CAPÍTULO 49Mark se sentó en el asiento trasero del auto, apretado entre dos matones de Blair que lo miraban de mala manera. Él lo único que hizo fue sonreírles de manera incomoda porque ellos tenían la ventaja de tener a Luz y ser mayoría, por lo que no le quedó otra que quedarse calladito hasta saber a dónde mierda estaban yendo.Nadie decía nada, sólo la radio se oía de fondo. Música clásica que en vez de relajarlos, era incomoda e innecesaria.Mark se inclina sobre su asiento y acerca su rostro casi a la altura de la nuca de Luz, la cual tiene la mirada al frente en el siento del acompañante del conductor. Está de piernas cruzadas. El tablero de luces rojas y azules le iluminan el rostro.—¿Se puede saber qué haces con la gente de Blair y a dónde estamos yendo? —le pregunta en voz tan baja que apenas Luz puede oírlo a través de la música.—Sh—lo chista ella.Mark pone los ojos en blanco y vuelve a pegar la espalda contra su asiento. Lo único que desea ahora es estar preparado para
CAPÍTULO 50.A la mañana siguiente, Mark está colocandose su pantalón mientras yo me coloco la playera negra que traía la noche anterior. Ninguno de los dos dice nada, pero no hace falta hacerlo porque cada tanto nos encontramos mirándonos y una sonrisa cómplice florece de nuestros labios como si fuésemos dos amantes.Creo que lo éramos por cómo se estaban dando las cosas.No sé por qué estábamos vistiéndonos, no sabia cuál era el plan. A veces la incertidumbre de los acontecimientos te causa ansiedad, al borde de empezar a pensar y pensar y tu mente se convierte una pelota negra de posibles situaciones que podrían ocurrir en el futuro.En este caso, yo tenia una pelota negra mental, como un bolillo de lana de gato con los hilos enredados.O así me había levantado esa mañana.—Vamos a ir a desayunar al hotel y luego podemos pasar el día en la psicina—me ofrece, rodeando la cama y viene directo abrazarme.—Me gusta la idea.—A mi me gustas tú—confiesa, dándome un beso en la frente.Me
CAPÍTULO 51Nick los vio en el hotel, riendo joviales en el bar. Sabía que lo que estaba a punto de hacer estaba mal e incluso lo pensó miles de veces antes de cometer esa locura.Cuando los vio sonreír en el bar en pleno mediodía, Nick supo que Mark no le había dicho lo que los unía. Por lo que no quedó otra opción que entrar por las puertas del restaurante privado del sitio y sorprendiendo a ambos sentándose al lado de ambos. Ninguno de los dos se percató de su presencia hasta que Luz lo vio observándolos desde tu butaca.—Nick—suspiró, confundida.—¿Qué haces aquí?—Mark se levantó de su butaca, reaccionando de mala manera.—Un batido de banana por favor —pide Nick.No iba a dar una explicación de la enorme resaca que tenia, por lo que tenia en claro que sólo venia a tirar la bomba e irse. Por supuesto que lo haría de manera paulatina para que duela menos.—Nick ¿qué haces aquí? —le preguntó Luz, con el mismo tono de voz que tuvo cuando mencionó su nombre.—La pregunta es qué están
—Mark lárgate—como mi sombra, estaba pisándome los talones mientras intentaba alcanzarme en el piso de la recepción del hotel.—Luz, por favor, tenemos que hablar. No puedes evadirme cuando esto nos involucra a los dos—me insiste caminando detrás de mí, desesperado.Me freno en seco, cruzada de brazos y es allí cuando me alcanza y se posiciona ante mí, con los nervios de punta. Tiene el ojo hinchado, o al menos eso es lo que veo debido a las lagrimas que me nublan la vista.—Si no te lo dije fue porque yo aún no pude asimilarlo—intenta explicar—. Es muy fuerte para ambos saber que Hardi es tu padre biológico y que estemos ligados en esto, Luz. Y ahora entiendo porque también te pareces a mi madre.—No sé si intentas arreglar esto o seguir embarrándola más, Mark—pretendo seguir caminando, pero vuelve a meterse en mi camino, haciendo que frene de nuevo mi paso.—Luz—suspira, intentando encontrar las palabras adecuadas—. Sé que es difícil, lo sé y ahora te pido de todo corazón que hagamo
