Capítulo CatorceBruce observó a la mujer que estaba en la bañera y se le volvió a encoger el pecho, igual que le pasaba cada vez que ella se reía, le hablaba o le tocaba. No se habían tocado mucho últimamente y él sabía que era el culpable, pero estaba cansado.Caminando hacia la bañera, él se quitó la camisa y se quitó los pantalones justo cuando ella abrió los ojos. Entonces los abrió de par en par y lo observó con duda.Él le agarró el brazo y tiró de ella para que se sentara.—dame lugar.Ella estaba sorprendida dejando que el se acomodara detrás de ella.Ella trago grueso cuando sintió su pene chocar con sus caderas, muertas el acariciaba su barriga con las manos abiertas, quería sentir la mayor cantidad posible de subbarriga. El silencio se rompió con el sonido de sus respiraciones profundas. Él puso los labios sobre su oreja.—Nonsabes como te extraño—¿Si sabes que tenemos semanas sin estar juntos? —dijo ella con frialdad mientras él pasaba los labiospor la curva de su cu
Capítulo Quince A la mañana siguiente Claudia despertó, antes de que se levantara Bruce, y se dio una ducha larga y caliente. Cuando salió, Bruce ya se había duchado en el otro baño y se estaba vistiendo.—¿Adónde vas? —Él la miraba mientras ella sacaba un traje e hizo una mueca. Era obvio que no le valdría con la barriga.—ire a trabajar.—Mmjum, ya—Él contuvo lanrosa— pues esa ropa se te va a ver excelente Ella casi lo fulminó con la mirada he hizo un puchero —Estoy hecha un verdadero desastre. No me sirve nadaÉl se acercó, apartándola del camino antes de echar un vistazo a lo que había en su armario.—puedes ponerte esto— dijo dándole un conjunto de pantallas y camisa maternos— con esto te verás sexy.—No puedo ir a trabajar sin traje.¿Estaba loco o que mosca le había picado? Ella nunca había ido a trabajar de esa manera, bueno nunca antes había estado embarazada en realidad.Él negó con la cabeza y se rio.—¿que más da? Lo importante es que estés cómoda igual se van a dar c
Capítulo DieciséisBruce le había dicho que el se encargaría de todo, pero ahí estaba ella en su oficina, tratando de no pensar en eso. Suspiro comiendo una galleta de avena que tenía en una de las gavetas de su escritorio.Hasta que levanto la vista y vio a Bruce ir a la oficina de su jefe¿Que rayos hacía ahí?Se debatía si ir a ver qué mierdas iba a hacer o si quedarse a seguir comiendo su galleta de avena, volvió a suspirar, mejor seguiría comiendo galletas, el había dicho que lo solucionaría así que dejaría que el se encargará de todo. Estaba comiendo otra galleta con nerviosismo y eso se notaba en su pierna derecha que tenía una especie de tic. Sentía que se le iban a secar los ojos por ver a la oficina de su jefe esperando a que el hombre que amaba saliera. Después de… no sabía cuánto tiempo después salió su jefe tras Bruce con una sonrisa extraordinariamente fingida y la de Bruce era… no sabía cómo interpretarla. El camino a pasos seguros a si oficina.—¿Qué mierdas est
16.1Ese fin de semana Claudia bajó a la cocina y lo encontró peleándose con una gran cesta de picnic.—¿Qué estás haciendo?—Te voy a llevar de picnic.Ella se rio.—¿Se ha ido corriendo la cocinera después de prepararte toda la cesta de picnic para un sábado por la mañana?Él se la quedó mirando.—Oportunamente, hoy no ha venido a trabajar.—¿Has hecho tú lo que sea que hay en esa cesta?—AjaElla se estaba riendo cuando él cogió la cesta de picnic con un brazo y lamanta con la mano contraria, y ambos salieron por la puerta.—¿Tu chófer también está libre ? Deberías haberle llamado para que viniera.Él la miró con los ojos entrecerrados.—Me parece ofensivo que no confíes en que puedo llevar a mi novia de padeo sin necesitar a la cocinera y al chófer. —Le sostuvo abierta la puerta para que subiera.—¿Enserio tambié tiene el día libre?—Sí. Él tampoco ha venido a trabajar hoy.Claudia no se lo creyó ni por un instante, y cuando él se metió en el coche junto a ella, en el lado del c
