Capítulo 31

Carolina

No voy a negar que me estaba divirtiendo, desde el mensaje de Theodor en cuanto entramos a la discoteca preguntándome dónde estaba, Enical me propuso olvidarnos de ellos y solo bailar porque sí.

Nos lo merecíamos, ellos invadieron toda nuestra atención y nuestros nervios por semanas, ya no caminábamos tranquilas, nos acostumbramos a guardaespaldas buscando fingir que el mundo de la mafia en la que entramos sin saber por confiar en ellos no significaba nuestras cabezas colgando de algún sitio.

Denori es tan idiota que a veces uno se pregunta si su cerebro no se formó bien, era tan inteligente para analizar algunas cosas y a la vez no podía entender otras tan simples, creyendo que siempre tiene la razón y las únicas salidas tontas que se le ocurren a la primera son las definitivas.

Y en el preciso instante q

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