Enical
Me acomodé el vestido con cuidado de no mover mucho mi cabello recién laceado, según yo estoy irreconocible, también quería plancharle el cabello a Carolina, pero hasta acabar llegábamos al bar mañana.
El alivio recorrió mi circulación cuando vi el lugar, no había luces psicodélicas o algún rincón oscuro de besuqueos, luces doradas y blancas iluminaban todo, el local era amplio, música que rozaba delicadamente el ambiente, con muebles de madera oscura muy bien cuidados que le daban el aspecto de ser un lugar para beber y charlar tranquilamente, muy Antonio.
El gigantesco muro de madera que llegaba hasta el techo, detrás de la barra, exhibiendo botellas y copas peculiares me impresionó, reconocí a Antonio casi de inmediato, estaba sentado en la barra con su cabello en una coleta baja, pantalón marrón y una camisa azulina que contrastaba con s
Carolina No voy a negar que me estaba divirtiendo, desde el mensaje de Theodor en cuanto entramos a la discoteca preguntándome dónde estaba, Enical me propuso olvidarnos de ellos y solo bailar porque sí. Nos lo merecíamos, ellos invadieron toda nuestra atención y nuestros nervios por semanas, ya no caminábamos tranquilas, nos acostumbramos a guardaespaldas buscando fingir que el mundo de la mafia en la que entramos sin saber por confiar en ellos no significaba nuestras cabezas colgando de algún sitio. Denori es tan idiota que a veces uno se pregunta si su cerebro no se formó bien, era tan inteligente para analizar algunas cosas y a la vez no podía entender otras tan simples, creyendo que siempre tiene la razón y las únicas salidas tontas que se le ocurren a la primera son las definitivas. Y en el preciso instante q
Enical Me removí sintiendo una fastidiosa luz frente a mí, el dolor de cabeza empezó en un zumbido sordo mientras mi cuerpo me alertaba una deshidratación de muerte. Entreabrí los labios sintiéndolos como piedras agrietadas antes de atreverme a abrir los ojos con la fatiga en todo el cuerpo, intentar recordar como llegué a casa dolía como si usaran mi cabeza para tocar un campanario gigante de iglesia. Lo último que se me viene a la mente con mucho dolor es el cabello de Carolina frente a mí cuando entrabamos al bar espiando a Antonio, una lluvia de acero invisible sobre mí me regaló segundos entrecortados de una discoteca donde estaba bailando y bebiendo, me detuve antes de que me explotara todo o vomitara. Salí corriendo al baño sintiendo que los mareos eran fatales, antes de devolver en mi cama lo que sea que tuviera en el estómago, tenía el pijama sin recordar siquiera como había abierto mi puerta. ¿Alex me trajo? Saqué un poco de
EnicalTodo estaba oscuro, mi cuerpo se sentía pesado, como si estuviera en el fondo del mar, no podía ver nada, estruendos, estallidos fuertes, balas, ese es el sonido de las balas, mi cuerpo empezó a sacudirse como si lo batieran.-¡Enical!- su voz me despertó.Abrí los ojos empezando a respirar como si me hubiesen sacado del agua, estaba en la cama, Antonio me tenía de los hombros mirándome desesperado.-¿Qué pasó?- pregunté extrañada absorta en sus ojos notando como pasaban de café caliente a tieso y amargo chocolate.Sus gestos se volvieron frívolos e indiferentes r&a
EnicalUn tirón me despertó en medio de la oscuridad, mi almohada empezó a moverse en un estiramiento que me obligo a abrir los ojos, no quería, solté un gruñido de fastidio y advertencia.-¿Enical?- la voz de Antonio confundido recién despertando me provocó flojera, siento que me faltan aún más horas de sueño.-Callate y duérmete- ordené cerrando los ojos estirándome ligeramente, la cama esta algo dura…-Lo haría si no me bloquearas el aire- comentó.Fruncí el ceño hasta que caí en la cuenta que estaba escuchando sus latidos, mi cuerpo estaba literalmente encima del suyo.-Perdón- solté abriendo
