta amabilidad ni preocupación, ella acostumbraba a enfrentar todos sus probl
Al cabo de algunos días la relación de pareja entre Lexy y Joseph se fortaleció como nunca y la muchacha sanó sus heridas físicas con rapidez, mostrándole a todos la fuerza que la componía para continuar sin caer.Como ya era costumbre, Joseph se vio rodeado de trabajo por los siguientes días y algunas veces tuvo que viajar para arreglar algunos asuntos que lo vinculaban con su nuevo cargo laboral. Para su suerte y su bienestar emocional, los padres de Lexy acompañaron a la muchacha en su soledad, mientras él se dedicaba a recorrer el país y la ayudaron a mantenerse segura en su ausencia, también a continuar con la denuncia en contra de Esteban y sus reiterados ataques e intimidaciones.Los abogados de Lexy consiguieron una orden de alejamiento para la mayor parte de la familia Campusano y un bot&oa
El pecho se le llenó de un sentimiento que le gustó y se quedó pasmado mirando a Lexy a través de la pantalla.—¿Y qué te gusta más: estar arriba o abajo? —insisto Joseph y es que no podía negar que amaba verla con las mejillas rojas y el pecho subiéndole y bajándole a velocidad apresurada.Le volvía loco verla así, tan alborotada y sensual.—Depende —respondió corta.Estaba excitada, húmeda y las manos le picaban por recorrerse y no sabía por qué, pero empezaba a sentir que disfrutaba de esas charlas tan reveladoras, sobre todo para ella y para su autoconocimiento personal.—¿De qué depende? —preguntó Jose