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Capítulo Cinco

Por alguna extraña razón estaba emocionado con ella no se parecía a ninguna mujer que hubiera conocido jamás. 

—ahora si voy a tenerte en una cama  mientras disfruto de tu cuerpo.

Un jadeo salió de ella, es que a ver, no coordinaba, el la tenía totalmente ida, de una buena manera claro.

Pero él ya se había contenido bastante sin verla totalmente desnuda, sin tener sus pezones en la boca. Le cogió el tobillo y la arrastró más cerca, y ella se deslizó por la cama antes de que él tirara de ella para que se sentara.

—Levanta las manos. —La dulzura de la orden ocultó por completo la

tormenta de lujuria que se había apoderado de él.

Claudia le obedeció y él le quitó el vestido. Sus ojos ardían al ver su piel desnuda y perfecta, y pasó las manos por detrás de su espalda para quitar el sujetador.

—Joder.

El la dejo en la cama para luego acariciarle el torso para luego masajear suavemente sus pechos 

—¡Ah! —gimió Claudia cuando Bruce metió a su boca uno de sus pezones.

Ella metió los dedos en su sedoso cabello mientras el cuoaba uno de sus pezones al tiempo que masajeaba el otro. 

Estaban erectos los pezones cuando le dió atención al otro y acariciaba el que había estado en su boca. 

Era increíble el placer que estaba sintiendo ella en ese momento, no se daba cuenta que estaba clavándole sus largas uñas en los hombros de él. 

Él disfrutaba de los sonidos jadeantes y ásperos de su boca, los gemidos resonaban en sus oídos. Deslizando el brazo por debajo de la espalda de ella,

la levantó sobre la cama y la soltó.

Él no perdió tiempo y se quitó los pantalones dejando que ella viera su enorme miembro prisionero de su boxer que parecía no resistir más.

Descaradamente Claudia masajeó a su miembro con uno de sus pies .

Sonriendo brevemente, él le cogió el pie y lo levantó para morderle el talón 

—Ay—gritó ella con un jadeo , y él termino de quitarse du unkca prenda, el bóxer.

Claudia no perdió tiempo y fue a por su miembro masajeandolo suavemente, y eso le gusto a Bruce, ella era salvake en la cama y muy apasionada 

Tenía  la cabeza de pene mojada y extendió el líquido por la punta con el pulgar.

Su boca estaba hecha agua, lo quería en su boca pero cuando ella iba a agacharse para darle una lamida,  él la empujó y subio sobre ella.

Bruce jadeó mientras su miembro se abría paso acaloradamente entre

sus piernas, deslizándose por su entrepierna pero sin penetrarla, solo

calentándola.

—Estás ardiendo —le dijo él con la respiración entrecortada. 

Ella abrió las piernas y las enroscó alrededor de su cintura, levantando la cadera para que la penetrara.

Él puso las manos sobre su cara, bajando por su cuello hasta llegar a sus

pechos, después por los lados de su cintura para agarrarle las caderas. 

Le gustaba su piel, era suave. 

Le gustaba esos ojos exóticos, esos ojos bicolor que reflejaban la lujuria que estaba llenandola.

Agarrándole las muñecas, la sujetó

debajo de él manteniéndole los brazos por encima de la cabeza. 

Claudia  gimió cuando el chupo unknde sus pezones e intentó liberar las muñecas, pero él la mantenía agarrada y arrastró sus muñecas atrapadas con él mientras le daba mordiscos hasta llegar al ombligo.

Ella arqueó la espalda para encontrarse con su boca y él sumergió la lengua en su ombligo, liberándole las muñecas, acariciando con veneración los lados de su cintura y dándole un besos suaves.

Claudia se levantó de forma brusca, deslizándose sobre los muslos de él y presionando su sexo húmedo sobre la longitud de su miembro.

—¿A qué juegas? 

La súplica era más de lo que él podía soportar.

¿Quien era el para. O darle lo que pedía?

Ella  jadeó cuando él la empujó de su regazo y le dio la vuelta, quedando apoyada sobre su estómago.

Ella se puso en  cuatro  mientras él abría el cajón de la mesilla y sacaba un condon. Él la agarró por los lados de la cadera al tiempo que introducía su enorme miembro dentro de ella.

—¡Mmm! —Ella apreto las sábanas  en puños, cerrando los ojos y dejando los labios entreabiertos. 

Bruce apreto los dientes al punto de pensar que se le rompería la mandíbula al sentir lo caliente que estaba ella y como su interior lo succionaba de manera feroz. 

El se enterró más en ella sin poder esperar más.

Envolviéndola con los brazos, tiró de

su cuerpo hacia el pecho. Claudia gimió con la cabeza sobre el pecho de él

mientras él deslizaba las manos hacia arriba para cubrirle los pechos.

—no creo poder cansarrme de ti. 

Ella  gritó cuando el de una estocada se enterró más en ella.

Intensificó el ritmo hasta que sus testículos la golpearon, y ella movió las caderas al ritmo de sus embestidas. La lanzó sobre la cama boca abajo sobre su vientre y siguió embistiéndola más profundamente mientras ella levantaba las caderas para recibir sus embestidas. 

Ella tenía el pelo hecho un desastre, cayéndole sobre las mejillas, y él sabía que estaba perdiéndoselo.

Sacando el miembro de dentro de ella, el sonido agitado que ella emitió como

protesta quedó atrapado en su boca cuando él la giró sobre su espalda y entró en ella de una embestida profunda.

—asi está mejor —susurró ella en su boca y gritó cuando él cambió la

dirección de sus embestidas, haciendo círculos con las caderas mientras la penetraba.

Eso es realmente exquisito, era... Era... Simplemente maravilloso. 

El temblor se hizo con ella y, cuando él la agarró, la besó, jadeó al tiempo que sus caderas se sacudían, le

puso la boca en el cuello para gemir de forma leve y prolongada.

Claudia despertó desorientada miró alrededor de la desconocida habitación  Se sentó de un golpe  hasta que Los recuerdos de la noche anterior la inundaron.

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