Llegando a la esquina donde se había dirigido Sebastián escuché un disparo, así que corrí hacia la tienda y cuando abrí la puerta solo pude verlo sosteniendo el cuello de la camiseta de un gordo que no pasaba de los 50 y tan asqueroso como lo había imaginado. No mentiré ver a un padre sosteniendo una 9mm apuntando directo a la cara de un siervo me sorprendió, eso sí era amor hacia el prójimo. Vi cómo utilizaba lo que la mayoría de agentes de la iglesia poseía, coloquialmente lo conocíamos como *Confesión* un hechizo privado a todo que no sea de la iglesia, este te hacía desprender una luz azul parecida a lo divino que siempre muestran en películas o ilustraciones; esa luz de ¨paz¨ que esta vez parecía más como un de demonio devorando a su presa, pero bueno, el sabra como hace sus cosas. Tiro a aquel hombre al suelo y caminó hacia a mi para asi salir del establecimiento.
-Las leyes veo que con ustedes no aplica cierto? .-dije mirando el desastre que había dejado.
-No las paganas. -Respondió chocando su hombro del mio.
-Claro eso te da la libertad de traumatizar a un desgraciado cualquiera no?.
-No puedes ser tan hipócrita. Me dirás que no se merece cosas peores?
-¡Uy! padre viniendo eso de usted sorprende. El infierno ha de ser algo mejor que su propuesta para los malhechores.
-Depende de como lo mires, cuando estés allí espero respondas tu pregunta.
-Tiene razón, no es un lugar al que quiera volver.
-Disculpa?.
-Ummm qué has averiguado?.
-Nada que pueda entrelazar, apenas recordaba algo de lo que vendió, pero eran cosas muy extrañas tipo: pezuñas de animales, alguna que otra poción y sobre todo compro mucha ceniza de personas. Todo esto me causa cada vez más rabia.- exclamó Sebastián posando su mano en su rostro como aquel que tiene náuseas y lanzó un largo suspiro.- Como este mundo puede estar tan corrompido.
-Por algo lo llaman el bajo mundo no crees. Alguna idea de lo que planean hacer?
-Poco nos hablan de esto en la iglesia, apenas podría estar seguro de responder, tal vez busca invocar algún tipo de bestia o hacer un tipo de pacto para ganar poder.
-Buenas sugerencias, pero un poco alejadas de la realidad.- dije mientras encendía un cigarrillo.
-Claro, tu debes de saber mucho de esas banalidades Mago.-Volvió a dirigirme esa mirada de desprecio mientras recuperaba la compostura.
-Por algo solicitasteis mi ayuda. No crees? Pero aun así tampoco podría decir que quieren hacer, pero para lo que propones no es muy necesaria la ceniza humana, con algún que otro puñado de tiza se podría hacer.
Claro que lo sabía, todo resultaba muy obvio, iban a invocar a un demonio, eso daba respuesta a por que había ido en persona, ya que solo quien conoce del hechizo puede distinguir los materiales y la fuerza de cada cual para realizarlo.Me convenía que quien me habian puesto de compañero tenga el mismo o quizás menos conocimiento de la magia que cualquiera que se leyera un libro de fantasía.
-Por cierto, no se si te sirva de mucho, pero con el andaba una chica de pelo rojo, esbelta y delicada, el tipo no dudo en tener tantas fantasías con solo mirarla, creo que eso fue lo que me removió el estómago-dijo Sebastián arreglando el cuello de su camisa.
Algo se detuvo en mí, sentí que mi pecho se apretaba como si de cadenas se tratase, como en mi estómago bailaba una emoción fuera de lo común para mi, no pude evitar pararme en seco.
-No mucho la verdad.-dije tratando de disimular mi impresión dándole así una calada larga a mi cigarrillo.-Creo que lo dejaremos por hoy padre, tengo que ir a mi casa y ya sabe, hacer esas cosas de magos para tratar de averiguar su paradero. ¿Quiere que le ubique algún hotel?
-No, iré a visitar a un viejo amigo aprovechando que estoy en la ciudad, pero no dude en llamarme a primera hora para acordar nuestro encuentro.
Me entregó una tarjeta con su nombre grabado "Sebastián Cornelius",su número privado y un breve mensaje que parecía ser algún versículo bíblico.
-Cómo para qué tendrías una tarjeta de presentación? .-Pregunte asombrado de las modernidades que tenían los padres estos días.
No respondió y marchó dejándome a solas. Necesitaba llegar a mi casa lo más rápido posible, este dolor, esta desesperación que apuñala mi ser, los pensamientos no dejaban de dar vueltas a mi cabeza; sufría de un ataque de ansiedad repentino con solo escuchar que podría estar acompañando a ese desgraciado, se que siempre estuvo enredada en toda esa m****a, por algo la perdí de mi lado, pero porque aun? por que con el?
