__ No soy de intervenir en la relación poco llevable que tienen Ofelia y tú, pero considero que la forma en que sucedieron las cosas pasan lo...__ Ni te esfuerces, Iván. Poco me interesa comenzar mi mañana con una más de las discusiones por culpa de tu esposa. - lo silenció Max al abrir la puerta de su casa, ya vestido con un traje hecho a la medida. - Si es todo, la puerta sigue abierta.__ No, no me iré hasta que me digas lo que ocurre para que te comportes como si fueras un violento siempre. - lo siguió hasta el comedor donde este se sentó y ofreció a su padre, quien solo recibió un café. - Tú no eres impulsivo, hijo. Lo que sea que tienes contra ella, podemos hablarlo. __ Tú eres partidario de que son pruebas, solo son conjeturas sin sentido. - le dijo Max. - Por más que te lo explique, lo único que dirás será que si tengo pruebas y no, no las tengo aún. __ Pero debe ser algo grave para que pongas así. __ Que te lo diga Ofelia. - insinuó. __ Es lo mismo que dijo ella y no pie
__ ¡Abre los ojos, Iván! ¡Abre los maldit0s ojos! - le exigió su hijo sosteniendo su saco, para levantarlo. - ¡Despierta! Emma estaba apresurada conduciendo a la clínica, mientras su esposo no dejó de presionar la herida que su padre tenía en su torso. La sangre no dejó de emanar de la herida y para Max, era como si sintiera el resquemor él mismo. __ Estamos por llegar. - avisó su mujer pisando el acelerador, mientas Max tenía su ropa bañada de la sangre que su padre botó en grandes cantidades, estaba comenzando a perder color y él no podía pensar en otra cosa que no fuera en aquél niño que le rogó a su madre despertar, mas nunca lo hizo.Regresó a ese sitio apestoso, donde no pudo ver más que unas cuerdas en sus pies, para impedir que pudiera escaparse. Apretó a Iván contra su pecho y luego de tantas veces que le reprochó el haber sido tan débil, ahora rogó por qué este no se rindiera. Sus puños estaban cerrado con la camisa de su padre en el interior de sus dedos casi blancos.__
Las miradas de Max siempre dirían mucho más de lo que pudieran hacerlo sus palabras, era algo que Emma tenía claro. Pero en ese momento no sabía lo que estaba viendo. Su esposo salió de la clínica sin pronunciar una palabra, mostrándose como el mismo de siempre, pero con ese silencio rotundo de no responder ni decir nada al respecto. Ofelia por su parte ya estaba organizando un funeral, Nataniel ni siquiera sabía que sentía, pues aún cuando era el hombre que conoció como una figura paterna muy presente, la influencia de su madre era mucho mayor. __ Dime algo. Lo que sea. - trató Emma por enésima vez. - Max.__ Estoy bien. Solo necesito pensar. - dijo este a su vez, pasando a la ducha, mientras Emma no tenía ni la más mínima idea si ese tiempo era el que necesitaba para derrumbarse, aunque Max salió aún más sereno de lo que entró. __ Max, sé cómo te sientes. Sí necesitas...__ Saldré esta noche. - avisó colocándose ropa y un abrigo, sacó un maletín de su armario que Emma jamás habí
El helicóptero aterrizó y Emma no supo que lugar era, pues la mañana comenzó a llegar y desorientada no tenía ni la más remota idea de lo que sucedía en realidad.Samir la dirigió por un camino empedrado en donde cargó todo por ella, mientras tanto Emma no dejó de ver a su alrededor. La neblina de la mañana le erizó los vellos del cuerpo entero, pero solo se abrazó a sí misma para continuar descendiendo hasta una casa que parecía más una casa para aislarse del mundo entero. Entonces algo tuvo sentido. Era eso lo que quería estar en un lugar donde nadie pudiera tener contacto con ellos.__ El señor pidió que le tuviéramos un abrigo listo, señora. - dijo una mujer de mediana edad que tenía el cabello perfectamente amarrado. Ella agradeció y se cubrió con la tela gruesa inmediatamente, preguntando a la vez por Max. - Se encuentra en la sala de comunicación. Cuando termine de seguro saldrá de ahí. __ ¿Puedo ir allí? - preguntó tímida. __ Es su esposo, según dijo. Puede hacer lo que sea.
