Capitulo 6

CAPÍTULO 6

La protagonista femenina escuchó el sonido de pasos y la puerta abriéndose.

Luz lo único que hizo fue ponerse de pie, alertada, con sus manos aferrándose a los barrotes de aquella asquerosa y oscura celda. Cuando la puerta se abre, deja entrar una intensa luz que ilumina parte del sitio. Se ve deslumbrada.

Pensando que era aquel mafioso, le recriminó por ser un desagradecido y tratar a sus salvadores de forma tan grosera.

—Eres un hijo de la m****a misma, deberías pudrirte en un pozo y que tu cuerpo se lo coman los gusanos—le dice Luz, con la poca fuerza que tiene.

—Wow, cuanto rencor guardas en tu pequeño cuerpo.

Hasta que el tío Mark no habló, ella se dio cuenta de que había recriminado a la persona equivocada. Se sintió algo avergonzada, pero aquel sentimiento le duró muy poco porque todos eran igual de peligrosos que aquel mafioso de m****a.

El tio de Mark se acercó poco a poco pero sólo a una distancia determinada. Observó a Luz, con cierta curiosidad. No era la gran cosa aquella chica, pero algo en ella no le cerraba. Por algo Mark había pedido traerla a su edificio.

—¿Serias tan amable de decirme tu nombre completo? —le pregunta el tío de Mark con tranquilidad en su voz.

Luz no responde, lo observa, ceñuda, con la respiración agitada. Está a punto de agarrarle una ataque de ansiedad.

—Oh, eres una doctora de pocas palabras—se rie él—. Pero no te juzgo por ello, hiciste muy bien en cuidar a mi sobrino Mark.

Mark. Con que ese era su nombre. No recordaba haberlo escuchado desde que se topó con él, quizás era por el shock que la nublaba aún.

—Doctora, tengo toda la intención de conocerla un poco más—el tío de Mark da un paso más hacia ella, acortando la distancia entre los dos. Pero aún había unos barrotes que creaba un muro entre ellos—. Realmente me disgustaría tener que investigarla. Siento que le estaría faltando al respeto.

—¿Y cómo yo sé que usted no será capaz de asesinar a mis seres queridos si le doy información mia? —la chica gruñe, presionando su rostro entre ambos barrotes—¿Cómo sé que no tendré otra opción que matarme con tal de salvarme de este sitio?

—Se contradice; si se muere no habrá salvación luego.

—Creame que la muerte a veces es la salvación para muchos.

—Y si la muerte es la salvación ¿por qué no dejó que Mark muriera en la entrada de su casa?

Luz no supo qué responder, sólo se lo quedó viendo, hirviendo de ira.

—Porque no soy un monstruo como ustedes—Luz le da un feroz manotazo a los barrotes y se echa hacia atrás, llevándose las manos al cabello. Luego, vuelve la mirada hacia ellos—. Si yo me muero aquí les haré la vida imposible si resulto ser un alma en pena. Seré su karma.

—Veo que cree en la reencarnación—deduce él—. Tenemos algo en común hasta ahora. Me gusta que sea tan apasionada. Creo que su nombre me seria de ayuda para saber un poco más de usted.

—¿Por qué mejor no se lo pregunta al idiota de su sobrino? Ya me ha fichado el culo en cada oportunidad que tuvo, creo que saber mi nombre es lo mínimo que sepa de mí.

El tio de Mark se rie como si hubiese contado el mejor de los chistes. Hasta que esta poco a poco se apaga. Enciende un cigarrillo, el cual se ha llevado a la boca y con ayuda de sus manos, logra que el encendedor le de el fuego que necesita para contaminarse.

El hombre se le acerca y le suelta el humo en la cara de Luz, la cual le devuelve con un escupitajo que va directo a su ojo izquierdo.

En vez de perder la calma y querer atacarla, el hombre se contiene, sacando un pañuelo del bolsillo de su pantalón camuflado. Se seca, maldiciendo por lo bajo.

—Oh, doctora. Usted y yo nos vamos a llevar tan bien que van a pensar que es mi sobrina.

—¡¡¡Yo no soy tu sobrina!!! —grita Luz, sin evitar soltar las lágrimas—¡¡Déjame ir!!¿Qué es lo que quieren? ¿Dinero? ¿Saben cuánto dinero se gana como médico en este país? Seguro ustedes ganan mejor que yo.

—Mmm me gustaría tener algo de dinero de usted pero no soy tan cruel como aparento. Que estos tatuajes y altura no la intimiden—mantiene su buen humor mientras fuma y camina con un brazo en su espalda—. Mi sobrino ahora se está recuperando de a poco, ha hecho un buen trabajo ¿lo sabes?

