Los padres optaron por ir a visitar un invernadero que habían visto de camino, despidiéndose de su hija, quien en cuánto se quedó a solas con los niños, se dispusieron a preparar un poco de crema con frutas para comer con las galletas, siendo un pedido de Sammy para Dave, el cual veía cada figura con gran ilusión.Blanca, su madre era la única que les dedicaba tanto esfuerzo a sus comidas, ver a Zoé haciéndolo también, era como tenerla cerca pese a estar a cientos de kilómetros lejos de ellos. Terminaron con los moldes y arreglaron los grupos en los platos para cada uno. Mientras los envió a pedirles una camisa limpia a Héctor, ella se quedó en la cocina sacando las galletas que colocó con sumo cuidado para que se enfriaran. Al ver que tardaron mucho fue por ellos encontrándolos en la habitación buscando ellos mismos su ropa.__ No quieren ayuda. - dijo Héctor estando de pie a un lado de la puerta, solo asegurando que terminaran para arreglar el desastre que estaban causando. Zoé
Theo se presentó al ministerio público con el abogado para Rafael, pero en cuanto preguntó por él la repuesta lo dejó confundido. __ No han traído a ningún detenido hoy con ese nombre. - dijo el oficial que lo atendió. Theo se aseguró que fuera así, mientras el abogado se encargó de que no estuviera en otro lugar, incluso averiguó sobre la orden, pero este no existía realmente. Eso fue aún peor, no solo no estaba donde se suponía, sino que... simplemente no lo encontraron. Recordó esa conversación que una vez tuvieron, cuando estaba en rehabilitación, esos meses duros en los que lo visitó y estuvo a su lado muchas noches donde solo lo acompañó, este le dijo que si un día no soportaba todo eso y desaparecía, se encargara que su hija no sufriera su ausencia. Negó, miró el teléfono donde ese número que tenía para casos extremos resaltó. Era una locura, claro que lo era, pero Sammy no merecía perder a ese padre que demostró que en realidad sí había hecho un cambio. La advertencia fue
Para alguien como Rafael no era difícil saber lo que quisieron hacer, por lo que al entrar a la casa y sentir todas las miradas sobre él no le fue menos esperado que lo que ya había pasado. Se dió la vuelta y una incrédula Zoé se lanzó a su pecho antes que pudiera al menos decir o aclarar algo. Para él fue como si la chica lo único que le interesará era su bienestar.La rodeó con su brazo menos lastimado viendo a Theo O'kelly, quien solo asintió.__ Tu llamaste a Leonardo ¿no es así? - preguntó. Aunque este pudo negarse y poner cualquier excusa no le vio el caso, sabía que Rafael de alguna forma lo sabía y equivocado no estaba.De alguna forma fue él quien interfirió años antes con una situación, para que el mafioso se le viera de lado del arquitecto. __ Que me caigas mal, no quiere decir que te quiera ver muerto. - dijo con simpleza. Rafael levantó una ceja y arrugó las comisuras como siempre con esa rivalidad amistosa que ambos tenían desde que comenzaron a llevarse un poco mejor.
