Capítulo TreceClaudia sentía que se le estaba acabando la vida con la constante vomitadera, era horrible tener eaas nuseas y estar devolviendo todo a cada nada, como ahora que estaba en el baño exigiendo a Bruce que se fuera de ahí, Pero él no, ¿Que gracia tenía verla vomitando?—No voy a ninguna parte. —le dijo el de forma relajada mientras la veía.En serio, no le veía el chiste a que el estuviera ahí, viéndola dejar la vida en el retrete, quiso seguir pidiéndole que saliera de ahí y la dejara sola pero otra arcada la detuvo, hasta que ya no salía más bilis, se levantó y fue a lavarse la cara y la boca.Él estaba a su lado con cara de preocupación cuando le pasó una toalla.—No me gusta que te quedes a mi lado mientras vomito. ¿Podrías quedarte fuera por lo menos?—Quiero quedarme contigo.Ella entornó los ojos.—¿es un fetiche acaso? No es agradable ver a alguien vomitar. El solo alzó los hombros como si no importara—mientras no te sientas bien no me iré.—¿Qué…?— no lo podía cr
13.1Claudia Estaba leyendo un libro cuando él volvió del trabajo y la besó en la frente —Te vez mejor—Me siento mejor. Tienes ese acto benéfico hoy, ¿verdad?—Me temo que sí. —Él la observó—. ¿Estás segura de que no puedes venir?—si quieres que vaya y arruine todo vomitando todo el rato, o tengo problemas.Él se rio entre dientes.—Vale descansa. Yo voy a charlar un poco y regreso lo más pronto posible.Nada más irse a Claudia se me apretó el corazón, se había ido y ni un beso le había dado. Respiro profundo y se paró para verse en el espejo y mirar su aspecto. En serio estaba horrible, pálida ojerosa, era una verdadera mentira eso de que a las mujeres el embarazo le va de maravilla a ella le estaba dando con los pies. Con razón el no quería hacerle el amor y eso que ya llevaba unos días ahí y nada de nada. Se sentía estúpidamente insegura pero eso pasó a un segundo llano cuando las arcadas volvieron y se tuvo que internar en el baño.A eso de las diez de la noche cuando vio e
13.2Él suspiró.-Como a eso de las cuatro.Ya, a las cuatro- pensó ella ¿No se supone que llegaría rápido? Pero igual ¿Quien era ella para decirle que hacer y que no? ¿Cierto?El era un hombre adulto echo y derecho, no tenían porqué estar dándole explicaciones.-Siento mucho haber llegado tarde -dijo él frunciendo el ceño mientras Claudia se obligaba a no romper a llorar, se estaba explicando por Dios-. Eso estaba hasta la mierda de gente y me equipo de relaciones públicas me tenía por los huevos para que me quedara en el evento. Claudia asintió desviando la mirada. Una parte de ella se había tranquilizado por el hecho de que le diera tanta importancia a ella y se explicara. Podía estar gorda, fea y derrumbándose emocionalmente, pero al menos él se preocupaba.-y ¿Por qué has dormido en la habitación de invitados?-llegue tan cansado y tan tarde que no te quería despertar con mis ronquidos de camionero.-Sabes muy bien que no me importa que ronques. ¿Estás seguro de que esa es la
Capítulo CatorceBruce observó a la mujer que estaba en la bañera y se le volvió a encoger el pecho, igual que le pasaba cada vez que ella se reía, le hablaba o le tocaba. No se habían tocado mucho últimamente y él sabía que era el culpable, pero estaba cansado.Caminando hacia la bañera, él se quitó la camisa y se quitó los pantalones justo cuando ella abrió los ojos. Entonces los abrió de par en par y lo observó con duda.Él le agarró el brazo y tiró de ella para que se sentara.—dame lugar.Ella estaba sorprendida dejando que el se acomodara detrás de ella.Ella trago grueso cuando sintió su pene chocar con sus caderas, muertas el acariciaba su barriga con las manos abiertas, quería sentir la mayor cantidad posible de subbarriga. El silencio se rompió con el sonido de sus respiraciones profundas. Él puso los labios sobre su oreja.—Nonsabes como te extraño—¿Si sabes que tenemos semanas sin estar juntos? —dijo ella con frialdad mientras él pasaba los labiospor la curva de su cu