17Claudia estaba en sus ocho meses y ya no podía con el cansancio que la embargaba.Y ni hablar de sus manos, parecían haber crecido y sus pies hinchados, era espantoso el dolor que sentía al caminar.Pero lo que más la tenía crispada era su cara, su nariz era enorme.Chillo al verse en el espejo estaba con una camisa materna y unos pantalones maternos, atuendo que le había elegido Bruce. Su cuerpo había cambiado demasiado y no iba a negar que le encantaba estar embarazada, sentir a sus bebitas revoltosas dentro de ella era simplemente mágico.Y cuando Bruce les hablaba ellas parecían reconocerlo a la perfección, porque de solo tocarle su barriga ellas se movían. Cómo ahora que estaban moviéndose al punto de causarle un poco de dolor en las costillas.— ¿Te duele?— le pregunto Bruce un poco preocupado colocándose frente a su barriga para hablarle a las bebes— hijas por favor — comenzó acariciando su enorme barriga, porque vaya que si era enorme. — vamos a quedarnos tranquilas pa
18El carro freno de una manera estrepitosa haciendo que las llantas rechinaran contra el pavimento ¿Y porque? Bueno Bruce le había ordenado al chófer pasarse todos los semáforos que viera y no se detuviera aún si la policía lo seguia hasta llegar al hospital. Por suerte los semáforos no estan en contra y la vía estaba accesible.Cosa que no pudo decir Clarisa, la había detenido la policía por casi chocar con la patrulla. Pero se salió con la suya. Y en menos de nada ya estaba dejando el carro en el estacionamiento del hospital y fue en busca de Bruce. Al llegar le negaron la entrada solo era para familiares. Molesta se quedó en la sala de espera. —Que estupidez — pensaba ella. Bruce entró a la habitación donde tenían a Claudia y la vio con una mascarilla de oxígeno y una via intravenosa. — Hola mi amor ¿Cómo te sientes?— le pregunto llegando a su lado y tomando su mano que estaba tibia ya llevo a sus labios para darle un beso en los nudillos. —de maravilla — dijo ella con sarca
18El carro freno de una manera estrepitosa haciendo que las llantas rechinaran contra el pavimento ¿Y porque? Bueno Bruce le había ordenado al chófer pasarse todos los semáforos que viera y no se detuviera aún si la policía lo seguia hasta llegar al hospital. Por suerte los semáforos no estan en contra y la vía estaba accesible.Cosa que no pudo decir Clarisa, la había detenido la policía por casi chocar con la patrulla. Pero se salió con la suya. Y en menos de nada ya estaba dejando el carro en el estacionamiento del hospital y fue en busca de Bruce. Al llegar le negaron la entrada solo era para familiares. Molesta se quedó en la sala de espera. —Que estupidez — pensaba ella. Bruce entró a la habitación donde tenían a Claudia y la vio con una mascarilla de oxígeno y una via intravenosa. — Hola mi amor ¿Cómo te sientes?— le pregunto llegando a su lado y tomando su mano que estaba tibia ya llevo a sus labios para darle un beso en los nudillos. —de maravilla — dijo ella con sarca
Esas palabras gritadas con rabia y odio la dejaron petrificada. El aparato que marca su ritmo cardíaco se volvió loco ya que sus pulsaciones estaban descontroladas. Se tocó el pecho con una mano y con la otra tanteo la cama para sentarse, sentía que no podía respirar, los oídos le zumbaban, sus ojos se cristalizaron por el pánico que la estaba invadiendo. Cuando Bruce entro con un par de enfermeras la encontró al borde del desmayo. Rápidamente la ayudaron a acostarse Pero ella no escuchaba nada sus oidos simplemente no recibían sonido alguno. Ella enfoco su vista en Bruce que le hablaba pero no sabía que era lo que le estaba diciendo las enfermeras se movían de un lado a otro tratando de estabilizarle la tensión que había aumentado a niveles extremos hasta que... Bruce atrapó sus labios y la beso de forma tierna haciendo que ella enfocará su atención al beso que el le estaba dando. Ella tenía los ojos cerrados y respiraba con pesadez. —no vuelvas a darme esos sustos por fav