CAPÍTULO 51Nick los vio en el hotel, riendo joviales en el bar. Sabía que lo que estaba a punto de hacer estaba mal e incluso lo pensó miles de veces antes de cometer esa locura.Cuando los vio sonreír en el bar en pleno mediodía, Nick supo que Mark no le había dicho lo que los unía. Por lo que no quedó otra opción que entrar por las puertas del restaurante privado del sitio y sorprendiendo a ambos sentándose al lado de ambos. Ninguno de los dos se percató de su presencia hasta que Luz lo vio observándolos desde tu butaca.—Nick—suspiró, confundida.—¿Qué haces aquí?—Mark se levantó de su butaca, reaccionando de mala manera.—Un batido de banana por favor —pide Nick.No iba a dar una explicación de la enorme resaca que tenia, por lo que tenia en claro que sólo venia a tirar la bomba e irse. Por supuesto que lo haría de manera paulatina para que duela menos.—Nick ¿qué haces aquí? —le preguntó Luz, con el mismo tono de voz que tuvo cuando mencionó su nombre.—La pregunta es qué están
—Mark lárgate—como mi sombra, estaba pisándome los talones mientras intentaba alcanzarme en el piso de la recepción del hotel.—Luz, por favor, tenemos que hablar. No puedes evadirme cuando esto nos involucra a los dos—me insiste caminando detrás de mí, desesperado.Me freno en seco, cruzada de brazos y es allí cuando me alcanza y se posiciona ante mí, con los nervios de punta. Tiene el ojo hinchado, o al menos eso es lo que veo debido a las lagrimas que me nublan la vista.—Si no te lo dije fue porque yo aún no pude asimilarlo—intenta explicar—. Es muy fuerte para ambos saber que Hardi es tu padre biológico y que estemos ligados en esto, Luz. Y ahora entiendo porque también te pareces a mi madre.—No sé si intentas arreglar esto o seguir embarrándola más, Mark—pretendo seguir caminando, pero vuelve a meterse en mi camino, haciendo que frene de nuevo mi paso.—Luz—suspira, intentando encontrar las palabras adecuadas—. Sé que es difícil, lo sé y ahora te pido de todo corazón que hagamo
CAPÍTULO 53LUZ MARTIN.Termino de limpiar el ultimo rincon de mi casa.Suena música de fondo. Taylor Swift.Lo último que quiero ahora es que alguien arruine esta paz que siento por regresar a mi esencia, mi vida diaria. La soledad que antes tanto me hacía falta como ahora.Finalmente estoy en el sitio en donde siempre quise estar.En casa.Nada más que en casa.Paso el plumero sobre la chimenea. Barro los restos que caen al suelo y finalmente, me dejo caer en el sofá. Miro por la ventana.La noche ha caído pero mi ánimo ha subido.Cierro los ojos, echo la cabeza hacia atrás y de nuevo, en mi mente, veo los ojos tristes de Mark en mi mente.Hasta no ver los papeles actualizados del ADN no me permito pensar en él, ni en el psicópata de Hardi ni en todo lo que me une a él.Sé que no debería estar en mi casa porque ya saben mi ubicación y podria estar en peligro de nuevo. Pero, estoy cansada de esconderme y mi vida estaba en peligro…ya no seria novedad porque estaba vinculada a Mark por
CAPÍTULO 5417 AÑOS DESPUES…—Lamento su perdida, señorita Ángel.—Cuánto lo sentimos, señorita Link, esperemos que sus padres descansen en la gloria.—No esperábamos que tuvieran ese trágico final, eran tan jóvenes…—Algo me decía que Mark Link andaba en algo raro…pero jamás esperamos que tuvieran ese desenlace.—Señorita Link, creo que deberíamos volver al auto, se aproxima una tormenta.Fue ver ante mí, cómo dos ataúdes llenos de flores bajar, a la par.Dos personas que no supuse que terminarían así. Mis padres; Luz Martin y Mark Link. Dos personas que pasaron su vida, conmigo, en una ciudad como New York.Papá y mamá se fueron de viaje, pero jamás volvieron.Un accidente de tránsito. Ninguno quedó vivo, ni siquiera el chofer que los acompañaba porque papá decía que no quería perderse ni un solo minuto con mi madre por más que a él le tocara manejar.Me duele tanto que lo único que pienso es en lo enojada que estoy con la vida por arrebatarme lo que tanto quería. Fue un pestañeo. U
