9.1. Los sollozos de Claudia se fueron calmando toda la preocupación y el estrés de los últimos días se fue como por arte de magia.Ella se acurrucó a él mientras él la mecía y gritaba su espalda.Dejó que lo sacara todo hasta que dejara de sentir la frustración y la preocupación que la habían paralizado durante los últimos días. Estar junto a su pecho era reconfortante, relajante.Al sentir que ella se había calmado, Bruce intentó retirarse, pero ella apretó las manos sobre su camisa y se aferró a él con la cara enterrada sobre su pecho, no quería que la soltará.—no, por favor Quédate así.—¿Claudia? —pregunti preocupado pero también con ganas de saber que era lo que le estaba sucediendo.Ella se apretó más a él y él la sujetó, trata do de darle el mayor consuelo posible. Con él ella se sentía segura, a salvo, sentía que si la soltaba dejaría de sentir esa enorme paz que sentía a su lado y eso la aterraba. Pero estaba desesperada y se aferró a la fugaz sensación de bienestar y
Capítulo DiezLa actitud de ella lo tenía desconcertado, es que, a ver, ella no era asi.Estaba sentado a su lado luego de luego de ayudarla a acomodarse el vestido, porque bueno, estaba semi desnuda después estar a punto de hacer el amor.Ella estaba con la mente ida, tenía tantas ganas de llorar y estaba conteniendose porque presentia que el iba a pegar el grito al cielo.Prefería no demostrar nada, no quería hacerlo.El frunció el ceño al verla con sus facciones neutras.Parpadeo un par de veces no sabía que decir ¿Que podía decirle después de semejante noticia? Y ella simplemente estaba viendo en algún punto de la pared.—¿Quieres... Sacartelo?Claudia por poco y le tráquea el cuello de lo rapido que lo giro para verlo. —No, eso jamás se me había ocurrido, no podria, de pequeña fui abandonada por mis padres, las personas que se supone debian cuidarme. No, no voy a hacerle eso.Bruce sintió una oleada de emociones Pero sobretodo una admiración por esa mujer Él sabía que ella tenía
Capítulo OnceUna semana después Claudia estaba en su oficina, con las manos sujetando su cabeza por el estrés que había agarrado, es que nada mas llegar hoy a su trabajo como cualquier otro dia los paparazzi le cayeron como avispas. Fue terrible para ella, por un momento se asustó, pensó que la iban a secuestrar hasta que vio algunos hombres con camaras y mujeres con sus micrófonos haciendo un sin fin de preguntas que solo podía escuchar pocas palabras como «relación» y «Bruce Black» y no iba a negar que sintió un pánico terrible ¿Y si le había pasado algo? No, ya se hubiera enterado. Tuvo que haber dejado que Bruce la llevará al trabajo como lo llevaba haciendo en los últimos días.Pero no ella se había empeñado en querer ir sola, cami ar y despejarse un poco porque le hacía bien. Una completa mierda por qué lo que tiene ahora es un terrible dolor de cabeza.Nada más recordar como esa cuerda le locos se empujaban para conseguir la exclusiva de que era la novia de Bruce Black le
11.1Bruce se encargo de llevarla y traerla todos los días al trabajo y a su casa quisiera ella o no.Se encargo de programar una rueda de prensa exclusivamente para informarles a los periodistas de forma muy sutil y amante que era muy protector con su novia y que si no querian que el desatara su furia en ellos que mejor ni se le acercaran. Los periodistas se rieron con él, pero después informaron de que loshabía amenazado sutilmente.—Me preocupa que Esto podría traerle problemas a tu imagen.— dijo Claudia —¿A quién le importa la imagen? Les dejé bien claro que no deben pasarse de la raya.—pues, hoy he visto a cinco periodistas en el supermercado, pero no se han acercado a mí. Estaban fuera de la tienda y apartaban las cámaras cuando yo les miraba.—A riesgo de parecer increíblemente prepotente, cariño… —Él la agarró por la cintura y le dio un beso en el cuello—. Ellos saben que no pueden jugar conmigo.Ella se rio y giró la cara hacia él.—Eres insoportable —Puedo ser en extr