Llegue a mi casa y las llaves resbalaron entre mis andares inquietos, al agacharme para recogerlas pude sentir punzantes intuiciones de magia a mi alrededor, despreocupado solo pense que podria ser algun que otro objeto que se había caído y activado por error de tanta m****a que había acumulado en mi hogar.
Abrí la puerta y lo inaudito choco mi mirada dejándome tan destrozado como confundido, aquello que mis ojos presenciaban fue como un balazo directo al corazón sin siquiera sangre o herida, la vi, vi sus ojos negros, su pelo corto como bronce y su piel morena destilada.
-Ma-Ma..? .- dije apenas pudiendo vocalizar su nombre.
Mis ojos cedieron ante la lluvia que se asomaba y no pude evitar el dejar la puerta cerrarse por las corriente de aire que daba paso las ventanas abiertas. No dijo nada, no respondió, ni siquiera movió sus labios, solo se acerco y me abrazo, rodeando mi cuello con sus brazos, yo no pude evitar arrodillarme. Mi mente se desplomó en poco segundos dándose cuenta que la felicidad había llegado, que las cosas por fin saldrían bien, todo ese rayo de esperanza también vino acompañado de dolor y vergüenza de mi mismo.
-Lo siento, te juro que quería ir a por ti, solo necesitaba un poco más de tiempo.-dije entre sollozos aguantandome de lo único que creía que podía salvar mi vida, aferrandome a la mujer de mi vida.
Toda ella empezó a desvanecerse dejándome así de rodillas y con más confusión de la que tenía al entrar y verla. Era mi imaginación? ¿Había venido en forma astral? Qué coño había pasado y si alguien había sido el causante de todo esto. ¿Por qué a mi?
Entre mi mas mayor melancolía no perdí el tiempo y pinche mi dedo en busca de sangre y empecé a rodear un pequeño círculo, en el que dibuje algunos caracteres egipcios demóticos y alze mi voz ante lo inaudito y grite en un griego antiguo, juntando así dos clases de hechizos, los cuales me permitirán saber quién y cuándo habían puesto esta imagen para mi.
La sangre empezó a burbujear y a vaporizarse en sí, su humo se dejaba mostrar y se formaba como diferentes símbolos que daban paso a saber quién fue y cuando. Solo pude descifrar que fue un hombre y lo habían hecho esta tarde antes de la puesta del sol ya que algunos de los símbolos que mostraba eran desconocidos para mi.
Ya tenía la respuesta, mi tristeza se convirtió en rabia y odio, no podía dejar que quien quiera que fuese el responsable saliera ileso, pagaría con creces los minutos que se convertían en años de recuerdos hacia mi persona, avivando el fuego de matar del que nunca me sentí orgulloso.
Pase toda la noche repasando diferentes clases de hechizos de mis antiguos grimorios, me preparaba fuertemente para la batalla que me esperaba, luego de tanto café y cigarrillos puede llegar a la conclusión de que todo había sido una clase de advertencia o mejor dicho una amenaza directa, se sabía que estaba en el caso, no era tan difícil de averiguar que me encontraba apoyando a la iglesia , pero lo más importante debía rescatar a Marceline, no iba a perderla de nuevo sin hacer nada. Eran las 8:24AM, sentía el cuerpo hecho polvo, apenas dormí unas 2 o 3 horas como mucho, me estire levantando mis brazos y alargando el torso y luego de que empezó mi bostezo entrecruce los dedos y baje mis brazos por detrás de mi cabeza haciendo sonar los dedos, era una vieja manía que siempre hacía todas las mañanas y si acaso alguna tarde todo depende de lo que había hecho posteriormente.