"El ultimo sueño".Hace no mucho tiempo, en un enorme edificio de Harbor Way que estaba ubicado en la calle treinta y nueve, sufrió un incendio que culminó la ciudad completa.En donde familias enteras fallecieron y sus vidas se vieron arrasadas por el fuego infernal del mismo.Se encontraron en su totalidad, trescientas treinta y nueve personas. Sí, el edificio era uno de los más inmensos de la ciudad.Jamás me enteré si el incendio fue intencional, o sólo una desgracia del destino.Presencie como los rescatistas sacaban los cuerpos calcinados, casi irreconocibles.Estaba todo vallado, y detrás de esa valla había gente y canales de televisión filmando los hechos.Parecia que toda la ciudad estaba allí y jamás había visto tantas lagrimas derramadas. Tanta desesperación, tanta tristeza, tanto desgarro por parte de otros familiares que se enteraron de la muerte trágica de sus seres queridos. Esto es una adelanto de otra historia de la autora de este libro. Puedes saltarte este apartad
Afrodita. Sí, ese era su nombre y no tuvo la intención de preguntarle a sus padres por qué escogieron llamarla así.Joven, inocente y con el corazón lleno de sueños por terminar su carrera universitaria en New York, consigue un empleo que no le apetece, pero la paga le resulta interesante.Afrodita deberá limpiar los tres despachos de los millonarios trillizos Portman, hombres que manejan una de las agencias de modelos más importante de la gran ciudad.Ella será tan perfecta que dolerá...Entonces empezó a llover y veía con claridad las gotas que golpeaban contra el cristal de la ventana, dándome a entender que si salía fuera iba a empaparme hasta el nombre.No estaba de humor, tampoco deseaba hablar con nadie. Había reprobado el examen de "historia de la literatura I", quería morirme. Todas esas horas estudiando y sin dormir no sirvieron de nada. Incluso me plantee si realmente era bueno que haya elegido la carrera en que me anoté.—Cambia esa cara. Si lo intentas de nuevo todo saldr
CAPÍTULO 55—¿Puedo saber qué significa esto? —le enseño la pantalla del móvil en cuanto azota la puerta de su casillero y finalmente me ve, sobresaltándose.—Una invitación. —me responde Henry, sarcástico.—¿Y así sin más? ¿Sin preguntarme antes? No puedes hacer una fiesta en casa sin decírmelo antes, Henry—esta vez bajo la voz—. Hay cosas de valor e invitaste a toda la escuela ¿qué te pasa?—Travis y su grupo de amigos confirmaron—me guiña el ojo, apoyándose el libro que necesita para la próxima clase contra su pecho y lo veo irse.Me llevo una mano a la cara. Quiero matarlo, pero el simple hecho de que Travis vaya a mi casa me pone aún más nerviosa y todo lo que tengo que limpiar…—Tu hermano sigue estando sin novia ¿no? —Begil se posiciona a mi lado, se muerde exageradamente el labio inferior.—Begil, no es un buen momento—suspiro, caminando directo hacia mi casillero y ella me acompaña.—Nunca lo es cuando se trata de tu hermano, amargada—se rie, acompañándome.Tras llegar al cas
HENRY LINK.Ángel decoraba la sala inflando globos color pastel. Le gustaba ese tono, por eso escogí ese color para ella.Quizás, eso le haría bien.Últimamente la veía muy decaída, había bajado de peso y se marcaban los pómulos de su rostro cada día más.Sus ojos a veces estaban llorosos, mirando un punto fijo. Su cabello ya no estaba cuidadosamente peinado, le daba lo mismo y los tonos de su ropa no combinaban y meses atrás eso la alteraban. Supongo que se dio cuenta que la vida pasa por otro lado y que los caprichos son para mantenernos la mente ocupada.Éramos dos adolescentes de diecisiete años solos, sin familia y con sus padres muertos que estaban por dar una fiesta (o mejor dicho, era mi fiesta) para ponerle algo de alegría a nuestra vida.Me gustaba beber con amigos ¿por qué no hacerlo con toda la escuela y olvidarnos, al menos, por una noche, la tristeza?—He escondido las cosas de valor en la habitación de mamá y papá. Está con llave—me dice, tras inflar un globo y soltarlo