Zoé vio las secuelas que ya entendía de donde provinieron, cada uno de los moretones en el rostro de su hermano eran de cada golpe que Rafael le dió y sabía por qué motivo lo hizo. Se sintió protegida y eso le gustó.__ Apareces justo en el momento perfecto. - dijo con esa prepotencia que se cargaba y usó siempre con ella, le gustaba la sensación de rebajarla y él elevarse como de seguro pensó hacerlo en ese instante. __ No estoy para este tipo de cosas, Gerard. - se interpuso en sus planes. - Papá está con...__ Es justo el momento. - prosiguió. - ¿O no quieres que nuestros padres se den cuenta de la persona con la cual te casaste? Porque es un...__ Gerard. - lo silenció. - Ni siquiera sabes de lo que hablas, no hagas esto. __ No peleen. - intervino su padre. - Estoy harto de las peleas entre los dos.__ Lo sé y lo siento. - se acercó Zoé para calmarlo, en verdad le preocupó pensar que algo podría pasarle. - Tranquilo, no vamos a pelear.Decir eso en dirección de su hermano no si
Zoé bajó el teléfono con lentitud al ver al hombre que se adentró al apartamento con otro grupo además de suyo hermano. Esa mirada perversa la hizo temer por lo que pudiera pasar, mientras que para Rafael la velocidad no era la suficiente para cruzar la distancia que la separaba de ella. __ Gerard ¿qué estás haciendo? - le preguntó su hermana teniendo la precaución de mantenerse lejos de ellos. __ Te lo dije. Te advertí que...Una mano de Alejandro O'Donnell en alto bastó para que Gerard cerrara la boca, al pasar de él y acortar el espacio entre él y Zoé.__ No te acerques. - la chica retrocedió. Alejandro no hizo caso y con más decisión dio los pasos faltantes. - Te lo advierto. No...__ Tan bella y tan arisca. - murmuró arrinconandola contra la pared. - Eres como una bestia a la que hay que domesticar porque solo así se les saca el brillo. La belleza. El poder.__ Es mejor que bajes esa mano. - le dijo Zoé al sentir el toque del hombre que deslizó los dedos por sus pómulos. Con ta
El médico tuvo que contener el aliento para responder a la chica que notó estaba demasiado alterada con lo que estaba pasando con su padre.__ Señorita, su padre se va a recuperar. - dijo guardando la mascarilla que se retiró. Zoé soltó el aire retenido y abrazó a su madre. Al menos en lo que respectó a las fracturas por las que fue llevado pudo hacer algo, pero conoció el expediente y sabía que ellas solo se estaban aferrando al poco tiempo que tenían.__ Debido a las fracturas que tiene, deberá estar en observación por unos días, por el momento solo nos queda esperar a que despierte para que puedan pasar a verlo. - exclamó y Zoé al fin pudo sentir que sus pies tocaban algo. Después de un largo tiempo de espera, percibió un poco de paz.Rafael sintió alivio de verla sonriendo de nuevo. Ella y su madre ya contaban con demasiado como para soportar un tipo de dolor más grande que saber lo que sucedería meses después. Por fin Zoé aceptó ser atendida por los médicos para revisarla con l
Zoé suspiró al ver a su padre con los ojos abiertos. Habló poco, se movió lo menos posible debido al dolor en sus articulaciones, pero le dió una mirada llena del amor que tenía por su hija. Qué ciego había sido al creer que su hijo lo ayudaría, que tonto se vió pensando que Gerard defendería a su hija cuando él no estuviera. Siempre lo creyó de esa forma, pero su venda se cayó cuando lo vio incluso con una sonrisa de regocijo en su rostro, cuando Zoé estaba siendo atacada. Ella lo defendió incluso más que él mismo. Más fortaleza que esa no había ni siquiera en Santiago y no disimuló su satisfacción de que su hija sabía defenderse.Pero no era intocable como desearía y eso hizo que se fijara en el hombre que la acompañó hasta la puerta, sin verse con intenciones de irrumpir en ese espacio.Vio a su esposa, Silvana le dio miradas a Rafael que su esposo conocía a la perfección. No estaba de acuerdo con la relación que su hija tenía con él y la comprendió. No era para nada fácil pensar
Rafael movió a su gente cuando a Santiago le dieron el alta. Sabía que llevarlos al mismo apartamento era un riesgo y causarle preocupación a Zoé por ello no lo haría. Cómo conocía también la poca disposición de Silvana porque él estuviera cerca, entonces la única opción fue darles un sitio acondicionado para que ellos tuvieran espacio y las atenciones necesarias. No pudo acompañar a Zoé por la reunión que tenía con Logan Santini y Maximiliano Turner, pero se hizo cargo de que los trasladaran con todo el cuidado necesario para no causarle más daño al hombre que se sintió bien ver a su hija descansada. Fueron casi una semana en la que ella vio por él y su madre en un sitio que ya no quería quedarse. El solo olor era despreciable para él. Por lo que acostarse en una cama que no tuviera el aspecto de un hospital fue un alivio. Zoé se encargó de cocinarles, mientras Silvana la veía desde la distancia cuando buscó la maleta de su esposo. La dejó en el dormitorio y se encaminó a la co