Capítulo Quince A la mañana siguiente Claudia despertó, antes de que se levantara Bruce, y se dio una ducha larga y caliente. Cuando salió, Bruce ya se había duchado en el otro baño y se estaba vistiendo.—¿Adónde vas? —Él la miraba mientras ella sacaba un traje e hizo una mueca. Era obvio que no le valdría con la barriga.—ire a trabajar.—Mmjum, ya—Él contuvo lanrosa— pues esa ropa se te va a ver excelente Ella casi lo fulminó con la mirada he hizo un puchero —Estoy hecha un verdadero desastre. No me sirve nadaÉl se acercó, apartándola del camino antes de echar un vistazo a lo que había en su armario.—puedes ponerte esto— dijo dándole un conjunto de pantallas y camisa maternos— con esto te verás sexy.—No puedo ir a trabajar sin traje.¿Estaba loco o que mosca le había picado? Ella nunca había ido a trabajar de esa manera, bueno nunca antes había estado embarazada en realidad.Él negó con la cabeza y se rio.—¿que más da? Lo importante es que estés cómoda igual se van a dar c
Capítulo DieciséisBruce le había dicho que el se encargaría de todo, pero ahí estaba ella en su oficina, tratando de no pensar en eso. Suspiro comiendo una galleta de avena que tenía en una de las gavetas de su escritorio.Hasta que levanto la vista y vio a Bruce ir a la oficina de su jefe¿Que rayos hacía ahí?Se debatía si ir a ver qué mierdas iba a hacer o si quedarse a seguir comiendo su galleta de avena, volvió a suspirar, mejor seguiría comiendo galletas, el había dicho que lo solucionaría así que dejaría que el se encargará de todo. Estaba comiendo otra galleta con nerviosismo y eso se notaba en su pierna derecha que tenía una especie de tic. Sentía que se le iban a secar los ojos por ver a la oficina de su jefe esperando a que el hombre que amaba saliera. Después de… no sabía cuánto tiempo después salió su jefe tras Bruce con una sonrisa extraordinariamente fingida y la de Bruce era… no sabía cómo interpretarla. El camino a pasos seguros a si oficina.—¿Qué mierdas est
16.1Ese fin de semana Claudia bajó a la cocina y lo encontró peleándose con una gran cesta de picnic.—¿Qué estás haciendo?—Te voy a llevar de picnic.Ella se rio.—¿Se ha ido corriendo la cocinera después de prepararte toda la cesta de picnic para un sábado por la mañana?Él se la quedó mirando.—Oportunamente, hoy no ha venido a trabajar.—¿Has hecho tú lo que sea que hay en esa cesta?—AjaElla se estaba riendo cuando él cogió la cesta de picnic con un brazo y lamanta con la mano contraria, y ambos salieron por la puerta.—¿Tu chófer también está libre ? Deberías haberle llamado para que viniera.Él la miró con los ojos entrecerrados.—Me parece ofensivo que no confíes en que puedo llevar a mi novia de padeo sin necesitar a la cocinera y al chófer. —Le sostuvo abierta la puerta para que subiera.—¿Enserio tambié tiene el día libre?—Sí. Él tampoco ha venido a trabajar hoy.Claudia no se lo creyó ni por un instante, y cuando él se metió en el coche junto a ella, en el lado del c
17Claudia estaba en sus ocho meses y ya no podía con el cansancio que la embargaba.Y ni hablar de sus manos, parecían haber crecido y sus pies hinchados, era espantoso el dolor que sentía al caminar.Pero lo que más la tenía crispada era su cara, su nariz era enorme.Chillo al verse en el espejo estaba con una camisa materna y unos pantalones maternos, atuendo que le había elegido Bruce. Su cuerpo había cambiado demasiado y no iba a negar que le encantaba estar embarazada, sentir a sus bebitas revoltosas dentro de ella era simplemente mágico.Y cuando Bruce les hablaba ellas parecían reconocerlo a la perfección, porque de solo tocarle su barriga ellas se movían. Cómo ahora que estaban moviéndose al punto de causarle un poco de dolor en las costillas.— ¿Te duele?— le pregunto Bruce un poco preocupado colocándose frente a su barriga para hablarle a las bebes— hijas por favor — comenzó acariciando su enorme barriga, porque vaya que si era enorme. — vamos a quedarnos tranquilas pa