CAPÌTULO 12LUZ MARTIN.No sabia si era por mi estado de falta de sueño o qué, pero saber que había pasado de una pequeña casita que tenia lo justo y necesario para vivir, cálida y reconfortante, a un castillo (para mis ojos lo eran) que tenia un parque tan inmenso y hermoso, me hacia alucinar un poco donde realmente estaba.Pero, me hubiese gustado que todo esto surgiera de otra forma, porque literalmente estaba allí en contra de mi voluntad. Las esposas en mis muñecas me lo recordaban a cada momento.Estaba asustada, no sabia de lo que aquel hombre era capaz de hacerme. Hasta el momento no se intentó propasar conmigo, lo único que hizo fue hacerme un fuerte daño psicológico, causando un nuevo trauma en mi vida.Ni siquiera sabia donde quedaba el sitio.Mi gato, ansioso, quería salir del bolso para inspeccionar el sitio. Ni siquiera sabia si era seguro para él. No creía que aquel hombre viviera solo en un sitio tan grande.Según él, era de su madre, pero no sabia si creerle. Todo en
CAPÍTULO 13.Luz fue a la clínica a trabajar. Lo que la hacia sentir dichosa porque al menos eso no le habían arrebatado. Por supuesto que tenia ganas de renunciar y empezar de nuevo. Debido a la muerte de Darío, esas ganas se intensificaron.Luz firmó un par de planillas y visitó a varios pacientes que estaban en la lista de su ronda. Mientras tanto, Mark esperaba dentro del auto por si ella deseaba escapar del hospital y llamar a la policía.Sin embargo, se le dio la idea de hacer una visitar al edificio y acercarse para ver si encontraba al cirujano que andaba merodeando por la vida de Luz.No le caía bien y no sabia exactamente por qué, pero algo le daba mala espina de él. Tanta cara de niño bonito sonriente no le cerraba del todo.Se metió en el hospital y preguntó por el cirujano en la recepción. Estos le preguntaron si tenían cita con él, a lo que Mark le dijo que no porque no tuvo tiempo y era algo urgente.—¿Puedo ayudarte? —la voz de Nick sonó detrás de él.Tenia el cabello
CAPÍTULO 14.Ninguno de los dos se dijo una sola palabra en el regreso de la casa de Mark. Cada uno estaba guiado por sus pensamientos, los cuales, eran un mar de dudas.Mark desconfiaba por completo en Luz, quien había filtrado información crucial sobre el tipo de contrato que tenían.Luz desconfiaba de Nick, a quien no pareció impórtale mandarla en frente y no dudo en mandar a la mierda Mark, en caso de que eso sucediera.Algo malo estaba ocurriendo y pronto se descubriría.Tras llegar a la casa, ambos bajaron, callados y orgullosos.El vacio de la casa y el silencio, hacían dar la sensación de que podían oír el pensamiento del otro. Luz se dirigió a la cocina y abrió la puerta de la nevera. No tardó en abrir una lata de soda y beberla hasta el fondo.Luego, miró a Mark y lanzó un eructo.El hombre se la quedó viendo con indiferencia.—Oh que rebelde—se burló él—¿Eso te parece un eructo?La imitó, fue a la nevera y también tomo una soda. Bebió hasta el fondo, se le acercó al rostro
CAPÍTULO 15Al ver que Mark no cambiaría de opinión, el tío cambió de tema y dijo que los documentos que el protagonista masculino trajo la última vez estaban incompletos.—Mark, los documentos que me trajiste están incompletos. Es por eso que te mandé a llamar.La cara del joven se desfigura un poco. Odiaba cuando algun trabajo no había finalizado del todo. Su tio no estaba enojado, pero si algo molesto por la situación. Se le notaba en la cara.—No puede ser, yo he visto como los papeles entraban a la perfección en folio y no vi algo inusual que me permitiera saber si estaban incompletos—insistió Mark.—Lo lamento, sobrino, pero es así—suspiró él—. Necesito que me digas quién es tuvo contigo esa noche en la que los recuperaste.—Estuve solo—ahora es Mark el molesto porque no sabe lo que está suponiendo.Cuando al tio de Mark se le ocurre desconfiar de alguien, es por algo. Y odiaba que este se enfocara en él sabiendo que era inocente.—¿No será que tu esposa tomó algo que no le per