Emma no dejó de escuchar esa revelación en su cabeza. Tenía sentido, a la vez no. Había tantas emociones no resueltas que le pareció absurdo cada detalle, aún sabiendo que podía ser verdad también. No podía ignorar que Max tuviera sus razones y todas tenían argumentos válidos. Pero era su padre del que se hablaba, ¿como podía dejar de pensar eso? __ ¿Como está? - quiso saber conteniendo todo lo que eso causó en su pecho. - Me refiero al veneno que le dieron.__ Actuamos a tiempo. Pero de no ser por el ataque, seguramente no nos hubiésemos dado cuenta hasta que fuera demasiado tarde. - mencionó apretando su mandíbula. - Esos tiros por poco lo matan, pero de no ser por ellos, algo más lo hubiese hecho. Tan solo pensar en que su padre podía morir también le causó una horrible grieta que en su pecho se había instalado. Era muy difícil no pensar en lo que había ocurrido, pero al enviar a alguien para que buscara el auto en el cual el tirador escapó, no fue encontrado. Solo tenía una s
La sola imagen plasmada en su cabeza era de darle nauseas a Emma. No podía ser cierto, aunque ella lo haya pensado al principio. Pero con tanto que Bernardo lo había defendido ya comenzaba a hacerse teorías no tan coherentes. Pero su padre no permitiría que pasara algo con ellos de ser así, se dijo. Tan enfermo no era.__ No creo que se trate de tu padre. - alegó Max mirando la perturbación que ella poseía. - Voy a averiguar de a quien pertenece ese número, pero estoy casi convencido que no es él. La fascinación de Bernardo por Nataniel no es por otra cosa que no sea dinero a su disposición. Algo que yo nunca le podría dar.Esa palabras la reconfortaron un poco, pero no era algo confirmado por lo que la idea aún le preocupaba. Solo que Max no se quedaría a esperar por una respuesta, quedando en salir en la mañana en búsqueda de esa clínica. Eran los únicos que podían brindarle la cara de dicha persona.__ Ximena se quedará contigo mientras no esté. - le dijo cuando estaba preparado
Ofelia entró a su casa y el papel de viuda dolida desapareció, ya estaba harta de fingirlo y aún solo pasan un día, no sabía cómo soportaría más.Estaba aterrada por lo que pudiera venir. Pues la amenaza latente que Mike Russell le lanzó horas antes estaba ahí presente en su cabeza. No podía permitir que eso fuese revelado. Ya habían pasado muchos años y que ahora le exigiera mucho más por permanecer en silencio la molestó de sobremanera. No podía pensar claramente si no desaparecía. __ Dijiste que Maximiliano aparecería en el funeral. - le reclamó Nataniel. - Pero no estuvo ahí Emma menos.__ ¿Podrías dejar de idiotizarte por esa perr4? - se exaltó Oriana. - Cada vez que su nombre sale de tu boca pareciera que la amas. Como si no fuese la que le abrió las piernas a Maximiliano cuando tuvo la oportunidad.__ No te permito que...__ Ya dejen de pelear. - a Ofelia también le molestaba que su hijo siempre saliera en defensa de Emma. Sí era la mujer que podía darles los veinte millone
Nataniel no podía dejar de ver la herida en su pierna, dolía demasiado como para ignorar el hecho de que fue atravesada con un proyectil que pudo fácilmente romperle el hueso. Sin embargo aún podía apoyarlo, con ayuda de Ofelia entró a un edificio donde ella se encargó que lo atendieran. Debía haber una forma de recuperar lo que era suyo,se dijo. Maximiliano no podía tener lo que tanto le costó conseguir. __ Te dije que lo mataras también. - le reprochó Ofelia. - Nos hubiésemos ahorrado todo esto.__ No quiero pensar en eso ahora. - se llevó el brazo a la cara, su pierna le dolió mucho al moverla un poco. Lo que no sabía Ofelia era que los tiros que impactaron en Iván iban para Max, no para su esposo. La intención de Nataniel fue de matar a su hermano, no a su padre. Pero no contó con que Iván se interpusiera en sus planes. Ahora debía lidiar con las heridas que lo postraron en una cama al menos hasta que poder caminar fuera posible y soportable. Necesitaba ir por Emma, se promet