—Debí matarlo cuando tuve la oportunidad—escruta Luz.

El tio de Mark alza las cejas, sorprendido.

—¡Doctora, acaba de decir algo contra la ética y moral de este país! —finge tristeza—¿Cómo puede decir algo así? Usted salva vida, no las arrebata.

—Su sobrino no es un humano, es un animal.

—Trata de aclarar las cosas, pero les tira lodo encima, doctora.

—Debí matarlo, Dios, ¡¡¡soy una estúpida!!  —piensa Luz en voz alta, paseándose adentro de la celda de un lado a otro.

—Mire, seré bueno y le traeré algo de comida, quizás eso la calme un poco.

Luz corre hacia los barrotes y estira las manos, con eso logra alcanzar rápidamente la cadenilla que cuelga del cuello del tio de Mark. El hombre se queda tieso.

—Déjame ir y haremos que este día sea solo un recuerdo. Yo no lo conozco a usted y usted no me conoce a mí—suplica, con una sonrisa—¿Le gusta la idea? Por favor, podemos terminar con esta pesadilla y quedaremos todos muy felices.

El hombre da unos pasos hacia atrás, quitándole de sus manos la cadenilla. Las manos de Luz estiran con fuerza para que no se aleje de ella, pero no logra alcanzarlo y sus manos sueltan involuntariamente la fina cadena.

—Recordar es sinónimo de no olvidar. Y creo que su subconsciente la ha traicionado, doctora. Usted va a recordar este día—el hombre tuerce los labios, lamentándose de los dichos de la doctora.

—No…—susurra ella. Su voz se eleva—¡No, no, no quise decir eso, por favor vuelva, regrese por favor!

El hombre se marcha y pega un portazo, llevándose con él toda pizca de luz consigo.

El tío de Mark no mostró sus emociones superficialmente, pero después de irse, hizo que alguien investigara los antecedentes de Luz con un rostro sombrío.

—Por supuesto, señor. Investigaremos a la chica—le dijo uno de sus hombres, cuando lo llamó a su oficina.

El tío de Mark tiene en su mano el documento que lo ha obligado a él a recuperar. Tiene algunas manchas de sangre, salpicaduras molestas, pero…no le importa.

Lo que sí importa es que ha recuperado esos papeles.

Las luces del amanecer llegaron finalmente y todo el edificio se vio iluminado por este. Luz estaba dormida en el suelo cuando Mark fue a verla. Odio ver como nadie le había traído una manta para que esté abrigada al menos.

Luz escuchó que tenia visitas. Al principió se olvidó de dónde estaba, por lo que le costó varios segundos recordar la feroz noche que había tenido. Tras ver a Mark, de pie, detrás del barrote, la chica se dejó llevar por la adrenalina y corrió hacia los barrotes de la celda con la intención de alcanzar con sus manos el cuello de este, pero fue en vano.

Él estaba varios pasos atrás como para alcanzarlo.

—Dios—chilló Luz, dándose por vencida y retrocediendo unos cuentos pasos.

Se sentó en el suelo, pegando su espalda contra la pared.

—En un rato te van a traer comida y agua—Mark está lleno de vendajes y ahora tiene ropa más comoda.

Tiene un pantalón al estilo militar con unas botas altas y una sudadera negra que hace juego con su calzado. Su cabello rubio hace que sus ojos azules se destaquen.

Luz no puede ver la belleza del hombre porque esta ha sido tapada con su actitud fría y soberbia.

—Después de todo lo que hice por ti, me tienes aquí—le dice Luz en voz baja—. Te tuve que haber asesinado hijo de puta.

—Podrás irte de aquí en cuanto aceptes un trato que te tengo—le responde él.

—No aceptaría un trato contigo ni porque me paguen—se rie ella, sin energía.

Su estomago ruje, pero sólo ella lo nota.

—Deberás casarte conmigo—Mark le lanza la noticia.

Luz levanta la vista y lo observa como si se hubiera vuelto loco. La seriedad de él le dice todo lo contrario.

—Dime que es una puta broma—se rie ella, pero él se mantiene serio.

Luz lo insultó de arriba a bajo, a los gritos y de nuevo lloró de lo enojada que estaba. Mark soltó el aliento y fue paciente mientras ella se desahogaba.

Odiaba verla llorar, odiaba que todo esto surgiera de golpe y que le estuviera arruinando la vida. No se lo merecía.

—Sólo necesito un matrimonio falso. Es así como tú conseguirás la libertad, Luz.

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