CAPÍTULO 53LUZ MARTIN.Termino de limpiar el ultimo rincon de mi casa.Suena música de fondo. Taylor Swift.Lo último que quiero ahora es que alguien arruine esta paz que siento por regresar a mi esencia, mi vida diaria. La soledad que antes tanto me hacía falta como ahora.Finalmente estoy en el sitio en donde siempre quise estar.En casa.Nada más que en casa.Paso el plumero sobre la chimenea. Barro los restos que caen al suelo y finalmente, me dejo caer en el sofá. Miro por la ventana.La noche ha caído pero mi ánimo ha subido.Cierro los ojos, echo la cabeza hacia atrás y de nuevo, en mi mente, veo los ojos tristes de Mark en mi mente.Hasta no ver los papeles actualizados del ADN no me permito pensar en él, ni en el psicópata de Hardi ni en todo lo que me une a él.Sé que no debería estar en mi casa porque ya saben mi ubicación y podria estar en peligro de nuevo. Pero, estoy cansada de esconderme y mi vida estaba en peligro…ya no seria novedad porque estaba vinculada a Mark por
CAPÍTULO 5417 AÑOS DESPUES…—Lamento su perdida, señorita Ángel.—Cuánto lo sentimos, señorita Link, esperemos que sus padres descansen en la gloria.—No esperábamos que tuvieran ese trágico final, eran tan jóvenes…—Algo me decía que Mark Link andaba en algo raro…pero jamás esperamos que tuvieran ese desenlace.—Señorita Link, creo que deberíamos volver al auto, se aproxima una tormenta.Fue ver ante mí, cómo dos ataúdes llenos de flores bajar, a la par.Dos personas que no supuse que terminarían así. Mis padres; Luz Martin y Mark Link. Dos personas que pasaron su vida, conmigo, en una ciudad como New York.Papá y mamá se fueron de viaje, pero jamás volvieron.Un accidente de tránsito. Ninguno quedó vivo, ni siquiera el chofer que los acompañaba porque papá decía que no quería perderse ni un solo minuto con mi madre por más que a él le tocara manejar.Me duele tanto que lo único que pienso es en lo enojada que estoy con la vida por arrebatarme lo que tanto quería. Fue un pestañeo. U
"El ultimo sueño".Hace no mucho tiempo, en un enorme edificio de Harbor Way que estaba ubicado en la calle treinta y nueve, sufrió un incendio que culminó la ciudad completa.En donde familias enteras fallecieron y sus vidas se vieron arrasadas por el fuego infernal del mismo.Se encontraron en su totalidad, trescientas treinta y nueve personas. Sí, el edificio era uno de los más inmensos de la ciudad.Jamás me enteré si el incendio fue intencional, o sólo una desgracia del destino.Presencie como los rescatistas sacaban los cuerpos calcinados, casi irreconocibles.Estaba todo vallado, y detrás de esa valla había gente y canales de televisión filmando los hechos.Parecia que toda la ciudad estaba allí y jamás había visto tantas lagrimas derramadas. Tanta desesperación, tanta tristeza, tanto desgarro por parte de otros familiares que se enteraron de la muerte trágica de sus seres queridos. Esto es una adelanto de otra historia de la autora de este libro. Puedes saltarte este apartad
Afrodita. Sí, ese era su nombre y no tuvo la intención de preguntarle a sus padres por qué escogieron llamarla así.Joven, inocente y con el corazón lleno de sueños por terminar su carrera universitaria en New York, consigue un empleo que no le apetece, pero la paga le resulta interesante.Afrodita deberá limpiar los tres despachos de los millonarios trillizos Portman, hombres que manejan una de las agencias de modelos más importante de la gran ciudad.Ella será tan perfecta que dolerá...Entonces empezó a llover y veía con claridad las gotas que golpeaban contra el cristal de la ventana, dándome a entender que si salía fuera iba a empaparme hasta el nombre.No estaba de humor, tampoco deseaba hablar con nadie. Había reprobado el examen de "historia de la literatura I", quería morirme. Todas esas horas estudiando y sin dormir no sirvieron de nada. Incluso me plantee si realmente era bueno que haya elegido la carrera en que me anoté.—Cambia esa cara. Si lo intentas de nuevo todo saldr