CAPÍTULO 16Al pelearse, al forcejear el uno con el otro, cayeron en la cama accidentalmente.Ella quedó encima del enorme pecho de Mark, quien tenia la respiración agitada y se lo notaba por si dificultad para respirar. El cabello largo de Luz caía sobre el rostro de él, el cual no parecía molestarle o picarle la piel.Mark le sujetó las muñecas cuando ella quizo golpearlo, cazándolas a tiempo. Ella forcejeó una vez más, soltando un jadeo.—¡Suéltame! —exclamó ella, con los dientes apretados mientras él la seguía sosteniendo.—¿O qué? Si apenas tienes fuerza para levantarte—le respondió él, en voz baja y burlándose de ella.Su rostro pequeño quería explotar de furia y él lo sabia, por eso se estaba divirtiéndola mucho viéndola así.—No me he olvidado de lo que me has hecho, y él día en que me toque vengarme lo haré, Mark. Lo juro.—¿Me estás amenazando?—Sí.Entonces en un giro inesperado y usando una maniobra rápida, ahora era Mark el que estaba encima de Luz con sus manos sujetadas
CAPÍTULO 17.Tras terminar de comer, llegó la hora de dormir y eso generó un conflicto porque Luz no tenia una habitación propia y debía dormir con él porque según este todas las habitaciones estaban sucias.Pero Luz se prometió así misma que esa seria la última noche y utilizaría el franco de mañana para limpiar una de ellas y vivir allí, lejos de él.La joven, tras ponerse el pijama de seda que tenia (y encima era el único), decidió crear una especie de mural entre los dos en el medio de la cama colocando un par de almohadas entre ellos.Mark puso los ojos en blanco.—¿En serio harás eso? —le preguntó él, creyendo que era una tonteria.—Se te da por abrazarme en la noche debido a la falta de amor que tienes—responde ella, irónica—. Así que olvídalo, las almohadas se quedan.Mark no se lo impidió.Las luces se apagaron, la luz de la luna estaba en lo más alto del cielo y como a Mark le gustaba dormir con las cortinas abiertas porque amaba la luz natural, aquella iluminación no tardó
CAPÍTULO 18Mark estaba impactado con lo que había descubierto. No podía creer lo que tenía ante sus ojos.Le saca una foto a la pantalla de la computadora de Luz y la guarda en donde estaba. Va directo al baño y se encierra en él, se lava la cara y se mira al espejo.Ya no puede confiar en nadie.Entonces recibe un llamado en su móvil. Es su colega, Cash.—Dime por favor que encontraste algo—le dijo Mark, sin poder evitar sorprendido.—Amigo, espero que te sientes porque te vas a caer cuando te enteres.—Sin rodeos, Cash ¿qué encontraste?—Tiene antecedentes involucrado con otros mafiosos, Mark. Y no son para nada amistosos.—Hija de puta—Mark hundió el rostro en una de sus manos—¡Dios! ¿Cómo no lo vi venir?—No sé cómo va la mano entre los dos pero no debes confiar en ella, Mark. Anda con cuidado.Luego de darle algunos detalles más, Mark le corta la llamada y se le ocurre una idea muy arriesgada pero una idea, en fin.Pero Cash vuelve a llamarlo y eso causa que su mal humor aumente
CAPÍTULO 19.Un disparo logra que la atención de todos vaya directo a la puerta de entrada del hospital.Mark había llegado con una entrada poco común: desenfundado su pistola, levantándola en dirección al techo y apretando el gatillo. La bala impactó contra el techo. El griterío se intensificó cuando una segunda bala salió, pero esta vez y con buena puntería (no quiere decir que el primer disparo fuera malo) fue directo a la pierna del atacante de Luz.El hombre cayó al suelo de manera inmediata, a los gritos.Luz no sabia de qué lado ponerse, si del lado de Mark que había llegado para salvarla, o del hombre quien era el padre de Dario, quien estaba en todo su derecho de desahogarse. Pero no era la manera.—Ah no señor, aquí el loco soy yo—gritó Mark, acercándose al sujeto que agonizaba en el suelo en posición fetal mientras su pierna se desangraba.Mark le pisó la cabeza y lo apuntó con el arma. Luz se acercó a Mark corriendo. Las sirenas de la policía se escuchaban a la distancia.