Nos detuvimos en un bar de camino de vuelta al centro, necesitábamos analizar lo que apenas habíamos descubierto, era todo tan complicado como a la vez no.-Que van a querer de tomar? .-preguntó la camarera.-Yo voy a querer una copa de vino.-dijo Sebastián.-Yo un whisky doble por favor.-respondíLa camarera no tardó en traer nuestras bebidas, era una chica muy hermosa de algunos veintitantos, con un pañuelo amarrado a su cabeza y un típico delantal de bar de carretera.-Mira como te ve esa jovencita padre.-dije haciéndole notar que la chica tenía interés en el.-Sabes que no es para mí.-res
Encendí uno de los cigarros de la caja del difunto para tratar de calmar mi nerviosismo, ideas locas me daban vueltas en la cabeza, no se si habian mas ojos detrás de mi espalda, no podía actuar desprevenido, tengo una vida aparte de la mía de cual preocuparme, tambien podia ser algún tipo de trampa, dependiendo que Detective tomase el caso estaría en problemas o no. En la policía como en lo político debías tener cierto rango o astucia como para tener información sobre la magia, no estaba muy informado sobre cómo de repente le introducían toda esta información a alguien que vivió creyendo que solo eran cuentos de hadas.El detective Ferryl siempre iba pisandome los talones, alguien tan obstinado y increíblemente cauteloso, alguien que pensaba que la magia debería ser clausurada, no lo culpo la ve
Lo último que recordé de ese encuentro fue la gran explosión que hizo que perdiera el conocimiento, mi mala sensatez me había encerrado entre los barrotes de una cárcel, no era mundana eso significaba que había sido atrapado por el sindicato, todo el cuerpo me palpitaba empezando por mis brazos y mis muñecas, no habían curado mis heridas, ni siquiera las vendaron, el dolor significaba que si acaso llevaba horas atrapado.Solo dejaron en mi, mi viejo abrigo y mi ropa, retiraron de mi todo aparato con existencia mágica y me apretaron unas esposas anti magia que apenas me permitían girar los codos, revisé un pequeño bolsillo oculto en mi abrigo detrás del borde interior donde solo encontré la tarjeta de presentación de Sebastián y unas mentas, sentía la boca totalmente seca, tanto que m
Esa voz hizo que saltara de mi y a pesar de despertarme de pronto me sentía calmado, me sentía refugiado, no recordaba lo que había dicho, no recordaba ni siquiera que tipo de voz había escuchado, todo fue como esos sueños en los que despiertas con cierto sentimiento que recorría todo tu ser, pero no podías conciliar lo que habías soñado y te dejaba con la curiosidad entre los dientes.Al retirar mi abrigo de mi cabeza, vi como 2 hombres me observaban, no parecían magos, incluso ni del sindicato, pero lo que sí se veía era como introducían la llave para abrir la puerta.-Señor Ángel su presencia es requerida.-dijo quien portaba las llaves.-es hora de su juicio.Me sostuvieron y colocaron mis brazos sobre su
Nos dirigimos a la gran manzana a punta de velocidad, me di cuenta por el camino que no estábamos tan lejos como hubiese esperado, apenas nos habíamos alejado algunos kilómetros de la ciudad, aproveche los pocos minutos que me regalaba el destino de tranquilidad para levantar mi mano y sostenerla en el techo del auto, sentir como la brisa tiraba de ella con una agresiva sutileza hacía que todos mis pensamientos que daban vueltas, el dolor de mi brazo que no paraba de punzar y las quemaduras de mi otro brazo que ardían cada corto tiempo no me importase, pues estos pequeños minutos lo disfruté con un cigarro dentro del auto a pesar de las quejas del padre, la guerra acechaba y que seria de mi sin por lo menos darle una miradita a lo que nunca me importo. Aún nos quedaban algunos puntos donde esparcir el rastreador, por mi mente paso el breve pensamiento de armar un pequeño ej&eac
Desperté entre medio de unos contenedores de basura, sorprendentemente no había manchado para nada de mi atuendo, apenas había arrugado parte de él, es gracioso como mi yo borracho había colocado un hoja de cartón y preparado una cama lo bastante segura como para no ensuciarme, lo que no era gracioso es que me poseyera una resaca lo bastante molesta como para no solo dolerme la cabeza, sino también sentir mi estómago revuelto entre acidez y deshidratación; »pequeños precios a pagar», pensé hacia mis adentros, es hora de levantar este viejo esqueleto y ir a por un café o algo que engullir. Caminando por la ciudad con toda la pinta de alguien que había pasado una mala noche recordé el primer lugar donde me encontré con sebastián en la ciudad y me dirigí al café, a probar suerte de encontrarlo, no me moleste en f
¿Oscuridad? ¿Placer? ¿Amor? Nombres que daban respuesta a mi locura que poco a poco también se convertiría en mi propio sinónimo. Dudas y melancolía me acompañaban acostado en una camilla con vías y otros aparatos conectados a mi; Nada fuera de lo común, una vez más me había lastimado o mejor dicho me habían lastimado tratando de descubrir información con las personas equivocas, pero no todo se remonta ahí, creo que todo empezó al conocerla, todo empezó con la idolatría y la dependencia. Mi vida estaba llena de nombres que solo daban afán a lo que pude o no pude haber hecho, a las decenas o tal vez centenares de veces que me arrepentí de no hacer nada, pero quién era yo o quién era ella para estar sobre la ley, estos pensamientos siguen rematando mis deseos de olvidarme a mi mismo.<