“No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad.”
Aristóteles
Tras la noticia de la muerte de Mónica, Mario se ve obligado a ir a la hacienda para buscar a su pequeña hija. Luego de dos horas de carretera, llega a la finca de su padre. No contaba que al llegar se tendría que encargar de todos los trámites de la muerte de Mónica, pues aún seguían casados, legalmente Mario ahora era viudo.
Bajó del auto y Aristides lo recibe con un abrazo y varias palmadas en la espalda.
—¿Dónde está Ana Luisa? —pregunta angustiado por su hija.
—No te preocupes, ella está bien, Carmela la tiene en casa, precisamente para evitar alguna situación con ella.
—¿Qué fue lo que ocurrió?
—Ella salió a montar caballo y cuando regresó cayó del caballo
”No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad.”AristótelesMinutos más tarde, el médico revisa a Don Luís, aparentemente había desarrollado un tumor en la próstata cuyo estado avanzado, era irreversible. Aristides no podía entender el por qué, cuando estuvieron en la ciudad el doctor le había dicho que se encontraba bien. Eso fue lo que le dijo él, ¿sería posible que le hubiese mentido de esa manera? Se pregunta a sí mismo.—¿Qué debemos hacer? ¿Hay que trasladarlo a la ciudad? —pregunta Aristide, visiblemente angustiado por la salud de su patrón.—No, ya no hay nada que hacer. Don Luis tiene metástasis. Lo mejor, es estar preparado para lo peor. —respondió parcamente el doctor.Carmela sintió que el alma se le partía en dos, aunque
“Puedes elegir vivir en el amor o elegir vivir con miedo”Josh TillmanMaría no ha tenido noticias de Mario desde hace días, no entiende que puede estar pasando, pero su vida debe continuar; desde su apartamento trabaja con otros nuevos proyectos literarios e Inés le ha propuesto que sea correctora en la editorial, ella aceptó sin dudas. Cuando renunció al trabajo como CCO de la empresa, tuvo que planificar bien lo que haría, recibió su pago y logró salir de aprietos por unos días. Ahora todo ha comenzado a fluir en su vida, menos el amor.Luz ha seguido trabajando con ella medio tiempo, generalmente en las tardes. Por medio de ella supo que Henry está comprometido para casarse con Martha. No puede dejar de pensar en que él es un buen hombre y que tal vez se adelantó a los hechos, pero tampoco era justo que él estuviera con ella, amando a otra mujer.Esa
“¿Cómo motiva a un ser humano a hacer cosas contra su propia naturaleza? Hay dos cosas: amor y miedo. Y para mí, el amor gana siempre”.Tom HermanDurante más de cuatro horas, María se ha divertido en compañía de Antonio, es un hombre de mucha experiencia y cultura. Habla de todo su pasado y vivencias y ella escucha atenta cada aventura, sonríe, bebe otro trago, se divierte.—¿Bailamos esa pieza, guapa? —la invita Antonio.Ella accede, aquel hombre es respetuoso y atento. ¿Por qué no darse la oportunidad de conocerlo? Le repite su sentido racional. Mientras bailan las manos de Antonio acarician su espalda tras el escote en la espalda que lleva su vestido rojo. Mas lo que le pide su mente, no es lo que le dice su corazón. Aún no logra sacar de allí a Mario, sigue estando en cada espacio de su alma.Antonio está decidido a
“Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.:Julio CortázarEsa tarde él regresaba de su habitual trabajo. Aparenta ser un día normal, de tráfico, mucha gente transitando el tiempo, de constantes llamadas y de poca emoción. De pronto, en un descuido, él textea con uno de sus socios; levanta la mirada y en un atisbo, frena violentamente.La joven cae al suelo. Él se baja del auto, corre hacia ella. Ella yace, tendida en el suelo. Parece haber perdido el conocimiento. Él intenta levantarla, la muchedumbre se aproxima más por la curiosidad y ansiosos de alimentar su morbo, que con la intención de ayudar.Ella no parece estar herida, no se observan rastros de sangre en su ropa. Él la sostiene por el torso. Repentinanente, ella parece reaccionar, abre los ojos e intenta zafarse de los brazo del extraño, pero no puede moverse. Él la mira preocupado y angustiado por ver y saber que ella esté bien. La chica se lleva una de sus manos a la cabeza, el golpe debió dej
“Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos: pero el amor sin límites me crecerá en el alma.”Arthur RimbaudRumbo a su casa, no deja de pensar en lo hermosa que es María, parece ser una mujer tan sencilla, inocente, pero a la vez tan despierta. Nada parecido, a las mujeres con las que él suele salir y abordar sexualmente. Sonrié pensándola. De pronto, mira un puesto de revistas. Se detiene, le pregunta al vendedor, desde la ventanilla por el suplemento que María le mencionó minutos atrás.El hombre asiente con la cabeza, toma un ejemplar del periódico, se lo entrega. Él la paga con un billete.—¡Quédese con el resto!Toma el periódico, lo dobla y lo coloca en el asiento.Llega a su casa. Baja del auto, entra y lo recibe su perro Goldy, un husky siberiano, color oro lingote.—¡Hola amigo! —le dice al perro, mientras éste, no deja de mover su cola y ladrar emocionado a su amo.Sube a su habitación, se ducha, oye los mensajes de su contestador. Recuerda el periódico, baja. Lo busca, s
“Qué difícil intentar salir ilesos de esta magia en la que nos hayamos presos.”Joaquín SabinaElla coloca la dirección en el GPS, se recuesta del sillón y se abstrae en sus pensamientos. Mario la observa de vez en cuando, sin despegar la vista de la carretera. El lugar a donde se dirigen, lo lleva hasta la autopista. Ahora es él, quien comienza a preocuparse hacia donde van.—María, ¿Hacia dónde vamos?—Tranquilo Mario, no te pienso secuestrae ¿o sí?Él la mira sorprendido por su respuesta. El GPS indica que en pocos kilómetros estarán llegando al lugar. La carretera de tierra es algo incómoda, por suerte su Aston Martin vantage V12, le permite maniobrar por el rústico y polvoriento camino. A lo lejos ve una pequeña cabaña rodeada de árboles y un pequeño riachuelo.—¿No pensarás asesinarme y ocultar mi cadáver en ese lugar?Ella lo mira, hace una mueca:—¡Rayos me descubriste! —le guiña un ojo.— baja, ven para que conozcas mi lugar favorito.Él sonríe y se deja llevar por la aventura
“La lujuria merece tratarse con piedad y disculpa cuando se ejerce para aprender a amar.”Dante AlighieriMaría baja del auto. No sale de su impresión, al ver la lujosa mansión donde vive Mario. Aunque es muy liberal en algunos asuntos, en otros no mucho. Para ella, quedarse a solas con un hombre, significa correr el riesgo de caer en la tentación.—Es hermosa tu casa —comenta ella.—Digamos que tengo buen gusto.Goldy sale al encuentro de su amo, a quien reconoce hasta en el sonido de sus pasos. Ladra al ver aquella extraña mujer al lado de su amo.—¡Uyy! Qué cosa más linda —dice ella, pero el perro le gruñe cuando intenta tocarlo. Ella aparta su mano rápidamente asustada.—Goldy, ella es María, mi invitada, no debes atacarla —el perro mueve la cabeza de lado a lado como si entendiera lo que él le dice, luego mueve su cola y la olfatea.El cachorro se levanta en sus patas traseras y coloca sus patas delanteras sobre las piernas de María, ella lo sostiene. Ahora el perro lame su mano,
“Dejad, a los cuerpos el placer; y el goce, a las almas”A.K.MMario acaricia el cuerpo de María, reconociendo en ella los puntos más débiles que le permitan accesar a sus emociones más volátiles. Mientras su mano acaricia sus muslos y la ciñe a su cuerpo, ella recorre su espaldas y brazos y como en un tobogán se desliza por su columna hasta encontrarse con sus glúteos definidos y torneados.Él la lleva hacia la cama, ella se sienta en la orilla, se acuesta y él sobre ella. Besas sus labios, su cuello, su pecho. María mueve sus caderas al ritmo del placer que siente al contacto de sus labios entre su pecho, él mete la mano para dejar su seno expuesto a sus caricias. Pasa su lengua por el pezón, ella sostiene su cabeza, mientras gime y arquea su espalda.Mario, se desliza hacia abajo, se arrodilla y comienza a besar su pélvis, ella abre sus piernas, no necesita hablar para que él intuya su deseo de ofrecer su flor. Con sus labios recorre su entrepiernas dilatando el momento en que ella