Capítulo DoceClaudia entrelazó los dedos y los puso sobre su pecho mientras la ginecóloga le levantaba la camiseta y le pedía que desabrochar su pantalón. Por esa razón Bruce no quería que un hombre la atendiera, ni loco dejaba que otro hombre me viera un centímetro de su cuerpo. Ella hizo lo que le pidió y miró a Bruce que la miraba a la cara sin parpadear.—¿Qué?—Estoy un poco preocupado —admitió él.—¿Por qué?— pregunto ella frunciendo un poco el ceño —¿Te da miedo cuando lo veas?—No, Claro que no. Me preocupo porque quiero que. Nuestro bebé este bien, este sano.Claudia se tragó el nudo de emoción que tenía en la garganta y lo miró asombrada incluso cuando él ya había fijado su atención en el monitor.—muy bien, veamos... Aquí está… escuchemos su corazoncito — de pronto el consultorio se llenó de unos latidos acelerados que entusiasmaron a la pareja — Aquí está el… —La doctora hizo una pausa y frunció el ceño.—¿Que? ¿Qué pasa? —bruce habló con un tono duro y autoritario qu
Capítulo TreceClaudia sentía que se le estaba acabando la vida con la constante vomitadera, era horrible tener eaas nuseas y estar devolviendo todo a cada nada, como ahora que estaba en el baño exigiendo a Bruce que se fuera de ahí, Pero él no, ¿Que gracia tenía verla vomitando?—No voy a ninguna parte. —le dijo el de forma relajada mientras la veía.En serio, no le veía el chiste a que el estuviera ahí, viéndola dejar la vida en el retrete, quiso seguir pidiéndole que saliera de ahí y la dejara sola pero otra arcada la detuvo, hasta que ya no salía más bilis, se levantó y fue a lavarse la cara y la boca.Él estaba a su lado con cara de preocupación cuando le pasó una toalla.—No me gusta que te quedes a mi lado mientras vomito. ¿Podrías quedarte fuera por lo menos?—Quiero quedarme contigo.Ella entornó los ojos.—¿es un fetiche acaso? No es agradable ver a alguien vomitar. El solo alzó los hombros como si no importara—mientras no te sientas bien no me iré.—¿Qué…?— no lo podía cr
13.1Claudia Estaba leyendo un libro cuando él volvió del trabajo y la besó en la frente —Te vez mejor—Me siento mejor. Tienes ese acto benéfico hoy, ¿verdad?—Me temo que sí. —Él la observó—. ¿Estás segura de que no puedes venir?—si quieres que vaya y arruine todo vomitando todo el rato, o tengo problemas.Él se rio entre dientes.—Vale descansa. Yo voy a charlar un poco y regreso lo más pronto posible.Nada más irse a Claudia se me apretó el corazón, se había ido y ni un beso le había dado. Respiro profundo y se paró para verse en el espejo y mirar su aspecto. En serio estaba horrible, pálida ojerosa, era una verdadera mentira eso de que a las mujeres el embarazo le va de maravilla a ella le estaba dando con los pies. Con razón el no quería hacerle el amor y eso que ya llevaba unos días ahí y nada de nada. Se sentía estúpidamente insegura pero eso pasó a un segundo llano cuando las arcadas volvieron y se tuvo que internar en el baño.A eso de las diez de la noche cuando vio e
13.2Él suspiró.-Como a eso de las cuatro.Ya, a las cuatro- pensó ella ¿No se supone que llegaría rápido? Pero igual ¿Quien era ella para decirle que hacer y que no? ¿Cierto?El era un hombre adulto echo y derecho, no tenían porqué estar dándole explicaciones.-Siento mucho haber llegado tarde -dijo él frunciendo el ceño mientras Claudia se obligaba a no romper a llorar, se estaba explicando por Dios-. Eso estaba hasta la mierda de gente y me equipo de relaciones públicas me tenía por los huevos para que me quedara en el evento. Claudia asintió desviando la mirada. Una parte de ella se había tranquilizado por el hecho de que le diera tanta importancia a ella y se explicara. Podía estar gorda, fea y derrumbándose emocionalmente, pero al menos él se preocupaba.-y ¿Por qué has dormido en la habitación de invitados?-llegue tan cansado y tan tarde que no te quería despertar con mis ronquidos de camionero.-Sabes muy bien que no me importa que ronques. ¿Estás seguro de que esa es la