Enical-Prometí protegerte así que déjame hacerlo- declaró frívolo y directo, sin mirarme antes de desaparecer.Un silencio absoluto me dejó sentir el eco de esa puerta cerrándose tantas veces que después de minutos me parecía seguir escuchándolo.-Incluso yo estoy cansada- declaró la Pinky desatándose la coleta y frotándose los ojos.-Es cierto, ya fue mucha tensión, lo forzado se quiebra o nos quebramos nosotras- comentó la Floja.Asentí resoplando en acuerdo con todas, tantos años de tranquilidad controlada me provocaron tantos nervios en estas últimas semanas, como dirían los médicos, necesito estabilizarme.Mi departamento estaba tal y como lo dejé, las gotas de kétchup desaparecieron al igual que las fotos en m
Enical-¡Sabrina basta!-De eso nada, soy tu mejor amiga y es mi deber decirte lo que haces mal.-¡Todo lo hago mal para la perfecta Sabrina!-Tus manipulaciones a la defensiva no funcionan conmigo- contestó con suficiencia cruzándose de brazos.-Eres más terca que Aferi y ella es un bebé- me quejé dejándome caer en la cama.-Gracias- dijo realmente alagada estirando la falda de su pijama en una reverencia –Sabes que lo hago por ti, deja de cerrarte a las personas, cada vez que un tío te gusta te alejas y nos colocas a todos delante, soy testigo de como mandaste a Adrián amenazar al pobre Fernando porque te invitó a salir, ten límites.-Funcionó bien, no me ha vuelto a hablar- contesté orgullosa, alzó una ceja y volví al mohín de “castigada” -¡Está bien! Prometo intentar…luego.Negó y se rió antes de lanzarme una almohada, desperté con esa última sensación de “todo va a estar bien”.Supongo que Sabrina estaría orgullosa de mi ahora, hice lo que por años me aterró, tampoco es que tuvie
Enical Trobaler -¿Está tan enfermo?- pregunté mordiendo mi uña sin poder evitarlo ya, sabía que era un hábito horrible, antihigiénico y antiestético, incluso de niña me amenazaron con que esas partículas de mi uña viajarían por mi cuerpo hasta pincharme las venas, sólo lograron que lo deje por un par de meses. -Es una persona intranquila, no controla sus impulsos o sus depresiones, lo siento, es algo que ni tú, ni yo podemos cambiar a estas alturas tan rápido, lo he intentado todo- explicó el doctor frente a mi, noté como removía sus lentes presionando el puente de su nariz con un fastidio y fatiga al que ya estaba acostumbrada, era la forma en la que estaba acostumbrado a liberar la frustración de este paciente, al menos él tenía formas de hacerlo, yo prefería ignorar el mar de ansiedad que me ahogaba en varias ocasiones, sólo lo pensaba cuando nadie podía verme. -Pero debe haber otra manera, no lo sé, una rehabilitación o tratamientos más complejos
Enical Trobaler Ya era de madrugada, el color del cielo era oscuro aún detrás de las cortinas blancas, suspiré agotada, la sensación de sueño e insomnio coexistían en mi cuerpo sin ponerse de acuerdo, mi cabeza tiene la capacidad de hacer que todo coexista en ella, todo menos laestabilidad, hay destinos peores que la muerte, claro que sí. Creo que se ha hecho merecedor de ser llamado un hábito, uno más a la lista negra, de todas formas, está a punto de empezar, así que si sorpresivamente tuviera ganas de dormir sería un desperdicio. Volteé a ver a Antonio a mi lado, tenía los ojos cerrados mientras su cabello caía libre sobre la almohada, estaba tan relajado, con la respiración apenas perceptible, ese nivel de tranquilidad sólo lo conseguía en sueños, lo veo